الريــم
03-20-2023, 02:25 PM
Desde la invasi?n de Estados Unidos en el 2003, que acab? con el régimen de Saddam Hussein, la historia de Irakha estado marcada por la violencia. La ca?da de un régimen tir?nico, centralizado, que controlaba mediante la represi?n a la poblaci?n dio paso a una situaci?n ca?tica en la que se sucedieron los enfrentamientos armados: insurgencia contra la ocupaci?n estadounidense, enfrentamientos entre las comunidades que forman el pa?s (sun?s, chi?s y kurdos, principalmente) y auge y ca?da del Estado Isl?mico. En estas dos décadas, decenas de miles de iraqu?es han muerto y desaparecido en una espiral de violencia sectaria, atentados terroristas y abusos de las fuerzas de seguridad y de las milicias armadas. Por este motivo, la reconciliaci?n entre las diferentes comunidades que forman el pa?s es uno de los grandes retos del Irak de hoy, junto a la lucha contra la corrupci?n y la construcci?n de un modelo econ?mico menos dependiente del petr?leo.
"En el Irak posterior a la lucha contra el Estado Isl?mico, es muy dif?cil hablar de reconciliaci?n. Ha habido miles de muertos, hay miles de desaparecidos, y ni el Gobierno ni el sistema judicial saben qué hacer", reflexiona Hanna Adwar, activista de derechos humanos, fundadora de la oenegé Al Amal y cofundadora de la Red de Mujeres Iraqu?es. "Para lograr la reconciliaci?n a largo plazo es necesario crear una infraestructura para promover la paz dentro de las comunidades, centr?ndose en las minor?as m?s vulnerables. Para ello, es clave involucrar a una amplia variedad de grupos en la sociedad. Esto asegura que se escuchan las voces de todos, sus problemas y las propuestas de soluci?n. En el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), trabajamos con j?venes, mujeres, sociedad civil, medios de comunicaci?n, organizaciones no gubernamentales, empresas y autoridades locales, l?deres religiosos, l?deres comunitarios, retornados, comunidades de acogida y miembros del Gobierno", explica Auke Lootsma, Representante Residente en Irak de UNDP, que desde hace a?os impulsa programas de reconciliaci?n en el pa?s.
M?s informaci?n (Auto)
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Fosas comunes
Irak empez? a hablar de justicia transicional y reconciliaci?n nacional inmediatamente después de la ca?da del régimen de Saddam en 2003. En los d?as inmediatos después de la toma ocupaci?n del pa?s, miles de iraqu?es se lanzaron a desenterrar fosas comunes y a buscar informaci?n sobre sus familiares desaparecidos en los ministerios y en los temidos servicios de espionaje. El dictador fue juzgado y ejecutado a muerte por cr?menes contra la humanidad. Ya entonces result? evidente la desconfianza de la comunidad sun? hacia el proceso pol?tico y legal que impulsaban la comunidad chi? y kurda, de las que se sent?an excluidos. Chi?es y kurdos celebraron el ahorcamiento del tirano; los sun?s la deploraron.
Este sentimiento de exclusi?n desarroll? un ambiente de perpetuo enfrentamiento entre comunidades, que se plasm? en un sistema pol?tico basado en cuotas de poder sectarios y en una creciente violencia étnica de la que se aprovech? primero Al Qaeda y después el Estado Isl?mico para atraer a los sun?s. Cuando el Califato del Estado Isl?mico alcanz? su punto ?lgido en un amplio territorio entre Siria e Irak, sus filas estaban llenas de iraqu?es, muchos de ellos surgidos del antiguo Ejército desmantelado tras la invasi?n. El Estado Isl?mico desat? un régimen de terror en las zonas que control?. Protagoniz? duros enfrentamientos contra los peshmergas kurdos, asesin? y esclaviz? a miles de personas de la minor?a yazid? (sobre todo mujeres), y se enfrent? al Ejército federal iraqu? apoyado a su vez por numerosas milicias chi?es, muchas de ellas con apoyo directo de Ir?n. A un pa?s ya marcado por las cicatrices de la invasi?n y de casi 10 a?os de insurgencia y enfrentamientos civiles a lo largo del pa?s, la lucha contra el Estado Isl?mico a?adi? muerte, sufrimiento y resentimiento.
Dos casos: En diciembre del pasado a?o, el presidente del Parlamento, el sun? Mohamed Al-Halbousi, clave para mantener a la comunidad sun? implicada en el juego pol?tico y la gobernabilidad del pa?s, denunci? en televisi?n la muerte de "miles de personas" entre 2014 y 2016 en el marco de la lucha contra el Estado Isl?mico. Al Halbousi afirm? que las v?ctimas fueron secuestras, torturadas y asesinadas por milicias chi?es apoyadas por Ir?n y exigi? un proceso de reparaci?n. La acusaci?n no es nueva: Amnist?a Internacional ya denunci? en el informe 'Castigados por los cr?menes del Daesh' que las fuerzas de seguridad y las milicias armadas chi?es cometieron graves vulneraciones de los derechos humanos contra la poblaci?n sun? en su campa?a contra el Estado Isl?mico en Mosul, Faluya y otras regiones del pa?s.
El segundo caso lo forman las denominadas "familias del Estado Isl?mico", miles de mujeres y ni?os iraqu?es vinculados a combatientes del Estado Isl?mico muertos o apresados en Siria que viven en un campo levantado por el Gobierno iraqu? y que no pueden volver a sus pueblos y ciudades porque sufrir?an la venganza de los allegados de las v?ctimas del régimen de terror del califato. Su caso es una patata caliente para las autoridades iraqu?es, porque se han convertido en un ejemplo clave del proceso de reconciliaci?n en el pa?s. La ONU, a través de programas de reconciliaci?n, y varias oenegés como Human Rights Watch denuncian la situaci?n de estas mujeres que han sufrido todo tipo de violencia, sobre todo sexual, y del efecto de radicalizaci?n en los menores que puede tener su situaci?n. "Estamos creando a nuevos terroristas, que crecen en la miseria, son educados en la violencia y ven a sus madres sufrir abusos, acoso y violaciones", denuncia Hanna Adwar.
Guerra y conflicto
Estas familias son hoy la prueba del nueve de la reconciliaci?n en Irak. El informe 'Afiliadas con el Estado Isl?mico: Retos para el regreso y reintegraci?n de mujeres y ni?os' del PNUD en Irak afirma que es necesario el dise?o de "programas integrales de rehabilitaci?n, integraci?n y regreso seguro a las zonas de origen de estas mujeres y ni?os. Pero nada se lograr? sin reconcialici?n local". "Irak es un pa?s diverso con muchos grupos étnicos y religiosos viviendo juntos en un ?rea geogr?fica relativamente peque?a. Cuando se da una historia compleja de guerra y conflicto, la reconciliaci?n nunca es una tarea f?cil. Sin embargo, hoy, después de a?os de esfuerzos de estabilizaci?n a través de la reparaci?n de la infraestructura f?sica, se han sentado las bases para pasar a reparar el tejido social del pa?s. Una nueva generaci?n de iraqu?es est? llegando a la mayor?a de edad, muchos afectados directamente por el conflicto del que han sido testigos. Para su futuro, y para asegurar que sus hijos no tengan recuerdos similares, la reconciliaci?n nacional es vital. Junto con otros factores importantes, la reconciliaci?n nacional también es un factor clave para prevenir futuras violencias", reflexiona Auke Lootsma.
A medio y largo plazo, la seguridad que le ha sido tan esquiva a Irak en los 20 a?os posteriores a la invasi?n estadounidense solo podr? alcanzarse tras un proceso de reconciliaci?n nacional y de justicia transicional que restaure la confianza en el sistema pol?tico, la cohesi?n social y garantice la plena participaci?n en el Estado de todas las comunidades. La estructura tribal y étnica del pa?s es sin duda compleja, pero la alternativa es perpetuar el ciclo de agravios y represalias, lo cual no hace m?s que reproducir la espiral sin fin de violencia que engull? al pa?s tras la ca?da de Saddam y del que poco a poco Irak lucha por escapar. "Han sido 20 a?os de lucha muy dura por promover la cultura de los derechos humanos, de la no violencia y del di?logo en la diferencia. Pero es muy dif?cil cuando hay tantas armas en manos de las milicias y el sistema legal es tan débil", afirma Hanna Adwar, que a?ade: "La corrupci?n no da?a solo a la econom?a. Cuando se ha infiltrado tan profundamente en las instituciones y la misma sociedad hace muy dif?cil generar el clima necesario para un proceso de reconciliaci?n".
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/internacional/reconciliacion-comunidades-gran-asignatura-pendiente-84913532)
"En el Irak posterior a la lucha contra el Estado Isl?mico, es muy dif?cil hablar de reconciliaci?n. Ha habido miles de muertos, hay miles de desaparecidos, y ni el Gobierno ni el sistema judicial saben qué hacer", reflexiona Hanna Adwar, activista de derechos humanos, fundadora de la oenegé Al Amal y cofundadora de la Red de Mujeres Iraqu?es. "Para lograr la reconciliaci?n a largo plazo es necesario crear una infraestructura para promover la paz dentro de las comunidades, centr?ndose en las minor?as m?s vulnerables. Para ello, es clave involucrar a una amplia variedad de grupos en la sociedad. Esto asegura que se escuchan las voces de todos, sus problemas y las propuestas de soluci?n. En el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), trabajamos con j?venes, mujeres, sociedad civil, medios de comunicaci?n, organizaciones no gubernamentales, empresas y autoridades locales, l?deres religiosos, l?deres comunitarios, retornados, comunidades de acogida y miembros del Gobierno", explica Auke Lootsma, Representante Residente en Irak de UNDP, que desde hace a?os impulsa programas de reconciliaci?n en el pa?s.
M?s informaci?n (Auto)
http://placehold.it/175x100 T?tulo noticia (Auto)
Fosas comunes
Irak empez? a hablar de justicia transicional y reconciliaci?n nacional inmediatamente después de la ca?da del régimen de Saddam en 2003. En los d?as inmediatos después de la toma ocupaci?n del pa?s, miles de iraqu?es se lanzaron a desenterrar fosas comunes y a buscar informaci?n sobre sus familiares desaparecidos en los ministerios y en los temidos servicios de espionaje. El dictador fue juzgado y ejecutado a muerte por cr?menes contra la humanidad. Ya entonces result? evidente la desconfianza de la comunidad sun? hacia el proceso pol?tico y legal que impulsaban la comunidad chi? y kurda, de las que se sent?an excluidos. Chi?es y kurdos celebraron el ahorcamiento del tirano; los sun?s la deploraron.
Este sentimiento de exclusi?n desarroll? un ambiente de perpetuo enfrentamiento entre comunidades, que se plasm? en un sistema pol?tico basado en cuotas de poder sectarios y en una creciente violencia étnica de la que se aprovech? primero Al Qaeda y después el Estado Isl?mico para atraer a los sun?s. Cuando el Califato del Estado Isl?mico alcanz? su punto ?lgido en un amplio territorio entre Siria e Irak, sus filas estaban llenas de iraqu?es, muchos de ellos surgidos del antiguo Ejército desmantelado tras la invasi?n. El Estado Isl?mico desat? un régimen de terror en las zonas que control?. Protagoniz? duros enfrentamientos contra los peshmergas kurdos, asesin? y esclaviz? a miles de personas de la minor?a yazid? (sobre todo mujeres), y se enfrent? al Ejército federal iraqu? apoyado a su vez por numerosas milicias chi?es, muchas de ellas con apoyo directo de Ir?n. A un pa?s ya marcado por las cicatrices de la invasi?n y de casi 10 a?os de insurgencia y enfrentamientos civiles a lo largo del pa?s, la lucha contra el Estado Isl?mico a?adi? muerte, sufrimiento y resentimiento.
Dos casos: En diciembre del pasado a?o, el presidente del Parlamento, el sun? Mohamed Al-Halbousi, clave para mantener a la comunidad sun? implicada en el juego pol?tico y la gobernabilidad del pa?s, denunci? en televisi?n la muerte de "miles de personas" entre 2014 y 2016 en el marco de la lucha contra el Estado Isl?mico. Al Halbousi afirm? que las v?ctimas fueron secuestras, torturadas y asesinadas por milicias chi?es apoyadas por Ir?n y exigi? un proceso de reparaci?n. La acusaci?n no es nueva: Amnist?a Internacional ya denunci? en el informe 'Castigados por los cr?menes del Daesh' que las fuerzas de seguridad y las milicias armadas chi?es cometieron graves vulneraciones de los derechos humanos contra la poblaci?n sun? en su campa?a contra el Estado Isl?mico en Mosul, Faluya y otras regiones del pa?s.
El segundo caso lo forman las denominadas "familias del Estado Isl?mico", miles de mujeres y ni?os iraqu?es vinculados a combatientes del Estado Isl?mico muertos o apresados en Siria que viven en un campo levantado por el Gobierno iraqu? y que no pueden volver a sus pueblos y ciudades porque sufrir?an la venganza de los allegados de las v?ctimas del régimen de terror del califato. Su caso es una patata caliente para las autoridades iraqu?es, porque se han convertido en un ejemplo clave del proceso de reconciliaci?n en el pa?s. La ONU, a través de programas de reconciliaci?n, y varias oenegés como Human Rights Watch denuncian la situaci?n de estas mujeres que han sufrido todo tipo de violencia, sobre todo sexual, y del efecto de radicalizaci?n en los menores que puede tener su situaci?n. "Estamos creando a nuevos terroristas, que crecen en la miseria, son educados en la violencia y ven a sus madres sufrir abusos, acoso y violaciones", denuncia Hanna Adwar.
Guerra y conflicto
Estas familias son hoy la prueba del nueve de la reconciliaci?n en Irak. El informe 'Afiliadas con el Estado Isl?mico: Retos para el regreso y reintegraci?n de mujeres y ni?os' del PNUD en Irak afirma que es necesario el dise?o de "programas integrales de rehabilitaci?n, integraci?n y regreso seguro a las zonas de origen de estas mujeres y ni?os. Pero nada se lograr? sin reconcialici?n local". "Irak es un pa?s diverso con muchos grupos étnicos y religiosos viviendo juntos en un ?rea geogr?fica relativamente peque?a. Cuando se da una historia compleja de guerra y conflicto, la reconciliaci?n nunca es una tarea f?cil. Sin embargo, hoy, después de a?os de esfuerzos de estabilizaci?n a través de la reparaci?n de la infraestructura f?sica, se han sentado las bases para pasar a reparar el tejido social del pa?s. Una nueva generaci?n de iraqu?es est? llegando a la mayor?a de edad, muchos afectados directamente por el conflicto del que han sido testigos. Para su futuro, y para asegurar que sus hijos no tengan recuerdos similares, la reconciliaci?n nacional es vital. Junto con otros factores importantes, la reconciliaci?n nacional también es un factor clave para prevenir futuras violencias", reflexiona Auke Lootsma.
A medio y largo plazo, la seguridad que le ha sido tan esquiva a Irak en los 20 a?os posteriores a la invasi?n estadounidense solo podr? alcanzarse tras un proceso de reconciliaci?n nacional y de justicia transicional que restaure la confianza en el sistema pol?tico, la cohesi?n social y garantice la plena participaci?n en el Estado de todas las comunidades. La estructura tribal y étnica del pa?s es sin duda compleja, pero la alternativa es perpetuar el ciclo de agravios y represalias, lo cual no hace m?s que reproducir la espiral sin fin de violencia que engull? al pa?s tras la ca?da de Saddam y del que poco a poco Irak lucha por escapar. "Han sido 20 a?os de lucha muy dura por promover la cultura de los derechos humanos, de la no violencia y del di?logo en la diferencia. Pero es muy dif?cil cuando hay tantas armas en manos de las milicias y el sistema legal es tan débil", afirma Hanna Adwar, que a?ade: "La corrupci?n no da?a solo a la econom?a. Cuando se ha infiltrado tan profundamente en las instituciones y la misma sociedad hace muy dif?cil generar el clima necesario para un proceso de reconciliaci?n".
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