الريــم
02-02-2023, 05:20 PM
Cuando el 20 de octubre de 2011 ETA hizo el anuncio del “cese definitivo de su actividad armada”, Fernando Aramburu (San Sebasti?n, 1959) escribi? un tuit recogiendo la célebre frase con la que Kafka registr? en su diario el inicio de la Primera Guerra Mundial: “Alemania ha declarado la guerra a Rusia. Por la tarde fui a nadar”. El tono de aquella cita en aquel momento era receloso y a la vez humor?stico, de una temperatura similar a la que anima ‘Hijos de la f?bula’ (Tusquets), la ?ltima novela en la que Aramburu se anima a satirizar a dos j?venes vascos aspirantes a terroristas que aquel 20 de octubre deciden que van a seguir haciendo la guerra por su cuenta. El resultado, casi de tebeo, es sumamente rid?culo y es f?cil imaginar al autor relamiéndose gracias a este par de tontorrones payasescos, el clown y el augusto. Si el programa televisivo de la televisi?n vasca 'Vaya semanita' marc? un antes y un después en la burla a ETA y luego lleg? 'Ocho apellidos vascos', esta novela sigue esa senda.
El lector que lleg? a su obra con ‘Patria’ se puede sentir bastante descolocado ante una novela tan humor?stica.Ese registro literario ya lo he utilizado otras veces, pero nunca lo dirig? a un colectivo social tan delicado. Encontré la formula y se la comenté a una v?ctima del terrorismo para que me diera su opini?n. La idea era dejar fuera de la narraci?n a las v?ctimas y centrarme en una s?tira contra los agresores, o mejor dicho, los aspirantes a agresores. Ah? ya no ten?a freno moral puesto que el humor no estaba dirigido en ning?n caso a personas que hubieran sufrido y eso me dejaba las manos libres.?El l?mite del humor est?, por lo tanto, en el cuidado de la v?ctima?Claro est?, pero no solo en la literatura. También ese l?mite debe respetarse en la vida. Uno no debe re?rse de los problemas de la gente que tiene alguna pena o sufre alguna discriminaci?n. Hay que dirigir la cr?tica humor?stica a quien ejerce el poder o a quien es malo. As? la s?tira se convierte en algo loable y bals?mico, porque va contra la solemnidad, las formas r?gidas y las malas intenciones.La historia de 'Hijos de la f?bula' es casi una aventura de Mortadelo y Filem?n, con un humor bastante blanco.Ah? delego a los que quieran interpretarlo. Yo a veces tuve la sensaci?n de que era un poco cruel con mis personajes. Hice un gran esfuerzo para que no fueran solamente unos aprendices de terroristas, no particularmente dotados de cociente intelectual. Per también quer?a que se reflejara su condici?n humana y sus circunstancias cotidianas. Son fan?ticos, pero los sacas de ah? y resulta que son ‘majos’. Eso ocurr?a en los a?os de la lucha armada. Deten?an a alguien y los vecinos dec?an: “pero si era muy majo…”. S?, claro que lo era pero también iba con una pistola por ah? matando a otros.Sus etarras…Ni siquiera son etarras, ellos quisieran serlo pero no lo consiguen. Pero el mecanismo metal de la lucha armada s? que les funciona a pleno gas.…Son personajes contradictorios. Pero logra que el lector los vea tan patéticos que incluso llegue a identificarse con ellos.Ese ejercicio me gusta. Y lo hago en todas mis novelas. Yo como autor sé muy bien qué es lo que le doy al lector, las expectativas que creo y que, después, a lo mejor no se las cumplo. La novela se presta a intervenir en las conciencias de los dem?s.
La f?bula hoy pervive en el nacionalismo y en algunos lugares del Pa?s Vasco es hegem?nica
Cuando habla de f?bula est? hablando de una historia inventada que vincula la ideolog?a a lucha armada. ?Se ha diluido esa ‘f?bula’ en los ?ltimos a?os?La f?bula hoy pervive en el nacionalismo y en algunos lugares del Pa?s Vasco es hegem?nica. Para percibirlo no hay m?s que trasladarse all? y ver a la gente o los resultados electorales. Lo que s? ha cambiado es la estrategia de terror con la que se intentaba plasmar esa f?bula.
Para lo que sirve la democracia es para que haya una f?bula que consiste en un programa electoral con promesas y la posible demostraci?n de que el rival es muy malo
Sus aspirantes a etarras son hijos de la f?bula, pero los escritores también lo son…Todos somos hijos de la f?bula. Es imposible ser una persona inteligente y no moverse por f?bulas. De hecho, lo primero que recibimos son f?bulas, los cuentos infantiles, historias que nos cuentan qué es el amor, la envidia o el mal. El problema, y es un problema grav?simo, es que nuestras f?bulas no pasen por un filtro moral. Yo no estoy autorizado a eliminar a otros para que se cumpla mi f?bula. Eso es muy peligroso. Para lo que sirve la democracia es para que haya una f?bula que consiste en un programa electoral con promesas y la posible demostraci?n de que el rival es muy malo.A 12 a?os transcurridos desde el alto el fuego, ?siguen siendo necesarios este tipo de libros que levantan el acta de defunci?n de ETA?Eso es lo que hice en ‘Patria’ y también en este libro que he concebido como un alegato contra el terrorismo, porque esos protagonistas son risibles y rid?culos.
Me considero uno m?s en la tarea de poner negro sobre blanco las fechor?as de ETA. No he estado solo
?Ha intentado herir a los etarras en su orgullo?Si he logrado meter el dedo en la llaga que m?s les duela no me parece mal, la verdad. Me sorprender?a que los parodiados me aplaudieran, eso no va a pasar. Pero vamos, me considero uno m?s en la tarea de poner negro sobre blanco las fechor?as de ETA. No he estado solo. Pienso en Ra?l Guerra Garrido, que sufri? un atentado.Sus protagonistas tienen graves problema con las mujeres. Uno de ellos dice que ETA se fue al traste cuando las mujeres entraron en sus puestos de direcci?n.Ese personaje es un reprimido y le tiene miedo a las mujeres. Es hijo de una madre represora. A m? eso me lo inspiraron las Sociedades Gastron?micas. Recuerdo que en los a?os 70 se vot? en alguna de ellas si dejaban entrar a las mujeres los s?bados y gan? abrumadoramente el no. La tesis era que las “mujeres traen problemas” (r?e), que las sociedades eran un refugio frente a las esposas que no les permit?an emborracharse con tranquilidad. Esas ideas siempre han estado en el ambiente de la sociedad vasca y a m? se me quedaron muy grabadas. Este libro forma parte de una serie que se llama 'Gentes Vascas' y est? anunciado as?. Intento reflejar el panorama humano tal como lo he conocido. Hab?a gente as?, pero eso no quiere decir que los considere representativos.La madre poderosa y castradora es un t?pico que casa mal con los tiempos que vivimos.Pero, como todos los t?picos, probablemente tenga un poso de verdad.En este libro vuelve a aparecer un cementerio.Es que si no aparece uno, no es un libro m?o.?Por qué esa fijaci?n?Es una marca, como eran esas breves apariciones que Hitchcock hac?a en sus pel?culas. Creo que viene de la primera vez que pisé uno con mi madre. Yo ten?a unos siete a?os y fuimos a visitar la tumba de mi abuela y esa visi?n de la piedra con el nombre despert? mi conciencia de la caducidad de la vida.?Vivir en Alemania desde hace tantos a?os le da una necesaria distancia sobre su tierra?S?, sin duda. Es posible que la lejan?a me dé m?s libertad. Es m?s dif?cil percibirse libre si salgo a la calle, me amenazan, me increpan o me agreden.?Se ha sentido agredido?Lo he sentido cada vez que alguien lo ha sido en nombre de unas convicciones. Pero en lo personal, no quiero hablar de ello. Yo en las entrevistas soy mucho m?s hostil con el nacionalismo de lo que muestro en mis novelas. As? que entiendo que me llamen tocapelotas.?Disfruta siendo un tocapelotas?Sé que he sacado de quicio a mucha gente. ?Qué se le va a hacer! Me da igual. Si tuviera miedo a la hora de escribir me dedicar?a a otra cosa, a la miner?a o al ajedrez, que también, dicen, son apasionantes.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/cultura/fernando-aramburu-he-sacado-quicio-82397193)
El lector que lleg? a su obra con ‘Patria’ se puede sentir bastante descolocado ante una novela tan humor?stica.Ese registro literario ya lo he utilizado otras veces, pero nunca lo dirig? a un colectivo social tan delicado. Encontré la formula y se la comenté a una v?ctima del terrorismo para que me diera su opini?n. La idea era dejar fuera de la narraci?n a las v?ctimas y centrarme en una s?tira contra los agresores, o mejor dicho, los aspirantes a agresores. Ah? ya no ten?a freno moral puesto que el humor no estaba dirigido en ning?n caso a personas que hubieran sufrido y eso me dejaba las manos libres.?El l?mite del humor est?, por lo tanto, en el cuidado de la v?ctima?Claro est?, pero no solo en la literatura. También ese l?mite debe respetarse en la vida. Uno no debe re?rse de los problemas de la gente que tiene alguna pena o sufre alguna discriminaci?n. Hay que dirigir la cr?tica humor?stica a quien ejerce el poder o a quien es malo. As? la s?tira se convierte en algo loable y bals?mico, porque va contra la solemnidad, las formas r?gidas y las malas intenciones.La historia de 'Hijos de la f?bula' es casi una aventura de Mortadelo y Filem?n, con un humor bastante blanco.Ah? delego a los que quieran interpretarlo. Yo a veces tuve la sensaci?n de que era un poco cruel con mis personajes. Hice un gran esfuerzo para que no fueran solamente unos aprendices de terroristas, no particularmente dotados de cociente intelectual. Per también quer?a que se reflejara su condici?n humana y sus circunstancias cotidianas. Son fan?ticos, pero los sacas de ah? y resulta que son ‘majos’. Eso ocurr?a en los a?os de la lucha armada. Deten?an a alguien y los vecinos dec?an: “pero si era muy majo…”. S?, claro que lo era pero también iba con una pistola por ah? matando a otros.Sus etarras…Ni siquiera son etarras, ellos quisieran serlo pero no lo consiguen. Pero el mecanismo metal de la lucha armada s? que les funciona a pleno gas.…Son personajes contradictorios. Pero logra que el lector los vea tan patéticos que incluso llegue a identificarse con ellos.Ese ejercicio me gusta. Y lo hago en todas mis novelas. Yo como autor sé muy bien qué es lo que le doy al lector, las expectativas que creo y que, después, a lo mejor no se las cumplo. La novela se presta a intervenir en las conciencias de los dem?s.
La f?bula hoy pervive en el nacionalismo y en algunos lugares del Pa?s Vasco es hegem?nica
Cuando habla de f?bula est? hablando de una historia inventada que vincula la ideolog?a a lucha armada. ?Se ha diluido esa ‘f?bula’ en los ?ltimos a?os?La f?bula hoy pervive en el nacionalismo y en algunos lugares del Pa?s Vasco es hegem?nica. Para percibirlo no hay m?s que trasladarse all? y ver a la gente o los resultados electorales. Lo que s? ha cambiado es la estrategia de terror con la que se intentaba plasmar esa f?bula.
Para lo que sirve la democracia es para que haya una f?bula que consiste en un programa electoral con promesas y la posible demostraci?n de que el rival es muy malo
Sus aspirantes a etarras son hijos de la f?bula, pero los escritores también lo son…Todos somos hijos de la f?bula. Es imposible ser una persona inteligente y no moverse por f?bulas. De hecho, lo primero que recibimos son f?bulas, los cuentos infantiles, historias que nos cuentan qué es el amor, la envidia o el mal. El problema, y es un problema grav?simo, es que nuestras f?bulas no pasen por un filtro moral. Yo no estoy autorizado a eliminar a otros para que se cumpla mi f?bula. Eso es muy peligroso. Para lo que sirve la democracia es para que haya una f?bula que consiste en un programa electoral con promesas y la posible demostraci?n de que el rival es muy malo.A 12 a?os transcurridos desde el alto el fuego, ?siguen siendo necesarios este tipo de libros que levantan el acta de defunci?n de ETA?Eso es lo que hice en ‘Patria’ y también en este libro que he concebido como un alegato contra el terrorismo, porque esos protagonistas son risibles y rid?culos.
Me considero uno m?s en la tarea de poner negro sobre blanco las fechor?as de ETA. No he estado solo
?Ha intentado herir a los etarras en su orgullo?Si he logrado meter el dedo en la llaga que m?s les duela no me parece mal, la verdad. Me sorprender?a que los parodiados me aplaudieran, eso no va a pasar. Pero vamos, me considero uno m?s en la tarea de poner negro sobre blanco las fechor?as de ETA. No he estado solo. Pienso en Ra?l Guerra Garrido, que sufri? un atentado.Sus protagonistas tienen graves problema con las mujeres. Uno de ellos dice que ETA se fue al traste cuando las mujeres entraron en sus puestos de direcci?n.Ese personaje es un reprimido y le tiene miedo a las mujeres. Es hijo de una madre represora. A m? eso me lo inspiraron las Sociedades Gastron?micas. Recuerdo que en los a?os 70 se vot? en alguna de ellas si dejaban entrar a las mujeres los s?bados y gan? abrumadoramente el no. La tesis era que las “mujeres traen problemas” (r?e), que las sociedades eran un refugio frente a las esposas que no les permit?an emborracharse con tranquilidad. Esas ideas siempre han estado en el ambiente de la sociedad vasca y a m? se me quedaron muy grabadas. Este libro forma parte de una serie que se llama 'Gentes Vascas' y est? anunciado as?. Intento reflejar el panorama humano tal como lo he conocido. Hab?a gente as?, pero eso no quiere decir que los considere representativos.La madre poderosa y castradora es un t?pico que casa mal con los tiempos que vivimos.Pero, como todos los t?picos, probablemente tenga un poso de verdad.En este libro vuelve a aparecer un cementerio.Es que si no aparece uno, no es un libro m?o.?Por qué esa fijaci?n?Es una marca, como eran esas breves apariciones que Hitchcock hac?a en sus pel?culas. Creo que viene de la primera vez que pisé uno con mi madre. Yo ten?a unos siete a?os y fuimos a visitar la tumba de mi abuela y esa visi?n de la piedra con el nombre despert? mi conciencia de la caducidad de la vida.?Vivir en Alemania desde hace tantos a?os le da una necesaria distancia sobre su tierra?S?, sin duda. Es posible que la lejan?a me dé m?s libertad. Es m?s dif?cil percibirse libre si salgo a la calle, me amenazan, me increpan o me agreden.?Se ha sentido agredido?Lo he sentido cada vez que alguien lo ha sido en nombre de unas convicciones. Pero en lo personal, no quiero hablar de ello. Yo en las entrevistas soy mucho m?s hostil con el nacionalismo de lo que muestro en mis novelas. As? que entiendo que me llamen tocapelotas.?Disfruta siendo un tocapelotas?Sé que he sacado de quicio a mucha gente. ?Qué se le va a hacer! Me da igual. Si tuviera miedo a la hora de escribir me dedicar?a a otra cosa, a la miner?a o al ajedrez, que también, dicen, son apasionantes.
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