الريــم
03-27-2023, 02:26 PM
Tal d?a como hoy de hace 46 a?os, los teléfonos sonaron a discreci?n en la Casa Blanca y en el Kremlin. Estados Unidos envi? a agentes de la CIA para recoger pistas sobre el terreno en el que chocaron los Jumbos, pero la KGB tampoco perdi? detalle de lo que estaba ocurriendo en Tenerife Norte.
El independentista Antonio Cubillo estaba en el punto de mira de la CIA mucho antes de que sus agentes se presentaran en las primeras horas de la ma?ana del 28 de marzo de 1977 en el lugar en el que se cruzaron los Jumbos. En realidad, aterrizaron en Los Rodeos en un reactor militar –fue una de las pocas operaciones autorizadas– horas después del impacto entre los Boeing de KLM y Pan Am. Al rato se abri? un peque?o corredor de emergencia para la llegada de altos cargos e inspectores de cat?strofes aéreas.*Algunos realizaron ese tr?nsito a través de Gando y luego se embarcaron en la capital grancanaria con rumbo al*puerto de Santa Cruz de Tenerife.
Aunque el informe de culpas no se?ala a Cubillo como pieza que influy? directamente en este suceso, todas las partes que intervinieron en la investigaci?n advirtieron que si no se hubiera cerrado Gran Canaria por la acci?n y amenaza terrorista del Mpaiac la historia ser?a otra. Estados Unidos sab?a de la existencia del abogado lagunero y la URSS esos a?os siempre dorm?a con un ojo puesto sobre su eterno rival en la Guerra Fr?a. Esta cansina contravigilancia fue lo que origin? que estadounidenses y soviéticos descubrieran San Crist?bal de La Laguna el 27 de marzo de 1977.
Tres agentes de la CIA y funcionarios de la embajada de Estados Unidos en Madrid obtuvieron el s? del Gobierno del centrista Adolfo Su?rez, presidente preconstitucional de Espa?a, para manejarse con libertad de movimientos por el per?metro por el que se esparcieron los restos de las aeronaves. Se alojaron en el hotel Mencey santacrucero, pero antes dieron ?rdenes para que se acotara la zona y ésta quedara bajo el control de la*Guardia Civil: en las primeras horas de la tragedia los reporteros gr?ficos llegaron a estar a metros de las piezas en llamas y el descontrol con respecto a las personas [muchos voluntarios escucharon la noticia por las emisoras de radio y entraron en el campo de vuelo a través de un vallado roto con la intenci?n de auxiliar] que transitaban por la zona cero oblig? a marcar unos l?mites en los que s?lo pod?an estar personal del aeropuerto, Cruz Roja, equipos policiales [Guardia Civil, Polic?a Armada y agentes municipales] y militares.*No todos los restos se pudieron recuperar antes del anochecer del 27 de marzo [algunos no se identificaron porque se vieron afectados por unos altos niveles de quemaduras, casi chamuscados, o se trataba de miembros que hab?an sufrido alg?n tipo de amputaci?n al entrar en contacto con los fuselajes] y los agentes de la CIA volvieron con las primeras luces del d?a a La Laguna.*S?lo los soldados de Artiller?a permanecieron entre los herrajes rebuscando en una parcela a?n humeante con los estadounidenses y los peritos de las aseguradoras.
623
minutos de incendio
Los bomberos no lograron extinguir las llamas desencadenadas a ra?z de la colisi?n de los Boeing 747 hasta pasadas las tres y media de la ma?ana del 28 de marzo.
Envalentonado por la visibilidad que hall? su causa en menos de 24 horas, Cubillo no dud? en declara que «estamos en guerra». Esa frase pod?a significar poca cosa para los gobernantes espa?oles, pero en los o?dos de naciones con callos en mil batallas casi se convirti? en una declaraci?n belicosa. El desastre estaba aqu?, pero en Madrid se multiplicaron los cables de condolencias –el de Jimmy Carter y la reina Margarita de Holanda ten?an un sentido de pésame y ?nimo a los familiares por las cientos de pérdidas humanas–, pero también llegaron los habituales comunicados de «yo no fui», remitidos por pa?ses con grandes servicios secretos que decidieron moverse [Marruecos, Argelia, Francia, Reino Unido, Israel] antes de que se empezara a clarificar que, por esta vez, el error humano estaba por delante de la propaganda del Mpaiac, que a?n no hab?a puesto la bomba en el monumento a Cervantes de Madrid o en la sede lagunera del Banco de Vizcaya, acto terrorista en el que muri? el artificiero Rafael Valdenebro Sotelo, la ?nica v?ctima mortal atribuida oficialmente al proyecto de Cubillo. Estas dos acciones se dataron en los meses que siguieron al accidente de los Jumbos, exactamente, en 1978.
También en el a?o en el que Argentina conquist? su primer Mundial, el de Mario Matador Kempes, el cerco a Antonio Cubillo en Argelia se estrech?.*Estados Unidos, ya con el informe de culpas medianamente aclarado [el capit?n holandés Van Zanten despeg? sin autorizaci?n, los pilotos y la torre de control de Los Rodeos no emplearon el lenguaje adecuado, la tripulaci?n de Pan Am se confundi? de salida y la congesti?n aérea afect? a las operaciones], intent? meterle mano al tinerfe?o, pero no lo logr? gracias a las labores de contraespionaje de los argelinos, que s? que se vieron sorprendidos en un intento de asesinato fallido, encargado al sicario José Luis Espinosa Pardo por orden de los servicios secretos, que acab? con varias cuchilladas de gravedad, la posterior expulsi?n del canario del Movimiento por la Autodeterminaci?n e Independencia del Archipiélago Canario (1979) y el abono de una indemnizaci?n de m?s de 150.000 euros al letrado lagunero como compensaci?n del ataque.
El Tribunal Supremo se?ala a Antonio Cubillo
El Tribunal Supremo inform? en enero de 2014 que no cre?a que llamar «terrorista» al abogado Antonio Cubillo (1930 / La Laguna - 2012 / Santa Cruz de Tenerife) vulneraba su derecho al honor y, adem?s, concluy? que la explosi?n que se atribuy? el Movimiento por la Autodeterminaci?n e Independencia del Archipiélago Canario (Mpaiac) en la florister?a del aeropuerto de Gando, que oblig? a cerrar las instalaciones aeroportuarias y a desviar el tr?fico aéreo a Tenerife Norte ante la posibilidad de que hubiera m?s artefactos, fue la causa que origin? el choque de los Jumbos en Los Rodeos. Ese accidente se sald? con 583 fallecidos y 61 heridos. La sentencia emitida en el invierno de 2012 puntualiza que el término utilizado puede ser «grave» pero que no «se trata de meras insidias carentes del m?s m?nimo fundamento». El Tribunal Supremo, pues, s?lo ratific? una sentencia emitida en primera instancia por un juzgado –fall? en contra de la petici?n de Cubillo para que se condenara al periodista Javier Chavanel por referirse a él en estos términos durante un programa en 2008– y, posteriormente, la confirmaci?n de la Audiencia Provincial. El Supremo insiste en que es el propio Antonio Cubillo quien reconoci? en varias ocasiones su pertenencia al Mpaiac. | J.D.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sociedad/guerra-fria-rodeos-85233022)
El independentista Antonio Cubillo estaba en el punto de mira de la CIA mucho antes de que sus agentes se presentaran en las primeras horas de la ma?ana del 28 de marzo de 1977 en el lugar en el que se cruzaron los Jumbos. En realidad, aterrizaron en Los Rodeos en un reactor militar –fue una de las pocas operaciones autorizadas– horas después del impacto entre los Boeing de KLM y Pan Am. Al rato se abri? un peque?o corredor de emergencia para la llegada de altos cargos e inspectores de cat?strofes aéreas.*Algunos realizaron ese tr?nsito a través de Gando y luego se embarcaron en la capital grancanaria con rumbo al*puerto de Santa Cruz de Tenerife.
Aunque el informe de culpas no se?ala a Cubillo como pieza que influy? directamente en este suceso, todas las partes que intervinieron en la investigaci?n advirtieron que si no se hubiera cerrado Gran Canaria por la acci?n y amenaza terrorista del Mpaiac la historia ser?a otra. Estados Unidos sab?a de la existencia del abogado lagunero y la URSS esos a?os siempre dorm?a con un ojo puesto sobre su eterno rival en la Guerra Fr?a. Esta cansina contravigilancia fue lo que origin? que estadounidenses y soviéticos descubrieran San Crist?bal de La Laguna el 27 de marzo de 1977.
Tres agentes de la CIA y funcionarios de la embajada de Estados Unidos en Madrid obtuvieron el s? del Gobierno del centrista Adolfo Su?rez, presidente preconstitucional de Espa?a, para manejarse con libertad de movimientos por el per?metro por el que se esparcieron los restos de las aeronaves. Se alojaron en el hotel Mencey santacrucero, pero antes dieron ?rdenes para que se acotara la zona y ésta quedara bajo el control de la*Guardia Civil: en las primeras horas de la tragedia los reporteros gr?ficos llegaron a estar a metros de las piezas en llamas y el descontrol con respecto a las personas [muchos voluntarios escucharon la noticia por las emisoras de radio y entraron en el campo de vuelo a través de un vallado roto con la intenci?n de auxiliar] que transitaban por la zona cero oblig? a marcar unos l?mites en los que s?lo pod?an estar personal del aeropuerto, Cruz Roja, equipos policiales [Guardia Civil, Polic?a Armada y agentes municipales] y militares.*No todos los restos se pudieron recuperar antes del anochecer del 27 de marzo [algunos no se identificaron porque se vieron afectados por unos altos niveles de quemaduras, casi chamuscados, o se trataba de miembros que hab?an sufrido alg?n tipo de amputaci?n al entrar en contacto con los fuselajes] y los agentes de la CIA volvieron con las primeras luces del d?a a La Laguna.*S?lo los soldados de Artiller?a permanecieron entre los herrajes rebuscando en una parcela a?n humeante con los estadounidenses y los peritos de las aseguradoras.
623
minutos de incendio
Los bomberos no lograron extinguir las llamas desencadenadas a ra?z de la colisi?n de los Boeing 747 hasta pasadas las tres y media de la ma?ana del 28 de marzo.
Envalentonado por la visibilidad que hall? su causa en menos de 24 horas, Cubillo no dud? en declara que «estamos en guerra». Esa frase pod?a significar poca cosa para los gobernantes espa?oles, pero en los o?dos de naciones con callos en mil batallas casi se convirti? en una declaraci?n belicosa. El desastre estaba aqu?, pero en Madrid se multiplicaron los cables de condolencias –el de Jimmy Carter y la reina Margarita de Holanda ten?an un sentido de pésame y ?nimo a los familiares por las cientos de pérdidas humanas–, pero también llegaron los habituales comunicados de «yo no fui», remitidos por pa?ses con grandes servicios secretos que decidieron moverse [Marruecos, Argelia, Francia, Reino Unido, Israel] antes de que se empezara a clarificar que, por esta vez, el error humano estaba por delante de la propaganda del Mpaiac, que a?n no hab?a puesto la bomba en el monumento a Cervantes de Madrid o en la sede lagunera del Banco de Vizcaya, acto terrorista en el que muri? el artificiero Rafael Valdenebro Sotelo, la ?nica v?ctima mortal atribuida oficialmente al proyecto de Cubillo. Estas dos acciones se dataron en los meses que siguieron al accidente de los Jumbos, exactamente, en 1978.
También en el a?o en el que Argentina conquist? su primer Mundial, el de Mario Matador Kempes, el cerco a Antonio Cubillo en Argelia se estrech?.*Estados Unidos, ya con el informe de culpas medianamente aclarado [el capit?n holandés Van Zanten despeg? sin autorizaci?n, los pilotos y la torre de control de Los Rodeos no emplearon el lenguaje adecuado, la tripulaci?n de Pan Am se confundi? de salida y la congesti?n aérea afect? a las operaciones], intent? meterle mano al tinerfe?o, pero no lo logr? gracias a las labores de contraespionaje de los argelinos, que s? que se vieron sorprendidos en un intento de asesinato fallido, encargado al sicario José Luis Espinosa Pardo por orden de los servicios secretos, que acab? con varias cuchilladas de gravedad, la posterior expulsi?n del canario del Movimiento por la Autodeterminaci?n e Independencia del Archipiélago Canario (1979) y el abono de una indemnizaci?n de m?s de 150.000 euros al letrado lagunero como compensaci?n del ataque.
El Tribunal Supremo se?ala a Antonio Cubillo
El Tribunal Supremo inform? en enero de 2014 que no cre?a que llamar «terrorista» al abogado Antonio Cubillo (1930 / La Laguna - 2012 / Santa Cruz de Tenerife) vulneraba su derecho al honor y, adem?s, concluy? que la explosi?n que se atribuy? el Movimiento por la Autodeterminaci?n e Independencia del Archipiélago Canario (Mpaiac) en la florister?a del aeropuerto de Gando, que oblig? a cerrar las instalaciones aeroportuarias y a desviar el tr?fico aéreo a Tenerife Norte ante la posibilidad de que hubiera m?s artefactos, fue la causa que origin? el choque de los Jumbos en Los Rodeos. Ese accidente se sald? con 583 fallecidos y 61 heridos. La sentencia emitida en el invierno de 2012 puntualiza que el término utilizado puede ser «grave» pero que no «se trata de meras insidias carentes del m?s m?nimo fundamento». El Tribunal Supremo, pues, s?lo ratific? una sentencia emitida en primera instancia por un juzgado –fall? en contra de la petici?n de Cubillo para que se condenara al periodista Javier Chavanel por referirse a él en estos términos durante un programa en 2008– y, posteriormente, la confirmaci?n de la Audiencia Provincial. El Supremo insiste en que es el propio Antonio Cubillo quien reconoci? en varias ocasiones su pertenencia al Mpaiac. | J.D.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sociedad/guerra-fria-rodeos-85233022)