الريــم
03-26-2023, 05:20 PM
Cuando Santiago Beruete ofreci? a la editorial Turner el manuscrito de 'Jardinosof?a. Una historia filos?fica de los jardines' (2016), le dijeron que los anglosajones eran adictos al 'nature writing' ('la escritura de la naturaleza'), pero que en Espa?a no hab?a nicho. No solo fue un exitazo, sino que detr?s vendr?an 'Verdolatr?a' y 'Aprend?voros', y en breve presentar? 'Un trozo de tierra'. ?l y el alem?n Peter Wohlleben, autor de 'La vida secreta de los ?rboles' (Obelisco), desencadenaron un 'boom' verde en las librer?as.
?Qué fibra tocan? La principal, coinciden los que exploran la veta –del neurobi?logo italiano Stefano Mancuso ('El futuro es vegetal', 'La naci?n de las plantas' o 'La planta del mundo'), al fil?sofo Byung-Chul Han ('Vida contemplativa' y 'Loa a la tierra'), pasando por el antrop?logo Eduardo Kohn ('C?mo piensan los bosques') o el fil?logo Marco Martella (‘Un peque?o mundo. Un mundo perfecto'), por ejemplo–, es la necesidad de abandonar la (destructiva) posici?n central que ocupamos en la naturaleza. El contacto con lo vegetal permite experimentar otras formas de relacionarnos con la tierra y con los otros habitantes del planeta.
Plantar es plantarse
"El jard?n es uno de los pocos s?mbolos sagrados que a?n perduran en un mundo secularizado", apunta Beruete. Un remedo del para?so perdido. Pero, adem?s, se?ala, "el sencillo gesto de plantar es un acto de resistencia, de insumisi?n. Plantar no es m?s que una forma de plantarse contra el consumismo compulsivo, contra el frenes? del 'siempre m?s'". Y no hace falta tener hect?reas. Valen los huertos urbanos y hasta los tiestitos del balc?n. A su juicio, hay dos tipos de personas: "las que ven la Tierra como un espacio de consumo y explotaci?n, y las que tienen una concepci?n de jardinero, que la ven como un espacio que debemos cuidar", aventura.
"El jard?n es uno de los pocos s?mbolos sagrados que a?n perduran en un mundo secularizado" (Santiago Beruete)
Los jardines y los huertos se convierten, as?, en una escuela de valores éticos: la paciencia, la humildad, la tenacidad, la esperanza, la gratitud". Ellas, las plantas, ante un problema, no tienen el recurso de salir por piernas. Colaboran entre ellas para encontrar la soluci?n. "Es una resiliencia vegetal que podr?amos hacer nuestra", se?ala Beruete y es algo que también subraya el neurobi?logo Stefano Mancuso, quiz? el mayor defensor de la inteligencia vegetal, en cuyo laboratorio ha comprobado que las plantas son 'conscientes' de lo que ocurre en su cuerpo y en el exterior. "La idea de que el hombre es superior a un helecho es est?pida –recalca el italiano–. Si en la vida el objetivo es la supervivencia de la especie, el homo sapiens est? aqu? desde hace 300.000 a?os y la vida media del resto de los seres vivos es de 5 millones. ?Quién es superior?".
Oportunidad de repensar
En esta l?nea, en oto?o Seix Barral publicar? en castellano 'Planta Sapiens', del catedr?tico de L?gica y Filosof?a de la Ciencia Paco Calvo, director del MINT Lab (Laboratorio de Inteligencia M?nima, especializado en Filosof?a de la Ciencia Cognitiva y de la Neurobiolog?a Vegetal) de la Universidad de Murcia. "Cuanto m?s estudiamos a las plantas en el laboratorio, m?s veo que lo importante no es ni cerebral ni intracraneal", constata. Solo que no logramos desembarazarnos de la visi?n antropocéntrica. "Eso nos impide apreciar que lo que les interesa a ellas no tiene por qué tener nada que ver con lo que pensamos que deber?a interesarles. Gracias a las plantas podemos repensarnos", invita.
Y el fil?sofo Michael Marder, investigador de la Universidad del Pa?s Vasco y autor de 'El vertedero filos?fico' (Ned Ediciones) va m?s all?. "Cuando miramos la base del alma humana, en el fondo encontramos la planta", dice. Marder volvi? la mirada hacia el 'De anima' de Arist?teles, que dec?a que el alma vegetal –responsable de las funciones elementales de la vida: la nutrici?n y la alimentaci?n– est? en todos los seres vivos, pero que, desde Plat?n, la filosof?a se ha preocupado solo de lo inmutable, de lo que permanece. "Lo m?s asombroso es que hemos dado cuerpo a esos sue?os locos de los fil?sofos, como los pl?sticos o los residuos nucleares, que se han convertido en la pesadilla medioambiental", razona. Tocar?a, dice, darle una vuelta a la metaf?sica occidental.
"Cuando miramos la base del alma humana, en el fondo encontramos la planta" (Michael Marder)
En este sentido, Emanuele Coccia, autor de 'La vida de las plantas' (Mi?o y D?vila), hace notar que una planta no solo almacena en su cuerpo la energ?a solar que da vida a los animales, también la dan los desechos de su existencia (el ox?geno). "Se entregan al otro y viven con el resto sin dominarlo", apostilla Marder. "La relaci?n fundamental que define el v?nculo entre el humano y el no humano ya no deber?a ser la caza, el pastoreo o la agricultura, sino una cierta forma de jardiner?a", propone Coccia.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/cultura/boom-vegetal-libros-jardines-bosques-85198473)
?Qué fibra tocan? La principal, coinciden los que exploran la veta –del neurobi?logo italiano Stefano Mancuso ('El futuro es vegetal', 'La naci?n de las plantas' o 'La planta del mundo'), al fil?sofo Byung-Chul Han ('Vida contemplativa' y 'Loa a la tierra'), pasando por el antrop?logo Eduardo Kohn ('C?mo piensan los bosques') o el fil?logo Marco Martella (‘Un peque?o mundo. Un mundo perfecto'), por ejemplo–, es la necesidad de abandonar la (destructiva) posici?n central que ocupamos en la naturaleza. El contacto con lo vegetal permite experimentar otras formas de relacionarnos con la tierra y con los otros habitantes del planeta.
Plantar es plantarse
"El jard?n es uno de los pocos s?mbolos sagrados que a?n perduran en un mundo secularizado", apunta Beruete. Un remedo del para?so perdido. Pero, adem?s, se?ala, "el sencillo gesto de plantar es un acto de resistencia, de insumisi?n. Plantar no es m?s que una forma de plantarse contra el consumismo compulsivo, contra el frenes? del 'siempre m?s'". Y no hace falta tener hect?reas. Valen los huertos urbanos y hasta los tiestitos del balc?n. A su juicio, hay dos tipos de personas: "las que ven la Tierra como un espacio de consumo y explotaci?n, y las que tienen una concepci?n de jardinero, que la ven como un espacio que debemos cuidar", aventura.
"El jard?n es uno de los pocos s?mbolos sagrados que a?n perduran en un mundo secularizado" (Santiago Beruete)
Los jardines y los huertos se convierten, as?, en una escuela de valores éticos: la paciencia, la humildad, la tenacidad, la esperanza, la gratitud". Ellas, las plantas, ante un problema, no tienen el recurso de salir por piernas. Colaboran entre ellas para encontrar la soluci?n. "Es una resiliencia vegetal que podr?amos hacer nuestra", se?ala Beruete y es algo que también subraya el neurobi?logo Stefano Mancuso, quiz? el mayor defensor de la inteligencia vegetal, en cuyo laboratorio ha comprobado que las plantas son 'conscientes' de lo que ocurre en su cuerpo y en el exterior. "La idea de que el hombre es superior a un helecho es est?pida –recalca el italiano–. Si en la vida el objetivo es la supervivencia de la especie, el homo sapiens est? aqu? desde hace 300.000 a?os y la vida media del resto de los seres vivos es de 5 millones. ?Quién es superior?".
Oportunidad de repensar
En esta l?nea, en oto?o Seix Barral publicar? en castellano 'Planta Sapiens', del catedr?tico de L?gica y Filosof?a de la Ciencia Paco Calvo, director del MINT Lab (Laboratorio de Inteligencia M?nima, especializado en Filosof?a de la Ciencia Cognitiva y de la Neurobiolog?a Vegetal) de la Universidad de Murcia. "Cuanto m?s estudiamos a las plantas en el laboratorio, m?s veo que lo importante no es ni cerebral ni intracraneal", constata. Solo que no logramos desembarazarnos de la visi?n antropocéntrica. "Eso nos impide apreciar que lo que les interesa a ellas no tiene por qué tener nada que ver con lo que pensamos que deber?a interesarles. Gracias a las plantas podemos repensarnos", invita.
Y el fil?sofo Michael Marder, investigador de la Universidad del Pa?s Vasco y autor de 'El vertedero filos?fico' (Ned Ediciones) va m?s all?. "Cuando miramos la base del alma humana, en el fondo encontramos la planta", dice. Marder volvi? la mirada hacia el 'De anima' de Arist?teles, que dec?a que el alma vegetal –responsable de las funciones elementales de la vida: la nutrici?n y la alimentaci?n– est? en todos los seres vivos, pero que, desde Plat?n, la filosof?a se ha preocupado solo de lo inmutable, de lo que permanece. "Lo m?s asombroso es que hemos dado cuerpo a esos sue?os locos de los fil?sofos, como los pl?sticos o los residuos nucleares, que se han convertido en la pesadilla medioambiental", razona. Tocar?a, dice, darle una vuelta a la metaf?sica occidental.
"Cuando miramos la base del alma humana, en el fondo encontramos la planta" (Michael Marder)
En este sentido, Emanuele Coccia, autor de 'La vida de las plantas' (Mi?o y D?vila), hace notar que una planta no solo almacena en su cuerpo la energ?a solar que da vida a los animales, también la dan los desechos de su existencia (el ox?geno). "Se entregan al otro y viven con el resto sin dominarlo", apostilla Marder. "La relaci?n fundamental que define el v?nculo entre el humano y el no humano ya no deber?a ser la caza, el pastoreo o la agricultura, sino una cierta forma de jardiner?a", propone Coccia.
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