الريــم
01-10-2023, 03:28 PM
El 5 de noviembre de 1936, Patricio Escobal fue trasladado de la Escuela Industrial de Logro?o en la que estaba preso a la C?rcel Provincial de la capital riojana. Momentos antes de someterse a la requisa para poder abandonar esa prisi?n improvisada, repar? en que llevaba consigo las notas que hab?a ido tomando durante su cautiverio, en las que se inclu?an anécdotas relativas a los dem?s reclusos y, lo m?s importante, referencias a las ejecuciones extrajudiciales que se produc?an todas las noches junto con los nombres de los verdugos que las comet?an. Convencido de que, de ser descubierto, formar?a parte de la saca [extracci?n de presos de las c?rceles para ser ejecutados de forma irregular] de ese mismo d?a, solicit? ir al servicio, donde destruy? todas las notas y las hizo desaparecer tir?ndolas por el retrete.
Escobal no pudo retomar la escritura de esas memorias hasta 1937 pero, ni siquiera cuando en 1940 abandon? Espa?a con destino a Estados Unidos, se atrevi? a llevar el manuscrito consigo. Ante el temor de que las autoridades franquistas lo pudieran encontrar en un control fronterizo, decidi? dejarlo en Espa?a a cargo de una persona de confianza, que consigui? envi?rselo a Nueva York unos a?os m?s tarde. Aunque se estima que hacia 1948 el autor ya ten?a acabado el texto de Las Sacas, no ser?a hasta veinte a?os m?s tarde cuando se publicar?a la primera edici?n del libro en inglés con el t?tulo de Death Row: Spain 1936 (Corredor de la muerte: Espa?a 1936). No obstante, habr?a que esperar todav?a hasta 1974 para que apareciera la versi?n en castellano que, en un principio y con el dictador a?n vivo, circul? en Espa?a de forma clandestina.
http://uc-4u.com/clip/bba1801c-e46c-4e69-be03-5fb3389bb272_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg En la Escuela de Artes e Industrias, actualmente Escuela Superior de Dise?o de La Rioja (ESDIR), estuvo preso Patricio Escobal cuando se utilizaba como c?rcel durante la Guerra Civil. |
"Conozco Las Sacas desde que nos lleg? la edici?n en castellano a mediados de los a?os 70 del siglo pasado. El libro, siempre forrado para que no se viera el t?tulo, pasaba de mano en mano entre todos aquellos que rechaz?bamos el franquismo y, al mismo tiempo, quer?amos saber lo que hab?a pasado en la guerra. En este caso, en nuestra propia ciudad", explica Jes?s Vicente Aguirre, experto en la figura de Patricio Escobal, cuya obra sirvi? de punto de partida para su propia investigaci?n sobre la represi?n franquista en la zona riojana, publicada en 2008 y titulada Aqu? nunca pas? nada. La Rioja 1936. "A diferencia de Arturo Barea, que era un escritor ya conocido en los a?os 30 y lo sigui? siendo tras su exilio en Inglaterra, Escobal es un ingeniero que escribe, muy bien por cierto, una sola obra. Sin embargo, es una obra que tiene un enorme valor porque, m?s all? de su peripecia personal, cuenta c?mo fueron las c?rceles y los paseos y sacas en una ciudad de provincias, en cualquier ciudad de provincias podr?amos decir, en 1936".
Amigo de Bernabéu, condenado a muerte
Nacido en Logro?o en 1903, Patricio Pedro Escobal estudi? en los jesuitas del barrio madrile?o de Chamart?n, jug? junto a Santiago Bernabéu en el Real Madrid, equipo del que lleg? a ser capit?n, fue seleccionado para representar a Espa?a en las Olimpiadas de Par?s de 1924 y se licenci? en Ingenier?a. Sin embargo, para los militares sublevados, todos estos logros quedar?an eclipsados por su militancia en el partido Izquierda Republicana y su pertenencia a la masoner?a. Aunque esta ?ltima acusaci?n nunca pudo ser probada porque uno de los hermanos masones destruy? los archivos de su logia para evitar represalias, su militancia en el partido de Manuel Aza?a hizo que fuera detenido en Logro?o y encarcelado en diferentes recintos de la ciudad, en los que fue testigo de los fusilamientos extrajudiciales que se llevaban a cabo todos los d?as.
"Escobal no es un estudioso de la represi?n en La Rioja. Tampoco manej? una documentaci?n que en esos momentos no exist?a y a la que, en todo caso, no hubiera tenido acceso como preso. Lo que él hizo fue escribir su historia, sus recuerdos, demostrando una memoria prodigiosa y una honestidad absoluta aunque, en ocasiones, haya datos incorrectos. Refiriéndose a la Barranca de Lardero, por ejemplo, dice que 'cuatro hombres del grupo fueron a aumentar con sus cad?veres los miles ya enterrados en la fosa com?n de Lardero'. No fueron miles, sino solo, 'solo', cuatrocientos entre el 13 de septiembre y el 15 de diciembre de 1936, lo que no deja de ser un n?mero considerable", explica Jes?s Vicente Aguirre, quien se?ala que, en contra de lo que se?ala Escobal, tampoco fueron catorce mil las personas asesinadas en Navarra y La Rioja. "No fueron tantos, pero en cualquier caso, s? fueron una enormidad. En medio de la vor?gine de aquellas noches negras, es evidente que no era f?cil hacer c?lculos reales de las matanzas, que provocaron m?s de tres mil cuatrocientos asesinados en Navarra y m?s de dos mil en La Rioja, unas regiones donde no hubo frente ni trincheras. A pesar de todo, es justamente Las Sacas de Escobal uno de los libros que mejor permiten conocer la represi?n del bando franquista durante la guerra", concluye Aguirre, que est? convencido de que "si la mayor parte de la sociedad espa?ola fuera consciente de lo que fue la muerte y el asesinato en la retaguardia de la Guerra Civil, hace muchos a?os que se hubieran tomado esas medidas que resume la frase 'verdad, justicia y reparaci?n'".
As? pasen cuarenta a?os
En uno de los pasajes del libro, Patricio Escobal habla con una persona cuyos familiares han sido ejecutados sumariamente, que le asegura que conseguir? que se haga justicia, as? le cueste cuarenta a?os conseguirlo. Casi noventa a?os después del final de la Guerra Civil, esa justicia a?n no ha llegado.
"Viv? la Transici?n y los ?ltimos a?os de la dictadura desde el antifranquismo, desde la militancia clandestina. Aunque utiliz?bamos la calle para protestar, reivindicar y correr, la calle era de Fraga y de su polic?a. Por mucho que las fuerzas pol?ticas de centro y de izquierda consiguieran la democracia, las fuerzas armadas segu?an en los cuarteles con sus mandos y generales franquistas. Por eso, si bien la Transici?n fue un paso importante y, de hecho, la amnist?a sirvi? para ir a esperar la salida de nuestros presos de las c?rceles franquistas, por esa misma amnist?a se nos colaron después torturadores y asesinos", recuerda Jes?s Vicente Aguirre, que afea a los diferentes gobiernos que no se hayan atrevido todav?a a juzgar los cr?menes de la Guerra Civil y reparar a las v?ctimas.
"Quiz? era muy atrevido hacerlo en 1982, pero ?y en 1983? ?O en 1985? Un gobierno que del 'No a la OTAN' pas? a apoyar esa organizaci?n contra viento y marea, no fue capaz de activar la revoluci?n que hubiera supuesto poner encima de la mesa todos los problemas sin resolver de nuestra Guerra Civil, salvo lo referente a las reparaciones econ?micas, cuya mayor parte, con cuentagotas y de forma deslavazada, empez? a entregarse ya con el gobierno de Adolfo Su?rez. Por tanto, lo que no se hizo entonces habr? que hacerlo ahora. La Justicia ser?, primero, establecer un relato en el que todos podamos encontrarnos y, por supuesto, que jueces y audiencias acepten las denuncias que los grupos memorialistas les presentan cada vez que se intenta exhumar a alguien. Aunque no se pueda juzgar a los culpables porque ya no existen, s? se puede determinar lo ocurrido y sentenciar en consecuencia. Con eso ya habremos conseguido algo de la reparaci?n debida".
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/cultura/sacas-libro-capitan-real-madrid-80979444)
Escobal no pudo retomar la escritura de esas memorias hasta 1937 pero, ni siquiera cuando en 1940 abandon? Espa?a con destino a Estados Unidos, se atrevi? a llevar el manuscrito consigo. Ante el temor de que las autoridades franquistas lo pudieran encontrar en un control fronterizo, decidi? dejarlo en Espa?a a cargo de una persona de confianza, que consigui? envi?rselo a Nueva York unos a?os m?s tarde. Aunque se estima que hacia 1948 el autor ya ten?a acabado el texto de Las Sacas, no ser?a hasta veinte a?os m?s tarde cuando se publicar?a la primera edici?n del libro en inglés con el t?tulo de Death Row: Spain 1936 (Corredor de la muerte: Espa?a 1936). No obstante, habr?a que esperar todav?a hasta 1974 para que apareciera la versi?n en castellano que, en un principio y con el dictador a?n vivo, circul? en Espa?a de forma clandestina.
http://uc-4u.com/clip/bba1801c-e46c-4e69-be03-5fb3389bb272_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg En la Escuela de Artes e Industrias, actualmente Escuela Superior de Dise?o de La Rioja (ESDIR), estuvo preso Patricio Escobal cuando se utilizaba como c?rcel durante la Guerra Civil. |
"Conozco Las Sacas desde que nos lleg? la edici?n en castellano a mediados de los a?os 70 del siglo pasado. El libro, siempre forrado para que no se viera el t?tulo, pasaba de mano en mano entre todos aquellos que rechaz?bamos el franquismo y, al mismo tiempo, quer?amos saber lo que hab?a pasado en la guerra. En este caso, en nuestra propia ciudad", explica Jes?s Vicente Aguirre, experto en la figura de Patricio Escobal, cuya obra sirvi? de punto de partida para su propia investigaci?n sobre la represi?n franquista en la zona riojana, publicada en 2008 y titulada Aqu? nunca pas? nada. La Rioja 1936. "A diferencia de Arturo Barea, que era un escritor ya conocido en los a?os 30 y lo sigui? siendo tras su exilio en Inglaterra, Escobal es un ingeniero que escribe, muy bien por cierto, una sola obra. Sin embargo, es una obra que tiene un enorme valor porque, m?s all? de su peripecia personal, cuenta c?mo fueron las c?rceles y los paseos y sacas en una ciudad de provincias, en cualquier ciudad de provincias podr?amos decir, en 1936".
Amigo de Bernabéu, condenado a muerte
Nacido en Logro?o en 1903, Patricio Pedro Escobal estudi? en los jesuitas del barrio madrile?o de Chamart?n, jug? junto a Santiago Bernabéu en el Real Madrid, equipo del que lleg? a ser capit?n, fue seleccionado para representar a Espa?a en las Olimpiadas de Par?s de 1924 y se licenci? en Ingenier?a. Sin embargo, para los militares sublevados, todos estos logros quedar?an eclipsados por su militancia en el partido Izquierda Republicana y su pertenencia a la masoner?a. Aunque esta ?ltima acusaci?n nunca pudo ser probada porque uno de los hermanos masones destruy? los archivos de su logia para evitar represalias, su militancia en el partido de Manuel Aza?a hizo que fuera detenido en Logro?o y encarcelado en diferentes recintos de la ciudad, en los que fue testigo de los fusilamientos extrajudiciales que se llevaban a cabo todos los d?as.
"Escobal no es un estudioso de la represi?n en La Rioja. Tampoco manej? una documentaci?n que en esos momentos no exist?a y a la que, en todo caso, no hubiera tenido acceso como preso. Lo que él hizo fue escribir su historia, sus recuerdos, demostrando una memoria prodigiosa y una honestidad absoluta aunque, en ocasiones, haya datos incorrectos. Refiriéndose a la Barranca de Lardero, por ejemplo, dice que 'cuatro hombres del grupo fueron a aumentar con sus cad?veres los miles ya enterrados en la fosa com?n de Lardero'. No fueron miles, sino solo, 'solo', cuatrocientos entre el 13 de septiembre y el 15 de diciembre de 1936, lo que no deja de ser un n?mero considerable", explica Jes?s Vicente Aguirre, quien se?ala que, en contra de lo que se?ala Escobal, tampoco fueron catorce mil las personas asesinadas en Navarra y La Rioja. "No fueron tantos, pero en cualquier caso, s? fueron una enormidad. En medio de la vor?gine de aquellas noches negras, es evidente que no era f?cil hacer c?lculos reales de las matanzas, que provocaron m?s de tres mil cuatrocientos asesinados en Navarra y m?s de dos mil en La Rioja, unas regiones donde no hubo frente ni trincheras. A pesar de todo, es justamente Las Sacas de Escobal uno de los libros que mejor permiten conocer la represi?n del bando franquista durante la guerra", concluye Aguirre, que est? convencido de que "si la mayor parte de la sociedad espa?ola fuera consciente de lo que fue la muerte y el asesinato en la retaguardia de la Guerra Civil, hace muchos a?os que se hubieran tomado esas medidas que resume la frase 'verdad, justicia y reparaci?n'".
As? pasen cuarenta a?os
En uno de los pasajes del libro, Patricio Escobal habla con una persona cuyos familiares han sido ejecutados sumariamente, que le asegura que conseguir? que se haga justicia, as? le cueste cuarenta a?os conseguirlo. Casi noventa a?os después del final de la Guerra Civil, esa justicia a?n no ha llegado.
"Viv? la Transici?n y los ?ltimos a?os de la dictadura desde el antifranquismo, desde la militancia clandestina. Aunque utiliz?bamos la calle para protestar, reivindicar y correr, la calle era de Fraga y de su polic?a. Por mucho que las fuerzas pol?ticas de centro y de izquierda consiguieran la democracia, las fuerzas armadas segu?an en los cuarteles con sus mandos y generales franquistas. Por eso, si bien la Transici?n fue un paso importante y, de hecho, la amnist?a sirvi? para ir a esperar la salida de nuestros presos de las c?rceles franquistas, por esa misma amnist?a se nos colaron después torturadores y asesinos", recuerda Jes?s Vicente Aguirre, que afea a los diferentes gobiernos que no se hayan atrevido todav?a a juzgar los cr?menes de la Guerra Civil y reparar a las v?ctimas.
"Quiz? era muy atrevido hacerlo en 1982, pero ?y en 1983? ?O en 1985? Un gobierno que del 'No a la OTAN' pas? a apoyar esa organizaci?n contra viento y marea, no fue capaz de activar la revoluci?n que hubiera supuesto poner encima de la mesa todos los problemas sin resolver de nuestra Guerra Civil, salvo lo referente a las reparaciones econ?micas, cuya mayor parte, con cuentagotas y de forma deslavazada, empez? a entregarse ya con el gobierno de Adolfo Su?rez. Por tanto, lo que no se hizo entonces habr? que hacerlo ahora. La Justicia ser?, primero, establecer un relato en el que todos podamos encontrarnos y, por supuesto, que jueces y audiencias acepten las denuncias que los grupos memorialistas les presentan cada vez que se intenta exhumar a alguien. Aunque no se pueda juzgar a los culpables porque ya no existen, s? se puede determinar lo ocurrido y sentenciar en consecuencia. Con eso ya habremos conseguido algo de la reparaci?n debida".
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