الريــم
03-22-2023, 03:28 PM
Entre el final de la Guerra Civil y 1962 se levant? en Santander Barrio Venecia, un asentamiento que hubiera fascinado a Erwin Schr?dinger desde el momento en que existi? y, al mismo tiempo, nunca existi?. En palabras del escritor Alberto Santamar?a, "se trataba de un abismo en el que familias pobres hab?an construido unas precarias casas de madera" que nunca estuvieron oficialmente reconocidas.
La paradoja es a?n mayor si se atiende a que, para que Barrio Venecia finalmente existiera, antes tuvo que desaparecer. "Fue la edificaci?n de la f?brica Candina y de las casas para los trabajadores lo que permiti? 'legalizar' ese territorio. Sobre la base de la destrucci?n de las viejas casas de madera y alrededor de la f?brica se erigi? el nuevo barrio. Todo ello auspiciado por unos niveles enormes de corrupci?n dentro de las elites franquistas de la ciudad", relata Santamar?a.
Tanto ese primer asentamiento que no exist?a oficialmente como el que finalmente se legaliz? alrededor de la empresa Candina, se anegaban cada vez que la marea del Cant?brico sub?a. En consecuencia, Barrio Venecia no era el nombre real del lugar, sino una denominaci?n popular que inclu?a tanto humor como amargura y una cierta sensaci?n de derrota porque, apunta Santamar?a, "de fondo el capitalismo operaba para ir devorando el barrio".
La familia socialista
Alberto Santamar?a pas? su infancia y parte de su juventud en el Barrio Venecia erigido por Candina, empresa dedicada a fabricar derivados de la grasa. Su entorno industrial, sus desguaces y su abandono urban?stico han inspirado, en mayor o menor medida, toda la obra de este fil?sofo, poeta y prosista. Especialmente su ?ltima novela, Barrio Venecia, que forma parte de Episodios Nacionales, la colecci?n de la editorial Lengua de Trapo que repasa diferentes eventos o realidades de la historia espa?ola reciente, desde la Transici?n a la actualidad.
"No hay libro m?o en el que de un modo u otro no estén presentes esas cuestiones y esas im?genes, pero no fue hasta hace un par de a?os cuando me propuse dar un cierto orden a toda esa historia desperdigada por ah?, darle otro ritmo, situarla incluso hist?ricamente. El punto de partida o la causa de su escritura es el momento en que tomé conciencia de que, a partir de ese d?a, yo era mayor que mi padre. En ese momento empecé a escribir este libro en el que me descubro metiéndome a m? mismo en la historia, que es la m?a".
Si bien Barrio Venecia es una novela en la que tiene un gran peso la autobiograf?a de su autor, "al menos todo lo autobiogr?fico que pueda ser la narraci?n basada en la memoria", el libro es también un relato sobre el cierre de la f?brica Candina y el desmantelamiento del tejido industrial del pa?s llevado a cabo por los diferentes gobiernos socialistas. Unas decisiones que abocaron al paro y la precarizaci?n a buena parte de la clase trabajadora del lugar que, a pesar de la lucha realizada para defender sus puestos de trabajo, fue completamente derrotada.
https://uc-4u.com/clip/bbe08b4d-3286-453f-a2e2-eb6f47cbf52d_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg F?brica de la empresa Candina que fue el germen del 'Barrio Venecia' de Santander. | PABLO HOJAS
"Siempre que aparece este tema, retomo aquellas palabras de Rosa Luxemburgo, que dec?a algo as?, y cito de memoria: 'los errores cometidos por la clase trabajadora en su intento de cambio son de un valor incomparablemente mayores que la infalibilidad del mejor de los comités centrales'. En mi caso he tratado de narrar una derrota, pero también una puerta abierta porque no debemos dejar de recordar que, en la derrota y en el error, hay siempre un avance", explica Santamar?a, cuyos padres, a pesar de lo vivido y lo sufrido, continuaron siendo fieles votantes socialistas durante a?os.
"En mi casa hab?a una sensaci?n de pertenencia al PSOE, algo as? como si form?ramos parte de una familia socialista. Mi abuelo era secretario general de PSOE en Torrelavega, y cargo en UGT. Yo le acompa?é a muchos m?tines en mi infancia y ve?a esa tendencia a verse como una comunidad, pero esto se fue desinflando progresivamente. Mi madre lo pas? francamente mal, y estoy convencido de que lleg? a llorar el d?a que dej? de votar al PSOE hace ya unos a?os, asqueada por su farsa y su connivencia con las clases dominantes. No obstante, mi madre es m?s de izquierdas ahora que hace cuarenta a?os y creo que, como ella, mucha gente de su generaci?n descubri? tard?amente el gran timo del socialismo espa?ol, su car?cter anestesiante", reconoce Santamar?a, que sigue desgranando las claves de Barrio Venecia en la siguiente entrevista.
Uno de los personajes de la novela afirma: "el problema es que siempre fue la clase obrera la que dio forma a la izquierda […] pero ahora sucede al revés: es la izquierda la que est? como loca, como borracha y desorientada tratando de dar forma a la clase obrera". ?Ha habido una brecha entre la clase obrera y sus representantes?Esa frase no se me olvidar?. La escuché siendo muy joven y se me qued? ah? clavada. Tenemos grandes libros y an?lisis marxol?gicos sobre el concepto de clase, sin embargo, a d?a de hoy, la clave est? en el concepto de lucha. Necesitamos asumir que el concepto de lucha se debe expandir y asumir formas diversas. Dec?a Luk?cs en Historia y conciencia de clase que la clase obrera no tiene ideales que realizar, sino que tiene que crear sus propias formas de lucha y sus objetivos a partir de las transformaciones hist?ricas del presente. Por ello, no es tanto que haya una fractura entre clase y representaci?n, sino que se ha fomentado la apat?a radical. Hoy se nos habla de "mejorar la vida de la gente" como un predicado revolucionario, como si "la gente" fuese un fantasma sin forma, cuando en realidad la gente es la que deber?a tomar las riendas para mejorar su vida.
Se ha creado o fomentado algo terrible: el miedo a la calle. En general, el miedo al otro. Entonces toda voluntad de vida en com?n es maliciosa, y es ah? cuando Securitas Direct te dice que hay okupas por todos lados. El capitalismo se alimenta de eso"
Otra de las reflexiones que aparecen en el libro es aquella que afirma que los ni?os del barrio pasan el d?a en la calle, "sin apenas observaci?n de adultos, pero todas las familias saben que los ni?os est?n siendo cuidados, no por nadie en concreto, sino por todos". ?Parte de la derrota de la clase obrera se ha debido al desmantelamiento de las redes de cercan?a y apoyo mutuo?Este cambio es interesante y sintom?tico. El concepto de comunidad ha variado. Ahora la comunidad se vertebra fundamentalmente en base al consumismo. Tiempo de ocio es tiempo de consumo y, al mismo tiempo, se ha creado o fomentado algo terrible: el miedo a la calle. En general, el miedo al otro. Entonces todo gesto es sospechoso, toda voluntad de vida en com?n, maliciosa, y es ah? cuando Securitas Direct te dice que hay okupas por todos lados, etc. El capitalismo se alimenta de eso: necesita fomentar la fractura de v?nculos comunitarios anticompetitivos para poner en primer lugar el valor individualista y competitivo al que denomina pomposa y babosamente "libertad".?Qué papel juegan las relaciones laborales en ese concepto capitalista de libertad?Otro de los temas centrales de la novela, por no decir el tema fundamental, es justamente el rechazo del trabajo, de una sociedad centrada en y asfixiada por el trabajo como autoexplotaci?n. Odio al trabajo siempre porque, ?c?mo va a hacer el trabajo que seamos libres e independientes cuando precisamente porque trabajamos no somos libres ni independientes? Solo una sociedad completamente devorada por el capitalismo entiende as? la libertad, la independencia y por eso tenemos algo tan absurdo como la "cultura del esfuerzo". Repensar esta idea del trabajo es importante y este rechazo, este odio y esta precauci?n ante todo discurso de ensalzamiento del trabajo es un aprendizaje que yo he sacado de crecer en un barrio obrero.
De mi barrio no me fascinaba de chaval tanto el car?cter pol?tico o el contexto de conflicto laboral como el paisaje, el lugar, los ?rboles naciendo entre el ?xido, las ruedas amontonadas, los barriles de metal abandonados…"
A pesar de haber crecido en un entorno obrero, o tal vez por ello, 'Barrio Venecia' no presenta una visi?n rom?ntica de ese entorno, sino todo lo contrario.Siempre he tenido una relaci?n amor-odio con mi barrio y he tratado de reflejarlo en el libro sin idealizar nada. De mi barrio no me fascinaba de chaval tanto el car?cter pol?tico o el contexto de conflicto laboral como el paisaje, el lugar, los ?rboles naciendo entre el ?xido, las ruedas amontonadas, los barriles de metal abandonados… Eso era lo verdaderamente fascinante para m?, que se sumaba a mi atracci?n por la ciencia ficci?n antes que por la literatura obrera o social con la que, dicho sea de paso, nunca he llegado a sintonizar, a pesar de que me guste e interese.De hecho, el narrador hace lo posible para salir del barrio aprovechando la educaci?n p?blica, una de las pocas v?as de ascenso social de la clase obrera que, curiosamente, se est? desmantelando en la actualidad.Soy un ni?o de la p?blica y de una generaci?n en la que los hijos de clase obrera fueron a la universidad con cierta normalidad, aunque en principio nunca tuve en mente ir a la universidad porque no estaba ni entre mis prioridades ni entre las de mi familia. De hecho, fui un estudiante bastante pésimo en la primaria y en el instituto, pero de pronto entend? que era la mejor forma de huir. Obtuve una beca y luego, tras fallecer mi padre, mi madre tuvo varios trabajos que, junto a esa ayuda p?blica, me permitieron estudiar. Por eso necesitamos evitar que lo p?blico sea saboteado por aquellos que, en teor?a, deber?an defenderlo, porque el sistema de educaci?n p?blico no ser? perfecto, pero sin él todo ser? mucho peor.?C?mo se entiende que hijos de clase obrera que consiguieron salir del barrio gracias al estado de bienestar apoyen opciones pol?ticas cuyas propuestas impiden ese ascenso social a las siguientes generaciones?Conozco gente que confundi? el salir del barrio con despreciar todo lo vinculado a la clase obrera y entendi? que la mejor forma era percibirse bajo la etiqueta del éxito. Esa gente realmente me apena o no me interesa. Al mismo tiempo, tampoco podemos idealizar a la clase obrera. En mi barrio hab?a gente con muy pocos recursos que eran no solo tremendamente pelotas con los que mandaban sino abiertamente fachas. No hay un dentro/afuera, no hay posiciones claras. Solo alguien con poca vista o con deseo de enga?arse idealiza en este sentido a la clase obrera. El modelo econ?mico, la forma del mercado y del consumo sabe dar forma a deseos y necesidades que s?lo ese mercado puede satisfacer. Lo cual genera una situaci?n por la que la clase obrera no se percibe a s? misma sino a través del reflejo de esos deseos y necesidades. Eso deshace enormemente la posibilidad de conflicto y cambio.Habitualmente, la historia de Espa?a se ha contado desde el centralismo. ?Ha distorsionado u ocultado eso realidades como las del Barrio Venecia?La periferia ha sido desalojada de la memoria com?n y eso es algo que quiz? comienza a remediarse, pero muy muy lentamente. Siempre he sostenido que, si alg?n d?a es posible un cambio radical en Espa?a, no vendr? ni de Madrid ni de Barcelona, ni siquiera de las grandes ciudades. Sin la periferia no es posible la transformaci?n pol?tica del estado. Sin la periferia de la periferia, quiero decir.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/cultura/barrio-venecia-novela-derrota-clase-85007147)
La paradoja es a?n mayor si se atiende a que, para que Barrio Venecia finalmente existiera, antes tuvo que desaparecer. "Fue la edificaci?n de la f?brica Candina y de las casas para los trabajadores lo que permiti? 'legalizar' ese territorio. Sobre la base de la destrucci?n de las viejas casas de madera y alrededor de la f?brica se erigi? el nuevo barrio. Todo ello auspiciado por unos niveles enormes de corrupci?n dentro de las elites franquistas de la ciudad", relata Santamar?a.
Tanto ese primer asentamiento que no exist?a oficialmente como el que finalmente se legaliz? alrededor de la empresa Candina, se anegaban cada vez que la marea del Cant?brico sub?a. En consecuencia, Barrio Venecia no era el nombre real del lugar, sino una denominaci?n popular que inclu?a tanto humor como amargura y una cierta sensaci?n de derrota porque, apunta Santamar?a, "de fondo el capitalismo operaba para ir devorando el barrio".
La familia socialista
Alberto Santamar?a pas? su infancia y parte de su juventud en el Barrio Venecia erigido por Candina, empresa dedicada a fabricar derivados de la grasa. Su entorno industrial, sus desguaces y su abandono urban?stico han inspirado, en mayor o menor medida, toda la obra de este fil?sofo, poeta y prosista. Especialmente su ?ltima novela, Barrio Venecia, que forma parte de Episodios Nacionales, la colecci?n de la editorial Lengua de Trapo que repasa diferentes eventos o realidades de la historia espa?ola reciente, desde la Transici?n a la actualidad.
"No hay libro m?o en el que de un modo u otro no estén presentes esas cuestiones y esas im?genes, pero no fue hasta hace un par de a?os cuando me propuse dar un cierto orden a toda esa historia desperdigada por ah?, darle otro ritmo, situarla incluso hist?ricamente. El punto de partida o la causa de su escritura es el momento en que tomé conciencia de que, a partir de ese d?a, yo era mayor que mi padre. En ese momento empecé a escribir este libro en el que me descubro metiéndome a m? mismo en la historia, que es la m?a".
Si bien Barrio Venecia es una novela en la que tiene un gran peso la autobiograf?a de su autor, "al menos todo lo autobiogr?fico que pueda ser la narraci?n basada en la memoria", el libro es también un relato sobre el cierre de la f?brica Candina y el desmantelamiento del tejido industrial del pa?s llevado a cabo por los diferentes gobiernos socialistas. Unas decisiones que abocaron al paro y la precarizaci?n a buena parte de la clase trabajadora del lugar que, a pesar de la lucha realizada para defender sus puestos de trabajo, fue completamente derrotada.
https://uc-4u.com/clip/bbe08b4d-3286-453f-a2e2-eb6f47cbf52d_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg F?brica de la empresa Candina que fue el germen del 'Barrio Venecia' de Santander. | PABLO HOJAS
"Siempre que aparece este tema, retomo aquellas palabras de Rosa Luxemburgo, que dec?a algo as?, y cito de memoria: 'los errores cometidos por la clase trabajadora en su intento de cambio son de un valor incomparablemente mayores que la infalibilidad del mejor de los comités centrales'. En mi caso he tratado de narrar una derrota, pero también una puerta abierta porque no debemos dejar de recordar que, en la derrota y en el error, hay siempre un avance", explica Santamar?a, cuyos padres, a pesar de lo vivido y lo sufrido, continuaron siendo fieles votantes socialistas durante a?os.
"En mi casa hab?a una sensaci?n de pertenencia al PSOE, algo as? como si form?ramos parte de una familia socialista. Mi abuelo era secretario general de PSOE en Torrelavega, y cargo en UGT. Yo le acompa?é a muchos m?tines en mi infancia y ve?a esa tendencia a verse como una comunidad, pero esto se fue desinflando progresivamente. Mi madre lo pas? francamente mal, y estoy convencido de que lleg? a llorar el d?a que dej? de votar al PSOE hace ya unos a?os, asqueada por su farsa y su connivencia con las clases dominantes. No obstante, mi madre es m?s de izquierdas ahora que hace cuarenta a?os y creo que, como ella, mucha gente de su generaci?n descubri? tard?amente el gran timo del socialismo espa?ol, su car?cter anestesiante", reconoce Santamar?a, que sigue desgranando las claves de Barrio Venecia en la siguiente entrevista.
Uno de los personajes de la novela afirma: "el problema es que siempre fue la clase obrera la que dio forma a la izquierda […] pero ahora sucede al revés: es la izquierda la que est? como loca, como borracha y desorientada tratando de dar forma a la clase obrera". ?Ha habido una brecha entre la clase obrera y sus representantes?Esa frase no se me olvidar?. La escuché siendo muy joven y se me qued? ah? clavada. Tenemos grandes libros y an?lisis marxol?gicos sobre el concepto de clase, sin embargo, a d?a de hoy, la clave est? en el concepto de lucha. Necesitamos asumir que el concepto de lucha se debe expandir y asumir formas diversas. Dec?a Luk?cs en Historia y conciencia de clase que la clase obrera no tiene ideales que realizar, sino que tiene que crear sus propias formas de lucha y sus objetivos a partir de las transformaciones hist?ricas del presente. Por ello, no es tanto que haya una fractura entre clase y representaci?n, sino que se ha fomentado la apat?a radical. Hoy se nos habla de "mejorar la vida de la gente" como un predicado revolucionario, como si "la gente" fuese un fantasma sin forma, cuando en realidad la gente es la que deber?a tomar las riendas para mejorar su vida.
Se ha creado o fomentado algo terrible: el miedo a la calle. En general, el miedo al otro. Entonces toda voluntad de vida en com?n es maliciosa, y es ah? cuando Securitas Direct te dice que hay okupas por todos lados. El capitalismo se alimenta de eso"
Otra de las reflexiones que aparecen en el libro es aquella que afirma que los ni?os del barrio pasan el d?a en la calle, "sin apenas observaci?n de adultos, pero todas las familias saben que los ni?os est?n siendo cuidados, no por nadie en concreto, sino por todos". ?Parte de la derrota de la clase obrera se ha debido al desmantelamiento de las redes de cercan?a y apoyo mutuo?Este cambio es interesante y sintom?tico. El concepto de comunidad ha variado. Ahora la comunidad se vertebra fundamentalmente en base al consumismo. Tiempo de ocio es tiempo de consumo y, al mismo tiempo, se ha creado o fomentado algo terrible: el miedo a la calle. En general, el miedo al otro. Entonces todo gesto es sospechoso, toda voluntad de vida en com?n, maliciosa, y es ah? cuando Securitas Direct te dice que hay okupas por todos lados, etc. El capitalismo se alimenta de eso: necesita fomentar la fractura de v?nculos comunitarios anticompetitivos para poner en primer lugar el valor individualista y competitivo al que denomina pomposa y babosamente "libertad".?Qué papel juegan las relaciones laborales en ese concepto capitalista de libertad?Otro de los temas centrales de la novela, por no decir el tema fundamental, es justamente el rechazo del trabajo, de una sociedad centrada en y asfixiada por el trabajo como autoexplotaci?n. Odio al trabajo siempre porque, ?c?mo va a hacer el trabajo que seamos libres e independientes cuando precisamente porque trabajamos no somos libres ni independientes? Solo una sociedad completamente devorada por el capitalismo entiende as? la libertad, la independencia y por eso tenemos algo tan absurdo como la "cultura del esfuerzo". Repensar esta idea del trabajo es importante y este rechazo, este odio y esta precauci?n ante todo discurso de ensalzamiento del trabajo es un aprendizaje que yo he sacado de crecer en un barrio obrero.
De mi barrio no me fascinaba de chaval tanto el car?cter pol?tico o el contexto de conflicto laboral como el paisaje, el lugar, los ?rboles naciendo entre el ?xido, las ruedas amontonadas, los barriles de metal abandonados…"
A pesar de haber crecido en un entorno obrero, o tal vez por ello, 'Barrio Venecia' no presenta una visi?n rom?ntica de ese entorno, sino todo lo contrario.Siempre he tenido una relaci?n amor-odio con mi barrio y he tratado de reflejarlo en el libro sin idealizar nada. De mi barrio no me fascinaba de chaval tanto el car?cter pol?tico o el contexto de conflicto laboral como el paisaje, el lugar, los ?rboles naciendo entre el ?xido, las ruedas amontonadas, los barriles de metal abandonados… Eso era lo verdaderamente fascinante para m?, que se sumaba a mi atracci?n por la ciencia ficci?n antes que por la literatura obrera o social con la que, dicho sea de paso, nunca he llegado a sintonizar, a pesar de que me guste e interese.De hecho, el narrador hace lo posible para salir del barrio aprovechando la educaci?n p?blica, una de las pocas v?as de ascenso social de la clase obrera que, curiosamente, se est? desmantelando en la actualidad.Soy un ni?o de la p?blica y de una generaci?n en la que los hijos de clase obrera fueron a la universidad con cierta normalidad, aunque en principio nunca tuve en mente ir a la universidad porque no estaba ni entre mis prioridades ni entre las de mi familia. De hecho, fui un estudiante bastante pésimo en la primaria y en el instituto, pero de pronto entend? que era la mejor forma de huir. Obtuve una beca y luego, tras fallecer mi padre, mi madre tuvo varios trabajos que, junto a esa ayuda p?blica, me permitieron estudiar. Por eso necesitamos evitar que lo p?blico sea saboteado por aquellos que, en teor?a, deber?an defenderlo, porque el sistema de educaci?n p?blico no ser? perfecto, pero sin él todo ser? mucho peor.?C?mo se entiende que hijos de clase obrera que consiguieron salir del barrio gracias al estado de bienestar apoyen opciones pol?ticas cuyas propuestas impiden ese ascenso social a las siguientes generaciones?Conozco gente que confundi? el salir del barrio con despreciar todo lo vinculado a la clase obrera y entendi? que la mejor forma era percibirse bajo la etiqueta del éxito. Esa gente realmente me apena o no me interesa. Al mismo tiempo, tampoco podemos idealizar a la clase obrera. En mi barrio hab?a gente con muy pocos recursos que eran no solo tremendamente pelotas con los que mandaban sino abiertamente fachas. No hay un dentro/afuera, no hay posiciones claras. Solo alguien con poca vista o con deseo de enga?arse idealiza en este sentido a la clase obrera. El modelo econ?mico, la forma del mercado y del consumo sabe dar forma a deseos y necesidades que s?lo ese mercado puede satisfacer. Lo cual genera una situaci?n por la que la clase obrera no se percibe a s? misma sino a través del reflejo de esos deseos y necesidades. Eso deshace enormemente la posibilidad de conflicto y cambio.Habitualmente, la historia de Espa?a se ha contado desde el centralismo. ?Ha distorsionado u ocultado eso realidades como las del Barrio Venecia?La periferia ha sido desalojada de la memoria com?n y eso es algo que quiz? comienza a remediarse, pero muy muy lentamente. Siempre he sostenido que, si alg?n d?a es posible un cambio radical en Espa?a, no vendr? ni de Madrid ni de Barcelona, ni siquiera de las grandes ciudades. Sin la periferia no es posible la transformaci?n pol?tica del estado. Sin la periferia de la periferia, quiero decir.
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