الريــم
01-08-2023, 02:12 PM
A una semana de haber retornado a la presidencia, Luiz Inacio Lula da Silva no solo intenta borrar las huellas m?s agraviantes del pasado bolsonarista sino de administrar los desaf?os de un presente marcado por la desigualdad en la relaci?n de fuerzas. El tercer mandato del exsindicalista comenz? en Brasilia bajo un sol radiante que permiti? iluminar mejor el poder de los s?mbolos diseminados. Lula recibi? los atributos de mando de un ni?o, un ind?gena, un negro, una mujer, un trabajador y un discapacitado: parte de los grandes perdedores durante el Gobierno de ultraderecha. "Una buena emoci?n lava el alma. Incluso sabiendo que puede ser ef?mera, que hay, detr?s de ella, una voluntad de creer en algo que puede no ser cierto", dijo Jorge Coli, columnista del diario Folha de San Pablo, sobre la fuerza inaugural que ha irradiado esa imagen.
El optimismo no admite sin embargo desmesuras. Pasados los d?as de euforia, los analistas volvieron a remarcar el parad?jico equilibrio pol?tico existente. Porque si bien Lula encabeza el Ejecutivo de una naci?n federal con mayores inclinaciones program?ticas y sentimentales hacia la izquierda, el Brasil federal se?ala rumbos m?s sinuosos: trece de sus 27 estados, entre ellos los m?s pr?speros y poblados, San Pablo, R?o de Janeiro y Minas, son administrados por la derecha. Algunos de sus gobernadores eran, al menos hasta el 1 de enero simpatizantes de Jair Bolsonaro. Las fuerzas conservadoras también cuentan con sendas mayor?as en ambas c?maras del Congreso, lo que obliga al Gobierno a negociaciones constantes y almibaradas con el centro pol?tico.
Primeros chispazos
Para ganarle al excapit?n del Ejército en el segundo turno, Lula cont? con la inestimable colaboraci?n de Simone Tebet, del moderado Movimiento Democr?tico Brasile?o (MDB), quien hab?a quedado en el primer lugar en el primer turno. El respaldo tuvo su premio: el ministerio de Planificaci?n y Presupuesto. Al asumir, el pasado jueves, Tebet hizo p?blicas "algunas discrepancias" con el titular de Econom?a, Fernando Haddad. Por el momento se ha tratado de una disidencia cordial.
Se estima que 281.000 brasile?os viven en la calle, un 38% m?s que cuando Bolsonaro lleg? a la presidencia. Entre 2021 y 2022, el n?mero de brasile?os endeudados ha aumentado en seis millones. Casi la mitad de los menores de 14 a?os es pobre, lo que supone un total de 20,3 millones de personas. El Gobierno ha forzado al Congreso para que abra el grifo del gasto p?blico que permita enfrentar las secuelas m?s urgentes de las pol?ticas que rigieron los ?ltimos cuatro a?os. Los analistas creen que existen mayor consenso entre los integrantes de un Gobierno heterogéneo para atender esos lastres. Una de las grandes pruebas m?s dif?ciles que deber? atravesar el presidente se relaciona con sus compromisos de revertir radicalmente las pol?ticas ambientales de la ultraderecha y promover la anunciada "deforestaci?n cero".
El papel de Marina Silva
Marina Silva, una hero?na de la lucha ecologista, fue ministra de Lula durante sus primeros Gobiernos. Rompi? con el l?der del Partido de los Trabajadores (PT) en 2008. El peligro de la reelecci?n de Bolsonaro volvi? a acercarlos. Ella se hizo cargo de la cartera de Medio Ambiente y Cambio Clim?tico el pasado miércoles. Brasil, dijo, tiene que cumplir el Acuerdo de Par?s para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 37% de cara a 2025. La ultraderecha no solo foment? la destrucci?n de los biomas. Su jactancia antiecol?gica supuso para ese pa?s un enorme desprestigio internacional que Silva se propone revertir lo m?s r?pido posible.
El rol del ministerio, sostuvo, "no es el de ser un obst?culo a las justas expectativas de desarrollo econ?mico y social de nuestra poblaci?n, sino el de un facilitador para orientar c?mo se pueden satisfacer esas demandas sin perjuicio de la necesaria protecci?n de nuestros recursos naturales", dijo al asumir. "Marina sabe que, del discurso a la pr?ctica, fluye un r?o del tama?o del Amazonas", se?al? Cristina Amorim, columnista de la revista Piaui. De acuerdo con M?riam Leit?o, del diario carioca O Globo, Silva sabe que "habr? un punto que traer? tensi?n" con otros ministerios, en especial el de Agricultura, timoneado por Carlos Favaro, un representante de los empresarios del sector. Lula, se estima, tendr? siempre la ?ltima palabra.
El frente militar
Bolsonaro hab?a convertido a las Fuerzas Armadas en cogobernantes. Con su derrota, debieron retornar a los cuarteles. La vuelta del PT al Gobierno ha provocado alergia en algunos de los excomandantes. El almirante Almir Garnier Santos se abstuvo de entregar el mando de la Marina al almirante Marcos Sampaio Olsen quien, para colmo, expres? su agradecimiento a Lula por la confianza y prometi? lealtad a las nuevas autorides.
Los militares tienen por estas horas un celo especial. Bolsonaro impuso un secreto de 100 a?os a las acciones realizadas durante su administraci?n por los uniformados. Lula prometi? levantar esa restricci?n, especialmente en lo que respecta al desastroso papel que desempe?? el general Eduardo Pazuello durante la pandemia mientras estuvo al frente del ministerio de Salud. La decisi?n del Gobierno de revisar su gesti?n, se?al? la analista Mal? Gaspar, provoca inquietud en las filas castrenses. Se teme que el conocimiento de la verdad no solo tenga el potencial de desgastar la figura del expresidente, que huy? a Estados Unidos, en medio de reclamos de que responda ante la Justicia, sino de las propias Fuerzas Armadas.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/internacional/lula-atrapado-anhelos-cambio-limites-80837266)
El optimismo no admite sin embargo desmesuras. Pasados los d?as de euforia, los analistas volvieron a remarcar el parad?jico equilibrio pol?tico existente. Porque si bien Lula encabeza el Ejecutivo de una naci?n federal con mayores inclinaciones program?ticas y sentimentales hacia la izquierda, el Brasil federal se?ala rumbos m?s sinuosos: trece de sus 27 estados, entre ellos los m?s pr?speros y poblados, San Pablo, R?o de Janeiro y Minas, son administrados por la derecha. Algunos de sus gobernadores eran, al menos hasta el 1 de enero simpatizantes de Jair Bolsonaro. Las fuerzas conservadoras también cuentan con sendas mayor?as en ambas c?maras del Congreso, lo que obliga al Gobierno a negociaciones constantes y almibaradas con el centro pol?tico.
Primeros chispazos
Para ganarle al excapit?n del Ejército en el segundo turno, Lula cont? con la inestimable colaboraci?n de Simone Tebet, del moderado Movimiento Democr?tico Brasile?o (MDB), quien hab?a quedado en el primer lugar en el primer turno. El respaldo tuvo su premio: el ministerio de Planificaci?n y Presupuesto. Al asumir, el pasado jueves, Tebet hizo p?blicas "algunas discrepancias" con el titular de Econom?a, Fernando Haddad. Por el momento se ha tratado de una disidencia cordial.
Se estima que 281.000 brasile?os viven en la calle, un 38% m?s que cuando Bolsonaro lleg? a la presidencia. Entre 2021 y 2022, el n?mero de brasile?os endeudados ha aumentado en seis millones. Casi la mitad de los menores de 14 a?os es pobre, lo que supone un total de 20,3 millones de personas. El Gobierno ha forzado al Congreso para que abra el grifo del gasto p?blico que permita enfrentar las secuelas m?s urgentes de las pol?ticas que rigieron los ?ltimos cuatro a?os. Los analistas creen que existen mayor consenso entre los integrantes de un Gobierno heterogéneo para atender esos lastres. Una de las grandes pruebas m?s dif?ciles que deber? atravesar el presidente se relaciona con sus compromisos de revertir radicalmente las pol?ticas ambientales de la ultraderecha y promover la anunciada "deforestaci?n cero".
El papel de Marina Silva
Marina Silva, una hero?na de la lucha ecologista, fue ministra de Lula durante sus primeros Gobiernos. Rompi? con el l?der del Partido de los Trabajadores (PT) en 2008. El peligro de la reelecci?n de Bolsonaro volvi? a acercarlos. Ella se hizo cargo de la cartera de Medio Ambiente y Cambio Clim?tico el pasado miércoles. Brasil, dijo, tiene que cumplir el Acuerdo de Par?s para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 37% de cara a 2025. La ultraderecha no solo foment? la destrucci?n de los biomas. Su jactancia antiecol?gica supuso para ese pa?s un enorme desprestigio internacional que Silva se propone revertir lo m?s r?pido posible.
El rol del ministerio, sostuvo, "no es el de ser un obst?culo a las justas expectativas de desarrollo econ?mico y social de nuestra poblaci?n, sino el de un facilitador para orientar c?mo se pueden satisfacer esas demandas sin perjuicio de la necesaria protecci?n de nuestros recursos naturales", dijo al asumir. "Marina sabe que, del discurso a la pr?ctica, fluye un r?o del tama?o del Amazonas", se?al? Cristina Amorim, columnista de la revista Piaui. De acuerdo con M?riam Leit?o, del diario carioca O Globo, Silva sabe que "habr? un punto que traer? tensi?n" con otros ministerios, en especial el de Agricultura, timoneado por Carlos Favaro, un representante de los empresarios del sector. Lula, se estima, tendr? siempre la ?ltima palabra.
El frente militar
Bolsonaro hab?a convertido a las Fuerzas Armadas en cogobernantes. Con su derrota, debieron retornar a los cuarteles. La vuelta del PT al Gobierno ha provocado alergia en algunos de los excomandantes. El almirante Almir Garnier Santos se abstuvo de entregar el mando de la Marina al almirante Marcos Sampaio Olsen quien, para colmo, expres? su agradecimiento a Lula por la confianza y prometi? lealtad a las nuevas autorides.
Los militares tienen por estas horas un celo especial. Bolsonaro impuso un secreto de 100 a?os a las acciones realizadas durante su administraci?n por los uniformados. Lula prometi? levantar esa restricci?n, especialmente en lo que respecta al desastroso papel que desempe?? el general Eduardo Pazuello durante la pandemia mientras estuvo al frente del ministerio de Salud. La decisi?n del Gobierno de revisar su gesti?n, se?al? la analista Mal? Gaspar, provoca inquietud en las filas castrenses. Se teme que el conocimiento de la verdad no solo tenga el potencial de desgastar la figura del expresidente, que huy? a Estados Unidos, en medio de reclamos de que responda ante la Justicia, sino de las propias Fuerzas Armadas.
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