الريــم
01-18-2023, 10:45 PM
"?Alguna vez plane? quitarle la vida a alguien?". "Tras atacar a su mujer, ?qué pens? hacer:*huir, esconder pruebas, entregarse a la Polic?a?".*En el paso por la c?rcel de un condenado por*violencia machista*llegar? un d?a en el que un*psic?logo penitenciario*le har? preguntas como esta… si acepta que le ayuden.
Esas cuestiones forman parte de la*evaluaci?n*de un penado por atacar a una mujer, primera fase del PRIA, un*itinerario de tratamiento penitenciario apenas conocido extramuros*de las prisiones, quiz? porque uno de sus lubricantes es la discreci?n: el terapeuta y los presos prometen no contar el contenido personal, sin relevancia jur?dica, de sus conversaciones.
"Antes de atacar a su pareja, ?alguna vez*la humill? en p?blico?".*"?Le prohibi? ver a sus amigas?". "?La amenaz? con matar a los hijos y suicidarse?". "?Mat? a su mascota?". El PRIA y sus cuestionarios meten al terapeuta y al preso en un viaje a menudo terror?fico por oscuros paisajes mentales, plagados de*creencias irracionales sobre la mujer y el amor.*Si todo va bien, a mitad de tratamiento el preso*ver? lo que ha hecho, sin excusas ni paliativos;*apreciar? el dolor causado. Ser? en esa catarsis cuando empiece a salir de su c?rculo de violencia.
10.944 hombres reformados
El PRIA es la herramienta con la que el*Estado reeduca*a este tipo de delincuente, cerca de 7.000 de los 47.000 internos de las prisiones espa?olas. Las siglas se refieren al*Programa de Intervenci?n para Agresores, desarrollado por Interior para su aplicaci?n entre rejas o fuera, en medidas penales alternativas. Un cuarto de los condenados suele acogerse.
El programa ha cumplido 20 a?os, durante los cuales, seg?n datos de la Secretar?a General de Instituciones Penitenciarias,*lo han seguido 10.944 reclusos. En 2022 han sido 866; en 2021 fueron 1.003. Hoy el programa est? en marcha en 49 de 66 prisiones regidas por Interior.
Seguir el PRIA no es obligatorio -salvo cuando la condena lo lleve aparejado- aunque las autoridades académicas y los profesionales penitenciarios coinciden en que*tiene éxito: modifica creencias machistas del agresor,*no vuelve a atacar: el 89,94% de quienes completaron el programa no han retornado a prisi?n por violencia de género.
Momentos clave
El tratamiento penitenciario de un agresor de género tiene tres fases (evaluaci?n, desarrollo y seguimiento posterior), diez pasos y tres objetivos:*que el penado admita su culpa, que identifique sus ideas irracionales y que empatice con la v?ctima.
Hay un momento clave: "Que él acepte participar en el programa", se?ala*Meritxell Pérez, psic?loga y profesora de Criminolog?a de la Universidad Pontificia Comillas.
Parapetos mentales del agresor: la negaci?n (“no fue como ella ha contado”, “yo no estaba all?”…) o la minimizaci?n (“no fue para tanto”, “nos peleamos como cualquier pareja…”)
Pérez evalu? el PRIA para el Instituto de Ciencias Forenses de*Madrid sobre 770 casos de penados por violencia machista. Hoy tiene "evidencia emp?rica de que el programa funciona, y cambia distorsiones cognitivas sexistas y violentas del agresor", cuenta.
En el primer escal?n, el especialista eval?a el caso entrevistando dos veces al delincuente. En el primer encuentro ser?*descartado si*es drogadicto sin tratamiento, sufre una psicopatolog?a, no conoce el idioma o no tiene capacidad intelectual.
En el segundo llegan las preguntas delicadas sobre la agresi?n, c?mo fue, cu?ntas veces…*Y aparecen las primeras barreras del agresor:*la negaci?n*("no fue como ella lo ha contado", "yo no estaba all?"…) o*la minimizaci?n*("no fue para tanto", "nos peleamos como cualquier pareja normal…").
No son enfermos
El terapeuta decidir? si el preso puede seguir el programa en grupo. El PRIA dura entre seis meses y un a?o, con*entre 25 y 50 sesiones de dos horas y media*semanales en grupos de un m?ximo de 12 personas. Pero "depende de la gente que esté en el centro, sus perfiles, sus condenas, del momento de cumplimiento…", explican en Prisiones.
Por incluir términos como 'terapéutico' o 'tratamiento', el PRIA ha levantado*recelos en sectores feministas, que aprecian riesgo de que el agresor machista sea visto como un enfermo. La psic?loga Pérez, que usa la palabra 'intervenci?n' en vez de 'tratamiento', niega ese marco: "Que alguien se someta a una intervenci?n psicol?gica no significa que padezca una enfermedad mental".
"No son enfermos", corrobora*Yadira Velasco, psic?loga penitenciaria de una c?rcel del norte, por cuyas manos, desde 2015, han pasado ya 150 internos. En sus grupos*a veces han coincidido agresores moderados con asesinos.
"Yo lo que quiero es que te conozcas", suele decirles Yadira a los condenados. "Es calve que entiendan por qué hacen lo que hacen".
"Escuchando a los asesinos, los agresores menos violentos pueden ver en qué podr?an llegar a convertirse", explica. En su opini?n, el que ha matado ve antes y con m?s claridad el da?o que ha causado.
"Yo lo que quiero es que te conozcas", suele decirles Yadira al empezar. "Es clave*que entiendan por qué hacen lo que hacen, por qué se comportan as?.*A la mayor?a nunca les han hablado de cosas muy b?sicas, tienen un fuerte déficit emocional que trabajan por primera vez en su vida", explica.
Una buena parte de los encarcelados por violencia de género lo son por*romper una orden de alejamiento.*"Les cuesta entender que est? mal –cuenta Velasco-. Te dicen ‘yo solo fui a pedirle perd?n’, o ‘yo solo fui para hablar’…".
Esa actitud tiene que ver con la primera fase, en la que el agresor muestra "muchas barreras defensivas". Son las excusas y justificaciones: "Ella se estaba pasando", "estaba borracho, no era realmente yo".
Una silla vac?a
Entre debates y ejercicios de grupo llegar? uno duro para el preso. Sentado ante una silla vac?a, har? los papeles de él como agresor y de ella como v?ctima. "Cuando el penado llega a la*asunci?n de responsabilidad*ante otros once hombres, cuando ya puede contar el delito sin excusas, se derrumba", relata Velasco.
https://uc-4u.com/clip/e85f45b4-83d1-4453-aa4f-8b3e92ea9638_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Piedrabuena (Ciudad Real) acoge el funeral de Belén, joven asesinada el 8 de enero. | EP
No todos alcanzan esa*fase de empat?a; siempre hay un 2% incapaz de sentir lo que siente la v?ctima. Ni todos pueden ser reeducados desde el primer d?a. "Algunos condenados a penas menores empiezan enseguida; con otros es mejor esperar que la estancia en la c?rcel haga antes su efecto educativo–explica-. Yo he tenido alguno que*ya llevaba 13 a?os en prisi?n".
Momentos de peligro
Seguir el programa dar? puntos al preso para que se le den beneficios penitenciarios, incluso el tercer grado. Pero el tratamiento peligra si, al salir, no lo puede continuar. Es el momento en que el agresor se enfrenta a que ha perdido la custodia de sus hijos, "y se le realimentan las creencias violentas", cuenta Yadira. Creencias como "me est? provocando", "ya est? ella con sus locuras"*o "la trato as? porque la quiero demasiado". Entre los mitos que los terapeutas identifican como m?s t?xicos est?*el de la media naranja, pensar que la pareja que uno tiene es la predestinada, la ?nica que debe tener.
Otro momento peligroso ser? la vuelta a un entorno familiar t?xico, que justifica su violencia. Yadira habla a menudo con exalumnos. Uno le llam? al poco de volver a la calle y le cont?: "Le he tenido que pedir a mi madre: ‘mam?, no me digas m?s: fui yo el culpable, no ella, solo yo".
Violencia virtual en Catalu?a
El sistema penitenciario catal?n fue pionero en programas de intervenci?n sobre agresores machistas, y hoy cuenta con un sistema muy similar al PRIA -de hecho, es catalana la base te?rica del programa que aplica el Ministerio del Interior-, pero con una novedad tecnol?gica prometedora: la realidad virtual.
El*Centre d’Estudis Jur?dics i Formaci? Especialitzada (CEJFE) hizo en 2021 y hasta comienzos de 2022*una prueba piloto con ocho presos de Lledoners.*Hab?an cometido homicidio, maltrato o quebrantamiento de condena, siempre con la violencia machista como epicentro. Al colocarse las gafas de realidad virtual, el preso se ve en una prueba parecida a la de la silla vac?a: hablando del caso como mujer sentada ante su maltratador y como agresor sentado ante su v?ctima.*El CEJFE ha concluido que ese tipo de tratamiento mejora la empat?a del agresor con la v?ctima.*También*se han probado gafas de realidad virtual*para maltratadores en el Centro de Inserci?n Social de Vigo (Pontevedra).
https://uc-4u.com/clip/8204cc5b-c749-4439-9ea6-161b295ee208_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Concentraci?n de la Comisi?n 8M del Movimiento Feminista de Madrid el pasado 29 de diciembre por el repunte de asesinatos machistas. | EP
Seg?n datos de la Generalitat, el 42% de quienes acuden a las oficinas de atenci?n a las v?ctimas de delitos han sufrido violencia de género. En 2022 fueron atendidas en Catalu?a 11.952 v?ctimas de violencia machista (datos a 1 de octubre) y se cursaron*11.566 denuncias. De 11.630 "hechos principales" anotados por los Mossos –de los que 1.519 fueron violaciones de ?rdenes de alejamiento- se derivaron 5.278 detenciones.
En Catalu?a, la evaluaci?n por el CEJFE del programa formativo en los delitos de violencia de género asevera que*un 90% de los condenados por ataques machistas*no reincide. La reincidencia es mayor entre los que no siguen los programas y, parad?jicamente, se les considera en “riesgo bajo” de volver a atacar: 25,1%.
Se cruzan con este dato otros del CEJFE, como que el 44% de los penados vivi? el maltrato en su familia de origen, o que un 40% se drog? o emborrach? antes de agredir a su pareja.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sociedad/11-000-agresores-machistas-han-81367854)
Esas cuestiones forman parte de la*evaluaci?n*de un penado por atacar a una mujer, primera fase del PRIA, un*itinerario de tratamiento penitenciario apenas conocido extramuros*de las prisiones, quiz? porque uno de sus lubricantes es la discreci?n: el terapeuta y los presos prometen no contar el contenido personal, sin relevancia jur?dica, de sus conversaciones.
"Antes de atacar a su pareja, ?alguna vez*la humill? en p?blico?".*"?Le prohibi? ver a sus amigas?". "?La amenaz? con matar a los hijos y suicidarse?". "?Mat? a su mascota?". El PRIA y sus cuestionarios meten al terapeuta y al preso en un viaje a menudo terror?fico por oscuros paisajes mentales, plagados de*creencias irracionales sobre la mujer y el amor.*Si todo va bien, a mitad de tratamiento el preso*ver? lo que ha hecho, sin excusas ni paliativos;*apreciar? el dolor causado. Ser? en esa catarsis cuando empiece a salir de su c?rculo de violencia.
10.944 hombres reformados
El PRIA es la herramienta con la que el*Estado reeduca*a este tipo de delincuente, cerca de 7.000 de los 47.000 internos de las prisiones espa?olas. Las siglas se refieren al*Programa de Intervenci?n para Agresores, desarrollado por Interior para su aplicaci?n entre rejas o fuera, en medidas penales alternativas. Un cuarto de los condenados suele acogerse.
El programa ha cumplido 20 a?os, durante los cuales, seg?n datos de la Secretar?a General de Instituciones Penitenciarias,*lo han seguido 10.944 reclusos. En 2022 han sido 866; en 2021 fueron 1.003. Hoy el programa est? en marcha en 49 de 66 prisiones regidas por Interior.
Seguir el PRIA no es obligatorio -salvo cuando la condena lo lleve aparejado- aunque las autoridades académicas y los profesionales penitenciarios coinciden en que*tiene éxito: modifica creencias machistas del agresor,*no vuelve a atacar: el 89,94% de quienes completaron el programa no han retornado a prisi?n por violencia de género.
Momentos clave
El tratamiento penitenciario de un agresor de género tiene tres fases (evaluaci?n, desarrollo y seguimiento posterior), diez pasos y tres objetivos:*que el penado admita su culpa, que identifique sus ideas irracionales y que empatice con la v?ctima.
Hay un momento clave: "Que él acepte participar en el programa", se?ala*Meritxell Pérez, psic?loga y profesora de Criminolog?a de la Universidad Pontificia Comillas.
Parapetos mentales del agresor: la negaci?n (“no fue como ella ha contado”, “yo no estaba all?”…) o la minimizaci?n (“no fue para tanto”, “nos peleamos como cualquier pareja…”)
Pérez evalu? el PRIA para el Instituto de Ciencias Forenses de*Madrid sobre 770 casos de penados por violencia machista. Hoy tiene "evidencia emp?rica de que el programa funciona, y cambia distorsiones cognitivas sexistas y violentas del agresor", cuenta.
En el primer escal?n, el especialista eval?a el caso entrevistando dos veces al delincuente. En el primer encuentro ser?*descartado si*es drogadicto sin tratamiento, sufre una psicopatolog?a, no conoce el idioma o no tiene capacidad intelectual.
En el segundo llegan las preguntas delicadas sobre la agresi?n, c?mo fue, cu?ntas veces…*Y aparecen las primeras barreras del agresor:*la negaci?n*("no fue como ella lo ha contado", "yo no estaba all?"…) o*la minimizaci?n*("no fue para tanto", "nos peleamos como cualquier pareja normal…").
No son enfermos
El terapeuta decidir? si el preso puede seguir el programa en grupo. El PRIA dura entre seis meses y un a?o, con*entre 25 y 50 sesiones de dos horas y media*semanales en grupos de un m?ximo de 12 personas. Pero "depende de la gente que esté en el centro, sus perfiles, sus condenas, del momento de cumplimiento…", explican en Prisiones.
Por incluir términos como 'terapéutico' o 'tratamiento', el PRIA ha levantado*recelos en sectores feministas, que aprecian riesgo de que el agresor machista sea visto como un enfermo. La psic?loga Pérez, que usa la palabra 'intervenci?n' en vez de 'tratamiento', niega ese marco: "Que alguien se someta a una intervenci?n psicol?gica no significa que padezca una enfermedad mental".
"No son enfermos", corrobora*Yadira Velasco, psic?loga penitenciaria de una c?rcel del norte, por cuyas manos, desde 2015, han pasado ya 150 internos. En sus grupos*a veces han coincidido agresores moderados con asesinos.
"Yo lo que quiero es que te conozcas", suele decirles Yadira a los condenados. "Es calve que entiendan por qué hacen lo que hacen".
"Escuchando a los asesinos, los agresores menos violentos pueden ver en qué podr?an llegar a convertirse", explica. En su opini?n, el que ha matado ve antes y con m?s claridad el da?o que ha causado.
"Yo lo que quiero es que te conozcas", suele decirles Yadira al empezar. "Es clave*que entiendan por qué hacen lo que hacen, por qué se comportan as?.*A la mayor?a nunca les han hablado de cosas muy b?sicas, tienen un fuerte déficit emocional que trabajan por primera vez en su vida", explica.
Una buena parte de los encarcelados por violencia de género lo son por*romper una orden de alejamiento.*"Les cuesta entender que est? mal –cuenta Velasco-. Te dicen ‘yo solo fui a pedirle perd?n’, o ‘yo solo fui para hablar’…".
Esa actitud tiene que ver con la primera fase, en la que el agresor muestra "muchas barreras defensivas". Son las excusas y justificaciones: "Ella se estaba pasando", "estaba borracho, no era realmente yo".
Una silla vac?a
Entre debates y ejercicios de grupo llegar? uno duro para el preso. Sentado ante una silla vac?a, har? los papeles de él como agresor y de ella como v?ctima. "Cuando el penado llega a la*asunci?n de responsabilidad*ante otros once hombres, cuando ya puede contar el delito sin excusas, se derrumba", relata Velasco.
https://uc-4u.com/clip/e85f45b4-83d1-4453-aa4f-8b3e92ea9638_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Piedrabuena (Ciudad Real) acoge el funeral de Belén, joven asesinada el 8 de enero. | EP
No todos alcanzan esa*fase de empat?a; siempre hay un 2% incapaz de sentir lo que siente la v?ctima. Ni todos pueden ser reeducados desde el primer d?a. "Algunos condenados a penas menores empiezan enseguida; con otros es mejor esperar que la estancia en la c?rcel haga antes su efecto educativo–explica-. Yo he tenido alguno que*ya llevaba 13 a?os en prisi?n".
Momentos de peligro
Seguir el programa dar? puntos al preso para que se le den beneficios penitenciarios, incluso el tercer grado. Pero el tratamiento peligra si, al salir, no lo puede continuar. Es el momento en que el agresor se enfrenta a que ha perdido la custodia de sus hijos, "y se le realimentan las creencias violentas", cuenta Yadira. Creencias como "me est? provocando", "ya est? ella con sus locuras"*o "la trato as? porque la quiero demasiado". Entre los mitos que los terapeutas identifican como m?s t?xicos est?*el de la media naranja, pensar que la pareja que uno tiene es la predestinada, la ?nica que debe tener.
Otro momento peligroso ser? la vuelta a un entorno familiar t?xico, que justifica su violencia. Yadira habla a menudo con exalumnos. Uno le llam? al poco de volver a la calle y le cont?: "Le he tenido que pedir a mi madre: ‘mam?, no me digas m?s: fui yo el culpable, no ella, solo yo".
Violencia virtual en Catalu?a
El sistema penitenciario catal?n fue pionero en programas de intervenci?n sobre agresores machistas, y hoy cuenta con un sistema muy similar al PRIA -de hecho, es catalana la base te?rica del programa que aplica el Ministerio del Interior-, pero con una novedad tecnol?gica prometedora: la realidad virtual.
El*Centre d’Estudis Jur?dics i Formaci? Especialitzada (CEJFE) hizo en 2021 y hasta comienzos de 2022*una prueba piloto con ocho presos de Lledoners.*Hab?an cometido homicidio, maltrato o quebrantamiento de condena, siempre con la violencia machista como epicentro. Al colocarse las gafas de realidad virtual, el preso se ve en una prueba parecida a la de la silla vac?a: hablando del caso como mujer sentada ante su maltratador y como agresor sentado ante su v?ctima.*El CEJFE ha concluido que ese tipo de tratamiento mejora la empat?a del agresor con la v?ctima.*También*se han probado gafas de realidad virtual*para maltratadores en el Centro de Inserci?n Social de Vigo (Pontevedra).
https://uc-4u.com/clip/8204cc5b-c749-4439-9ea6-161b295ee208_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Concentraci?n de la Comisi?n 8M del Movimiento Feminista de Madrid el pasado 29 de diciembre por el repunte de asesinatos machistas. | EP
Seg?n datos de la Generalitat, el 42% de quienes acuden a las oficinas de atenci?n a las v?ctimas de delitos han sufrido violencia de género. En 2022 fueron atendidas en Catalu?a 11.952 v?ctimas de violencia machista (datos a 1 de octubre) y se cursaron*11.566 denuncias. De 11.630 "hechos principales" anotados por los Mossos –de los que 1.519 fueron violaciones de ?rdenes de alejamiento- se derivaron 5.278 detenciones.
En Catalu?a, la evaluaci?n por el CEJFE del programa formativo en los delitos de violencia de género asevera que*un 90% de los condenados por ataques machistas*no reincide. La reincidencia es mayor entre los que no siguen los programas y, parad?jicamente, se les considera en “riesgo bajo” de volver a atacar: 25,1%.
Se cruzan con este dato otros del CEJFE, como que el 44% de los penados vivi? el maltrato en su familia de origen, o que un 40% se drog? o emborrach? antes de agredir a su pareja.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sociedad/11-000-agresores-machistas-han-81367854)