الريــم
01-13-2023, 10:12 AM
No fue el golpe de Estado m?s sorprendente de la Historia. La rumorolog?a hab?a apuntado en las semanas previas el hartazgo militar hacia la lideresa Aung San Suu Kyi y el portavoz del Ejército no desminti? una asonada inminente cuando se le pregunt? en una rueda de prensa. Cuatro d?as después, y apenas horas antes de que empezara la nueva legislatura parlamentaria, el militar Min Aung Hlaing se aplic? con el libreto golpista m?s ortodoxo: disolvi? las c?maras, encarcel? a los rivales pol?ticos, prohibi? la prensa libre y aplast? las protestas.Birmania cumple el primer aniversario desde el golpe con un balance aterrador. M?s de 300.000 desplazados por la violencia, 2.200 casas y propiedades destruidas, casi 1.500 civiles muertos y 11.000 arrestados, seg?n las cuentas de la ONU y de organizaciones de derechos humanos locales. La Junta Militar prometi? primero que no repetir?a los excesos del pasado y se esforz? después en desmentirse. Dispar? a matar en las manifestantes urbanas y ha encadenado tropel?as en las zonas rurales. En la ?ltima, perpetrada en la v?spera de Navidad, los militares asesinaron a 35 vecinos y dejaron sus cad?veres quemados en los caminos. Entre las v?ctimas hab?a cuatro ni?os y dos trabajadores de la oenegé Save The Children.
También han amenazado los militares a los que aprovechen el aniversario para expresar su ira. Los que se sumen a las caceroladas, una forma de protesta cotidiana en los primeros meses, pueden ser acusados de traici?n y ser juzgados por la ley antiterrorista. Algunos propietarios de negocios que hab?an desvelado en las redes sociales que cerrar?an durante la jornada han sido detenidos.
Coqueteo con la guerra civil
El pa?s coquetea con la guerra civil y nadie espera un final inminente. Es un empate técnico que los expertos califican de “equilibrio del caos”. A un lado, el Tatmadaw o Ejército. Al otro, una amalgama disidente con m?s voluntad que medios y orden. Una cincuentena de grupos rebeldes de la mayor?a bamar integran las Fuerzas de Defensa del Pueblo y junto a una mir?ada de grupos étnicos golpean al Ejército all? donde pueden, especialmente en los estados Chin, Shan y Kayin. El autoproclamado Gobierno de Unidad Nacional (GUN) es un presunto poder en la sombra que se arroga la legitimidad interna y busca el reconocimiento externo, con escaso éxito en ambas cuestiones.
“Los ataques de los grupos de resistencia se est?n volviendo m?s sofisticados e incrementan su cooperaci?n con milicias armadas, algunas de las cuales tienen capacidades militares significativas”, afirmaba recientemente Richard Horsey, reputado analista del International Crisis Group. “Pero sin ning?n bando en posici?n de asestar un golpe definitivo al contrario, una larga y cada vez m?s violenta confrontaci?n es inevitable”, conclu?a.
No hay m?s desenlace que el militar ante la diplomacia estéril. La presi?n y sanciones internacionales no convencer?n a una Junta que resisti? durante casi medio siglo de espaldas al mundo. Tampoco la pertinaz divisi?n en el seno de la ASEAN, la organizaci?n regional del sudeste asi?tico, permite el optimismo. El dictador Min Aung Hlaing ya ha insinuado que no respetar? el Consenso de los Cinco Puntos que acord? con la ASEAN tres meses después de la asonada y que contemplaba la convocatoria de elecciones a mediados del pr?ximo a?o. La promesa de aislar a Birmania si lo incumpl?a ha sido torpedeado ya por Hun Sen, l?der camboyano, frente a las protestas de Singapur o Indonesia.
La pandemia devasta la fr?gil econom?a
El conflicto ha agravado los efectos de la pandemia y devastado a la que ya era la econom?a m?s pobre de la zona y colocado a millones de personas . Su PIB se contrajo un 18% en el pasado a?o y apenas crecer? el 1% en el siguiente, seg?n el Banco Mundial. Los birmanos esperan en ese cuadro calamitoso el improbable regreso de la lideresa Aung San Suu Kyi, que encadena condenas por una docena de delitos que podr?an suponerle hasta un siglo de c?rcel.
No abundan las razones para el optimismo en un pa?s que ha pagado con océanos de sangre sus anteriores luchas democr?ticas. Esta generaci?n ha probado la democracia y la defender? con m?s ah?nco que las anteriores pero cabe preguntarse cu?ntas masacres m?s soportar?n.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/internacional/birmania-cumple-ano-golpe-sumida-81124040)
También han amenazado los militares a los que aprovechen el aniversario para expresar su ira. Los que se sumen a las caceroladas, una forma de protesta cotidiana en los primeros meses, pueden ser acusados de traici?n y ser juzgados por la ley antiterrorista. Algunos propietarios de negocios que hab?an desvelado en las redes sociales que cerrar?an durante la jornada han sido detenidos.
Coqueteo con la guerra civil
El pa?s coquetea con la guerra civil y nadie espera un final inminente. Es un empate técnico que los expertos califican de “equilibrio del caos”. A un lado, el Tatmadaw o Ejército. Al otro, una amalgama disidente con m?s voluntad que medios y orden. Una cincuentena de grupos rebeldes de la mayor?a bamar integran las Fuerzas de Defensa del Pueblo y junto a una mir?ada de grupos étnicos golpean al Ejército all? donde pueden, especialmente en los estados Chin, Shan y Kayin. El autoproclamado Gobierno de Unidad Nacional (GUN) es un presunto poder en la sombra que se arroga la legitimidad interna y busca el reconocimiento externo, con escaso éxito en ambas cuestiones.
“Los ataques de los grupos de resistencia se est?n volviendo m?s sofisticados e incrementan su cooperaci?n con milicias armadas, algunas de las cuales tienen capacidades militares significativas”, afirmaba recientemente Richard Horsey, reputado analista del International Crisis Group. “Pero sin ning?n bando en posici?n de asestar un golpe definitivo al contrario, una larga y cada vez m?s violenta confrontaci?n es inevitable”, conclu?a.
No hay m?s desenlace que el militar ante la diplomacia estéril. La presi?n y sanciones internacionales no convencer?n a una Junta que resisti? durante casi medio siglo de espaldas al mundo. Tampoco la pertinaz divisi?n en el seno de la ASEAN, la organizaci?n regional del sudeste asi?tico, permite el optimismo. El dictador Min Aung Hlaing ya ha insinuado que no respetar? el Consenso de los Cinco Puntos que acord? con la ASEAN tres meses después de la asonada y que contemplaba la convocatoria de elecciones a mediados del pr?ximo a?o. La promesa de aislar a Birmania si lo incumpl?a ha sido torpedeado ya por Hun Sen, l?der camboyano, frente a las protestas de Singapur o Indonesia.
La pandemia devasta la fr?gil econom?a
El conflicto ha agravado los efectos de la pandemia y devastado a la que ya era la econom?a m?s pobre de la zona y colocado a millones de personas . Su PIB se contrajo un 18% en el pasado a?o y apenas crecer? el 1% en el siguiente, seg?n el Banco Mundial. Los birmanos esperan en ese cuadro calamitoso el improbable regreso de la lideresa Aung San Suu Kyi, que encadena condenas por una docena de delitos que podr?an suponerle hasta un siglo de c?rcel.
No abundan las razones para el optimismo en un pa?s que ha pagado con océanos de sangre sus anteriores luchas democr?ticas. Esta generaci?n ha probado la democracia y la defender? con m?s ah?nco que las anteriores pero cabe preguntarse cu?ntas masacres m?s soportar?n.
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