الريــم
01-09-2023, 09:51 PM
"?C?mo pudo suceder?". La pregunta abruma a buena parte de la sociedad después de lo que se llama "el Capitolio brasile?o". Si bien no faltan observadores que creen que*Luiz In?cio Lula da Silva*ha ampliado su capital pol?tico por la manera que enfrent? el acto golpista, otros piensan que el presidente no hizo m?s que poner al desnudo la precariedad de las alianzas con las que lleg? al Gobierno después de derrotar en las urnas a*Jair Bolsonaro*por menos de dos puntos. La coexistencia de la izquierda, el centro y hasta la derecha no parece haber pasado la primera prueba de un h?bitat com?n.
La*Agencia Brasile?a de Inteligencia*(Abin) estuvo acéfala durante la semana en la que los bolsonaristas prepararon su llamada "toma del poder (https://www.sport.es/es/noticias/internacional/brasil-vive-particular-asalto-capitolio-80855907)". Cuando la c?pula entr? en funciones, la Abin emiti? varias*alertas sobre el riesgo inminente. "Hubo un aumento en el n?mero de autobuses ch?rter con destino a Brasilia este fin de semana. Hay un total de 105 autobuses, con unos 3.900 pasajeros", consigna un despacho citado por la prensa. "Sigue habiendo llamamientos a acciones violentas e intentos de ocupaci?n de edificios p?blicos, especialmente en la Explanada de los Ministerios", a?ade otro, el 7 de enero, anticip?ndose a los hechos. ?Lula supo de esas advertencias o se perdieron en el camino? Si las conoci?, se ha conjeturado, ?el Gobierno pudo "dejar hacer" a los extremistas su tarea para que, a pesar de los destrozos, le allanen el camino del combate contra el bolsonarismo, aunando detr?s suyo a los medios, el empresariado y parte del espectro conservador?
Esa hip?tesis se da de bruces con otros aspectos de una realidad compleja. Seg?n*O Globo, en las horas m?s dif?ciles del domingo, el propio Lula se mostr? especialmente irritado con su ministro de Defensa, el moderado José M?cio Monteiro, quien hab?a definido a los campamentos bolsonaristas como "una manifestaci?n de la democracia".
El factor castrense
Esas acampadas frente a unidades del Ejército fueron desalojadas en 24 horas, pero recién sobre las cenizas que dejaron los ataques en Brasilia. Una de las dificultades prexistentes para hacerlo fue revelada por el analista Lauro Jardim:*gran parte de los radicales son militares retirados*o familiares de militares en actividad. "En otras palabras, el Ejército actu? de forma corporativa. No quer?a emprender ninguna acci?n contra las personas que de alguna manera estaban cerca de él".
Por estas horas, qued? claro para Lula que las relaciones con las Fuerzas Armadas, que se han mantenido en*silencio*sobre los sucesos del 8 de enero, representan un*problema*quiz? mayor que el de lidiar con una mayor?a de gobernadores de la oposici?n o un Congreso conservador. Los uniformados fueron colmados de privilegios al punto de cogobernar con la ultraderecha. Dentro de la instituci?n, un sector de sus integrantes no es indiferente a la prédica de Bolsonaro. Por lo dem?s, existe una antigua aversi?n al Partido de los Trabajadores (PT), que la ultraderecha trat? de canalizar.
De acuerdo con el diario*Estado,*Lula recibi? informaciones de que entre la lista de financiadores del acto golpista hay*empresarios*agropecuarios y otros con conexiones en el exterior. No en vano, el domingo habl? del*"malvado agronegocio"*que provoca desastres ambientales. Antes de explotar de rabia, Lula se hab?a propuesto la convivencia en su Gobierno de la l?der ecologista, Marina Silva, al frente del Ministerio de Medio Ambiente, y Carlos Favaro, un representante de los empresarios del sector se?alado, en el de Agricultura.*
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/internacional/lula-enemigo-propia-casa-80937485)
La*Agencia Brasile?a de Inteligencia*(Abin) estuvo acéfala durante la semana en la que los bolsonaristas prepararon su llamada "toma del poder (https://www.sport.es/es/noticias/internacional/brasil-vive-particular-asalto-capitolio-80855907)". Cuando la c?pula entr? en funciones, la Abin emiti? varias*alertas sobre el riesgo inminente. "Hubo un aumento en el n?mero de autobuses ch?rter con destino a Brasilia este fin de semana. Hay un total de 105 autobuses, con unos 3.900 pasajeros", consigna un despacho citado por la prensa. "Sigue habiendo llamamientos a acciones violentas e intentos de ocupaci?n de edificios p?blicos, especialmente en la Explanada de los Ministerios", a?ade otro, el 7 de enero, anticip?ndose a los hechos. ?Lula supo de esas advertencias o se perdieron en el camino? Si las conoci?, se ha conjeturado, ?el Gobierno pudo "dejar hacer" a los extremistas su tarea para que, a pesar de los destrozos, le allanen el camino del combate contra el bolsonarismo, aunando detr?s suyo a los medios, el empresariado y parte del espectro conservador?
Esa hip?tesis se da de bruces con otros aspectos de una realidad compleja. Seg?n*O Globo, en las horas m?s dif?ciles del domingo, el propio Lula se mostr? especialmente irritado con su ministro de Defensa, el moderado José M?cio Monteiro, quien hab?a definido a los campamentos bolsonaristas como "una manifestaci?n de la democracia".
El factor castrense
Esas acampadas frente a unidades del Ejército fueron desalojadas en 24 horas, pero recién sobre las cenizas que dejaron los ataques en Brasilia. Una de las dificultades prexistentes para hacerlo fue revelada por el analista Lauro Jardim:*gran parte de los radicales son militares retirados*o familiares de militares en actividad. "En otras palabras, el Ejército actu? de forma corporativa. No quer?a emprender ninguna acci?n contra las personas que de alguna manera estaban cerca de él".
Por estas horas, qued? claro para Lula que las relaciones con las Fuerzas Armadas, que se han mantenido en*silencio*sobre los sucesos del 8 de enero, representan un*problema*quiz? mayor que el de lidiar con una mayor?a de gobernadores de la oposici?n o un Congreso conservador. Los uniformados fueron colmados de privilegios al punto de cogobernar con la ultraderecha. Dentro de la instituci?n, un sector de sus integrantes no es indiferente a la prédica de Bolsonaro. Por lo dem?s, existe una antigua aversi?n al Partido de los Trabajadores (PT), que la ultraderecha trat? de canalizar.
De acuerdo con el diario*Estado,*Lula recibi? informaciones de que entre la lista de financiadores del acto golpista hay*empresarios*agropecuarios y otros con conexiones en el exterior. No en vano, el domingo habl? del*"malvado agronegocio"*que provoca desastres ambientales. Antes de explotar de rabia, Lula se hab?a propuesto la convivencia en su Gobierno de la l?der ecologista, Marina Silva, al frente del Ministerio de Medio Ambiente, y Carlos Favaro, un representante de los empresarios del sector se?alado, en el de Agricultura.*
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/internacional/lula-enemigo-propia-casa-80937485)