الريــم
03-20-2023, 01:00 PM
Siempre quiso ser madre (https://www.farodevigo.es/pontevedra/2022/10/25/maternidad-vez-tarde-mitad-madres-77668871.html), aunque hasta que no consigui? una estabilidad laboralno se plante? dar el paso. Lo que no pod?a imaginarse Laura Quiroga Pastoriza es que fuera infértil, un problema que afecta a casi el 20% de la poblaci?n espa?ola. "Ni siquiera te lo planteas porque das por hecho que puedes ser madre", comenta esta gallega de 42 a?os.
Ella lo descubri? cuando ya se encontraba en la mitad de la treintena y fue, confiesa, un golpe al sue?o de la maternidad. "Yo vengo de una familia numerosa, somos seis hermanos, y mi ilusi?n siempre fue formar una familia grande", aduce.
Con su expareja, con quien estuvo diez a?os –desde los 18 hasta casi los 29–, nunca lo intent?. Y no solo por la incertidumbre laboral. “Era una relaci?n t?xica, tras la cual tuve que recomponerme entera”, sostiene.
Laura ten?a claro que, si no encontraba una pareja, dar?a el paso de ser madre sola en cuanto su situaci?n laboral se lo permitiera. “No estaba dispuesta a renunciar al sue?o de ser madre por no tener pareja”, afirma.
Cuando con 35 a?os consigue la tan ansiada estabilidad laboral, comprende que ha llegado el momento. “Me planto en la seguridad social –comenta– diciendo que quiero ser madre y que qué tengo que hacer”. Desde all? la derivan a la Unidad de Reproducci?n Asistida del Complejo Hospitalario Universitario de Vigo (CHUVI), y a partir de aqu? comenzar? un largo y tortuoso camino, que muchas veces le tocar? recorrer en solitario y en silencio debido a la incomprensi?n social. “Hay mucho desconocimiento y muchos tab?es alrededor de la infertilidad”, se lamenta.
En Galicia, el Sergas cubre seis intentos de inseminaci?n con semen de donante y tres ciclos de inseminaci?n in vitro con sus propios ?vulos en el caso de las mujeres sin pareja. En octubre de 2016, tiene la primera cita con el especialista. Después vendr? una bater?a de pruebas que determinan que puede engendrar, pero que no se ver?n avaladas por la sucesi?n de intentos, todos infructuosos, de concebir.
En febrero de 2017 se somete a su primer intento. El resultado es negativo, al igual que lo es el de la segunda tentativa y el de la tercera. Cada negativo conlleva un golpe psicol?gico. “Cada vez que empiezas el tratamiento tienes la esperanza de quedarte embarazada, por lo que cada negativo te hunde”, afirma. Es, reconoce, como estar montada en una monta?a rusa, a lo que tiene que sumar los efectos adversos de los tratamientos. “Aunque dicen que sus efectos secundarios son m?nimos, yo tengo dolor muscular, cansancio e hinchaz?n, por lo que entre un tratamiento y otro tengo que dejar parar dos meses o dos meses y medio”, explica.
“Ser consciente de que nunca podr?a ser madre biol?gica fue el golpe m?s duro”
Laura cierra as? el 2017 sin ver cumplido su sue?o de ser madre y decide hacer un paréntesis, durante el cual se somete a acupuntura, sigue dietas espec?ficas y prueba casi cualquier complemento con el sello “natural” que le recomiendan con el ?nico prop?sito de aumentar sus probabilidades de quedarse embarazada. “Me meto a hacer de todo. En reproducci?n parece que siempre hay alguien que sabe mucho y que todo lo natural es perfecto para quedarte embarazada, as? que t? te metes en toda esa vor?gine de tomarte mil historias”, dice.
Seis meses después, en verano de 2018, se somete a la cuarta inseminaci?n sin que el resultado var?e. Decide entonces buscar una segunda opini?n en una cl?nica privada, de la que sale con un diagn?stico demoledor: la prueba de la hormona antimulleriana revela que su reserva ov?rica es tan muy baja que quedarse embarazada mediante inseminaci?n es casi misi?n imposible y lo fue siempre. “En estos tres a?os que llevo intent?ndolo, las pocas probabilidades que pod?a haber tenido se han desvanecido”, sostiene.
Con este resultado bajo el brazo, regresa a la seguridad social, donde a?n realizar?, sin éxito, un ?ltimo intento de inseminaci?n antes de pasar a la fecundaci?n in vitro. En la primera tentativa salen tres ?vulos, de los cuales uno no es maduro y de los otros dos solo uno fecunda, aunque su calidad es muy mala. “No tengo capacidad de engendrar, pero como en la seguridad social no desechan ning?n ?vulo me lo implantan igual. Da negativo y es uno de los peores momentos que viv?. Me hund?”, afirma.
Le cost? salir del pozo, lo reconoce, pero nunca tir? la toalla. En 2020 decide volver a intentarlo, pero entonces estalla el COVID y el confinamiento paraliza su segundo ciclo. Sin embargo, asegura que fue la pandemia la que le trajo a su hija Alma, ya que durante el encierro conoci? al médico que finalmente obr? el milagro. Fue a través de los cafés 'online' de la asociaci?n Red Nacional de Infértiles (RNI). “Me abri? los ojos. Me dijo que ten?a un 3 por ciento de probabilidades de llevar a término un embarazo con mi genética, que era inviable. Ser consciente de que no ser?a nunca madre biol?gica fue el golpe m?s duro”, afirma. Pero también le propuso opciones y, por fin, vio cumplido su sue?o gracias a la donaci?n de embriones.
Sus padres repartieron parte de la herencia entre sus hijos para que ella pudiera someterse a este tratamiento. Ten?a tres oportunidades, aunque solo precis? una. Después de realizar en Vigo el tratamiento con la supervisi?n de una especialista de Ribera-Povisa, viaj? a Sevilla un lunes, 24 agosto de 2020, y tres d?as después regresaba, embarazada. Alma tiene ahora 22 meses.En su familia y en su amiga Olalla, la madrina de Alma, encontr? Laura los mejores apoyos durante este largo viaje, durante el que no solo tuvo que superar el duelo genético por no poder ser madre biol?gica, sino lidiar con la incomprensi?n social. “Llega un momento en que tus amigas se van quedando atr?s porque no empatizan con lo que te ocurre y no entienden que sigas intent?ndolo cuando te ven que est?s mal”, manifiesta.
La Red Nacional de Infértiles fue otro pilar importante porque le permiti? conectar con mujeres en su misma situaci?n, y le ayud? a gestionar sus emociones y a no sentirse sola. Su caso, sin embargo, no es excepcional. En Espa?a, una de cada seis parejas tiene problemas de infertilidad, una enfermedad reconocida por la OMS, y cada a?o se realizan alrededor de 180.000 tratamientos de reproducci?n asistida –el 30% en el sistema nacional de salud y el otro 70% en la sanidad privada–. Aun as?, hoy por hoy siguen recayendo sobre la infertilidad y la reproducci?n asistida muchos tab?es.
Un lenguaje m?s emp?tico para acompa?ar al paciente
Frases como “se te va a pasar el arroz”, “si no puedes tener hijos, c?mprate un perro” y “cuando te relajes te quedar?s embarazada” son algunas de las frases a las que tienen que enfrentarse las mujeres en edad reproductiva que no tienen hijos o cuando comparten con su entorno que no consiguen concebir de manera natural. “Son frases profundamente dolorosas para quienes tienen problemas de infertilidad”, sostiene Helena Fern?ndez, presidenta de la asociaci?n de pacientes Red Nacional de Infértiles (RNI), que la pr?xima semana recibir? en Madrid a las representantes de las asociaciones europeas de pacientes en su reuni?n anual, cuya jornada inaugural, el d?a 23, repasar? en Madrid los “40 a?os de fertilidad en Espa?a”.
Seg?n Fern?ndez, el desconocimiento sobre la infertilidad, la falta de empat?a con quienes la sufren y los prejuicios sobre esta enfermedad agravan el malestar de las personas infértiles. “La incomprensi?n social hace que quienes sufren este problema lo vivan en la m?s absoluta soledad y no se atrevan a expresar c?mo se sienten”, afirma. Precisamente la incomprensi?n social fue lo que impuls? a un grupo de mujeres con problemas de infertilidad a crear en 2014 esta asociaci?n como una red de apoyo entre pacientes y que hoy integran m?s de 2.700 personas, la inmensa mayor?a mujeres.
Aunque, por suerte, la concienciaci?n sobre la enfermedad ha avanzado, Fern?ndez asegura que a?n queda camino por recorrer, y que es necesario erradicar expresiones que lesionan a las personas con infertilidad. “Saber apoyar en un proceso como éste empieza por utilizar un lenguaje menos ofensivo y m?s emp?tico”, afirma.
Por ello, RNI ha elaborado, a partir de los testimonios de asociadas y la experiencia de profesionales de las cl?nicas IVI, la gu?a 'El lenguaje de la fertilidad: rompiendo tab?s', que tiene como fin divulgar el buen uso del lenguaje sobre fertilidad y omitir comentarios hirientes entre la sociedad en general, pero también entre la profesi?n médica.
El hecho de que mujeres con proyecci?n p?blica como la actriz Jennifer Anniston hablen de sus problemas para ser madres de forma natural y revelen que se han sometido a tratamientos de fecundaci?n in vitro sin éxito durante a?os ayuda a normalizar la enfermedad y anima a otras mujeres a hablar abiertamente del tema, aunque Fern?ndez matiza que ni la infertilidad es un problema exclusivo de mujeres -de hecho, afecta en igual grado a hombres y a mujeres- ni solo de quien es infértil. "La infertilidad afecta a la pareja", sostiene la presidenta de RNI.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sociedad/tortuoso-camino-maternidad-84911720)
Ella lo descubri? cuando ya se encontraba en la mitad de la treintena y fue, confiesa, un golpe al sue?o de la maternidad. "Yo vengo de una familia numerosa, somos seis hermanos, y mi ilusi?n siempre fue formar una familia grande", aduce.
Con su expareja, con quien estuvo diez a?os –desde los 18 hasta casi los 29–, nunca lo intent?. Y no solo por la incertidumbre laboral. “Era una relaci?n t?xica, tras la cual tuve que recomponerme entera”, sostiene.
Laura ten?a claro que, si no encontraba una pareja, dar?a el paso de ser madre sola en cuanto su situaci?n laboral se lo permitiera. “No estaba dispuesta a renunciar al sue?o de ser madre por no tener pareja”, afirma.
Cuando con 35 a?os consigue la tan ansiada estabilidad laboral, comprende que ha llegado el momento. “Me planto en la seguridad social –comenta– diciendo que quiero ser madre y que qué tengo que hacer”. Desde all? la derivan a la Unidad de Reproducci?n Asistida del Complejo Hospitalario Universitario de Vigo (CHUVI), y a partir de aqu? comenzar? un largo y tortuoso camino, que muchas veces le tocar? recorrer en solitario y en silencio debido a la incomprensi?n social. “Hay mucho desconocimiento y muchos tab?es alrededor de la infertilidad”, se lamenta.
En Galicia, el Sergas cubre seis intentos de inseminaci?n con semen de donante y tres ciclos de inseminaci?n in vitro con sus propios ?vulos en el caso de las mujeres sin pareja. En octubre de 2016, tiene la primera cita con el especialista. Después vendr? una bater?a de pruebas que determinan que puede engendrar, pero que no se ver?n avaladas por la sucesi?n de intentos, todos infructuosos, de concebir.
En febrero de 2017 se somete a su primer intento. El resultado es negativo, al igual que lo es el de la segunda tentativa y el de la tercera. Cada negativo conlleva un golpe psicol?gico. “Cada vez que empiezas el tratamiento tienes la esperanza de quedarte embarazada, por lo que cada negativo te hunde”, afirma. Es, reconoce, como estar montada en una monta?a rusa, a lo que tiene que sumar los efectos adversos de los tratamientos. “Aunque dicen que sus efectos secundarios son m?nimos, yo tengo dolor muscular, cansancio e hinchaz?n, por lo que entre un tratamiento y otro tengo que dejar parar dos meses o dos meses y medio”, explica.
“Ser consciente de que nunca podr?a ser madre biol?gica fue el golpe m?s duro”
Laura cierra as? el 2017 sin ver cumplido su sue?o de ser madre y decide hacer un paréntesis, durante el cual se somete a acupuntura, sigue dietas espec?ficas y prueba casi cualquier complemento con el sello “natural” que le recomiendan con el ?nico prop?sito de aumentar sus probabilidades de quedarse embarazada. “Me meto a hacer de todo. En reproducci?n parece que siempre hay alguien que sabe mucho y que todo lo natural es perfecto para quedarte embarazada, as? que t? te metes en toda esa vor?gine de tomarte mil historias”, dice.
Seis meses después, en verano de 2018, se somete a la cuarta inseminaci?n sin que el resultado var?e. Decide entonces buscar una segunda opini?n en una cl?nica privada, de la que sale con un diagn?stico demoledor: la prueba de la hormona antimulleriana revela que su reserva ov?rica es tan muy baja que quedarse embarazada mediante inseminaci?n es casi misi?n imposible y lo fue siempre. “En estos tres a?os que llevo intent?ndolo, las pocas probabilidades que pod?a haber tenido se han desvanecido”, sostiene.
Con este resultado bajo el brazo, regresa a la seguridad social, donde a?n realizar?, sin éxito, un ?ltimo intento de inseminaci?n antes de pasar a la fecundaci?n in vitro. En la primera tentativa salen tres ?vulos, de los cuales uno no es maduro y de los otros dos solo uno fecunda, aunque su calidad es muy mala. “No tengo capacidad de engendrar, pero como en la seguridad social no desechan ning?n ?vulo me lo implantan igual. Da negativo y es uno de los peores momentos que viv?. Me hund?”, afirma.
Le cost? salir del pozo, lo reconoce, pero nunca tir? la toalla. En 2020 decide volver a intentarlo, pero entonces estalla el COVID y el confinamiento paraliza su segundo ciclo. Sin embargo, asegura que fue la pandemia la que le trajo a su hija Alma, ya que durante el encierro conoci? al médico que finalmente obr? el milagro. Fue a través de los cafés 'online' de la asociaci?n Red Nacional de Infértiles (RNI). “Me abri? los ojos. Me dijo que ten?a un 3 por ciento de probabilidades de llevar a término un embarazo con mi genética, que era inviable. Ser consciente de que no ser?a nunca madre biol?gica fue el golpe m?s duro”, afirma. Pero también le propuso opciones y, por fin, vio cumplido su sue?o gracias a la donaci?n de embriones.
Sus padres repartieron parte de la herencia entre sus hijos para que ella pudiera someterse a este tratamiento. Ten?a tres oportunidades, aunque solo precis? una. Después de realizar en Vigo el tratamiento con la supervisi?n de una especialista de Ribera-Povisa, viaj? a Sevilla un lunes, 24 agosto de 2020, y tres d?as después regresaba, embarazada. Alma tiene ahora 22 meses.En su familia y en su amiga Olalla, la madrina de Alma, encontr? Laura los mejores apoyos durante este largo viaje, durante el que no solo tuvo que superar el duelo genético por no poder ser madre biol?gica, sino lidiar con la incomprensi?n social. “Llega un momento en que tus amigas se van quedando atr?s porque no empatizan con lo que te ocurre y no entienden que sigas intent?ndolo cuando te ven que est?s mal”, manifiesta.
La Red Nacional de Infértiles fue otro pilar importante porque le permiti? conectar con mujeres en su misma situaci?n, y le ayud? a gestionar sus emociones y a no sentirse sola. Su caso, sin embargo, no es excepcional. En Espa?a, una de cada seis parejas tiene problemas de infertilidad, una enfermedad reconocida por la OMS, y cada a?o se realizan alrededor de 180.000 tratamientos de reproducci?n asistida –el 30% en el sistema nacional de salud y el otro 70% en la sanidad privada–. Aun as?, hoy por hoy siguen recayendo sobre la infertilidad y la reproducci?n asistida muchos tab?es.
Un lenguaje m?s emp?tico para acompa?ar al paciente
Frases como “se te va a pasar el arroz”, “si no puedes tener hijos, c?mprate un perro” y “cuando te relajes te quedar?s embarazada” son algunas de las frases a las que tienen que enfrentarse las mujeres en edad reproductiva que no tienen hijos o cuando comparten con su entorno que no consiguen concebir de manera natural. “Son frases profundamente dolorosas para quienes tienen problemas de infertilidad”, sostiene Helena Fern?ndez, presidenta de la asociaci?n de pacientes Red Nacional de Infértiles (RNI), que la pr?xima semana recibir? en Madrid a las representantes de las asociaciones europeas de pacientes en su reuni?n anual, cuya jornada inaugural, el d?a 23, repasar? en Madrid los “40 a?os de fertilidad en Espa?a”.
Seg?n Fern?ndez, el desconocimiento sobre la infertilidad, la falta de empat?a con quienes la sufren y los prejuicios sobre esta enfermedad agravan el malestar de las personas infértiles. “La incomprensi?n social hace que quienes sufren este problema lo vivan en la m?s absoluta soledad y no se atrevan a expresar c?mo se sienten”, afirma. Precisamente la incomprensi?n social fue lo que impuls? a un grupo de mujeres con problemas de infertilidad a crear en 2014 esta asociaci?n como una red de apoyo entre pacientes y que hoy integran m?s de 2.700 personas, la inmensa mayor?a mujeres.
Aunque, por suerte, la concienciaci?n sobre la enfermedad ha avanzado, Fern?ndez asegura que a?n queda camino por recorrer, y que es necesario erradicar expresiones que lesionan a las personas con infertilidad. “Saber apoyar en un proceso como éste empieza por utilizar un lenguaje menos ofensivo y m?s emp?tico”, afirma.
Por ello, RNI ha elaborado, a partir de los testimonios de asociadas y la experiencia de profesionales de las cl?nicas IVI, la gu?a 'El lenguaje de la fertilidad: rompiendo tab?s', que tiene como fin divulgar el buen uso del lenguaje sobre fertilidad y omitir comentarios hirientes entre la sociedad en general, pero también entre la profesi?n médica.
El hecho de que mujeres con proyecci?n p?blica como la actriz Jennifer Anniston hablen de sus problemas para ser madres de forma natural y revelen que se han sometido a tratamientos de fecundaci?n in vitro sin éxito durante a?os ayuda a normalizar la enfermedad y anima a otras mujeres a hablar abiertamente del tema, aunque Fern?ndez matiza que ni la infertilidad es un problema exclusivo de mujeres -de hecho, afecta en igual grado a hombres y a mujeres- ni solo de quien es infértil. "La infertilidad afecta a la pareja", sostiene la presidenta de RNI.
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