Antonio Mu?oz Molina, escritor: "El valor radical de lo p?blico es lo que hace que un

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El ciclo en el que participa se llama «La dignidad de la palabra». ?Posee dignidad la palabra? ?Dignifica la misma al género humano?Yo creo que las palabras pueden ser usadas para muchas cosas distintas. Se dignifica cuando se usan para hacer cosas dignas, para nombrar las cosas como son, para decir la verdad, para mostrar la compasi?n humana o cosas as?. Y se envilecen cuando se corrompen, cuando se usan para mentir o para las cosas as?. La palabra es para lo bueno, lo bello y lo terrible. Pueden ser usadas igualmente para todo. Exactamente igual que se puede mentir o buscar la verdad.En su ?ltima obra publicada echa la vista atr?s. ?Es necesario el pasado para comprender el presente?Hombre, claro, es que el presente se extiende hacia el pasado. Es decir, no hay una separaci?n. Si queremos comprender nuestra posici?n ahora, si queremos valorar las cosas que tenemos, si queremos establecer juicios de valor sobre la realidad presente, tenemos que tener muy en cuenta el pasado, ?no? Y m?s en pa?ses como el nuestro, en los que se han vivido cambios muy r?pidos a lo largo de unas pocas décadas, y en un pa?s en el que hemos tenido una historia bastante convulsa, ?no? Entonces, para medir, por ejemplo, cuestiones como el progreso en el estado de bienestar o en la situaci?n de la mujer o la justicia y todas estas cosas, tenemos que tener el referente de d?nde venimos.Refiriéndose a la educaci?n p?blica dice, en un pasaje de «Volver a d?nde», que es «la mejor esperanza, casi ?nica, de progreso social». ?Es hoy m?s que nunca una defensa a ultranza de la misma?Yo creo que s?. Una de las lecciones que hemos aprendido en el ?ltimo tiempo, en la pandemia, es el valor radical de lo p?blico, es lo que hace que una sociedad sea justa o injusta. Son dos cosas bastante simples. Una es que haya una educaci?n p?blica y otra que haya una sanidad p?blica, ?no? Y, claro, por supuesto, que haya una buena administraci?n p?blica. Yo he vivido mucho tiempo en Estados Unidos y he visto un pa?s en el que la que la sanidad y la educaci?n est?n gobernadas por el dinero. Vivimos en una comunidad, la Comunidad de Madrid, en la cual hay presiones fort?simas para privatizar la sanidad y para privatizar la educaci?n. De hecho, en la Comunidad de Madrid, la educaci?n p?blica ya es minoritaria, es menos del 50%. Es una cuesti?n que creo que es fundamental. Si no existe eso, no hay nada. Si no hay una buena educaci?n p?blica, ?quién va a poder progresar? ?Quién va a poder descubrir su vocaci?n? No para ser escritor o para ser médico, para ser lo que sea.?Cree que estamos viviendo un retroceso social o, por el contrario, progresamos a pesar de los obst?culos? Bueno, ah? se progresa o se retrocede. Habl?bamos antes del valor del presente y del pasado, y es ah? cuando te das cuenta del progreso gigantesco que hemos hecho. También hay muchas cosas en las que se ha retrocedido, porque, por ejemplo, ahora la gente joven tiene menos posibilidades que cuando yo era joven y tiene mucha m?s dificultad para encontrar una vivienda. Entonces, igual que se progresa, se puede retroceder.Usted ha realizado una literatura de memoria personal. ?Qué diferencia existe entre este concepto y la autoficci?n?Es que ese concepto no lo entiendo. Yo creo que a m? me gusta escribir dos cosas que son muy distintas entre s? y me gustan por igual. Me gusta escribir ficci?n, en la cual soy libre para inventar, y me gusta escribir no ficci?n porque escribo en peri?dicos y porque he escrito libros como el que t? has mencionado, como «Ardor guerrero». Creo que uno elige una cosa o la otra; adem?s, hay un pacto con el lector. Eso es muy importante para m? y creo que es importante a la hora de que el lector se acerque al libro. No sé lo que significa autoficci?n: cuando se mezcla la realidad con la ficci?n se est? haciendo ficci?n. Usted es académico de la lengua. Con los nuevos tiempos, la tecnolog?a ha llevado a la lengua a una simplificaci?n un tanto inquietante. ?Qué opina del abuso de este lenguaje?Creo que, m?s que con la tecnolog?a, tiene que ver con la ignorancia. Utilizar la tecnolog?a no quiere decir que se tenga que escribir de una manera o tengas que expresarte de una forma m?s vulgar o m?s simple. Solo tiene que ver con el nivel de educaci?n y con la complejidad de los sentimientos o de las cosas que uno quiera expresar. No creo que sea responsabilidad de la tecnolog?a.?C?mo ve la literatura actual o c?mo percibe la evoluci?n que ha tenido el mundo literario desde que public? «El Robinson urbano»?Bueno, yo puedo evaluar la revoluci?n social que yo he visto, es decir, desde que yo empecé a publicar hasta ahora, hubo un progreso muy grande. A partir de mediados finales de los a?os 80, que empez? a haber un p?blico lector muy amplio; luego, con la crisis de 2008 y con la que coincidi? con la pirater?a y todo eso, fue un retroceso, que, en términos cuantitativos, est? muy claro. Afortunadamente, parece ser que, a partir de la pandemia, se ha recuperado bastante. Creo que el cambio que ha habido fundamental es que, cuando yo empecé a publicar, ibas a un encuentro literario, lo que fuera, y los invitados s?lo eran hombres. Ahora eso se ha corregido mucho, hay muchas m?s mujeres. Creo que es el gran cambio. El cambio fundamental que ha ocurrido en términos sociales ha sido que, cuando yo empecé, en un panel o en una mesa redonda no hubiera ninguna mujer. Eso ahora te parece inaudito. Ese cambio creo que ha sido muy importante. Luego, ya, la calidad de lo que escribimos, lo que es la falta de calidad, eso ya es cosa de cada uno. Pero no por género, sino por calidad, por persona.Dijo en una entrevista que usted no ha tenido nunca pose de escritor, que es m?s de oficio en silencio. ?Cu?l es su concepto del acto literario? Es que es un trabajo. Es un trabajo, un oficio que uno hace porque le gusta y, en parte, también porque se dedica a eso, porque se gana la vida con eso. Luego tiene una parte complementaria que cada cual tiene que medir hasta d?nde la lleva: es la presencia p?blica para favorecer el conocimiento de tu trabajo. Yo creo que eso hay que administrarlo con mucho cuidado, porque no puedes convertirte en un personaje de ti mismo o en un vendedor a domicilio de lo que escribes. Tienes que mantener, creo yo, un equilibrio, entre otras cosas, porque para escribir y para trabajar, para experimentar el mundo con atenci?n y con profundidad, se necesita una vida privada muy tranquila. Cuando yo publico un libro, me comprometo a hacer una cierta promoci?n m?s all? de un cierto l?mite. Tengo muy claro que la vida literaria, para m?, es estar en mi casa trabajando o estar con mi familia o con mis amigos. De otra forma se corre el peligro de poder convertirte en una atracci?n.Dirigi? el instituto Cervantes de Nueva York, por lo tanto, conoce los entresijos de la gesti?n cultural. ?C?mo ve el futuro de la cultura en general y del libro en particular?No, la gesti?n p?blica cultural es una cosa muy espec?fica. Adem?s, en el caso del Instituto Cervantes, yo estuve un par de a?os solo. Antes hab?a trabajado en eso, fui funcionario en Granada. Creo que el futuro del libro est? conectado al futuro de la educaci?n y al futuro de la justicia. Si hoy s? hay una buena educaci?n y en esa educaci?n se insiste en los valores human?stico y creativo, pues habr? lectores para la literatura. Evidentemente, debe haber un cierto grado de justicia social para que la gente tenga el sosiego suficiente y los medios suficientes como para dedicar un tiempo y una parte de su dinero a la cultura. En la medida en que la educaci?n abandona esos valores humanistas y todo eso, pues entonces habr? una decadencia. No depende ni de los escritores ni tampoco de la tecnolog?a, depende del nivel de la educaci?n. ?Qué libro recomendar?a a los lectores de esta entrevista?Recomendar?a un libro que est? a punto de salir, que se titula «En la boca del lobo», la ?ltima novela de Elvira Lindo. Sale en una semana.



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