الريــم
01-16-2023, 11:11 AM
El autismo es un trastorno del desarrollo neurol?gico que afecta a la capacidad de relacionarse y comunicarse de quien que lo padece. Debido a la gran variedad de sintomatolog?a y grados de afectaci?n posibles, hablamos de Trastorno del Espectro Autista (TEA). La persona con autismo “presenta patrones de comportamiento restringidos y repetitivos, por ello le es m?s dif?cil adaptarse al entorno social, y todo ello puede limitar en mayor o menor medida su desarrollo personal”, seg?n explica Neus Mar? Cardona, especialista en TEA y directora terapéutica del servicio de Neurodesarrollo de Cl?nica Corachan.
Seg?n la Organizaci?n Mundial de la Salud (OMS), la prevalencia media del autismo es de 1 de cada 160 personas. Los diagn?sticos han aumentado en los ?ltimos a?os, en parte por un mayor conocimiento en general del trastorno, y por cambios en los criterios diagn?sticos que permiten una mayor detecci?n y evaluaci?n.
Hay una mayor detecci?n en ni?os que en adultos –y cuatro veces m?s en ni?os que en ni?as-, pero cada vez son m?s los equipos especializados que pueden detectar y hacer diagn?stico en poblaci?n adulta. Debido a una mayor informaci?n sobre el trastorno, muchos adultos consultan a los profesionales para su valoraci?n.Tal como precisa la especialista Neus Mar?, “es importante su detecci?n e intervenci?n de la manera m?s precoz posible con el fin de que esta afectaci?n en el ?rea relacional, comunicativa y conductual sea lo menos limitante para el desarrollo integral de la persona”.
Hoy en d?a todav?a no se ha encontrado una causa ?nica que explique la sintomatolog?a cl?nica del autismo pero, “gracias a los avances de las neurociencias, la psicolog?a y la psicopatolog?a del desarrollo, se puede hacer una detecci?n precoz que, sin duda, favorece el proceso evolutivo”, se?ala Mar?. Aunque es posible ya una detecci?n en el primer a?o de vida, todav?a hay una tendencia a detectar los s?ntomas entre los 3 y los 5 a?os. El desarrollo cerebral y ps?quico del ser humano est? muy unido a la interacci?n con el ambiente, por eso es tan importante una intervenci?n temprana con el paciente y su entorno cuidador, porque la mayor plasticidad neuronal en ese momento permite cambios a nivel psicosocial que influir?n en su desarrollo integral.
Desde la experiencia cl?nica, quien primero percibe que algo no va bien es la familia. Suelen detectar una falta de respuesta y desarrollo de la comunicaci?n y el lenguaje, como que la criatura no responda al llamarla por su nombre, tenga escaso contacto ocular, establezca un juego repetitivo, haga aleteos o movimientos estereotipados, ande de puntillas o ponga poco interés en compartir o relacionarse con otras personas. Todo ello se acostumbra a dar hacia los dos a?os, cuando se espera una mayor interacci?n e intencionalidad de relaci?n a través del desarrollo progresivo del lenguaje. La especialista en neurodesarrollo de Cl?nica Corachan recalca la importancia de estar atentos durante el primer a?o de vida a cualquier signo relacionado al desarrollo de las capacidades intersubjetivas, as? como a la capacidad de integrar la informaci?n sensomotora. Se deber?a observar si falta sinton?a en la calidad relacional, y en la capacidad de exploraci?n y respuestas ante los est?mulos.
Es importante también tener en cuenta las alteraciones en cuanto al procesamiento sensorial, fij?ndose en conductas desajustadas en mayor o menor medida ante diferentes est?mulos, como por ejemplo a la hora de tocar texturas o al probar alimentos nuevos. También hay que fijarse si la criatura no percibe el miedo o, al contrario,siente miedos intensos ante movimientos o sonidos que afectan a la forma de percibir, procesar, modular e integrar la informaci?n que reciben y, por tanto, a la manera de interactuar con el entorno y los dem?s.
Se establece que la sintomatolog?a ser? de mayor o menor gravedad en funci?n de lo limitantes que sean las conductas para poder atender, comprender y responder a las demandas del entorno. También del nivel de ayudas que requiere la persona para poder interactuar y desenvolverse de manera aut?noma.
Atenci?n multidisciplinar
Ante la detecci?n de alg?n signo de alarma es importante visitar a un neuropediatra, as? como recurrir a un equipo multidisciplinar en el ?rea terapéutica. Psic?logos especializados, terapeutas ocupacionales, logopedas, psicopedagogos, psicomotricistas y neuropsic?logos realizar?n una valoraci?n del neurodesarrollo seg?n el momento evolutivo, que ayude a detectar y comprender los s?ntomas y ofrecer el plan terapéutico que se adecue a las necesidades de cada caso.
La heterogeneidad que presenta la poblaci?n con s?ntomas TEA incluye un rango de habilidades muy amplio. Mientras que muchas personas con un trastorno del espectro autista muestran una capacidad intelectual por encima de la media, aproximadamente el 30% cumple criterios para ser diagnosticados con una discapacidad intelectual. Adem?s, se estima que un 60-70% de los ni?os y de un 69-79% de los adulos con TEA cumplen criterios para ser diagnosticados con, por lo menos una enfermedad psiqui?trica com?rbida, siendo las m?s comunes, trastornos por déficit de atenci?n e hiperactividad, ansiedad, u otros desordenes del estado de ?nimo.
Tratamiento o curaci?n
El tratamiento de la persona con TEA variar? en funci?n de su grado de afectaci?n y funcionamiento, pero requiere –como hemos citado antes- de un equipo multidisciplinar para poder ofrecer la mejor respuesta. “Si bien no se puede hablar de una curaci?n del autismo, s? que podemos decir que la sintomatolog?a mejora notablemente durante el proceso evolutivo”, se?ala la sra. Neus Mar?.
“Con la intervenci?n adecuada, las alteraciones no tienen por qué tener una afectaci?n limitante para la persona, la cual puede llegar a desenvolver sin mayor dificultad. Es importante tener en cuenta para su pron?stico el grado de afectaci?n en el desarrollo del lenguaje, el nivel cognitivo y los patrones restrictivos de conducta”, a?ade la especialista.
El tratamiento médico puede implicar el uso de medicamentos para lograr una mayor regulaci?n emocional y conductual y mejorar la salud mental y capacidad adaptativa. Los f?rmacos contribuyen a modular y disminuir el grado de sufrimiento, ansiedad, impulsividad y la falta de control emocional y conductual que asegure salud mental y bienestar. En este sentido es importante la valoraci?n por la parte médica para valorar si es necesario este tipo de tratamiento.
En cuanto al tratamiento terapéutico, en funci?n de cada caso se establece un trabajo multidisciplinar, con psic?logos, psicopedagogos, terapeutas ocupacionales, neuropsic?logos, psicomotricistas y logopedas. Es importante poder ofrecer servicios integrales en los que se pueda unificar la informaci?n para que la familia tenga un ?nico servicio de referencia que le acompa?e durante el proceso evolutivo.
El trabajo, adem?s, es conjunto con el paciente y su familia y es importante también el trabajo coordinado con los centros educativos para establecer las pautas de acci?n. También son muy efectivos los tratamientos como la musicoterapia o la terapia asistida con animales, técnicas y recursos que no dependen tanto de la comunicaci?n verbal y que favorecen el desarrollo de capacidades cognitivas, la interacci?n y la comunicaci?n desde el ?rea m?s sensorial y emocional.
En funci?n del nivel de gravedad en el que la persona ve limitada la capacidad para poder disfrutar y aprender de la experiencia relacional y la rigidez de comportamiento que presente, los problemas que se derivan de una falta de estimulaci?n y tratamiento en estos aspectos pueden ser graves. La capacidad de la persona de poder adaptarse al entorno de manera significativa para su desarrollo personal, capacidad de aprendizaje y autonom?a depender?n del grado de afectaci?n del trastorno.
El trato de las personas que presentan TEA requiere atenciones espec?ficas por sus dificultades a nivel relacional, a la hora de comprender y adaptarse a una situaci?n desconocida, y por la hipersensibilidad que pueden presentar. El acompa?amiento del entorno cuidador de la persona con TEA (familia, escuela, trabajo y amigos) conducir? m?s f?cilmente a determinar acciones para el bienestar y autonom?a del paciente.
La heterogeneidad y comorbilidad del trastorno se vuelve un reto también para la evaluaci?n neuropsicol?gica por la complejidad de funcionamiento tan amplia que presentan las personas con TEA, que incluye diversidad de conductas y componentes emocionales, siendo importante la valoraci?n desde la historia cl?nica y de una manera muy personalizada.
Investigaci?n
No se puede afirmar que el trastorno del espectro autista sea hereditario. Si bien los estudios de neuroimagen, metab?licos y genéticos indican que existen alteraciones en el desarrollo y madurez cerebral, se debe analizar cada caso seg?n los datos obtenidos en la historia cl?nica y evolutiva y en la exploraci?n f?sica.
Aunque, en general, existe evidencia de la influencia de factores tanto genéticos como medioambientales, la investigaci?n en genética ha tenido un rol predominante en el esclarecimiento de su fisiolog?a asociada. Es interesante el estudio de la microbiota intestinal en la funci?n del desarrollo y funci?n cerebral teniendo en cuenta la prevalencia de trastornos intestinales en el TEA.
Aunque es un trastorno principalmente neurol?gico, casi la mitad de los ni?os con TEA presentan sintomatolog?a gastrointestinal, siendo la diarrea y el estre?imiento lo m?s frecuente. Las personas con TEA presentan conductas restrictivas en la alimentaci?n, mostrando rechazo absoluto a probar nuevos alimentos, fijaci?n con determinadas texturas, sabores, olores o temperaturas. Esto hace que su alimentaci?n sea poco variada y en general insuficiente, apareciendo en muchas ocasiones otros trastornos como pica (ingesti?n de sustancias no alimenticias como tierra, heces, insecto…), ingesta compulsiva o inapetencia permanente. Los ni?os con TEA tienden a mostrar preferencia por los almidones, los aperitivos y los alimentos procesados, mientras que la mayor?a tiende a rechazar las frutas, las verduras y las prote?nas.
Si bien diversos trabajos describen diferencias significativas en la microbiota intestinal de ni?os con autismo comparado con controles sanos, donde se aprecia una alteraci?n de la abundancia relativa de ciertos grupos bacterianos, ninguno de los estudios establece una relaci?n de causalidad, ni si la alteraci?n de microbiota es causa o consecuencia de la enfermedad. Tampoco se establecen patrones de alteraci?n que permitan el desarrollo de ?ndices o herramientas de detecci?n o diagn?stico de la enfermedad.
Adem?s de la heterogeneidad cl?nica del TEA, este se asocia a una gran variedad de factores de riesgo que predisponen a diferentes formas de desarrollar s?ntomas. El TEA se ha asociado con m?s de 100 genes diferentes que afectan a diversos aspectos del desarrollo neural y su funci?n, teniendo en cuenta también la gran variedad de factores ambientales.En algunos casos, el trastorno del espectro autista puede estar asociado a un s?ndrome genético como son el S?ndrome de Rett o el S?ndrome del cromosoma X-fr?gil, por ejemplo.
Otras l?neas de investigaci?n implican el estudio de la actividad neural a partir de Electroencefalogramas (EEG) quedando cada vez m?s patente que las personas con TEA presentan una alteraci?n en el equilibrio excitatorio-inhibitorio de dicha actividad. Por ejemplo, en individuos con TEA se han identificado mutaciones en genes implicados en la expresi?n de neurotransmisores excitadores e inhibidores (glutamato y ?cido ?-aminobut?rico), as? como mutaciones relacionadas con neurotransmisores excitadores e inhibidores que causan déficits sociales y cognitivos en modelos animales de autismo. A pesar de las evidencias celulares y moleculares, existen pocos estudios sobre el desequilibrio excitatorio/inhibitorio en el circuito cortical macrosc?pico de los pacientes con TEA.
Otros trabajos han descrito las alteraciones del sue?o caracter?sticas en los pacientes con TEA, ya sea en lo referente a la arquitectura y organizaci?n del sue?o, como a los patrones EEG durante este. La prevalencia estimada es del 40-80% en esta poblaci?n, y representan uno de los trastornos cl?nicos m?s comunes entre los ni?os con TEA. Los principales problemas del sue?o descritos en los ni?os con TEA son un inicio tard?o del sue?o, discontinuidad en el mantenimiento del sue?o y un despertar precoz por la ma?ana, lo que produce una reducci?n de la duraci?n total del sue?o nocturno.
Otras alteraciones documentadas son un sue?o irregular, frecuentes despertares nocturnos, despertares prolongados e hipersomnia, alternando con per?odos cortos de sue?o. Las distintas hip?tesis propuestas para la desregulaci?n del sue?o en el autismo incluyen alteraciones del eje hipot?lamo-pituitario-adrenal, que regula el ritmo circadiano y alteraci?n en la producci?n de hormonas/neurotransmisores (melatonina/ serotonina), ambas descritas en los ni?os con TEA.
Sobre lo que le sucede o presenta el cerebro de un paciente con TEA, se ha visto que existen alteraciones en el desarrollo y la maduraci?n cerebral que afectan las sinapsis y la funci?n de los neurotransmisores en aéreas espec?ficas del cerebro. Las dificultades en el ?rea relacional implican una dificultad para las personas con TEA de poder desarrollar la empat?a, es decir, la capacidad que nos permite ponernos en el lugar del otro de una manera diferenciada y que nos permite aprender y relacionarnos de manera significativa.
Hay evidencias cient?ficas de que hay alteraciones, por ejemplo, en las redes neuronales llamadas neuronas espejo, as? como anomal?as en el l?bulo temporal superior, el cual se relaciona con el reconocimiento de los rostros, la voz humana y la modulaci?n sensorial que se establece de la relaci?n objeto-sujeto. En este sentido, es importante tener en cuenta c?mo se favorece el desarrollo de las capacidades intersubjetivas desde edades muy tempranas con el fin de poder mejorar las posibles alteraciones precoces en la interacci?n cuidador-bebé, teniendo en cuenta que pueden influir en el proceso madurativo del cerebro, del sistema nervioso central y del psiquismo temprano del ni?o.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/salud/autismo-sintomas-tratamiento-cura-81233338)
Seg?n la Organizaci?n Mundial de la Salud (OMS), la prevalencia media del autismo es de 1 de cada 160 personas. Los diagn?sticos han aumentado en los ?ltimos a?os, en parte por un mayor conocimiento en general del trastorno, y por cambios en los criterios diagn?sticos que permiten una mayor detecci?n y evaluaci?n.
Hay una mayor detecci?n en ni?os que en adultos –y cuatro veces m?s en ni?os que en ni?as-, pero cada vez son m?s los equipos especializados que pueden detectar y hacer diagn?stico en poblaci?n adulta. Debido a una mayor informaci?n sobre el trastorno, muchos adultos consultan a los profesionales para su valoraci?n.Tal como precisa la especialista Neus Mar?, “es importante su detecci?n e intervenci?n de la manera m?s precoz posible con el fin de que esta afectaci?n en el ?rea relacional, comunicativa y conductual sea lo menos limitante para el desarrollo integral de la persona”.
Hoy en d?a todav?a no se ha encontrado una causa ?nica que explique la sintomatolog?a cl?nica del autismo pero, “gracias a los avances de las neurociencias, la psicolog?a y la psicopatolog?a del desarrollo, se puede hacer una detecci?n precoz que, sin duda, favorece el proceso evolutivo”, se?ala Mar?. Aunque es posible ya una detecci?n en el primer a?o de vida, todav?a hay una tendencia a detectar los s?ntomas entre los 3 y los 5 a?os. El desarrollo cerebral y ps?quico del ser humano est? muy unido a la interacci?n con el ambiente, por eso es tan importante una intervenci?n temprana con el paciente y su entorno cuidador, porque la mayor plasticidad neuronal en ese momento permite cambios a nivel psicosocial que influir?n en su desarrollo integral.
Desde la experiencia cl?nica, quien primero percibe que algo no va bien es la familia. Suelen detectar una falta de respuesta y desarrollo de la comunicaci?n y el lenguaje, como que la criatura no responda al llamarla por su nombre, tenga escaso contacto ocular, establezca un juego repetitivo, haga aleteos o movimientos estereotipados, ande de puntillas o ponga poco interés en compartir o relacionarse con otras personas. Todo ello se acostumbra a dar hacia los dos a?os, cuando se espera una mayor interacci?n e intencionalidad de relaci?n a través del desarrollo progresivo del lenguaje. La especialista en neurodesarrollo de Cl?nica Corachan recalca la importancia de estar atentos durante el primer a?o de vida a cualquier signo relacionado al desarrollo de las capacidades intersubjetivas, as? como a la capacidad de integrar la informaci?n sensomotora. Se deber?a observar si falta sinton?a en la calidad relacional, y en la capacidad de exploraci?n y respuestas ante los est?mulos.
Es importante también tener en cuenta las alteraciones en cuanto al procesamiento sensorial, fij?ndose en conductas desajustadas en mayor o menor medida ante diferentes est?mulos, como por ejemplo a la hora de tocar texturas o al probar alimentos nuevos. También hay que fijarse si la criatura no percibe el miedo o, al contrario,siente miedos intensos ante movimientos o sonidos que afectan a la forma de percibir, procesar, modular e integrar la informaci?n que reciben y, por tanto, a la manera de interactuar con el entorno y los dem?s.
Se establece que la sintomatolog?a ser? de mayor o menor gravedad en funci?n de lo limitantes que sean las conductas para poder atender, comprender y responder a las demandas del entorno. También del nivel de ayudas que requiere la persona para poder interactuar y desenvolverse de manera aut?noma.
Atenci?n multidisciplinar
Ante la detecci?n de alg?n signo de alarma es importante visitar a un neuropediatra, as? como recurrir a un equipo multidisciplinar en el ?rea terapéutica. Psic?logos especializados, terapeutas ocupacionales, logopedas, psicopedagogos, psicomotricistas y neuropsic?logos realizar?n una valoraci?n del neurodesarrollo seg?n el momento evolutivo, que ayude a detectar y comprender los s?ntomas y ofrecer el plan terapéutico que se adecue a las necesidades de cada caso.
La heterogeneidad que presenta la poblaci?n con s?ntomas TEA incluye un rango de habilidades muy amplio. Mientras que muchas personas con un trastorno del espectro autista muestran una capacidad intelectual por encima de la media, aproximadamente el 30% cumple criterios para ser diagnosticados con una discapacidad intelectual. Adem?s, se estima que un 60-70% de los ni?os y de un 69-79% de los adulos con TEA cumplen criterios para ser diagnosticados con, por lo menos una enfermedad psiqui?trica com?rbida, siendo las m?s comunes, trastornos por déficit de atenci?n e hiperactividad, ansiedad, u otros desordenes del estado de ?nimo.
Tratamiento o curaci?n
El tratamiento de la persona con TEA variar? en funci?n de su grado de afectaci?n y funcionamiento, pero requiere –como hemos citado antes- de un equipo multidisciplinar para poder ofrecer la mejor respuesta. “Si bien no se puede hablar de una curaci?n del autismo, s? que podemos decir que la sintomatolog?a mejora notablemente durante el proceso evolutivo”, se?ala la sra. Neus Mar?.
“Con la intervenci?n adecuada, las alteraciones no tienen por qué tener una afectaci?n limitante para la persona, la cual puede llegar a desenvolver sin mayor dificultad. Es importante tener en cuenta para su pron?stico el grado de afectaci?n en el desarrollo del lenguaje, el nivel cognitivo y los patrones restrictivos de conducta”, a?ade la especialista.
El tratamiento médico puede implicar el uso de medicamentos para lograr una mayor regulaci?n emocional y conductual y mejorar la salud mental y capacidad adaptativa. Los f?rmacos contribuyen a modular y disminuir el grado de sufrimiento, ansiedad, impulsividad y la falta de control emocional y conductual que asegure salud mental y bienestar. En este sentido es importante la valoraci?n por la parte médica para valorar si es necesario este tipo de tratamiento.
En cuanto al tratamiento terapéutico, en funci?n de cada caso se establece un trabajo multidisciplinar, con psic?logos, psicopedagogos, terapeutas ocupacionales, neuropsic?logos, psicomotricistas y logopedas. Es importante poder ofrecer servicios integrales en los que se pueda unificar la informaci?n para que la familia tenga un ?nico servicio de referencia que le acompa?e durante el proceso evolutivo.
El trabajo, adem?s, es conjunto con el paciente y su familia y es importante también el trabajo coordinado con los centros educativos para establecer las pautas de acci?n. También son muy efectivos los tratamientos como la musicoterapia o la terapia asistida con animales, técnicas y recursos que no dependen tanto de la comunicaci?n verbal y que favorecen el desarrollo de capacidades cognitivas, la interacci?n y la comunicaci?n desde el ?rea m?s sensorial y emocional.
En funci?n del nivel de gravedad en el que la persona ve limitada la capacidad para poder disfrutar y aprender de la experiencia relacional y la rigidez de comportamiento que presente, los problemas que se derivan de una falta de estimulaci?n y tratamiento en estos aspectos pueden ser graves. La capacidad de la persona de poder adaptarse al entorno de manera significativa para su desarrollo personal, capacidad de aprendizaje y autonom?a depender?n del grado de afectaci?n del trastorno.
El trato de las personas que presentan TEA requiere atenciones espec?ficas por sus dificultades a nivel relacional, a la hora de comprender y adaptarse a una situaci?n desconocida, y por la hipersensibilidad que pueden presentar. El acompa?amiento del entorno cuidador de la persona con TEA (familia, escuela, trabajo y amigos) conducir? m?s f?cilmente a determinar acciones para el bienestar y autonom?a del paciente.
La heterogeneidad y comorbilidad del trastorno se vuelve un reto también para la evaluaci?n neuropsicol?gica por la complejidad de funcionamiento tan amplia que presentan las personas con TEA, que incluye diversidad de conductas y componentes emocionales, siendo importante la valoraci?n desde la historia cl?nica y de una manera muy personalizada.
Investigaci?n
No se puede afirmar que el trastorno del espectro autista sea hereditario. Si bien los estudios de neuroimagen, metab?licos y genéticos indican que existen alteraciones en el desarrollo y madurez cerebral, se debe analizar cada caso seg?n los datos obtenidos en la historia cl?nica y evolutiva y en la exploraci?n f?sica.
Aunque, en general, existe evidencia de la influencia de factores tanto genéticos como medioambientales, la investigaci?n en genética ha tenido un rol predominante en el esclarecimiento de su fisiolog?a asociada. Es interesante el estudio de la microbiota intestinal en la funci?n del desarrollo y funci?n cerebral teniendo en cuenta la prevalencia de trastornos intestinales en el TEA.
Aunque es un trastorno principalmente neurol?gico, casi la mitad de los ni?os con TEA presentan sintomatolog?a gastrointestinal, siendo la diarrea y el estre?imiento lo m?s frecuente. Las personas con TEA presentan conductas restrictivas en la alimentaci?n, mostrando rechazo absoluto a probar nuevos alimentos, fijaci?n con determinadas texturas, sabores, olores o temperaturas. Esto hace que su alimentaci?n sea poco variada y en general insuficiente, apareciendo en muchas ocasiones otros trastornos como pica (ingesti?n de sustancias no alimenticias como tierra, heces, insecto…), ingesta compulsiva o inapetencia permanente. Los ni?os con TEA tienden a mostrar preferencia por los almidones, los aperitivos y los alimentos procesados, mientras que la mayor?a tiende a rechazar las frutas, las verduras y las prote?nas.
Si bien diversos trabajos describen diferencias significativas en la microbiota intestinal de ni?os con autismo comparado con controles sanos, donde se aprecia una alteraci?n de la abundancia relativa de ciertos grupos bacterianos, ninguno de los estudios establece una relaci?n de causalidad, ni si la alteraci?n de microbiota es causa o consecuencia de la enfermedad. Tampoco se establecen patrones de alteraci?n que permitan el desarrollo de ?ndices o herramientas de detecci?n o diagn?stico de la enfermedad.
Adem?s de la heterogeneidad cl?nica del TEA, este se asocia a una gran variedad de factores de riesgo que predisponen a diferentes formas de desarrollar s?ntomas. El TEA se ha asociado con m?s de 100 genes diferentes que afectan a diversos aspectos del desarrollo neural y su funci?n, teniendo en cuenta también la gran variedad de factores ambientales.En algunos casos, el trastorno del espectro autista puede estar asociado a un s?ndrome genético como son el S?ndrome de Rett o el S?ndrome del cromosoma X-fr?gil, por ejemplo.
Otras l?neas de investigaci?n implican el estudio de la actividad neural a partir de Electroencefalogramas (EEG) quedando cada vez m?s patente que las personas con TEA presentan una alteraci?n en el equilibrio excitatorio-inhibitorio de dicha actividad. Por ejemplo, en individuos con TEA se han identificado mutaciones en genes implicados en la expresi?n de neurotransmisores excitadores e inhibidores (glutamato y ?cido ?-aminobut?rico), as? como mutaciones relacionadas con neurotransmisores excitadores e inhibidores que causan déficits sociales y cognitivos en modelos animales de autismo. A pesar de las evidencias celulares y moleculares, existen pocos estudios sobre el desequilibrio excitatorio/inhibitorio en el circuito cortical macrosc?pico de los pacientes con TEA.
Otros trabajos han descrito las alteraciones del sue?o caracter?sticas en los pacientes con TEA, ya sea en lo referente a la arquitectura y organizaci?n del sue?o, como a los patrones EEG durante este. La prevalencia estimada es del 40-80% en esta poblaci?n, y representan uno de los trastornos cl?nicos m?s comunes entre los ni?os con TEA. Los principales problemas del sue?o descritos en los ni?os con TEA son un inicio tard?o del sue?o, discontinuidad en el mantenimiento del sue?o y un despertar precoz por la ma?ana, lo que produce una reducci?n de la duraci?n total del sue?o nocturno.
Otras alteraciones documentadas son un sue?o irregular, frecuentes despertares nocturnos, despertares prolongados e hipersomnia, alternando con per?odos cortos de sue?o. Las distintas hip?tesis propuestas para la desregulaci?n del sue?o en el autismo incluyen alteraciones del eje hipot?lamo-pituitario-adrenal, que regula el ritmo circadiano y alteraci?n en la producci?n de hormonas/neurotransmisores (melatonina/ serotonina), ambas descritas en los ni?os con TEA.
Sobre lo que le sucede o presenta el cerebro de un paciente con TEA, se ha visto que existen alteraciones en el desarrollo y la maduraci?n cerebral que afectan las sinapsis y la funci?n de los neurotransmisores en aéreas espec?ficas del cerebro. Las dificultades en el ?rea relacional implican una dificultad para las personas con TEA de poder desarrollar la empat?a, es decir, la capacidad que nos permite ponernos en el lugar del otro de una manera diferenciada y que nos permite aprender y relacionarnos de manera significativa.
Hay evidencias cient?ficas de que hay alteraciones, por ejemplo, en las redes neuronales llamadas neuronas espejo, as? como anomal?as en el l?bulo temporal superior, el cual se relaciona con el reconocimiento de los rostros, la voz humana y la modulaci?n sensorial que se establece de la relaci?n objeto-sujeto. En este sentido, es importante tener en cuenta c?mo se favorece el desarrollo de las capacidades intersubjetivas desde edades muy tempranas con el fin de poder mejorar las posibles alteraciones precoces en la interacci?n cuidador-bebé, teniendo en cuenta que pueden influir en el proceso madurativo del cerebro, del sistema nervioso central y del psiquismo temprano del ni?o.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/salud/autismo-sintomas-tratamiento-cura-81233338)