الريــم
12-31-2022, 03:51 PM
Carlos Viscasillas Coronas desapareci? el 28 de diciembre de 1995 cuando iba de camino a un pub de A?nsa (Huesca), después de una larga jornada de trabajo en el hostal de sus padres. Tres d?as después fue hallado muerto en el interior de un pozo. Su asesinato permiti? desarticular una red de tr?fico de drogasen la comarca del Sobrarbe, pero no dar con el autor de un crimen que forma parte de la larga lista de casos sin resolver en Arag?n. Una vidente y un chicle en el lugar en el que apareci? el cad?ver llenaron de esperanzas a una familia que vio archivarse el caso hasta en tres ocasiones por falta de pruebas.
Eran las 23.30 horas del jueves previo a la Nochevieja. Carlos, un joven muy querido en el municipio oscense en el que su familia regentaba la pensi?n Pirineos, sali? del negocio y acudi? al bar La Parrilla, donde estuvo con otros j?venes de la localidad hasta que, solo, sali? en direcci?n al pub Cadillac. Nunca lleg? hasta all?.
La Guardia Civil activ? un amplio dispositivo para dar con su paradero. Trabajaban con la premisa de que este joven no pod?a haberse ido muy lejos pues no le gustaba subirse en coches que no eran conducidos por él. El rastreo no dio sus frutos hasta la ma?ana del 31, sobre las 09.30 horas, cuando dos cazadores de Bolta?a dieron aviso a la Benemérita de la presencia de sangre en la conocida finca del Doctor Pla. La vieron el s?bado por la tarde, si bien en un primer momento pensaron que pod?a tratarse de un jabal?. Su convencimiento cambi? cuando fueron conscientes de la alarma que se hab?a extendido en la zona.
Cuando los agentes del instituto armado se asomaron al pozo confirmaron el peor de los finales: Carlos Viscasillas yac?a muerto flotando sobre el agua. Cuando sacaron el cad?ver vieron que su cuerpo presentaba dos heridas de bala, una de ellas mortal. Fue un disparo a bocajarro. Tras matarle, el autor o autores salieron a toda marcha del lugar, imprimiendo en el suelo unos rodamientos de un todoterreno. También se dejaron un chicle mascado junto al pozo. El pozo en el que fue hallado el joven llevaba m?s de dos a?os sellado con unas chapas y un candado que fue roto para poder destaparlo. Las planchas met?licas que imped?an el uso del mismo estaba tiradas en un lateral.
Todo ello hizo suponer a los investigadores que el sospechoso era alguien de la zona. Tanto por el tipo de veh?culo empleado como por el conocimiento de dicho pozo. De hecho, el chalet, situado en el término municipal de Bolta?a y a tan solo dos kil?metros de A?nsa, es visible desde la carretera.
Examen forense
El primer revés del caso fue el mismo d?a del hallazgo. La intensa lluvia que cay? borr? las huellas que hab?a dejado el coche, no pudiendo ser analizadas como hubiera sido normal. No obstante, tras extraer el cad?ver, los investigadores vaciaron el pozo en busca de pruebas en el fondo del mismo.
La cara de esa moneda fue que tan solo transcurrieron tres d?as desde su desaparici?n al hallazgo del cad?ver, por lo que el cuerpo no se hab?a visto afectado por el agua sobre la que estaba. Esto permiti? que el forense que le realiz? la autopsia determinara que fue asesinado a las 01.30 horas de la madrugada del 29 de diciembre. Es decir, escasas horas después de que se le perdiera la pista a este joven ainsetano.
Pronto la Guardia Civil hipotetiz? que detr?s de este crimen podr?a estar un asunto de drogas. Los agentes encargados de las pesquisas llegaron a enterarse de que Carlos Viscasillas hab?a estado de vacaciones en Cuba unos meses antes de ser asesinado y que pag? parte del viaje con la venta de coca?na. Un negocio del que, al parecer, se quer?a salir, si bien no le dejaron. De hecho, el mismo d?a del crimen hubo un importante movimiento de diferentes sustancias en A?nsa y municipios adyacentes, especialmente venta de éxtasis.
El 10 de enero se produjeron las primeras detenciones. Fue al mismo tiempo que se hac?a una requisa de escopetas y armas en el municipio para que los especialistas en Bal?stica pudieran determinar si alguna de ellas fue empleada en el crimen. El resultado fue negativo.
La Guardia Civil lleg? a precisar de los servicios de una vidente
Hasta diez j?venes llegaron a ser arrestados por un delito contra la salud p?blica, si bien el ajuste de cuentas que sobrevolaba en las mentes de los investigadores no pudo comprobarse y, por tanto, ninguno de ellos fue detenido ni juzgado como autor del asesinato. Todos quedaron en libertad tras declarar en ese momento, no arrojando luz en relaci?n con la muerte de Carlos, amigo de alguno de ellos.
Aunque no se sentaron en el banquillo por el crimen, s? lo hicieron por el trapicheo de coca?na y éxtasis en la comarca de Sobrarbe. La Audiencia Provincial de Huesca conden?, en 1997, a un total de 16 a?os de prisi?n y una indemnizaci?n de 4 millones de las antiguas pesetas a nueve j?venes. De todos, destac? C. J. S. B., alias Epi, que durante el juicio reconoci? haber comprado a Carlos Viscasillas 14 gramos de coca?na procedente de un alijo comprado en el viaje a Cuba junto a tres amigos.
Tirar la toalla
El mismo d?a de la sentencia, la jueza de Bolta?a que instru?a el caso tiraba la toalla y daba por concluida la instrucci?n sin encontrar sospechosos. Antes de ese archivo, la Guardia Civil sorprendi? con el empleo de una vidente para ver si les arrojaba algo de luz. En concreto, recurrieron a los servicios de Montserrat Casona, quien acudi? al pozo acompa?ando a varios agentes.
All?, seg?n public? este diario en aquel mes de julio de 1996, la mujer entr? en trance y tuvo una visi?n del crimen: vio la intervenci?n de varias personas j?venes a las que lleg? a describir. No sirvi? de nada y eso que incluso llen? de esperanza a la familia de Viscasillas, que sinti? dolor en el primer portazo judicial que recibi? en 1997, reabriéndose a instancias de la familia en 1998, si bien volvi? a ser cerrado. Fue tal la desesperaci?n de los Viscasillas Coronas que llegaron incluso a pedir que el caso lo asumiera la Polic?a Nacional ante la falta de resultados del instituto armado. Pero este cuerpo benemérito nunca dej? de investigar y en 2002 despleg? la conocida operaci?n Moriscos que se?al? como supuesto autor del delito a Epi, aquel joven que dijo que la v?ctima le hab?a entregado coca?na.
Para los agentes hab?a suficientes indicios como para sentarle en el banquillo, pero la Fiscal?a decidi? no acusar entre otras cuestiones porque el ADN del chicle que apareci? junto al pozo no coincid?a con el de C. J. S. B. Al final el caso volvi? a sobreseerse, llegando el empe?o de saber quién mat? a Carlos Viscasillas al Tribunal Constitucional. All? la familia, representada por el abogado Enrique Trebolle, recibi? otro portazo. El crimen qued? sin autor?a conocida.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sucesos/crimen-ainsa-cadaver-pozo-vidente-chicle-adn-80558053)
Eran las 23.30 horas del jueves previo a la Nochevieja. Carlos, un joven muy querido en el municipio oscense en el que su familia regentaba la pensi?n Pirineos, sali? del negocio y acudi? al bar La Parrilla, donde estuvo con otros j?venes de la localidad hasta que, solo, sali? en direcci?n al pub Cadillac. Nunca lleg? hasta all?.
La Guardia Civil activ? un amplio dispositivo para dar con su paradero. Trabajaban con la premisa de que este joven no pod?a haberse ido muy lejos pues no le gustaba subirse en coches que no eran conducidos por él. El rastreo no dio sus frutos hasta la ma?ana del 31, sobre las 09.30 horas, cuando dos cazadores de Bolta?a dieron aviso a la Benemérita de la presencia de sangre en la conocida finca del Doctor Pla. La vieron el s?bado por la tarde, si bien en un primer momento pensaron que pod?a tratarse de un jabal?. Su convencimiento cambi? cuando fueron conscientes de la alarma que se hab?a extendido en la zona.
Cuando los agentes del instituto armado se asomaron al pozo confirmaron el peor de los finales: Carlos Viscasillas yac?a muerto flotando sobre el agua. Cuando sacaron el cad?ver vieron que su cuerpo presentaba dos heridas de bala, una de ellas mortal. Fue un disparo a bocajarro. Tras matarle, el autor o autores salieron a toda marcha del lugar, imprimiendo en el suelo unos rodamientos de un todoterreno. También se dejaron un chicle mascado junto al pozo. El pozo en el que fue hallado el joven llevaba m?s de dos a?os sellado con unas chapas y un candado que fue roto para poder destaparlo. Las planchas met?licas que imped?an el uso del mismo estaba tiradas en un lateral.
Todo ello hizo suponer a los investigadores que el sospechoso era alguien de la zona. Tanto por el tipo de veh?culo empleado como por el conocimiento de dicho pozo. De hecho, el chalet, situado en el término municipal de Bolta?a y a tan solo dos kil?metros de A?nsa, es visible desde la carretera.
Examen forense
El primer revés del caso fue el mismo d?a del hallazgo. La intensa lluvia que cay? borr? las huellas que hab?a dejado el coche, no pudiendo ser analizadas como hubiera sido normal. No obstante, tras extraer el cad?ver, los investigadores vaciaron el pozo en busca de pruebas en el fondo del mismo.
La cara de esa moneda fue que tan solo transcurrieron tres d?as desde su desaparici?n al hallazgo del cad?ver, por lo que el cuerpo no se hab?a visto afectado por el agua sobre la que estaba. Esto permiti? que el forense que le realiz? la autopsia determinara que fue asesinado a las 01.30 horas de la madrugada del 29 de diciembre. Es decir, escasas horas después de que se le perdiera la pista a este joven ainsetano.
Pronto la Guardia Civil hipotetiz? que detr?s de este crimen podr?a estar un asunto de drogas. Los agentes encargados de las pesquisas llegaron a enterarse de que Carlos Viscasillas hab?a estado de vacaciones en Cuba unos meses antes de ser asesinado y que pag? parte del viaje con la venta de coca?na. Un negocio del que, al parecer, se quer?a salir, si bien no le dejaron. De hecho, el mismo d?a del crimen hubo un importante movimiento de diferentes sustancias en A?nsa y municipios adyacentes, especialmente venta de éxtasis.
El 10 de enero se produjeron las primeras detenciones. Fue al mismo tiempo que se hac?a una requisa de escopetas y armas en el municipio para que los especialistas en Bal?stica pudieran determinar si alguna de ellas fue empleada en el crimen. El resultado fue negativo.
La Guardia Civil lleg? a precisar de los servicios de una vidente
Hasta diez j?venes llegaron a ser arrestados por un delito contra la salud p?blica, si bien el ajuste de cuentas que sobrevolaba en las mentes de los investigadores no pudo comprobarse y, por tanto, ninguno de ellos fue detenido ni juzgado como autor del asesinato. Todos quedaron en libertad tras declarar en ese momento, no arrojando luz en relaci?n con la muerte de Carlos, amigo de alguno de ellos.
Aunque no se sentaron en el banquillo por el crimen, s? lo hicieron por el trapicheo de coca?na y éxtasis en la comarca de Sobrarbe. La Audiencia Provincial de Huesca conden?, en 1997, a un total de 16 a?os de prisi?n y una indemnizaci?n de 4 millones de las antiguas pesetas a nueve j?venes. De todos, destac? C. J. S. B., alias Epi, que durante el juicio reconoci? haber comprado a Carlos Viscasillas 14 gramos de coca?na procedente de un alijo comprado en el viaje a Cuba junto a tres amigos.
Tirar la toalla
El mismo d?a de la sentencia, la jueza de Bolta?a que instru?a el caso tiraba la toalla y daba por concluida la instrucci?n sin encontrar sospechosos. Antes de ese archivo, la Guardia Civil sorprendi? con el empleo de una vidente para ver si les arrojaba algo de luz. En concreto, recurrieron a los servicios de Montserrat Casona, quien acudi? al pozo acompa?ando a varios agentes.
All?, seg?n public? este diario en aquel mes de julio de 1996, la mujer entr? en trance y tuvo una visi?n del crimen: vio la intervenci?n de varias personas j?venes a las que lleg? a describir. No sirvi? de nada y eso que incluso llen? de esperanza a la familia de Viscasillas, que sinti? dolor en el primer portazo judicial que recibi? en 1997, reabriéndose a instancias de la familia en 1998, si bien volvi? a ser cerrado. Fue tal la desesperaci?n de los Viscasillas Coronas que llegaron incluso a pedir que el caso lo asumiera la Polic?a Nacional ante la falta de resultados del instituto armado. Pero este cuerpo benemérito nunca dej? de investigar y en 2002 despleg? la conocida operaci?n Moriscos que se?al? como supuesto autor del delito a Epi, aquel joven que dijo que la v?ctima le hab?a entregado coca?na.
Para los agentes hab?a suficientes indicios como para sentarle en el banquillo, pero la Fiscal?a decidi? no acusar entre otras cuestiones porque el ADN del chicle que apareci? junto al pozo no coincid?a con el de C. J. S. B. Al final el caso volvi? a sobreseerse, llegando el empe?o de saber quién mat? a Carlos Viscasillas al Tribunal Constitucional. All? la familia, representada por el abogado Enrique Trebolle, recibi? otro portazo. El crimen qued? sin autor?a conocida.
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