الريــم
01-09-2023, 08:30 PM
Hay pocos autores que hayan escrito tanto sobre s? mismos como P?o Baroja. Adem?s de los siete tomos de memorias publicados entre 1944 y 1949 con el t?tulo ‘Desde la ?ltima vuelta del camino’, Baroja hab?a publicado ‘Juventud y egolatr?a’ en 1917, ‘Las horas solitarias’ en 1918 y ‘Divagaciones apasionadas’ en 1924, todas ellas autobiogr?ficas. Adem?s rescataba episodios de su vida para insertarlos en tramas de sus novelas como ‘Camino de perfecci?n’, ‘El ?rbol de la ciencia’ o ‘La sensualidad pervertida’. A?n as? fue uno de los literatos m?s prol?ficos del siglo XX, con cincuenta novelas largas y otras tantas cortas en su haber, m?s de veinte ensayos, algunas obras de teatro (también cr?tica teatral en ‘El Globo’) y un poemario, ‘Canciones del suburbio’ (1944), muy elogiado por Luis Rosales.
Este pasado 28 de diciembre se cumplieron 150 a?os del nacimiento de P?o Baroja en el seno de una familia liberal, en medio de una de esas guerras carlistas que inspiraron algunas de sus mejores novelas, como ‘Memorias de un hombre de acci?n’ y ‘Zalaca?n el aventurero’. Vivi? parte de su infancia en Madrid y Pamplona, cuando su familia (un padre ingeniero) tuvo que trasladarse a estas ciudades por motivos profesionales. No fue un alumno brillante de bachillerato pero se recuerda a s? mismo como lector insaciable y no s?lo de novelas: Nietzsche y Kant eran sus fil?sofos de cabecera. A pesar de cursar la carrera de Medicina la desempe?? muy poco tiempo, en Cestona, aunque también este ejercicio dej? su huella literaria en ‘El ?rbol de la ciencia y ‘Camino de perfecci?n’. Anticip?ndose a la medicina sicosom?tica, su tesis doctoral vers? sobre la sicolog?a del dolor. A lo que s? se dedic? durante algunos a?os en Madrid fue a regentar la panader?a Viana Capellanes, propiedad de su t?a Juana Nessi.
Public? su primer libro en 1900, una recopilaci?n de cuentos con el t?tulo ‘Vidas sombr?as’, elogiado por Unamuno. Poco después las novelas ‘Aventuras, inventos y mixtificaciones de Silvestre Parado’ y ‘Camino de perfecci?n’. Sus viajes por Espa?a y Europa (Par?s, Roma, Londres) le proporcionaron materiales para sus siguientes novelas, ‘César o nada’ y ‘La ciudad de la niebla’. Se especializ? en narrar historias adoptando el formato de trilog?a: ‘Tierra vasca’ (La casa de Aizgorri, El mayorazgo de Labraz, Zalacain el aventurero); ‘La vida fant?stica’ (Silvestre Paradox, Camino de perfecci?n, Paradox, rey); ‘La lucha por la vida’ (La busca, Mala hierba, Aurora roja); ‘La raza’ (El ?rbol de la ciencia, La dama errante, La ciudad de la niebla). En 1913 concentr? sus actividades en un ambicioso proyecto, las ‘Memorias de un hombre de acci?n’, una serie de veintid?s vol?menes de aventuras protagonizadas por Eugenio de Aviraneta, personaje inspirado en un pariente lejano del escritor. La serie fue acogida por la cr?tica como un gran fresco hist?rico y poliédrico del siglo XIX, por lo que se la lleg? a comparar con los Episodios Nacionales de Gald?s.
En 1935, terminadas las ‘Memorias de un hombre de acci?n’, fue elegido miembro de la Real Academia Espa?ola. Cuando estall? la Guerra Civil, después de haber sido detenido por unos requetés que estuvieron a punto de fusilarlo, se exili? en Francia, donde escribi? ‘Laura o la soledad sin remedio’, una novela cuya trama transcurre durante la guerra y retrata el enfrentamiento entre marxistas. Fue publicada en Buenos Aires (en Espa?a se censur?) en 1940, el a?o que decidi? regresar a Espa?a.
Baroja hab?a comprado en 1912 un caser?o en Itzea, en Bera de Bidasoa (Guip?zcoa), donde acumul? una biblioteca de m?s de 9.000 vol?menes y una colecci?n de grabados, estampas, retratos y documentos del siglo XIX que hab?a ido adquiriendo en los puestos de bouquinistes a orillas del Sena y en las librer?as de viejo de Madrid y de las ciudades que visit? a lo largo de su vida. Fue aqu? donde en 2015 se encontr? el manuscrito de una novela inédita, ‘Los caprichos de la suerte’, escrita entre 1949 y 1950, que cierra ‘Las saturnales’, una trilog?a sobre la guerra civil espa?ola cuyos dos t?tulos precedentes eran ‘El cantor vagabundo’ (1950) y Miserias de la guerra’, ésta censurada y no publicada hasta 2006.
Aunque parecen haber dejado de estar de moda, las novelas de P?o Baroja se siguen leyendo y reeditando por encima de novedades y tendencias. Su nombre permanece en los manuales de Literatura como escritor destacado de la Generaci?n del 98 y uno de los grandes maestros de la narrativa espa?ola. Su estilo claro, sencillo, sobrio, de prosa transparente, calificado por la cr?tica como “relato en estado puro”, tiene en cambio m?s registros y modulaciones de lo que pueda parecer en una primera lectura. Se trata de una prosa funcional, que se lee con la fascinaci?n de los relatos de Dickens y Verne, con aspectos que recuerdan a Stendhal, Balzac y Dostoievski.
Agn?stico y anticlerical, Baroja fue vilipendiado por el clero de su tiempo por sus art?culos contra la iglesia publicados en varias revistas. Recientemente se ha descubierto que el seud?nimo P?o Quinto, con el que iban firmados algunos, no correspond?a a Baroja sino a José Ferr?ndiz, un cura que hab?a sido declarado en rebeld?a. Iniciado en el anarquismo y el republicanismo, después de la guerra P?o Baroja se identific? con los totalitarismos, aunque siempre de manera ambigua. Esta falta de convicciones pol?ticas expresas le vali? ser ninguneado por los conservadores y despreciado por los progresistas. Muri? en Madrid el 30 de octubre de 1956 a los 83 a?os. Unos d?as antes hab?a recibido la visita de Ernest Hemingway. Su muerte fue silenciada por los organismos oficiales, que no celebraron ning?n acto en su memoria.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/cultura/pio-baroja-memoria-clasico-espanol-80925097)
Este pasado 28 de diciembre se cumplieron 150 a?os del nacimiento de P?o Baroja en el seno de una familia liberal, en medio de una de esas guerras carlistas que inspiraron algunas de sus mejores novelas, como ‘Memorias de un hombre de acci?n’ y ‘Zalaca?n el aventurero’. Vivi? parte de su infancia en Madrid y Pamplona, cuando su familia (un padre ingeniero) tuvo que trasladarse a estas ciudades por motivos profesionales. No fue un alumno brillante de bachillerato pero se recuerda a s? mismo como lector insaciable y no s?lo de novelas: Nietzsche y Kant eran sus fil?sofos de cabecera. A pesar de cursar la carrera de Medicina la desempe?? muy poco tiempo, en Cestona, aunque también este ejercicio dej? su huella literaria en ‘El ?rbol de la ciencia y ‘Camino de perfecci?n’. Anticip?ndose a la medicina sicosom?tica, su tesis doctoral vers? sobre la sicolog?a del dolor. A lo que s? se dedic? durante algunos a?os en Madrid fue a regentar la panader?a Viana Capellanes, propiedad de su t?a Juana Nessi.
Public? su primer libro en 1900, una recopilaci?n de cuentos con el t?tulo ‘Vidas sombr?as’, elogiado por Unamuno. Poco después las novelas ‘Aventuras, inventos y mixtificaciones de Silvestre Parado’ y ‘Camino de perfecci?n’. Sus viajes por Espa?a y Europa (Par?s, Roma, Londres) le proporcionaron materiales para sus siguientes novelas, ‘César o nada’ y ‘La ciudad de la niebla’. Se especializ? en narrar historias adoptando el formato de trilog?a: ‘Tierra vasca’ (La casa de Aizgorri, El mayorazgo de Labraz, Zalacain el aventurero); ‘La vida fant?stica’ (Silvestre Paradox, Camino de perfecci?n, Paradox, rey); ‘La lucha por la vida’ (La busca, Mala hierba, Aurora roja); ‘La raza’ (El ?rbol de la ciencia, La dama errante, La ciudad de la niebla). En 1913 concentr? sus actividades en un ambicioso proyecto, las ‘Memorias de un hombre de acci?n’, una serie de veintid?s vol?menes de aventuras protagonizadas por Eugenio de Aviraneta, personaje inspirado en un pariente lejano del escritor. La serie fue acogida por la cr?tica como un gran fresco hist?rico y poliédrico del siglo XIX, por lo que se la lleg? a comparar con los Episodios Nacionales de Gald?s.
En 1935, terminadas las ‘Memorias de un hombre de acci?n’, fue elegido miembro de la Real Academia Espa?ola. Cuando estall? la Guerra Civil, después de haber sido detenido por unos requetés que estuvieron a punto de fusilarlo, se exili? en Francia, donde escribi? ‘Laura o la soledad sin remedio’, una novela cuya trama transcurre durante la guerra y retrata el enfrentamiento entre marxistas. Fue publicada en Buenos Aires (en Espa?a se censur?) en 1940, el a?o que decidi? regresar a Espa?a.
Baroja hab?a comprado en 1912 un caser?o en Itzea, en Bera de Bidasoa (Guip?zcoa), donde acumul? una biblioteca de m?s de 9.000 vol?menes y una colecci?n de grabados, estampas, retratos y documentos del siglo XIX que hab?a ido adquiriendo en los puestos de bouquinistes a orillas del Sena y en las librer?as de viejo de Madrid y de las ciudades que visit? a lo largo de su vida. Fue aqu? donde en 2015 se encontr? el manuscrito de una novela inédita, ‘Los caprichos de la suerte’, escrita entre 1949 y 1950, que cierra ‘Las saturnales’, una trilog?a sobre la guerra civil espa?ola cuyos dos t?tulos precedentes eran ‘El cantor vagabundo’ (1950) y Miserias de la guerra’, ésta censurada y no publicada hasta 2006.
Aunque parecen haber dejado de estar de moda, las novelas de P?o Baroja se siguen leyendo y reeditando por encima de novedades y tendencias. Su nombre permanece en los manuales de Literatura como escritor destacado de la Generaci?n del 98 y uno de los grandes maestros de la narrativa espa?ola. Su estilo claro, sencillo, sobrio, de prosa transparente, calificado por la cr?tica como “relato en estado puro”, tiene en cambio m?s registros y modulaciones de lo que pueda parecer en una primera lectura. Se trata de una prosa funcional, que se lee con la fascinaci?n de los relatos de Dickens y Verne, con aspectos que recuerdan a Stendhal, Balzac y Dostoievski.
Agn?stico y anticlerical, Baroja fue vilipendiado por el clero de su tiempo por sus art?culos contra la iglesia publicados en varias revistas. Recientemente se ha descubierto que el seud?nimo P?o Quinto, con el que iban firmados algunos, no correspond?a a Baroja sino a José Ferr?ndiz, un cura que hab?a sido declarado en rebeld?a. Iniciado en el anarquismo y el republicanismo, después de la guerra P?o Baroja se identific? con los totalitarismos, aunque siempre de manera ambigua. Esta falta de convicciones pol?ticas expresas le vali? ser ninguneado por los conservadores y despreciado por los progresistas. Muri? en Madrid el 30 de octubre de 1956 a los 83 a?os. Unos d?as antes hab?a recibido la visita de Ernest Hemingway. Su muerte fue silenciada por los organismos oficiales, que no celebraron ning?n acto en su memoria.
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