الريــم
01-26-2023, 12:59 PM
No es su nombre real, pero el alias de "Violeta" ya se ha convertido en una referencia de lucha contra el maltrato y acoso laboral. Tras ese seud?nimo se encuentra una asturiana que ha logrado, junto con dos compa?eros, que el Parlamento Europeo sancione a la eurodiputada del PSOE (https://www.uc-4u.com/tags/politica/) M?nica Silvana por acoso a sus asistentes. Prefiere mantener el anonimato por razones obvias, pero no ocultar su voz: "No ha sido una batalla f?cil y a?n me emociono al hablar de ello. Perd? mi trabajo, mi salud y mi vida personal, y esto no es algo de lo que una se siente orgullosa, pero la sanci?n, aunque me parece poco para lo que sufr?, me permite continuar para seguir luchando y que esto no vuelva a suceder", relata Violeta a este diario al otro lado del teléfono, desde Bruselas. La parlamentaria socialista M?nica Silvana Gonz?lez ha sido suspendida de su actividad durante 30 d?as y se quedar? sin dietas, lo que puede suponer un castigo de unos 10.000 euros. La eurodiputada ya ha dicho que recurrir? la sanci?n.
Violeta, asturiana de familia mierense y licenciada en Derecho, accedi? en julio de 2020 al puesto de asistente personal de la eurodiputada socialista Silvana. Lo que empez? como un sue?o termin? convirtiéndose en una pesadilla. Las puertas de salida de esa situaci?n se abrieron totalmente cuando la semana pasada, la presidenta del parlamento europeo, Roberta Metsola, inici? la sesi?n del Pleno en Estrasburgo anunciando la sanci?n a M?nica Silvana Gonz?lez por "acoso psicol?gico" a sus tres asistentes.
Por medio hubo meses de malos modos, presiones, amenazas con la no renovaci?n del contrato, estrategias de vac?o laboral, incumplimiento de horarios, exigencias fuera del turno de trabajo e incluso ?rdenes sobre gestiones de car?cter personal de la eurodiputada. La trabajadora asturiana perdi? sue?o y apetito y sufri? episodios de ansiedad.
"No es la situaci?n de que tengas a un jefe m?s o menos exigente, sino la de que no hab?a un rumbo claro, que se daban instrucciones y contra?rdenes que no permit?an trabajar bien al equipo, al que luego culpaba de todo", explica esta asturiana. "Era maleducada, levantaba la voz y me hizo llorar en m?s de una ocasi?n; yo me callaba porque mi educaci?n me impide contestar mal", relata.
Lo dif?cil en esas situaciones, reconoce, es que la v?ctima se percate de que no est? haciendo nada malo o incorrecto. "Es como lo que ocurre con las mujeres que sufren violencia machista, que pueden tender a pensar que es culpa suya", detalla. "So?aba con el correo electr?nico, con gestiones que deb?amos hacer para evitar que se enfadase", explica la asturiana.
Cuando Violeta supo que iba a ser contratada como asistente de una eurodiputada lo afront? con mucha ilusi?n. Particip? previamente en reuniones para ayudar a forjar el equipo y se mud? a Bruselas con su hijo buscando un nuevo horizonte. Afrontaba una nueva vida llena de esperanza. Ni siquiera hizo mucho caso al "toque de atenci?n" de responsables de Recursos Humanos de la delegaci?n socialista espa?ola del Parlamento Europeo, que le se?alaron que la plaza podr?a ser complicada. No sab?a que sustitu?a a alguien que hab?a dejado el trabajo por las mismas razones que convertir?an el puesto en un suplicio también para ella.
"He tenido una amplia experiencia laboral y me he encontrado en situaciones muy diferentes. As? que inicialmente se te hace raro creer que no encajas, incluso me instru? con libros de coaching para situaciones nuevas como esa", explica.
La eurodiputada sancionada hac?a que Violeta tuviese que realizar tareas fuera de su contrato, as? que la asturiana tuvo incluso que efectuar gestiones personales o administrativas domésticas, como llevar a cabo la matr?cula escolar de la hija de la europarlamentaria o la recuperaci?n de su contrato de electricidad. A las pocas semanas, Violeta ya se percat? de que actuaba casi como "un mayordomo" disponible a cualquier hora, lo que le imped?a cumplir algunas de las tareas para las que hab?a sido contratada. Todas esas gestiones personales alargaban la jornada y la obligaban a estar disponible.
Es a partir de agosto de 2020 cuando la situaci?n se agrava, el tono de la eurodiputada se eleva y se vuelve m?s agresivo, caus?ndole a la asturiana problemas f?sicos y emocionales. Incluso Silvana Gonz?lez la oblig? a acudir presencialmente a la oficina pese a que las normas de la Euroc?mara lo imped?an dentro del protocolo por la pandemia (https://www.uc-4u.com/tags/coronavirus/) de covid.
"Todo empeor?", explica. Humillaciones, cr?ticas a su experiencia laboral e incluso expresiones del tipo: "A saber c?mo habr?s obtenido ese curr?culum". La asturiana Violeta se vio entre la espada y la pared: entre tolerar un ambiente t?xico o arriesgarse a perder el sueldo, el derecho al desempleo o los beneficios del puesto, como la escolarizaci?n de su hijo.
En los meses de octubre y noviembre de 2020 Violeta comienza a preocuparse por su futuro, por todo. "Ya ve?a que ella no me quer?a ah? y pretend?a que me fuese; por mi formaci?n pod?a identificar las actitudes maleducadas, el lenguaje corporal, las faltas de respeto; incluso las injerencias en mi vida privada sobre qué com?a o si com?a mucho o poco", explica. Vinieron los problemas de tensi?n arterial, los v?mitos, las n?useas "y sentirme realmente enferma". Finalmente, Violeta acudi? a un médico que le decret? la baja.
"No fue algo que yo pidiese", recalca. Con todo, amigos y conocidos le recomendaban no seguir la baja médica: "No te va a renovar si lo haces, me dec?an". En ese periodo de paréntesis Violeta comprueba que recupera el sue?o y el apetito, alejada del penoso ambiente de trabajo con la eurodiputada. Tras la baja médica, regresa a la oficina y descubre que est? sometida a un vac?o, al encomendarse sus tareas a una becaria. Es entonces cuando ella conoce que no iba a ser renovada y la invitan a cogerse el mes de vacaciones que le corresponde antes de que expire su contrato, el 6 de julio.
El informe de su psic?loga result? definitivo, al tiempo que advert?a de una situaci?n preocupante que el documento ya consideraba que pod?a incluirse en los términos de "acoso laboral".
El clima en la oficina hace que la ?ltima gota colme el vaso de la paciencia de los trabajadores. Finalmente, tanto Violeta y otros dos trabajadores inician un proceso para hacerse o?r por las instancias del Parlamento Europeo y denunciar la situaci?n que padec?an.
Fueron 18 meses de proceso e informes tras la denuncia interna por un presunto acoso laboral. El momento determinante fue la intervenci?n de la denunciante asturiana ante el organismo correspondiente del Parlamento Europeo que analiz? su caso. Su relato, emocionado y personal, fue un importante paso personal para Violeta. "No fui a contar lo que dec?an todos los informes que llevaba, sino simplemente mi verdad", recuerda.
La eurodiputada M?nica Silvana Gonz?lez ha asegurado que recurrir? la sanci?n y afirma haberse sentido indefensa en el proceso. Para Violeta, el fallo de la Euroc?mara reconforta, pero no compensa: "Me parece poco castigo para lo que yo he vivido y la situaci?n que ha trastocado para siempre mi vida". Con todo, a?n recuerda la alegr?a con que su hijo celebr? que a su madre no le renovasen el contrato como asistente de la eurodiputada socialista. Violeta quiere que su historia haga que se la recuerde como una luchadora para que situaciones como estas no vuelvan a repetirse.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/nacional/lucha-violeta-maltrato-acoso-laboral-82017390)
Violeta, asturiana de familia mierense y licenciada en Derecho, accedi? en julio de 2020 al puesto de asistente personal de la eurodiputada socialista Silvana. Lo que empez? como un sue?o termin? convirtiéndose en una pesadilla. Las puertas de salida de esa situaci?n se abrieron totalmente cuando la semana pasada, la presidenta del parlamento europeo, Roberta Metsola, inici? la sesi?n del Pleno en Estrasburgo anunciando la sanci?n a M?nica Silvana Gonz?lez por "acoso psicol?gico" a sus tres asistentes.
Por medio hubo meses de malos modos, presiones, amenazas con la no renovaci?n del contrato, estrategias de vac?o laboral, incumplimiento de horarios, exigencias fuera del turno de trabajo e incluso ?rdenes sobre gestiones de car?cter personal de la eurodiputada. La trabajadora asturiana perdi? sue?o y apetito y sufri? episodios de ansiedad.
"No es la situaci?n de que tengas a un jefe m?s o menos exigente, sino la de que no hab?a un rumbo claro, que se daban instrucciones y contra?rdenes que no permit?an trabajar bien al equipo, al que luego culpaba de todo", explica esta asturiana. "Era maleducada, levantaba la voz y me hizo llorar en m?s de una ocasi?n; yo me callaba porque mi educaci?n me impide contestar mal", relata.
Lo dif?cil en esas situaciones, reconoce, es que la v?ctima se percate de que no est? haciendo nada malo o incorrecto. "Es como lo que ocurre con las mujeres que sufren violencia machista, que pueden tender a pensar que es culpa suya", detalla. "So?aba con el correo electr?nico, con gestiones que deb?amos hacer para evitar que se enfadase", explica la asturiana.
Cuando Violeta supo que iba a ser contratada como asistente de una eurodiputada lo afront? con mucha ilusi?n. Particip? previamente en reuniones para ayudar a forjar el equipo y se mud? a Bruselas con su hijo buscando un nuevo horizonte. Afrontaba una nueva vida llena de esperanza. Ni siquiera hizo mucho caso al "toque de atenci?n" de responsables de Recursos Humanos de la delegaci?n socialista espa?ola del Parlamento Europeo, que le se?alaron que la plaza podr?a ser complicada. No sab?a que sustitu?a a alguien que hab?a dejado el trabajo por las mismas razones que convertir?an el puesto en un suplicio también para ella.
"He tenido una amplia experiencia laboral y me he encontrado en situaciones muy diferentes. As? que inicialmente se te hace raro creer que no encajas, incluso me instru? con libros de coaching para situaciones nuevas como esa", explica.
La eurodiputada sancionada hac?a que Violeta tuviese que realizar tareas fuera de su contrato, as? que la asturiana tuvo incluso que efectuar gestiones personales o administrativas domésticas, como llevar a cabo la matr?cula escolar de la hija de la europarlamentaria o la recuperaci?n de su contrato de electricidad. A las pocas semanas, Violeta ya se percat? de que actuaba casi como "un mayordomo" disponible a cualquier hora, lo que le imped?a cumplir algunas de las tareas para las que hab?a sido contratada. Todas esas gestiones personales alargaban la jornada y la obligaban a estar disponible.
Es a partir de agosto de 2020 cuando la situaci?n se agrava, el tono de la eurodiputada se eleva y se vuelve m?s agresivo, caus?ndole a la asturiana problemas f?sicos y emocionales. Incluso Silvana Gonz?lez la oblig? a acudir presencialmente a la oficina pese a que las normas de la Euroc?mara lo imped?an dentro del protocolo por la pandemia (https://www.uc-4u.com/tags/coronavirus/) de covid.
"Todo empeor?", explica. Humillaciones, cr?ticas a su experiencia laboral e incluso expresiones del tipo: "A saber c?mo habr?s obtenido ese curr?culum". La asturiana Violeta se vio entre la espada y la pared: entre tolerar un ambiente t?xico o arriesgarse a perder el sueldo, el derecho al desempleo o los beneficios del puesto, como la escolarizaci?n de su hijo.
En los meses de octubre y noviembre de 2020 Violeta comienza a preocuparse por su futuro, por todo. "Ya ve?a que ella no me quer?a ah? y pretend?a que me fuese; por mi formaci?n pod?a identificar las actitudes maleducadas, el lenguaje corporal, las faltas de respeto; incluso las injerencias en mi vida privada sobre qué com?a o si com?a mucho o poco", explica. Vinieron los problemas de tensi?n arterial, los v?mitos, las n?useas "y sentirme realmente enferma". Finalmente, Violeta acudi? a un médico que le decret? la baja.
"No fue algo que yo pidiese", recalca. Con todo, amigos y conocidos le recomendaban no seguir la baja médica: "No te va a renovar si lo haces, me dec?an". En ese periodo de paréntesis Violeta comprueba que recupera el sue?o y el apetito, alejada del penoso ambiente de trabajo con la eurodiputada. Tras la baja médica, regresa a la oficina y descubre que est? sometida a un vac?o, al encomendarse sus tareas a una becaria. Es entonces cuando ella conoce que no iba a ser renovada y la invitan a cogerse el mes de vacaciones que le corresponde antes de que expire su contrato, el 6 de julio.
El informe de su psic?loga result? definitivo, al tiempo que advert?a de una situaci?n preocupante que el documento ya consideraba que pod?a incluirse en los términos de "acoso laboral".
El clima en la oficina hace que la ?ltima gota colme el vaso de la paciencia de los trabajadores. Finalmente, tanto Violeta y otros dos trabajadores inician un proceso para hacerse o?r por las instancias del Parlamento Europeo y denunciar la situaci?n que padec?an.
Fueron 18 meses de proceso e informes tras la denuncia interna por un presunto acoso laboral. El momento determinante fue la intervenci?n de la denunciante asturiana ante el organismo correspondiente del Parlamento Europeo que analiz? su caso. Su relato, emocionado y personal, fue un importante paso personal para Violeta. "No fui a contar lo que dec?an todos los informes que llevaba, sino simplemente mi verdad", recuerda.
La eurodiputada M?nica Silvana Gonz?lez ha asegurado que recurrir? la sanci?n y afirma haberse sentido indefensa en el proceso. Para Violeta, el fallo de la Euroc?mara reconforta, pero no compensa: "Me parece poco castigo para lo que yo he vivido y la situaci?n que ha trastocado para siempre mi vida". Con todo, a?n recuerda la alegr?a con que su hijo celebr? que a su madre no le renovasen el contrato como asistente de la eurodiputada socialista. Violeta quiere que su historia haga que se la recuerde como una luchadora para que situaciones como estas no vuelvan a repetirse.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/nacional/lucha-violeta-maltrato-acoso-laboral-82017390)