الريــم
03-20-2023, 02:25 PM
El 31 de marzo de 2004, la ciudad iraqu? de Faluya se convirti? en un s?mbolo. Ese d?a, los informativos de todo el mundo emitieron las salvajes im?genes de los cad?veres de cuatro empleados estadounidenses de la empresa Blackwater colgados del ic?nico puente de la ciudad sobre el r?o ?ufrates. El convoy de los cuatro empleados de la empresa de seguridad cay? en una emboscada en la ciudad, y los estadounidenses murieron en un enfrentamiento con los insurgentes. Sus cad?veres fueron mutilados, quemados y expuestos por toda la ciudad en una macabra procesi?n, hasta que los insurgentes colgaron del puente los cuerpos, carbonizados e irreconocibles. All?, decenas de habitantes de Faluya, muchos de ellos ni?os, se fotografiaron jubilosos con los cad?veres y celebraron el golpe a los estadounidenses. Empezaba simb?licamente una historia de violencia que dur? en diferentes fases hasta 2016, cuando el Ejército iraqu? reconquist? la ciudad de las garras del Estado Isl?mico.
M?s informaci?n (Auto)
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Hoy, el puente sigue siendo uno de los s?mbolos de una ciudad que ha recuperado la paz y que busca prosperar gracias a la estabilidad que han proporcionado los acuerdos de los l?deres tribales locales con el Estado iraqu?. Los d?as calurosos, ni?os y j?venes se lanzan desde el puente al ?ufrates para refrescarse. A pocos metros, la mezquita Shakir Dahi, que corona la calle principal de una ciudad conocida como la Ciudad de las Mezquitas por su gran profusi?n de templos, recuerda que el pasado no est? tan lejos: decenas de orificios de balas en su fachada y un minarete parcialmente destruido es testimonio de la historia de la violencia de la ciudad. "Hace ya tiempo que vivimos en paz no gracias al Gobierno, sino a los l?deres tribales que han negociado por nosotros", explica Abu Saim, propietario de una tienda de camisas para hombres. "Faluya est? muy agradecida a los l?deres tribales", a?ade.
Insurgencia contra la ocupaci?n
La distinci?n entre el Gobierno y los l?deres tribales es muy importante. Veinte a?os atr?s, Faluya fue escenario de los primeros actos de insurgencia contra la ocupaci?n de EEUU por problemas de convivencia con las tropas estadounidenses all? desplegadas. Entonces, los l?deres tribales se quejaban cuando hablabas con ellos del nulo conocimiento que los invasores ten?an de las costumbres iraqu?es. Los soldados abrieron fuego contra un funeral, en un accidente que Human Rights Watch concluy? en una investigaci?n que no fue provocado por los iraqu?es. Un oficial estadounidense tuvo que convocar a los l?deres tribales para ense?arles de primera mano que los visores nocturnos no permit?an ver desnudas a las mujeres.
Esas primeras escaramuzas pronto se convirtieron en un asunto de mayor envergadura, cuando los baazistas expulsados del Estado y del Ejército impulsaron una insurgencia m?s organizada, que pact? con Al Qaeda y otras corrientes islamistas sun?es y alz? en armas toda la provincia de Anbar. El asesinato de los cuatro contratistas de Blackwater fue el pistoletazo de salida.
Trauma en Estados Unidos
En la opini?n p?blica de Estados Unidos, el nombre de Faluya tiene resonancias ominosas. El nombre de la ciudad aparece en numerosos libros de memorias de militares y periodistas publicados durante estos 20 a?os: 'Fantasmas de Faluya'; '?ramos Uno; Hombro con hombro con los marines que tomaron Faluya'; 'C?digo rojo Faluya'; 'Un campamento en el desierto de Faluya'. M?s que ninguna otra ciudad, m?s que Bagdad, Faluya simboliza el trauma estadounidense con Irak y todo lo que fue mal y lo que Washington nunca entendi? durante la ocupaci?n del pa?s. No es extra?o que cuando instaur? su Califato, una de las primeras ciudades que conquist? a sangre y fuego el Estado Isl?mico fue precisamente Faluya. A sangre y fuego también fue reconquistada.
Hoy, no hay rastro estadounidense en la ciudad. Con la ayuda internacional, se han reconstruido muchos de los edificios destruidos –en 2004, tras la denominada primera batalla de Faluya, el 60% de los inmuebles fueron destruidos--, y los inversores se han atrevido a abrir un centro comercial de estilo occidental a escasa distancia del mercado tradicional. El parque construido en los tiempos de Saddam Hussein y que fue destruido hoy es lugar de encuentro de las familias, y menudean las escuelas de nuevo cu?o, algunas con ayuda internacional, en las que se ense?a a los ni?os idiomas como el inglés y el turco. Faluya intenta si no olvidar, al menos s? prosperar. Paseé por sus calles, beb? zumo en su mercado, charlé con comerciales y me asomé al ?ufrates desde el puente del horror en 2004 sin ning?n problema, algo que no hace tanto tiempo hubiera sido muy peligroso para un occidental. En el 20? aniversario de la invasi?n estadounidense, los temas de conversaci?n en el mercado era la inflaci?n causada por el tipo de cambio del d?lar y la tristeza y la preocupaci?n por el paupérrimo caudal del ?ufrates.
Medidas de seguridad
A?n as?, Faluya es Faluya. Para acceder a la ciudad hay que pasar dos grandes puestos de control en los que los militares piden papeles y registran maleteros y maletas. En cada uno de los accesos del mercado se apostan soldados de guardia fuertemente armados y son habituales las patrullas por la ciudad. Amjad, que regenta una tienda de TV y productos electr?nicos, reitera que Faluya est? en paz porque as? lo han decidido sus l?deres tribales. No se espera mucho en Faluya de los gobiernos iraqu?es liderados por chi?es. El puente de hierro, reconstruido después de que lo destruyera el Estado Isl?mico, es la pasarela simb?lica que une el pasado convulso y un futuro de redenci?n.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/internacional/veinte-anos-guerra-irak-redencion-84913701)
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Hoy, el puente sigue siendo uno de los s?mbolos de una ciudad que ha recuperado la paz y que busca prosperar gracias a la estabilidad que han proporcionado los acuerdos de los l?deres tribales locales con el Estado iraqu?. Los d?as calurosos, ni?os y j?venes se lanzan desde el puente al ?ufrates para refrescarse. A pocos metros, la mezquita Shakir Dahi, que corona la calle principal de una ciudad conocida como la Ciudad de las Mezquitas por su gran profusi?n de templos, recuerda que el pasado no est? tan lejos: decenas de orificios de balas en su fachada y un minarete parcialmente destruido es testimonio de la historia de la violencia de la ciudad. "Hace ya tiempo que vivimos en paz no gracias al Gobierno, sino a los l?deres tribales que han negociado por nosotros", explica Abu Saim, propietario de una tienda de camisas para hombres. "Faluya est? muy agradecida a los l?deres tribales", a?ade.
Insurgencia contra la ocupaci?n
La distinci?n entre el Gobierno y los l?deres tribales es muy importante. Veinte a?os atr?s, Faluya fue escenario de los primeros actos de insurgencia contra la ocupaci?n de EEUU por problemas de convivencia con las tropas estadounidenses all? desplegadas. Entonces, los l?deres tribales se quejaban cuando hablabas con ellos del nulo conocimiento que los invasores ten?an de las costumbres iraqu?es. Los soldados abrieron fuego contra un funeral, en un accidente que Human Rights Watch concluy? en una investigaci?n que no fue provocado por los iraqu?es. Un oficial estadounidense tuvo que convocar a los l?deres tribales para ense?arles de primera mano que los visores nocturnos no permit?an ver desnudas a las mujeres.
Esas primeras escaramuzas pronto se convirtieron en un asunto de mayor envergadura, cuando los baazistas expulsados del Estado y del Ejército impulsaron una insurgencia m?s organizada, que pact? con Al Qaeda y otras corrientes islamistas sun?es y alz? en armas toda la provincia de Anbar. El asesinato de los cuatro contratistas de Blackwater fue el pistoletazo de salida.
Trauma en Estados Unidos
En la opini?n p?blica de Estados Unidos, el nombre de Faluya tiene resonancias ominosas. El nombre de la ciudad aparece en numerosos libros de memorias de militares y periodistas publicados durante estos 20 a?os: 'Fantasmas de Faluya'; '?ramos Uno; Hombro con hombro con los marines que tomaron Faluya'; 'C?digo rojo Faluya'; 'Un campamento en el desierto de Faluya'. M?s que ninguna otra ciudad, m?s que Bagdad, Faluya simboliza el trauma estadounidense con Irak y todo lo que fue mal y lo que Washington nunca entendi? durante la ocupaci?n del pa?s. No es extra?o que cuando instaur? su Califato, una de las primeras ciudades que conquist? a sangre y fuego el Estado Isl?mico fue precisamente Faluya. A sangre y fuego también fue reconquistada.
Hoy, no hay rastro estadounidense en la ciudad. Con la ayuda internacional, se han reconstruido muchos de los edificios destruidos –en 2004, tras la denominada primera batalla de Faluya, el 60% de los inmuebles fueron destruidos--, y los inversores se han atrevido a abrir un centro comercial de estilo occidental a escasa distancia del mercado tradicional. El parque construido en los tiempos de Saddam Hussein y que fue destruido hoy es lugar de encuentro de las familias, y menudean las escuelas de nuevo cu?o, algunas con ayuda internacional, en las que se ense?a a los ni?os idiomas como el inglés y el turco. Faluya intenta si no olvidar, al menos s? prosperar. Paseé por sus calles, beb? zumo en su mercado, charlé con comerciales y me asomé al ?ufrates desde el puente del horror en 2004 sin ning?n problema, algo que no hace tanto tiempo hubiera sido muy peligroso para un occidental. En el 20? aniversario de la invasi?n estadounidense, los temas de conversaci?n en el mercado era la inflaci?n causada por el tipo de cambio del d?lar y la tristeza y la preocupaci?n por el paupérrimo caudal del ?ufrates.
Medidas de seguridad
A?n as?, Faluya es Faluya. Para acceder a la ciudad hay que pasar dos grandes puestos de control en los que los militares piden papeles y registran maleteros y maletas. En cada uno de los accesos del mercado se apostan soldados de guardia fuertemente armados y son habituales las patrullas por la ciudad. Amjad, que regenta una tienda de TV y productos electr?nicos, reitera que Faluya est? en paz porque as? lo han decidido sus l?deres tribales. No se espera mucho en Faluya de los gobiernos iraqu?es liderados por chi?es. El puente de hierro, reconstruido después de que lo destruyera el Estado Isl?mico, es la pasarela simb?lica que une el pasado convulso y un futuro de redenci?n.
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