الريــم
01-02-2023, 11:51 AM
Solo dos papas han visitado Galicia en toda la historia: Juan Pablo II,que vino en dos ocasiones, y Benedicto XVI. El papa Wojtyla peregrin? en el A?o Santo de 1982 y regres? a Compostela en 1989, con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud. Benedicto XVI puso el broche de oro al Xacobeo de 2010 en una visita que no fue tan multitudinaria como las de su predecesor, el “papa viajero”, pero que concit? a una multitud impresionante: 200.000 cat?licos de todo el pa?s y el extranjero acudieron a verle en una visita que dur? menos de ocho horas. Si Juan Pablo II reclam? a Europa reencontrarse con sus ra?ces cristianas, el mensaje de su sucesor fue un tir?n de orejas m?s acusado ante la secularizaci?n, y esta vez centrado en Espa?a.
Minutos antes de aterrizar en Galicia, Benedicto XVI mostr? en el avi?n que le llevaba a Santiago su preocupaci?n por “un movimiento laicista, anticlerical y agresivamente secularista” que se viv?a en Espa?a, situaci?n que equipar? con el clima “de los a?os 30”, previo al estallido de la Guerra Civil. Por ello, durante la eucarist?a que celebr? en la Praza do Obradoiro ante 6.000 personas, abog? por una “reevangelizaci?n” de Europa, pero “sobre todo de Espa?a”.“Deben abrirse a Dios; salir a su encuentro sin miedo”,proclam?. Transcurr?a la segunda legislatura de José Luis Rodr?guez Zapatero, que hab?a aprobado, entre otras leyes, la del matrimonio homosexual.
Mientras Benedicto XVI llegaba a tierras gallegas, Zapatero visitaba por sorpresa a las tropas espa?olas en Afganist?n. Ausente el presidente, ejerci? como delegado del jefe del Gobierno el vicepresidente Alfredo Pérez Rubalcaba. Mariano Rajoy, que en unos meses habr?a de suceder a Zapatero, fue otra de las autoridades que acudieron a aquel encuentro, adem?s del entonces presidente de la Xunta, Alberto N??ez Feij?o, su sucesor, Alfonso Rueda, el ministro de Fomento, José Blanco, y el también pol?tico socialista y gallego Francisco V?zquez, a la saz?n embajador de Espa?a ante la Santa Sede. Quien verdaderamente ejerci? de anfitri?n fue el entonces pr?ncipe Felipe, acompa?ado de la princesa Letizia. “Hai tempo que estas terras galegas, de xentes amables e hospitalarias, esperaban a vosa visita”, dijo el pr?ncipe Felipe al papa.
M?s informaci?n (Auto)
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“Aos amad?simos fillos de Galicia, de Catalu?a, e dos demais pobos de Espa?a”, bendijo Ratzinger en la lengua propia de Galicia. Y retom? el llamamiento de su predecesor en el papado: “También yo quisiera invitar a Espa?a y a Europa a edificar su presente y a proyectar su futuro desde la verdad auténtica del hombre,desde la libertad que respeta esa verdad y nunca la hiere,y deja la justicia para todos,comenzando por los m?s pobres y desvalidos”.
En su discurso en la catedral de Santiago, tras la bienvenida del arzobispo Juli?n Barrio, Benedicto XVI utiliz? también el gallego. Lo hizo al comienzo y al final de su intervenci?n. “P?dolle ao Alt?simo que vos conceda a todos a ousad?a que tivo Santiago para ser testemu?a de Cristo Resucitado, e as? permaneza des fieis nos cami?os da santidade e vos gastedes pola gloria de Deus e polo ben dos irm?ns m?is desamparados. Moitas gracias”, concluy?.
Benedicto XVI, que bes? la estatua del ap?stol y rez? ante sus restos en la cripta de la catedral compostelana, se puso la esclavina con la vieira, como un peregrino m?s, para saludar al gent?o que lo esperaba en el Obradoiro. Sigui? también la tradici?n de contemplar el balanceo del botafumeiro. El Sumo Pont?fice ayud? a colocar el incienso en su interior antes de que los tiraboleiros empezasen a tirar de las cuerdas que mueven el enorme incensario de metro y medio de altura.
Hab?an transcurrido 21 a?os desde la ?ltima visita papal, la de Juan Pablo II en 1989, pero la de Ratzinger result? menos multitudinaria que la de su carism?tico antecesor. Cuenta la cr?nica de FARO que, pese a que llegaron de toda Galicia 40.000 fieles en autobuses, furgonetas, coches y trenes, los doce kil?metros del recorrido papal no se llenaron. De hecho, en algunos tramos el n?mero de polic?as, distribuidos a ambos lados de la carretera y separados apenas diez metros entre s?, superaba al de las personas apostadas en las aceras.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sociedad/papa-denuncio-santiago-laicismo-agresivo-80599989)
Minutos antes de aterrizar en Galicia, Benedicto XVI mostr? en el avi?n que le llevaba a Santiago su preocupaci?n por “un movimiento laicista, anticlerical y agresivamente secularista” que se viv?a en Espa?a, situaci?n que equipar? con el clima “de los a?os 30”, previo al estallido de la Guerra Civil. Por ello, durante la eucarist?a que celebr? en la Praza do Obradoiro ante 6.000 personas, abog? por una “reevangelizaci?n” de Europa, pero “sobre todo de Espa?a”.“Deben abrirse a Dios; salir a su encuentro sin miedo”,proclam?. Transcurr?a la segunda legislatura de José Luis Rodr?guez Zapatero, que hab?a aprobado, entre otras leyes, la del matrimonio homosexual.
Mientras Benedicto XVI llegaba a tierras gallegas, Zapatero visitaba por sorpresa a las tropas espa?olas en Afganist?n. Ausente el presidente, ejerci? como delegado del jefe del Gobierno el vicepresidente Alfredo Pérez Rubalcaba. Mariano Rajoy, que en unos meses habr?a de suceder a Zapatero, fue otra de las autoridades que acudieron a aquel encuentro, adem?s del entonces presidente de la Xunta, Alberto N??ez Feij?o, su sucesor, Alfonso Rueda, el ministro de Fomento, José Blanco, y el también pol?tico socialista y gallego Francisco V?zquez, a la saz?n embajador de Espa?a ante la Santa Sede. Quien verdaderamente ejerci? de anfitri?n fue el entonces pr?ncipe Felipe, acompa?ado de la princesa Letizia. “Hai tempo que estas terras galegas, de xentes amables e hospitalarias, esperaban a vosa visita”, dijo el pr?ncipe Felipe al papa.
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“Aos amad?simos fillos de Galicia, de Catalu?a, e dos demais pobos de Espa?a”, bendijo Ratzinger en la lengua propia de Galicia. Y retom? el llamamiento de su predecesor en el papado: “También yo quisiera invitar a Espa?a y a Europa a edificar su presente y a proyectar su futuro desde la verdad auténtica del hombre,desde la libertad que respeta esa verdad y nunca la hiere,y deja la justicia para todos,comenzando por los m?s pobres y desvalidos”.
En su discurso en la catedral de Santiago, tras la bienvenida del arzobispo Juli?n Barrio, Benedicto XVI utiliz? también el gallego. Lo hizo al comienzo y al final de su intervenci?n. “P?dolle ao Alt?simo que vos conceda a todos a ousad?a que tivo Santiago para ser testemu?a de Cristo Resucitado, e as? permaneza des fieis nos cami?os da santidade e vos gastedes pola gloria de Deus e polo ben dos irm?ns m?is desamparados. Moitas gracias”, concluy?.
Benedicto XVI, que bes? la estatua del ap?stol y rez? ante sus restos en la cripta de la catedral compostelana, se puso la esclavina con la vieira, como un peregrino m?s, para saludar al gent?o que lo esperaba en el Obradoiro. Sigui? también la tradici?n de contemplar el balanceo del botafumeiro. El Sumo Pont?fice ayud? a colocar el incienso en su interior antes de que los tiraboleiros empezasen a tirar de las cuerdas que mueven el enorme incensario de metro y medio de altura.
Hab?an transcurrido 21 a?os desde la ?ltima visita papal, la de Juan Pablo II en 1989, pero la de Ratzinger result? menos multitudinaria que la de su carism?tico antecesor. Cuenta la cr?nica de FARO que, pese a que llegaron de toda Galicia 40.000 fieles en autobuses, furgonetas, coches y trenes, los doce kil?metros del recorrido papal no se llenaron. De hecho, en algunos tramos el n?mero de polic?as, distribuidos a ambos lados de la carretera y separados apenas diez metros entre s?, superaba al de las personas apostadas en las aceras.
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