الريــم
01-30-2023, 04:52 PM
Hay tres momentos en la vida de las personas. Desde el punto de vista de la econom?a intergeneracional, existe una etapa en la que las personas obtienen ingresos suficientes para cubrir todas sus necesidades de gasto y, a?n m?s, para pagar impuestos y cotizaciones con los que financiar las necesidades del estado de bienestar. Es un momento que en Espa?a, de forma agregada, se podr?a situar entre los 27 y los 59 a?os de edad (con datos para 2010). Ah? lo sit?a el informe ‘La equidad entre generaciones como garant?a del bienestar social’, publicado dentro del dosier ‘Estado del bienestar, ciclo vital y demograf?a’ de Fundaci?n La Caixa y coordinado por la catedr?tica Concepci? Patxot, de la Universidad de Barcelona.
https://estaticos-cdn.elperiodico.com/epc/resourcescas/infographics/2023/enero/ciclo_vital.png
Existen otros dos momentos vitales en los que sucede lo contrario: la infancia y juventud y la vejez. Desde los cero hasta los 27 a?os, las personas en Espa?a, con car?cter general, no generan los ingresos necesarios para cubrir el gasto privado o p?blico que consumen (desde el alimento, el vestido y el alojamiento, a la educaci?n y la sanidad). La edad estimada de 27 a?os corresponde a 2010. Es un par de a?os m?s tarde de la estimada para las décadas de los 80 y de los 90 el siglo pasado. “El creciente acceso a los estudios universitarios ha retrasado la incorporaci?n al mercado laboral” explica Patxot. En 2012, en plena recesi?n, esta referencia de edad lleg? a los 30 a?os.
Una situaci?n similar, de déficit del ciclo vital, se identifica a partir de los 59 a?os: las necesidades de consumo de los mayores se financian en su mayor?a gracias a las pensiones p?blicas y, en su caso, con las aportaciones de las propias familias.
El ciclo vital del gasto
Dos etapas de déficit del ciclo vital y, en medio, como en un bocadillo, un periodo de super?vit. El s?ndwich se repite en todas las sociedades desarrolladas, tal como refleja el proyecto investigador ‘Envejecimiento de Europa. Cuentas Nacionales de Transferencia en Europa’ (AGENTA (https://europe.ntaccounts.org/web/nta/show/), por su sigla en inglés), en el que se incardina el informe firmado por Patxot y las académicas Gemma Abio, Elisenda Renter?a, Meritxell Solé y Guadalupe Souto. La diferencia entre unas y otras sociedades reside en la duraci?n m?s o menos extensa del momento central y en c?mo se financian las otras dos etapas.
En Espa?a, las transferencias de dinero p?blico a favor de la gente mayor (pensiones, sobre todo) no s?lo es 33 veces superior al gasto que se destina a familias y j?venes (9,8% del PIB en el primer caso frente al 0,3% en el segundo, seg?n datos de Eurostat). Adem?s, el peso de las prestaciones de vejez respecto al PIB ha aumentado tres puntos en Espa?a desde 2008, mientras que el de las prestaciones familiares se ha mantenido sin cambios.
"Una redistribuci?n de la que se habla muy poco"
“El coste de los ni?os sigue siendo mayoritariamente privado. Pero esos hijos, que sobre todo sostienen las familias que deciden tenerlos, son los que en la edad adulta van a acabar pagando con sus impuestos y cotizaciones el estado de bienestar de todos: de quienes decidieron tener hijos y de quienes no”, explica Patxot. Desde su punto de vista esto se traduce en una transferencia desde las familias con hijos a las personas sin hijos, que se ahorraron los gastos de la crianza y que tal vez pudieron lograr una mejor promoci?n profesional. “Es una redistribuci?n de la que se habla muy poco. Una redistribuci?n de la que no nos preocupamos”, advierte la catedr?tica.
?Soluci?n? “Tiene que haber un sistema de bienestar que financie tanto a la etapa de infancia y juventud, como al de la vejez y que la primera etapa no se financie de forma mayoritaria con recursos de la familias”, responde Patxot.
?Eso implicar?a detraer dinero p?blico de las pensiones de jubilaci?n para financiar pol?ticas p?blicas para ni?os y j?venes? “En alguna medida s?. Pero también debe haber otro tipo de medidas que implique una mayor contribuci?n al estado de bienestar de quienes no han tenido hijos”
?Deber?an cotizar m?s las personas que no tienen hijos? “Esa es una de las propuestas que plantean algunos economistas, como el alem?n Hans-Werner Sinn. Puede resultar impopular, pero hay que pensar en una pol?tica de bienestar a lo largo de la vida”, propone la catedr?tica de la Universidad de Barcelona.
Impopular y dif?cil
La reflexi?n no es nueva. Ya en los or?genes del sistema de reparto de las pensiones, en Alemania (1957), los cr?ticos vieron en el modelo un sistema que premiaba el no tener hijos. A ello respond?a el entonces canciller Konrad Adenauer aprob? con su conocida afirmaci?n «la gente siempre tiene hijos», tal como recuerda recuerda la profesora Janier Mimentza Mart?n en su estudio sobre ‘Renta b?sica y Constituci?n en el Estado Social alem?n’.
Pero lo cierto es que las familias tienen ahora muchos menos hijos que entonces. Hacer tributar m?s a las personas sin hijos ser?a una opci?n pol?tica muy dif?cil de implementar. ?Qué pasar?a con una persona que después de haber cotizado un plus durante a?os decidiera después tener o adoptar un ni?o? Al menos de momento, los ?ltimos Gobiernos espa?oles (de Mariano Rajoy y de Pedro S?nchez) han optado por premiar a las personas con hijos con un complemento de pensi?n que para 2023 se cifra en 29,30 euros al mes por cada uno de ellos y computar como periodo cotizado las excedencias por cuidado de hijos. El debate se centra, sobre todo, en c?mo fomentar las pol?ticas de natalidad y el que se refiere a una mayor cotizaci?n de las personas sin hijos, al menos por el momento, es solo te?rico.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/economia/deben-cotizar-personas-hijos-82167711)
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Existen otros dos momentos vitales en los que sucede lo contrario: la infancia y juventud y la vejez. Desde los cero hasta los 27 a?os, las personas en Espa?a, con car?cter general, no generan los ingresos necesarios para cubrir el gasto privado o p?blico que consumen (desde el alimento, el vestido y el alojamiento, a la educaci?n y la sanidad). La edad estimada de 27 a?os corresponde a 2010. Es un par de a?os m?s tarde de la estimada para las décadas de los 80 y de los 90 el siglo pasado. “El creciente acceso a los estudios universitarios ha retrasado la incorporaci?n al mercado laboral” explica Patxot. En 2012, en plena recesi?n, esta referencia de edad lleg? a los 30 a?os.
Una situaci?n similar, de déficit del ciclo vital, se identifica a partir de los 59 a?os: las necesidades de consumo de los mayores se financian en su mayor?a gracias a las pensiones p?blicas y, en su caso, con las aportaciones de las propias familias.
El ciclo vital del gasto
Dos etapas de déficit del ciclo vital y, en medio, como en un bocadillo, un periodo de super?vit. El s?ndwich se repite en todas las sociedades desarrolladas, tal como refleja el proyecto investigador ‘Envejecimiento de Europa. Cuentas Nacionales de Transferencia en Europa’ (AGENTA (https://europe.ntaccounts.org/web/nta/show/), por su sigla en inglés), en el que se incardina el informe firmado por Patxot y las académicas Gemma Abio, Elisenda Renter?a, Meritxell Solé y Guadalupe Souto. La diferencia entre unas y otras sociedades reside en la duraci?n m?s o menos extensa del momento central y en c?mo se financian las otras dos etapas.
En Espa?a, las transferencias de dinero p?blico a favor de la gente mayor (pensiones, sobre todo) no s?lo es 33 veces superior al gasto que se destina a familias y j?venes (9,8% del PIB en el primer caso frente al 0,3% en el segundo, seg?n datos de Eurostat). Adem?s, el peso de las prestaciones de vejez respecto al PIB ha aumentado tres puntos en Espa?a desde 2008, mientras que el de las prestaciones familiares se ha mantenido sin cambios.
"Una redistribuci?n de la que se habla muy poco"
“El coste de los ni?os sigue siendo mayoritariamente privado. Pero esos hijos, que sobre todo sostienen las familias que deciden tenerlos, son los que en la edad adulta van a acabar pagando con sus impuestos y cotizaciones el estado de bienestar de todos: de quienes decidieron tener hijos y de quienes no”, explica Patxot. Desde su punto de vista esto se traduce en una transferencia desde las familias con hijos a las personas sin hijos, que se ahorraron los gastos de la crianza y que tal vez pudieron lograr una mejor promoci?n profesional. “Es una redistribuci?n de la que se habla muy poco. Una redistribuci?n de la que no nos preocupamos”, advierte la catedr?tica.
?Soluci?n? “Tiene que haber un sistema de bienestar que financie tanto a la etapa de infancia y juventud, como al de la vejez y que la primera etapa no se financie de forma mayoritaria con recursos de la familias”, responde Patxot.
?Eso implicar?a detraer dinero p?blico de las pensiones de jubilaci?n para financiar pol?ticas p?blicas para ni?os y j?venes? “En alguna medida s?. Pero también debe haber otro tipo de medidas que implique una mayor contribuci?n al estado de bienestar de quienes no han tenido hijos”
?Deber?an cotizar m?s las personas que no tienen hijos? “Esa es una de las propuestas que plantean algunos economistas, como el alem?n Hans-Werner Sinn. Puede resultar impopular, pero hay que pensar en una pol?tica de bienestar a lo largo de la vida”, propone la catedr?tica de la Universidad de Barcelona.
Impopular y dif?cil
La reflexi?n no es nueva. Ya en los or?genes del sistema de reparto de las pensiones, en Alemania (1957), los cr?ticos vieron en el modelo un sistema que premiaba el no tener hijos. A ello respond?a el entonces canciller Konrad Adenauer aprob? con su conocida afirmaci?n «la gente siempre tiene hijos», tal como recuerda recuerda la profesora Janier Mimentza Mart?n en su estudio sobre ‘Renta b?sica y Constituci?n en el Estado Social alem?n’.
Pero lo cierto es que las familias tienen ahora muchos menos hijos que entonces. Hacer tributar m?s a las personas sin hijos ser?a una opci?n pol?tica muy dif?cil de implementar. ?Qué pasar?a con una persona que después de haber cotizado un plus durante a?os decidiera después tener o adoptar un ni?o? Al menos de momento, los ?ltimos Gobiernos espa?oles (de Mariano Rajoy y de Pedro S?nchez) han optado por premiar a las personas con hijos con un complemento de pensi?n que para 2023 se cifra en 29,30 euros al mes por cada uno de ellos y computar como periodo cotizado las excedencias por cuidado de hijos. El debate se centra, sobre todo, en c?mo fomentar las pol?ticas de natalidad y el que se refiere a una mayor cotizaci?n de las personas sin hijos, al menos por el momento, es solo te?rico.
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