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ãÔÇåÏÉ ÇáäÓÎÉ ßÇãáÉ : Fraga organiz? la movilizaci?n de 5.500 ultras en Montejurra, seg?n informes donados


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01-11-2023, 01:47 PM
Montejurra 1976: uno de los grandes agujeros negros de la Transici?n. La primera concentraci?n carlista tras la muerte de Franco termin? con dos personas asesinadas: Ricardo Garc?a Pellejero y Aniano Jiménez Santos. Dos muertos dos meses después de otros ‘sucesos’, los de Vitoria-Gasteiz. En Montejurra lat?a el surgimiento de un carlismo de socialismo, autodeterminaci?n y autogesti?n, liderado por Carlos Hugo Borb?n-Parma al que se opon?a su hermano Sixto, que promov?a una movilizaci?n reaccionaria que se hab?a puesto del lado de la monarqu?a de Juan Carlos I, y que seg?n apunta la documentaci?n ahora conocida, recibi? el apoyo del aparato del Estado desde el Ministerio de la Gobernaci?n de Manuel Fraga, en un Gobierno presidido por el franquista Carlos Arias Navarro, bajo supervisi?n de Juan Carlos I.

?Qué grado de amenaza cre?a el poder tardofranquista que supon?a el carlismo socialista frente a un rey puesto por el dictador? Los documentos analizados dejan claros indicios de que hab?a una mezcla de rencor y temor hiperb?licos, del todo coherentes con el ADN del franquismo. De hecho, hay un indicio clave que aporta un mayor contexto hist?rico: Un a?o después de Montejurra, con Adolfo Su?rez ya presidente a dedo, el Partido Carlista no pudo concurrir a las elecciones generales de 1977 tras no conseguir su legalizaci?n.

La fuente

Montejurra, materia de historiadores, a?ade ahora novedades a partir de documentos que pueden aportar algo m?s de luz sobre lo ocurrido, donados por un hombre aquejado de “un problema grave de salud” que confirmar?an responsabilidades pol?ticas muy serias tras este episodio, algunas avanzadas hace a?os por el general S?enz de Santamar?a antes de su fallecimiento. En esta ocasi?n, la fuente prefiere por el momento preservar su anonimato y ha declinado conceder una entrevista a este peri?dico, en una propuesta trasladada a través de la propia formaci?n carlista.

En su relato de lo sucedido, que este mediod?a ampliar? el Partido Carlista en una rueda de prensa en Pamplona, el donante de estos papeles aporta dos testimonios manuscritos adem?s de informes de la etapa de José Ruiz de Gordoa como gobernador civil de Navarra en la primavera de 1976. La fuente pone en el foco central a Fraga y al hoy rey emérito, convencida, afirma, de que este ?ltimo “estaba al tanto de toda la trama”.

Tres “soluciones”

Hay algo evidente en esa documentaci?n. Montejurra preocupaba. El 5 de enero de 1976, Ruiz de Gordoa envi? a Fraga, que adem?s de ministro era vicepresidente para Asuntos de Interior, un informe sobre los antecedentes hist?ricos de la concentraci?n, que inclu?a un resumen sucinto de las 13 ?ltimas ediciones.

Al final del documento Ruiz de Gordoa, afirma que el acto de 1976 “adquiere aristas punzantes por tratarse de una concentraci?n subversiva de claro matiz huguista, en contra del Rey D.Juan Carlos I”. Y plantea dos posibles “soluciones” adem?s de la de denegar la concentraci?n. La primera, autorizar “el acto subversivo contra S.M”, “confinando” la concentraci?n “a la campa de Irache y a la cima de la monta?a”. La segunda, autorizarlo “actuando sobre los l?deres del tradicionalismo para rescatar el significado hist?rico de Montejurra con una afluencia masiva de tradicionalistas”.

Ruiz de Gordoa considera esta ?ltima la opci?n “l?gica”, pero advierte que “encuentra muchos obst?culos”. El primero, que “es muy dif?cil movilizar a tradicionalistas con deseo de recuperar Montejurra. Cuantas gestiones se han realizado en a?os anteriores no han dado resultado, por no encontrar responsables”. Adem?s, a?ade, “en torno a Montejurra acuden grupos armados (...) y cualquier acci?n reivindicativa de los principios en los que se inspir? la Hermandad Penitencial podr?a traernos consecuencias imprevisibles”.

Comida secreta con Sixto

Tres meses y medio después, en una carta fechada el 21 de abril (el d?a est? escrito a mano y el resto mecanografiado), Ruiz de Gordoa traslad? a Fraga la s?ntesis de lo hablado durante una comida secreta de tres horas en una habitaci?n de un céntrico hotel pamplonés a la que acudieron Sixto de Borb?n-Parma, José Arturo M?rquez y el propio Ruiz de Gordoa. Primera conclusi?n: “Don Sixto mostr? su total acatamiento a la persona de S.M el Rey D.Juan Carlos I y su ?nico deseo de servicio de servir con dignidad a la patria a través del carlismo, sin plantear ning?n problema a la Monarqu?a nacida al amparo de nuestro Estado de Derecho”. Asimismo, “se manifest? totalmente opuesto a la orientaci?n marxista de su hermano, al que consideraba incapacitado para ser abanderado del carlismo por haber subvertido sus principios”.

El “planteamiento” sobre Montejurra trasladado al gobernador civil lo condens? Ruiz de Gordoa en siete puntos, dos de ellos muy reveladores en forma y fondo: “Presencia masiva de tradicionalistas de toda Espa?a perfectamente organizados para responder a cualquier planteamiento huguista”. Y “caldeamiento de ambiente con alto sentido patri?tico”, desde la Campa de Irache, “en defensa de la auténtica tradici?n y en contra de la orientaci?n marxista” del Partido Carlista.

Como conclusi?n final, Ruiz de Gordoa consideraba “positiva” la entrevista, y “plausible” la “orientaci?n de encauzar el carlismo rescatando Montejurra”. También le parecieron “muy positivos los planteamientos de servicio a la Patria, sin presentar ning?n problema din?stico y ante todo acatando a S.M el Rey D. Juan Carlos I”. Ruiz de Gordoa aseguraba a Fraga, al que ya hab?a anticipado la reuni?n por teléfono, haber actuado “de acuerdo con tus orientaciones sin comprometerme a nada, pero mostr?ndoles el deseo de ayudarles en la tarea de servicio a la Patria que apuntaban”. El gobernador se desped?a con “un fuerte abrazo de tu buen amigo que queda a tus ?rdenes”.

“Confidencial”

Entre los papeles cedidos destaca un documento “con una tarjeta de Manuel Fraga Iribarne”, seg?n se?ala la fuente. Una “nota reservada y confidencial”, sin fecha, denominada “OPERACI?N MONTEJURRA TRADICIONALISTA”, donde se promueve la participaci?n de manifestantes “que tengan el com?n denominador de lealtad a S.M el Rey DON JUAN CARLOS I”.

Dicha nota parece una respuesta a las peticiones de Sixto de Borb?n-Parma y Arturo M?rquez del Prado. Pese a que se se?alaba como “premisa esencial” “contemplar” la asistencia de los “tradicionalistas” “como concentraci?n totalmente pac?fica”, y se reclamaba una “actitud pasiva” a los movilizados, el documento presupuestaba la distribuci?n de “2.000 garrotas de campo y 6.000 brazaletes”, preve?a el aumento de ambulancias “en proporci?n al n?mero de los expedicionarios que se prevén”, y encomendaba la responsabilidad de la operaci?n a Miguel Fagoaga, Ricardo Larrainzar, un “representante de la Hermandad del Maestrazgo”, organizaci?n mon?rquica, y a Ram?n Merino en la “direcci?n pol?tica”. Y la “ejecuci?n” a Miguel ?ngel Foruria, Emilio Mar?n y “otro representante de la Hermandad del Maestrazgo”. Precisamente Fagoaga y Merino eran dos de los apellidos que citaba otra carta confidencial a Ruiz de Gordoa, firmada por el director General de Seguridad V?ctor Castro el 19 de abril. Castro cre?a que se iba a producir en Montejurra “un enfrentamiento” que “puede ser conveniente, pero tenemos que evitar que llegue la sangre al r?o”.

La nota reservada parece dise?ada para lo contrario. Presupuesta y organiza la movilizaci?n de 4.650 de “tradicionalistas” de la llamada Uni?n Nacional Espa?ola, presidida por el exministro franquista Gonzalo Fern?ndez de la Mora. Y un millar de “asistentes navarros que aunque no figuran encuadrado, en potencia, son de UNE”. La movilizaci?n de asistentes era clave. Seg?n dicha nota, “como hasta la fecha, la Hermandad de Maestrazgo no ha contestado de forma definitiva (..) y la Hermandad de Tercios de Requetés puede aportar pocos efectivo, se hace el c?lculo a la vista, ?nicamente, de conexiones efectuadas con los Tradicionalistas encuadrados en UNI?N NACIONALESPA?OLA”. El resultado, 93 autobuses procedentes de una veintena de provincias, que la misiva propone que sufraguen los Gobiernos Civiles.

El c?lculo era movilizar a 4.650 asistentes de fuera de Navarra, para los que se consignaba una dieta de 750 pesetas por cada uno. Casi 3 millones y medio de presupuesto, a los que hab?a que sumar 200.000 en boinas rojas, otras 200.000 en “garrotas de campo”, 300.000 en brazaletes, y un mill?n y medio “como dep?sito y gastos a justificar, para la organizaci?n”. En total, 5.687.500 pesetas, sin contar los autobuses. Aquella Uni?n Nacional Espa?ola de Gonzalo Fern?ndez de la Mora ingresar?a en la AP de Fraga fundada en ese mismo 1976. “Navarra es cuna del Alzamiento Nacional y por eso mismo matriz del Estado del 18 de julio”, hab?a dicho el susodicho en la inauguraci?n del pantano de Eugi en 1973, siendo ministro franquista de Obras P?blicas.

“Saludo del rey”

La misma fuente que ha donado estos documentos afirma haber sido testigo presencial el 8 de mayo, v?spera de la concentraci?n en Montejurra, de otra comida en Pamplona en la que, entre otros, estuvieron presentes Ruiz de Gordoa y Ram?n Merino, miembro de Uni?n Nacional Espa?ola, la persona a cuyo nombre estaban reservadas 20 habitaciones en el hotel Irache de Estella para esa noche desde el propio Gobierno Civil, seg?n declar? el propio Ruiz de Gordoa al fiscal de la Audiencia Territorial el 29 de mayo de 1976. La misma fuente documental afirma que en el transcurso del café, Merino hizo una llamada telef?nica. Al otro lado del teléfono, el interlocutor quiso saludar a Ruiz de Gordoa. Se trataba, asegura, de Juan Carlos I, que “despachaba diariamente” con Merino.

Cuatro d?as antes, el 4 de mayo, Ruiz de Gordoa hab?a enviado una “orden extraordinaria para los servicios”. “Es el primer Montejurra del reinado de S.M. D. Juan Carlos I”, recuerda. “Por ello, cobrar?a mayor gravedad el matiz contestatario de a?os anteriores ya que ahora ser?a contra S.M el Rey, jefe del Estado espa?ol”. En esa misiva, prevé “como m?s probable” que “el sector ortodoxo intente recuperar la hegemon?a”, que se concentre “un n?mero considerable de seguidores “–algunos de ellos–ex-combatientes, portadores de armas o simplemente otros con las cl?sicas garrotas de campo”, y que “no se descarta que en alg?n momento puedan efectuarlo por la fuerza”.

Horas antes del almuerzo de Ruiz de Gordoa con Ram?n Merino, el Ministerio de Asuntos Exteriores, en nombre de “Su Majestad el Rey” hab?a otorgado el 7 de mayo a Ruiz de Gordoa la Gran Cruz de Isabel la Cat?lica. El 14 de mayo, Fraga envi? a Ruiz de Gordoa las credenciales para hacer efectiva la distinci?n. “Un cordial saludo de tu buen amigo, quien de nuevo te agradece los muchos y dif?ciles servicios prestados”, se desped?a el ministro.

Balance del gobernador

Al d?a siguiente, Ruiz de Gordoa remiti? un nuevo informe a su “respetado” y “querido amigo” ministro a modo de balance y contexto:

“Ante los fallidos intentos de recuperar Montejurra durante las ediciones de 1973, 1974 y 1975 por inoperancia e incapacidad del tradicionalismo, se nos plantea el ‘Montejurra 76’ erizado de dificultades, pues los Zabala, Zubiaga, Zuf?a, Marchelina, etc. ejerc?an unas actividades agresivas que supon?an una ofensiva contra nuestro Rey. D. Juan Carlos I que no se pod?an tolerar”. “La recuperaci?n de Montejurra era un problema que interesaba a todos los niveles, pues el reto a S.M el Rey D.Juan Carlos deb?a tener respuesta adecuada”, afirmaba Ruiz de Gordoa en los preliminares. Si bien a continuaci?n recordaba que en el informe que hab?a enviado el 5 de enero ya expon?a que “la presencia de grupos armados y revolucionarios pod?an acarrear consecuencias imprevisibles”.

Entre las consecuencias finales que redact? el gobernador civil, hay cuatro especialmente subrayables:

“El enfrentamiento no debi? pasar de la garrota de campo, considerando un hecho desgraciado el disparo de la Campa”, afirma en el punto noveno. “No encuentran justificaci?n alguna los disparos de la cima que acabaron con el Montejurra 1976” dice a continuaci?n. “El ambiente de Navarra se ha agudizado en beneficio de la subversi?n que incrementar? la agitaci?n que hasta el momento estaba atenuada”, observa en el punto duodécimo. Montejurra 1976, afirma después, “pasar? a la historia como el primer enfrentamiento serio con el hugismo, que hasta ahora campaba por sus respetos (...) Pero llevar? la mancha de la violencia por parte de varios desequilibrados e insensatos”.

Ruiz de Gordoa dejaba para el final una reflexi?n sobre las responsabilidades: “La prensa arreciar? las peticiones de aclarar los hechos y se exigir? las responsabilidades del momento. Sin embargo, de Montejurra, se deber?a exigir responsabilidades desde la década de los 60 en que se quem? la efigie de Franco en la plaza de Estella y los l?deres huguistas transformaron un acto religioso conmemorativo en acto de oposici?n al entonces Pr?ncipe de Espa?a y hoy S.M. el Rey D.Juan Carlos I. Al mismo tiempo deben exigirse responsabilidades a los protagonistas de los graves sucesos”. Con esa ?ltima frase terminaba el informe, en el que califica de “fracaso total de la convocatoria de Montejurra por parte del tradicionalismo ortodoxo” y de “presencia de elementos ajenos al tradicionalismo”.

?ltimo apunte: entre la documentaci?n donada al Partido Carlista hay también un papel manuscrito sin firmar. Un borrador con tachones, del cual no consta que se pasara a limpio y se enviara a su destinatario. El texto aparece escaneado a continuaci?n de la misiva de Fraga a Ruiz de Gordoa sobre las credenciales de la Gran Cruz de Isabel la Cat?lica. Dec?a as? a partir del segundo p?rrafo:

“Te agradezco la generosidad y sensibilidad al concederme esta condecoraci?n que se debe a tu iniciativa. Me ha parecido oportuno no darle publicidad para evitar que se pueda relacionar por los malintencionados con los acontecimientos de Montejurra y la discreci?n debe ser una virtud insoslayable al puesto de responsabilidad que ocupo. Al decirte que me ha producido gran ilusi?n quiero testimoniarte mi m?s inquebrantable lealtad a tu persona y a la proyecci?n pol?tica en que en que todos estamos empe?ados bajo tus gratas ?rdenes. Un fuerte abrazo, lleno afecto de tu buen amigo que queda a tus ?rdenes”.

El 6 de junio Ruiz de Gordoa fue cesado como gobernador civil y jefe provincial de Navarra. Su nombramiento como nuevo gobernador civil de Sevilla ya era p?blico. Fraga fundar?a Alianza Popular en octubre de ese a?o.



ÃßËÑ... (https://www.sport.es/es/noticias/nacional/fraga-organizo-movilizacion-5-500-81022954)

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