الريــم
01-16-2023, 06:55 PM
Jorge Txokarro (Pamplona, 1978) se define como “una m?s” dentro de la Red de Personas Torturadas de Navarra, que valor? el pasado lunes el informe de torturas en Navarra presentado al Gobierno foral por el Instituto Vasco de Criminolog?a (IVAC). Hablamos con él de su experiencia vital, del propio informe y del trabajo de su asociaci?n. Txokarro , que ha participado en la investigaci?n dando su testimonio, fue condenado por da?os en 1999 junto a otros seis j?venes por quemar en 1996 el concesionario Lipauto de Renault en Burlada. Posteriormente fue detenido en 2002 acusado de pertenecer al ‘comando Urbasa’ de ETA acusado de asesinar al concejal de UPN José Javier M?gica. Dos a?os después qued? en libertad bajo fianza en 2004 por el juez Ruiz de Polanco. En 2008 fue juzgado en la Audiencia Nacional y condenado a 8 a?os en el marco del sumario contra Gestoras Pro Amnist?a, junto a otras 20 personas. Txokarro los cumpli? en Soto del Real, Salamanca, C?ceres y Fontcalent (Alicante).
Creen que se ha dado un paso en el reconocimiento de y el cierre paulatino de una herida social.
–Se puede calificar como un antes y un después, y utilizar la palabra ‘hito’ pues es la primera vez que un gobierno encarga un informe as? de manera profesional e independiente.
Pero en la anterior legislatura ya se encarg? el primero, con los casos desde 1960 hasta 1978.
–S?, pero el primero se enmarcaba m?s dentro de una ley de memoria democr?tica, o de una primera investigaci?n de la época del franquismo, pero este segundo informe desde 1979 hasta 2015 abarca un contexto pol?tico distinto, la Transici?n y un periodo que se autodenomina democr?tico. Por eso, esta segunda fase ha tenido much?simos problemas para poder llevarla a cabo. Recursos de inconstitucionalidad, vetos a iniciativas parlamentarias... Un trabajo que se pod?a haber realizado hace 6 a?os es ahora cuando ve la luz.
Estudio que por las condiciones de financiaci?n se ten?a que desarrollar con mucha celeridad. Sus autores indican que est? inacabado, por m?s que adelanten una proyecci?n.
–Los datos son referenciales, ni mucho menos van a ser los definitivos, pensamos que van a ser bastantes m?s, pero nos marcan por d?nde va todo esto. El trabajo de investigaci?n es muy complicado de hacer. Los profesionales dicen que todav?a quedan dos fases m?s de trabajo. Nosotros como asociaci?n tenemos todav?a por lo menos dos a?os m?s de recopilaci?n de datos.
Esa proyecci?n cifra sobre un millar las v?ctimas entre 1960 hasta 2015. ?Son datos dentro de lo esperado?
–S?, nosotros baraj?bamos unos datos muy parecidos. Llevamos un a?o y dos meses haciendo una labor de documentaci?n espectacular, con una red en toda Nafarroa que ha permitido trabajar pr?cticamente casa por casa. Pero todav?a hay mucho por hacer y mucho formulario por recoger. Los investigadores han hecho un trabajo pr?cticamente récord, incre?ble, pero piden que durante los dos siguientes a?os, por lo menos, se pueda seguir desarrollando este trabajo.
"Me hicieron ponerme de rodillas, me pusieron la capucha y dos pistolas en la cabeza y apretaron gatillo; clac, clac.... y al coche otra vez"
El informe dice que “nos encontramos ante una violencia negada, no investigada y en consecuencia no sancionada”. Y que ello ha generado “desconfianza” en las v?ctimas.
–Esa desconfianza ha existido. Los profesionales hablan de que las personas torturadas hemos estado desamparadas desde el punto de vista social e institucional. Durante la existencia de la tortura se ha estado mirando para otro lado de una manera descarada, siendo conscientes de lo que ocurr?a . Este informe viene a decir que las personas torturadas nunca hemos tenido ning?n dep?sito de confianza, ni en las instituciones ni en la sociedad ni en los medios de comunicaci?n. Solamente en los activistas que en aquellas épocas denunciaban que la tortura se estaba dando en los cuarteles de la Guardia Civil, de la Polic?a Nacional y de la Polic?a auton?mica vasca. Hemos llegado a un contexto pol?tico completamente distinto, en donde parece que podemos empezar a ser aceptados también como v?ctimas o como supervivientes de la tortura. Las instituciones empiezan a abrirse para visibilizar una realidad que ya sab?an que exist?a. Lo sab?an, pero pol?ticamente era inaceptable salir a la palestra.
Alguien podr?a decir que el n?mero de detenidos fue much?simo mayor que el de v?ctimas conocidas.
–S?, y también podemos afirmar que much?simas detenciones ni siquiera se comunicaban a los estamentos judiciales y las personas eran soltadas en la calle después de recibir auténticas palizas o se las llevaban al monte o hab?a retenciones forzosas por las calles o incluso secuestros en autom?viles para dar paseos por la ciudad, etcétera, etcétera. Eso no se contempla, pero eso también ha existido.
"La sensaci?n de impunidad en la Audiencia Nacional era incre?ble, la segunda vez que declaré lo hice con un forro polar sobre mi cabeza"
Ha contado al IVAC que fue torturado en dos ocasiones.
–Efectivamente. Cuando era menor de edad, con 17 a?os, por parte de la Polic?a Nacional en la calle general Chinchilla, en la comisar?a central de la Polic?a Nacional en Madrid (Canillas) y en Moratalaz. Y posteriormente, cuando ten?a 23 a?os, por parte de la Guardia Civil en avenida de Galicia y en Tres Cantos, en Madrid.
?Y a eso se le da muchas vueltas? ?O se mete en un tap?n y hay d?as que sale y d?as que parece enterrado?
–Eso lo tienes presente para toda tu vida. Tienes temporadas que rebrota o permanece m?s estanco. Pero una persona que ha sido torturada tiene que saber llevar esa violaci?n de tu cuerpo, psicol?gica sobre todo, de la mejor manera posible durante el resto de su vida, porque por mucho que pasen 10, 20, 30, 60 a?os es algo imposible de olvidar y carecer de secuelas, que se te han quedado para toda la vida. Al final, tu cuerpo ha sido violado f?sicamente y tu cabeza desde un punto de vista psicol?gico completamente quebrada. Cada persona lo vive de una manera distinta y de hecho much?sima gente que ha pasado por esta pr?ctica inhumana no ha sido capaz luego de levantar la cabeza y arrastra este tema durante el resto de su vida, incluso en ?mbitos familiares. Muchas veces, las personas torturadas acaban diciendo: yo hubiera preferido que durante aquellos d?as me hubieran pegado un tiro directamente y no haber pasado por eso, porque ahora tengo que vivir con ello.
?Recuerda un shock diferente de la primera detenci?n y la segunda?
–La segunda detenci?n se produjo en mi cuarto de la casa de mi madre. Fue un estado de shock total. Yo creo que se me paraliz? todo el cuerpo y la cabeza. Me pegaron un paliz?n impresionante en el mismo cuarto de casa, y me tuvieron que llevar al hospital. Me cost? salir de este estado de shock incluso estando en los calabozos. Sab?a perfectamente lo que me ven?a, pero nunca eres capaz de saber si vas a poder aguantar. Se te pasa por la cabeza de todo.
"Mientras ha existido la tortura se ha estado mirando para otro lado de una manera descarada, siendo conscientes de lo que ocurr?a"
?Le pegaron delante de su madre?
–Mi madre estaba enca?onada en la ba?era del cuarto de ba?o, de rodillas, con varias metralletas, sin poder levantar la cabeza, y a m? mientras en el dormitorio me estaban dando un paliz?n en el suelo entre seis o siete personas, encima de una puerta que hab?an roto que ten?a cristales, y luego me metieron en la cama para enrollarme la cabeza con la manta y la sobrecama.
Siendo consciente de que su madre estaba en otra habitaci?n.
–Yo en esos momentos no era consciente de nada, estaba en un estado de shock total e intentando literalmente recibir las hostias de la mejor manera posible y sobre todo intentar coger aire. Ah? me quedé sin conocimiento, tuvo que venir la ambulancia a casa deprisa y con ox?geno me llevaron en una silla de rueda en calzoncillos con una manta encima al hospital. Y luego del hospital al cuartelillo de la Avenida de Galicia y de ah? a Tres Cantos.
?Con torturas similares?
–S?, s?, s?, por supuesto, eso fue un calvario. En el hospital me desperté tras perder el conocimiento. Estaba en una camilla echado con la Guardia Civil custodi?ndome y todo el rato diciéndome: en cuanto salgas de aqu? ya vas a ver. Amenazas miles: a tu madre le ha dado un infarto, est? muriéndose en la UCI, no ha podido soportar que te hayamos llevado, t? si sales de aqu? vivo te vamos a matar, te vamos a hacer como a Lasa y a Zabala, no se va enterar nadie, como digas aqu? algo a los médicos ya vas a ver, ni se te ocurra decir que te hemos tocado en casa. Claro, la secretaria judicial no hab?a entrado en el momento del registro con la Guardia Civil. Lleg? al rato.
?Y en la primera vez, con 17 a?os?
–Fue muy duro, pero sobre todo aqu?, en general Chinchilla en Pamplona. En Canillas y en Moratalaz también, pero el primer d?a y medio aqu? yo me dec?a: estos est?n chalados. Era mi primera detenci?n, no sab?a lo que pod?a suponer una incomunicaci?n. Me llegaron a colgar de un cuarto piso agarrado por los tobillos a un patio interior. Pero lo que me vino luego fue todav?a mucho peor.
?Hay cosas peores que te cuelguen de un cuarto piso?
–S?, s?, s?, sin lugar a dudas, much?simas cosas peores. Se me hizo muy duro, por ejemplo, en esa primera detenci?n, que en Madrid durante el d?a estabas en la comisar?a de interrogatorios en Canillas y a la noche te llevaban a otra que con el tiempo supe que era Moratalaz, porque no sab?a a d?nde iba. La comisar?a de noche ten?a un calabozo con unos azulejos nuevos blancos, pero con cuatro fluorescentes en diagonal que directamente te miraban a los ojos, porque me obligaban a ponerme de pie contra la pared, no te dejaban en ning?n momento sentarte ni descansar. Ten?a a una persona a cada muy poco tiempo pasando por la ventanilla para que incluso con los brazos en alto pasaras toda la noche as?. Y te obligaban a levantar el cuello para mirar a los fluorescentes. Si no hac?as eso te abr?an la puerta, y lo primero empezaban a pegarte de hostias, que hiciera flexiones y me agotara f?sicamente.
En los desplazamientos, fuera de la furgoneta, iba con los ojos tapados.
–S?, s?, siempre.
Esa estampa de detenidos con la cabeza tapada se ve?a en los medios.
–S?, pero hubo gente para quien eso dur? durante pr?cticamente los cinco d?as de la incomunicaci?n. En mi caso mirar a los cuatro fluorescentes que ten?a ech?ndote luz creaba un desequilibrio en todos los sentidos. No solo en el sue?o, en no poder descansar, es que nunca te pod?as sentar. Exceptuando el ?ltimo d?a antes de pasar por la Audiencia Nacional en el que nos ofrecieron unos garbanzos en un t?per de pl?stico y me dejaron sentarme.
?Y en Canillas por las ma?anas?
–Me hicieron una simulaci?n de ejecuci?n antes de llegar a esa comisar?a, me metieron en una v?a forestal, en un camino empedrado blanco, me hicieron ponerme de rodillas, con las esposas atr?s, me pusieron la capucha y me pusieron dos pistolas en la cabeza, y apretaron gatillo con el clac, clac, y bueno, al coche otra vez, y ah? en el coche también bajando a Madrid interrogatorios con libros de fotos de mucha gente, numerosos golpes, asfixia... fue todo un calvario.
?Llegar a la Audiencia Nacional era constatar la impunidad de esto?
–Totalmente.
?O un cierto momento de alivio de que por lo menos sal?a de ese pozo?
–No, porque incluso en los calabozos de la Audiencia Nacional me daba la sensaci?n de que las personas que me estaban custodiando en ese pasillo hab?an venido conmigo en ese furg?n, porque en alguna ocasi?n la ventanilla del calabozo se abr?a y te dec?an algo, tirando de amenazas a escasos minutos de pasar por el juez. Yo pensaba, hostia, ?esto cu?ndo acaba? Tampoco te acababas de destensar, yo no descartaba nada, ni que me abrieran la puerta y me pegaran cuatro tortazos m?s. La sensaci?n de impunidad en la Audiencia Nacional era incre?ble. Me pas? en las dos ocasiones y con dos jueces distintos. Y la segunda vez incluso el juez instructor, Ismael Moreno, en aquella época, cuando me subieron a declarar, me llevaron con un forro polar subido sobre mi cabeza, sin que se me pudiera ver la cara, y cuando estaba con un abogado de oficio, alguien, no se quién, pregunt?: ?Se le quita el abrigo al detenido de la cabeza? Y el juez dijo: No, no, puede declarar as?.
"La tortura, por mucho que pasen 60 a?os, es imposible de olvidar y carecer de secuelas, que se te han quedado para toda la vida"
Establec?a la comparaci?n con un cuerpo violado. ?En qué medida en el caso de compa?eras de la asociaci?n el elemento sexual estuvo presente en estas vulneraciones?
–S?, es evidente, la tortura para la mujer ha tenido una connotaci?n con grado agravante. Ha sido un denominador com?n jugar con la mujer en los cuartelillos desde el punto de vista sexual. La tortura desde ese punto de vista la han planteado de manera sistem?tica también, muy organizada, y sab?an perfectamente que ese tipo de tortura para la mujer es todav?a m?s desgarrador y es una casu?stica que se puede ver en todas las mujeres torturadas en sus testimonios. El agravante de la tortura sexual siempre est? encima. Es un a?adido.
?Ha habido mujeres torturadoras?
–S?, s?, en menor medida. En mi caso una mujer entraba de manera espor?dica en acci?n. En los interrogatorios pr?cticamente no formaba parte, pero s? cuando me ven?a a sacar del calabozo para llevarme a esos interrogatorios y siempre su funci?n era amenazar: que me iba a violar a m?, que iba a tener hijos guardias civiles y que iba a vivir con esa lacra el resto de mi vida. Entraba y directamente me tocaba el culo, empezaba a poner las manos encima de las partes y dec?a que mi compa?era sentimental estaba al lado detenida y que si a mi me violaba ella, a mi compa?era otro guardia civil... Ese tipo de amenazas, comentarios y vejaciones me sucedieron en tres ocasiones distintas que por lo menos me acuerde en la segunda detenci?n, con la Guardia Civil.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sociedad/colgaron-cuarto-piso-tobillos-comisaria-81251711)
Creen que se ha dado un paso en el reconocimiento de y el cierre paulatino de una herida social.
–Se puede calificar como un antes y un después, y utilizar la palabra ‘hito’ pues es la primera vez que un gobierno encarga un informe as? de manera profesional e independiente.
Pero en la anterior legislatura ya se encarg? el primero, con los casos desde 1960 hasta 1978.
–S?, pero el primero se enmarcaba m?s dentro de una ley de memoria democr?tica, o de una primera investigaci?n de la época del franquismo, pero este segundo informe desde 1979 hasta 2015 abarca un contexto pol?tico distinto, la Transici?n y un periodo que se autodenomina democr?tico. Por eso, esta segunda fase ha tenido much?simos problemas para poder llevarla a cabo. Recursos de inconstitucionalidad, vetos a iniciativas parlamentarias... Un trabajo que se pod?a haber realizado hace 6 a?os es ahora cuando ve la luz.
Estudio que por las condiciones de financiaci?n se ten?a que desarrollar con mucha celeridad. Sus autores indican que est? inacabado, por m?s que adelanten una proyecci?n.
–Los datos son referenciales, ni mucho menos van a ser los definitivos, pensamos que van a ser bastantes m?s, pero nos marcan por d?nde va todo esto. El trabajo de investigaci?n es muy complicado de hacer. Los profesionales dicen que todav?a quedan dos fases m?s de trabajo. Nosotros como asociaci?n tenemos todav?a por lo menos dos a?os m?s de recopilaci?n de datos.
Esa proyecci?n cifra sobre un millar las v?ctimas entre 1960 hasta 2015. ?Son datos dentro de lo esperado?
–S?, nosotros baraj?bamos unos datos muy parecidos. Llevamos un a?o y dos meses haciendo una labor de documentaci?n espectacular, con una red en toda Nafarroa que ha permitido trabajar pr?cticamente casa por casa. Pero todav?a hay mucho por hacer y mucho formulario por recoger. Los investigadores han hecho un trabajo pr?cticamente récord, incre?ble, pero piden que durante los dos siguientes a?os, por lo menos, se pueda seguir desarrollando este trabajo.
"Me hicieron ponerme de rodillas, me pusieron la capucha y dos pistolas en la cabeza y apretaron gatillo; clac, clac.... y al coche otra vez"
El informe dice que “nos encontramos ante una violencia negada, no investigada y en consecuencia no sancionada”. Y que ello ha generado “desconfianza” en las v?ctimas.
–Esa desconfianza ha existido. Los profesionales hablan de que las personas torturadas hemos estado desamparadas desde el punto de vista social e institucional. Durante la existencia de la tortura se ha estado mirando para otro lado de una manera descarada, siendo conscientes de lo que ocurr?a . Este informe viene a decir que las personas torturadas nunca hemos tenido ning?n dep?sito de confianza, ni en las instituciones ni en la sociedad ni en los medios de comunicaci?n. Solamente en los activistas que en aquellas épocas denunciaban que la tortura se estaba dando en los cuarteles de la Guardia Civil, de la Polic?a Nacional y de la Polic?a auton?mica vasca. Hemos llegado a un contexto pol?tico completamente distinto, en donde parece que podemos empezar a ser aceptados también como v?ctimas o como supervivientes de la tortura. Las instituciones empiezan a abrirse para visibilizar una realidad que ya sab?an que exist?a. Lo sab?an, pero pol?ticamente era inaceptable salir a la palestra.
Alguien podr?a decir que el n?mero de detenidos fue much?simo mayor que el de v?ctimas conocidas.
–S?, y también podemos afirmar que much?simas detenciones ni siquiera se comunicaban a los estamentos judiciales y las personas eran soltadas en la calle después de recibir auténticas palizas o se las llevaban al monte o hab?a retenciones forzosas por las calles o incluso secuestros en autom?viles para dar paseos por la ciudad, etcétera, etcétera. Eso no se contempla, pero eso también ha existido.
"La sensaci?n de impunidad en la Audiencia Nacional era incre?ble, la segunda vez que declaré lo hice con un forro polar sobre mi cabeza"
Ha contado al IVAC que fue torturado en dos ocasiones.
–Efectivamente. Cuando era menor de edad, con 17 a?os, por parte de la Polic?a Nacional en la calle general Chinchilla, en la comisar?a central de la Polic?a Nacional en Madrid (Canillas) y en Moratalaz. Y posteriormente, cuando ten?a 23 a?os, por parte de la Guardia Civil en avenida de Galicia y en Tres Cantos, en Madrid.
?Y a eso se le da muchas vueltas? ?O se mete en un tap?n y hay d?as que sale y d?as que parece enterrado?
–Eso lo tienes presente para toda tu vida. Tienes temporadas que rebrota o permanece m?s estanco. Pero una persona que ha sido torturada tiene que saber llevar esa violaci?n de tu cuerpo, psicol?gica sobre todo, de la mejor manera posible durante el resto de su vida, porque por mucho que pasen 10, 20, 30, 60 a?os es algo imposible de olvidar y carecer de secuelas, que se te han quedado para toda la vida. Al final, tu cuerpo ha sido violado f?sicamente y tu cabeza desde un punto de vista psicol?gico completamente quebrada. Cada persona lo vive de una manera distinta y de hecho much?sima gente que ha pasado por esta pr?ctica inhumana no ha sido capaz luego de levantar la cabeza y arrastra este tema durante el resto de su vida, incluso en ?mbitos familiares. Muchas veces, las personas torturadas acaban diciendo: yo hubiera preferido que durante aquellos d?as me hubieran pegado un tiro directamente y no haber pasado por eso, porque ahora tengo que vivir con ello.
?Recuerda un shock diferente de la primera detenci?n y la segunda?
–La segunda detenci?n se produjo en mi cuarto de la casa de mi madre. Fue un estado de shock total. Yo creo que se me paraliz? todo el cuerpo y la cabeza. Me pegaron un paliz?n impresionante en el mismo cuarto de casa, y me tuvieron que llevar al hospital. Me cost? salir de este estado de shock incluso estando en los calabozos. Sab?a perfectamente lo que me ven?a, pero nunca eres capaz de saber si vas a poder aguantar. Se te pasa por la cabeza de todo.
"Mientras ha existido la tortura se ha estado mirando para otro lado de una manera descarada, siendo conscientes de lo que ocurr?a"
?Le pegaron delante de su madre?
–Mi madre estaba enca?onada en la ba?era del cuarto de ba?o, de rodillas, con varias metralletas, sin poder levantar la cabeza, y a m? mientras en el dormitorio me estaban dando un paliz?n en el suelo entre seis o siete personas, encima de una puerta que hab?an roto que ten?a cristales, y luego me metieron en la cama para enrollarme la cabeza con la manta y la sobrecama.
Siendo consciente de que su madre estaba en otra habitaci?n.
–Yo en esos momentos no era consciente de nada, estaba en un estado de shock total e intentando literalmente recibir las hostias de la mejor manera posible y sobre todo intentar coger aire. Ah? me quedé sin conocimiento, tuvo que venir la ambulancia a casa deprisa y con ox?geno me llevaron en una silla de rueda en calzoncillos con una manta encima al hospital. Y luego del hospital al cuartelillo de la Avenida de Galicia y de ah? a Tres Cantos.
?Con torturas similares?
–S?, s?, s?, por supuesto, eso fue un calvario. En el hospital me desperté tras perder el conocimiento. Estaba en una camilla echado con la Guardia Civil custodi?ndome y todo el rato diciéndome: en cuanto salgas de aqu? ya vas a ver. Amenazas miles: a tu madre le ha dado un infarto, est? muriéndose en la UCI, no ha podido soportar que te hayamos llevado, t? si sales de aqu? vivo te vamos a matar, te vamos a hacer como a Lasa y a Zabala, no se va enterar nadie, como digas aqu? algo a los médicos ya vas a ver, ni se te ocurra decir que te hemos tocado en casa. Claro, la secretaria judicial no hab?a entrado en el momento del registro con la Guardia Civil. Lleg? al rato.
?Y en la primera vez, con 17 a?os?
–Fue muy duro, pero sobre todo aqu?, en general Chinchilla en Pamplona. En Canillas y en Moratalaz también, pero el primer d?a y medio aqu? yo me dec?a: estos est?n chalados. Era mi primera detenci?n, no sab?a lo que pod?a suponer una incomunicaci?n. Me llegaron a colgar de un cuarto piso agarrado por los tobillos a un patio interior. Pero lo que me vino luego fue todav?a mucho peor.
?Hay cosas peores que te cuelguen de un cuarto piso?
–S?, s?, s?, sin lugar a dudas, much?simas cosas peores. Se me hizo muy duro, por ejemplo, en esa primera detenci?n, que en Madrid durante el d?a estabas en la comisar?a de interrogatorios en Canillas y a la noche te llevaban a otra que con el tiempo supe que era Moratalaz, porque no sab?a a d?nde iba. La comisar?a de noche ten?a un calabozo con unos azulejos nuevos blancos, pero con cuatro fluorescentes en diagonal que directamente te miraban a los ojos, porque me obligaban a ponerme de pie contra la pared, no te dejaban en ning?n momento sentarte ni descansar. Ten?a a una persona a cada muy poco tiempo pasando por la ventanilla para que incluso con los brazos en alto pasaras toda la noche as?. Y te obligaban a levantar el cuello para mirar a los fluorescentes. Si no hac?as eso te abr?an la puerta, y lo primero empezaban a pegarte de hostias, que hiciera flexiones y me agotara f?sicamente.
En los desplazamientos, fuera de la furgoneta, iba con los ojos tapados.
–S?, s?, siempre.
Esa estampa de detenidos con la cabeza tapada se ve?a en los medios.
–S?, pero hubo gente para quien eso dur? durante pr?cticamente los cinco d?as de la incomunicaci?n. En mi caso mirar a los cuatro fluorescentes que ten?a ech?ndote luz creaba un desequilibrio en todos los sentidos. No solo en el sue?o, en no poder descansar, es que nunca te pod?as sentar. Exceptuando el ?ltimo d?a antes de pasar por la Audiencia Nacional en el que nos ofrecieron unos garbanzos en un t?per de pl?stico y me dejaron sentarme.
?Y en Canillas por las ma?anas?
–Me hicieron una simulaci?n de ejecuci?n antes de llegar a esa comisar?a, me metieron en una v?a forestal, en un camino empedrado blanco, me hicieron ponerme de rodillas, con las esposas atr?s, me pusieron la capucha y me pusieron dos pistolas en la cabeza, y apretaron gatillo con el clac, clac, y bueno, al coche otra vez, y ah? en el coche también bajando a Madrid interrogatorios con libros de fotos de mucha gente, numerosos golpes, asfixia... fue todo un calvario.
?Llegar a la Audiencia Nacional era constatar la impunidad de esto?
–Totalmente.
?O un cierto momento de alivio de que por lo menos sal?a de ese pozo?
–No, porque incluso en los calabozos de la Audiencia Nacional me daba la sensaci?n de que las personas que me estaban custodiando en ese pasillo hab?an venido conmigo en ese furg?n, porque en alguna ocasi?n la ventanilla del calabozo se abr?a y te dec?an algo, tirando de amenazas a escasos minutos de pasar por el juez. Yo pensaba, hostia, ?esto cu?ndo acaba? Tampoco te acababas de destensar, yo no descartaba nada, ni que me abrieran la puerta y me pegaran cuatro tortazos m?s. La sensaci?n de impunidad en la Audiencia Nacional era incre?ble. Me pas? en las dos ocasiones y con dos jueces distintos. Y la segunda vez incluso el juez instructor, Ismael Moreno, en aquella época, cuando me subieron a declarar, me llevaron con un forro polar subido sobre mi cabeza, sin que se me pudiera ver la cara, y cuando estaba con un abogado de oficio, alguien, no se quién, pregunt?: ?Se le quita el abrigo al detenido de la cabeza? Y el juez dijo: No, no, puede declarar as?.
"La tortura, por mucho que pasen 60 a?os, es imposible de olvidar y carecer de secuelas, que se te han quedado para toda la vida"
Establec?a la comparaci?n con un cuerpo violado. ?En qué medida en el caso de compa?eras de la asociaci?n el elemento sexual estuvo presente en estas vulneraciones?
–S?, es evidente, la tortura para la mujer ha tenido una connotaci?n con grado agravante. Ha sido un denominador com?n jugar con la mujer en los cuartelillos desde el punto de vista sexual. La tortura desde ese punto de vista la han planteado de manera sistem?tica también, muy organizada, y sab?an perfectamente que ese tipo de tortura para la mujer es todav?a m?s desgarrador y es una casu?stica que se puede ver en todas las mujeres torturadas en sus testimonios. El agravante de la tortura sexual siempre est? encima. Es un a?adido.
?Ha habido mujeres torturadoras?
–S?, s?, en menor medida. En mi caso una mujer entraba de manera espor?dica en acci?n. En los interrogatorios pr?cticamente no formaba parte, pero s? cuando me ven?a a sacar del calabozo para llevarme a esos interrogatorios y siempre su funci?n era amenazar: que me iba a violar a m?, que iba a tener hijos guardias civiles y que iba a vivir con esa lacra el resto de mi vida. Entraba y directamente me tocaba el culo, empezaba a poner las manos encima de las partes y dec?a que mi compa?era sentimental estaba al lado detenida y que si a mi me violaba ella, a mi compa?era otro guardia civil... Ese tipo de amenazas, comentarios y vejaciones me sucedieron en tres ocasiones distintas que por lo menos me acuerde en la segunda detenci?n, con la Guardia Civil.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sociedad/colgaron-cuarto-piso-tobillos-comisaria-81251711)