الريــم
01-09-2023, 01:00 PM
Ver las im?genes del asalto a las instituciones de Brasil (https://www.sport.es/es/videos/internacional/20230108/miles-seguidores-bolsonaro-asaltan-violencia/80858145.shtml) provoca una sensaci?n de 'dejà vu'. Su espectacularidad y su peligrosidad recuerdan, sin remedio, a las que todav?a permanecen en la retina desde el 6 de enero del 2021 cuando una horda de fan?ticos trumpistas asalt? el Capitolio en Washington. Se trata del asalto a dos democracias de la mano de ultras -bolonaristas y trumpistas- que no se resisten a abandonar el poder y la confianza que los electores les han retirado. A continuaci?n, varias claves explican los puntos en com?n de dos ep?sodios que han conmocionado al mundo.
El contexto
El 6 de enero de 2021, unas 10.000 personas, simpatizantes del presidente saliente de EEUU Donald Trump, se concentraron ante el Capitolio para denunciar irregularidades en las elecciones que alzaron al poder al dem?crata Joe Biden. Alrededor de un millar asaltaron con violencia el edificio que acoge al poder legislativo estadounidense con un balance de cinco muertos y decenas de heridos. La situaci?n qued? controlada tras duras cr?ticas a la polic?a por su falta de previsi?n ante la concentraci?n masiva.
El domingo 8 de enero del 2023, poco m?s de dos a?os después del asalto en Washington, miles de seguidores del ultraderechista brasile?o Jair Bolsonaro invadieron el Congreso Nacional, el Tribunal Supremo y el Palacio Planalto, sede del Ejecutivo, en Brasilia, con el objetivo de pedir el derrocamiento de Inacio Lula da Silva, vencedor de las eleciones que le llevaron a tomar posesi?n del cargo hace tan solo una semana. Como en su d?a los trumpistas, los seguidores de Bolsonaro, jaleados por el propio capit?n retirado, no reconocieron el dictamen de las urnas.
El silencio de los instigadores
Al igual que hiciera Trump hace dos a?os, Bolsonaro, en Florida desde el pasado 1 de enero, también se desmarc? de los actos vand?licos cometidos por los asaltantes a los edificios que constituyen pilares democr?ticos. El republicano no solo no conden? los hechos sino que calific? a sus protagonistas de "inteligentes" aunque una larga y costosa investigaci?n concluyera que se encontraba a la sombra del asalto al Capitolio. Siendo todav?a presidente y desde la Casa Blanca, pronunci? un incendiario discurso instando a la sublevaci?n violenta al no reconocer la victoria de Biden.
Bolsonaro sali? al paso a través de Twitter de las acusaciones de Lula -que le acus? de orquestar el asalto al sistema democr?tico- pero es evidente que ha estado alimentando el descontento de su base desde su derrota. Abandon? la presidencia sin haber reconocido que perdi? en las elecciones, como el estadounidense hizo en su d?a.
Connivencia policial
Cuando miles de personas asaltaron el Capitolio hace dos a?os, poco o nada pudieron hacer los escasos efectivos que controlaban el acceso. La acusaci?n de connivencia policial con los manifestantes enseguida se puso sobre la mesa porque los refuerzos tardaron en llegar y nadie pod?a entender la falta de previsi?n en materia de seguridad. Los manifestante tuvieron tiempo de campar a sus anchas por el interior de las dependencias, hacerse fotos y destrozar a voluntad mobiliario y edificio.
En Brasilia, pese a que Lula ya hab?a jurado el cargo, el control de acceso a la plaza de los Tres Poderes depend?a de las autoridades del distrito federal, bajo control bolsonarista. El gobernador Ibaneis Rocha qued? en entredicho y en el punto de mira el exsecretario de Seguridad de la capital, Anderson Torres, que fue el ?ltimo ministro de esta cartera y de Justicia con Bolsonaro. Fue cesado de forma fulminante acusado de allanar el paso a los manifestantes.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/internacional/capitolio-instituciones-brasil-claves-asaltos-80871664)
El contexto
El 6 de enero de 2021, unas 10.000 personas, simpatizantes del presidente saliente de EEUU Donald Trump, se concentraron ante el Capitolio para denunciar irregularidades en las elecciones que alzaron al poder al dem?crata Joe Biden. Alrededor de un millar asaltaron con violencia el edificio que acoge al poder legislativo estadounidense con un balance de cinco muertos y decenas de heridos. La situaci?n qued? controlada tras duras cr?ticas a la polic?a por su falta de previsi?n ante la concentraci?n masiva.
El domingo 8 de enero del 2023, poco m?s de dos a?os después del asalto en Washington, miles de seguidores del ultraderechista brasile?o Jair Bolsonaro invadieron el Congreso Nacional, el Tribunal Supremo y el Palacio Planalto, sede del Ejecutivo, en Brasilia, con el objetivo de pedir el derrocamiento de Inacio Lula da Silva, vencedor de las eleciones que le llevaron a tomar posesi?n del cargo hace tan solo una semana. Como en su d?a los trumpistas, los seguidores de Bolsonaro, jaleados por el propio capit?n retirado, no reconocieron el dictamen de las urnas.
El silencio de los instigadores
Al igual que hiciera Trump hace dos a?os, Bolsonaro, en Florida desde el pasado 1 de enero, también se desmarc? de los actos vand?licos cometidos por los asaltantes a los edificios que constituyen pilares democr?ticos. El republicano no solo no conden? los hechos sino que calific? a sus protagonistas de "inteligentes" aunque una larga y costosa investigaci?n concluyera que se encontraba a la sombra del asalto al Capitolio. Siendo todav?a presidente y desde la Casa Blanca, pronunci? un incendiario discurso instando a la sublevaci?n violenta al no reconocer la victoria de Biden.
Bolsonaro sali? al paso a través de Twitter de las acusaciones de Lula -que le acus? de orquestar el asalto al sistema democr?tico- pero es evidente que ha estado alimentando el descontento de su base desde su derrota. Abandon? la presidencia sin haber reconocido que perdi? en las elecciones, como el estadounidense hizo en su d?a.
Connivencia policial
Cuando miles de personas asaltaron el Capitolio hace dos a?os, poco o nada pudieron hacer los escasos efectivos que controlaban el acceso. La acusaci?n de connivencia policial con los manifestantes enseguida se puso sobre la mesa porque los refuerzos tardaron en llegar y nadie pod?a entender la falta de previsi?n en materia de seguridad. Los manifestante tuvieron tiempo de campar a sus anchas por el interior de las dependencias, hacerse fotos y destrozar a voluntad mobiliario y edificio.
En Brasilia, pese a que Lula ya hab?a jurado el cargo, el control de acceso a la plaza de los Tres Poderes depend?a de las autoridades del distrito federal, bajo control bolsonarista. El gobernador Ibaneis Rocha qued? en entredicho y en el punto de mira el exsecretario de Seguridad de la capital, Anderson Torres, que fue el ?ltimo ministro de esta cartera y de Justicia con Bolsonaro. Fue cesado de forma fulminante acusado de allanar el paso a los manifestantes.
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