الريــم
12-31-2022, 10:50 AM
Seg?n el r?nking m?s reciente de la revista ‘Rolling Stone’, Andrew James Summers (Blackpool, Inglaterra, 31 de diciembre de 1942) ocupa el puesto 85? entre los mejores guitarristas de la historia del rock, pero, como todo el mundo sabe, no hay 84 guitarristas m?s influyentes que Andy Summers en la historia del rock. Este hombre rubio, menudo y con un aire a Harpo Marx sopla velas el ?ltimo d?a del a?o y esta vez, cuesta creerlo, le caen los 80, raz?n feliz para celebrar al m?sico que con las seis cuerdas (y sus accesorios tecnol?gicos) cre? el sonido de The Police, uno de los grupos m?s importantes, caracter?sticos y populares de su momento, y hasta hoy.
Summers, nacido en plena guerra mundial de un padre destinado en la RAF y una madre que trabajaba en una f?brica de bombas, fue el hermano mayor del tr?o que si bien conquist? ventas y listas de éxitos, nunca disfrut? del pulgar en alto de la cr?tica. Claro, eran unos farsantes que aprovecharon el alboroto del punk y la posterior 'new wave' para te?irse el pelo de rubio platino, enguarrar unas cuantas canciones de menos de dos minutos y subirse a la cresta.
El conflicto con Padovani
Carec?an de cierto pedigr? que exig?an los tiempos: hab?a que ser auténtico y tocar mal, circunstancia esta ?ltima que no se daba en ninguno de los tres miembros de la banda. Sting (bajo, voz) proven?a del jazz, Stewart Copeland (bater?a) ten?a estudios musicales y un pasado del que renegar en grupos hippies, y el trotad?simo Summers (una década m?s viejo que los otros dos) se hab?a formado en la guitarra cl?sica y, anatema definitivo, ejecutaba solos de cinco minutos con los Animals de Eric Burdon.
En una época en la que cada semana se formaban cien grupos en Londres y costaba abrirse camino, The Police no lo tuvo f?cil: conciertos ante cuatro gatos en antros pestilentes donde reinaba el escupitajo y, por supuesto, nulas ventas de discos. Por si faltaba un pelo en esa sopa de miseria y dudas, en la alineaci?n pionera el guitarrista era otro, Henri Padovani, un corso que se pasaba de punk. Es decir, actitud le sobraba, pero tocaba demasiado mal, y as? no iban a ninguna parte. Sting atesoraba composiciones llenas de potencial que necesitaban manos diestras, notas enriquecedoras, chispas que sobresalieran. Hola, Andy.
Estrictamente hablando, Summers fue responsable de la marcha de Padovani, pero como se pregunta ret?ricamente en sus memorias (‘El tren que no perd?’, editorial Global Rhythm, 2006), ?de d?nde exactamente tuvo que irse el corso? ?de un grupo que no era absolutamente nada? “Sting y Stewart est?n en el campo de batalla con un tipo cuya espada no es tan cortante como ellos necesitan”, escribe Summers. Todos ve?an cu?l era el flanco débil de aquel proyecto y, con los a?os, todos aceptaron que con aquel hombre a la guitarra The Police habr?a cumplido a rajatabla uno de los esl?ganes de la época: “No future”.
Los acordes con cejilla
Summers, que se hab?a codeado con Eric Clapton y hasta con Jimi Hendrix, con quien intercambi? unos guitarrazos en un encuentro en un estudio, se hizo con el puesto porque era un m?sico con una idea directa que cas? como anillo al dedo con lo que urd?a Sting. “Los acordes t?picos con cejilla que se utilizan en el pop o el rock –sentencia en su libro– me parecen muertos, carentes del menor asomo de ambigüedad: el acorde con cejilla es el sonido de una habitaci?n con todas las puertas y ventanas cerradas”.
?branse debates sobre el uso de la cejilla, pero el hecho es que Sting iba con la robusta carrocer?a de ‘Roxanne’, ‘So Lonely’, ‘Message in a Bottle’ o ‘Walking on the Moon’ y Summers les daba una gracia que las convert?a en bazas ganadoras. Las mejoraba con un estilo luego profusamente imitado. Cre? -y ah? est? la clave de su relevancia en la historia- un sonido. Y eso que aterriz? receloso tanto en la banda como en el cicl?n punk, algo que en un principio ve?a como una erupci?n m?s de gamberros con exceso de anfetaminas de los que musicalmente le separaba un abismo: “Procedo de otra época y todav?a me aferro est?pidamente a valores burgueses como el de querer dominar mi puto instrumento”.
Desde luego, ten?a destreza, forjada desde la guitarra con la que ech? los primeros callos en los dedos, una espa?ola que le regal? su t?o a los 10 a?os, hasta la que lo consagr? con The Police, una vieja Fender Telecaster de 1961 modificada con una pastilla Gibson de doble bobina, asunto este decisivo en el sonido resultante, no se crean. Se la compr? por 200 d?lares en Los ?ngeles a un chaval en apuros econ?micos cuando él mismo apenas iba tirando, en permanente quiebra técnica, dando clases a tanto la hora. “Podr?a decir que hoy vale un mill?n de d?lares, pero ser?a como regalar mi alma. Esa guitarra me cambi? la vida”. No menos capital fue la incorporaci?n de un pedal Echoplex que aport? los ecos y reverberaciones que acabaron de remachar el ‘sello Police’, y m?s adelante se colg? una Stratocaster roja con la que acab? sus d?as en la carretera.
Ver esta publicaci?n en Instagram
(https://www.instagram.com/reel/CmkRvnjsIDu/?utm_source=ig_embed&utm_campaign=loading)Una publicaci?n compartida de Andy Summers (@andysummers_official) (https://www.instagram.com/reel/CmkRvnjsIDu/?utm_source=ig_embed&utm_campaign=loading)
El triunfo, con cantidades siderales de discos vendidos y cientos de conciertos en lugares hasta los que el rock no se acercaba entonces (Egipto, India, Hong Kong), adem?s de un llenazo en el Shea Stadium de Nueva York inédito desde los Beatles, les cost? “millones de kil?metros y tres matrimonios”. Eran los tiempos en los que casi todo el mundo les re?a las gracias, hasta el extremo de que una cosa llamada ‘Behind my camel’ que Summers inconcebiblemente logr? colar en el ?lbum ‘Zenyatta Mondatta’ fue premiada con el Grammy a mejor pieza instrumental del rock.
El origen de 'Every breath you take'
Pero el magma era propicio para celos y peleas no solo conyugales, sino en el seno del tr?o, con Sting acaudill?ndose cada d?a un poco m?s. Se acabaron separando en 1984 después de cinco ?lbumes soberbios y un sinf?n de hits, singularmente la inefable ‘Every breath you take’, que si bien lleva la firma del cantante la conocemos como la conocemos gracias a la inspiraci?n de Summers. Sting hab?a grabado la maqueta con un ?rgano Hammond que poco ten?a que ver con el marchamo del grupo. Le dieron muchas vueltas en el estudio, no sin acaloradas discusiones porque atravesaban un pico alto de inquinas cruzadas, hasta que Summers cogi? el toro por los cuernos y grab? la pista que convertir?a el tema en el monstruoso éxito que a?n es.
Sepultados por el tiempo los resentimientos, en 2007 The Police regres? con una gira mundial de 150 conciertos que orde?? la nostalgia y les hizo ganar un mill?n de d?lares cada noche. “Pero un mill?n para cada uno”, ha precisado Summers en alguna ocasi?n. El estadio ol?mpico de Barcelona fue la ?nica escala espa?ola de aquel 'tour'.
Al cabo de la aventura de su vida, Summers se entreg? a discos en solitario o con viejos compinches, como Robert Fripp, y también a la fotograf?a, con la que ha publicado varios libros y montado exposiciones. Se volvi? a casar con Kate, la mujer de la que se hab?a divorciado en plena borrachera de éxito, y reside en California, aunque para poco en casa, a la vista de sus activas redes sociales que lo ubican aqu? y all? permanentemente. Hace unas semanas pas? por C?ceres y le pidi? prestada la guitarra a un m?sico callejero para unos compases, y ahora se ha enredado con unos italianos, 40 Fingers, para grabar una versi?n de ‘Bring on the night’. Sigue en marcha a los 80, siempre afinado. Hasta la ?ltima nota.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/cultura/andy-summers-mito-the-police-80551968)
Summers, nacido en plena guerra mundial de un padre destinado en la RAF y una madre que trabajaba en una f?brica de bombas, fue el hermano mayor del tr?o que si bien conquist? ventas y listas de éxitos, nunca disfrut? del pulgar en alto de la cr?tica. Claro, eran unos farsantes que aprovecharon el alboroto del punk y la posterior 'new wave' para te?irse el pelo de rubio platino, enguarrar unas cuantas canciones de menos de dos minutos y subirse a la cresta.
El conflicto con Padovani
Carec?an de cierto pedigr? que exig?an los tiempos: hab?a que ser auténtico y tocar mal, circunstancia esta ?ltima que no se daba en ninguno de los tres miembros de la banda. Sting (bajo, voz) proven?a del jazz, Stewart Copeland (bater?a) ten?a estudios musicales y un pasado del que renegar en grupos hippies, y el trotad?simo Summers (una década m?s viejo que los otros dos) se hab?a formado en la guitarra cl?sica y, anatema definitivo, ejecutaba solos de cinco minutos con los Animals de Eric Burdon.
En una época en la que cada semana se formaban cien grupos en Londres y costaba abrirse camino, The Police no lo tuvo f?cil: conciertos ante cuatro gatos en antros pestilentes donde reinaba el escupitajo y, por supuesto, nulas ventas de discos. Por si faltaba un pelo en esa sopa de miseria y dudas, en la alineaci?n pionera el guitarrista era otro, Henri Padovani, un corso que se pasaba de punk. Es decir, actitud le sobraba, pero tocaba demasiado mal, y as? no iban a ninguna parte. Sting atesoraba composiciones llenas de potencial que necesitaban manos diestras, notas enriquecedoras, chispas que sobresalieran. Hola, Andy.
Estrictamente hablando, Summers fue responsable de la marcha de Padovani, pero como se pregunta ret?ricamente en sus memorias (‘El tren que no perd?’, editorial Global Rhythm, 2006), ?de d?nde exactamente tuvo que irse el corso? ?de un grupo que no era absolutamente nada? “Sting y Stewart est?n en el campo de batalla con un tipo cuya espada no es tan cortante como ellos necesitan”, escribe Summers. Todos ve?an cu?l era el flanco débil de aquel proyecto y, con los a?os, todos aceptaron que con aquel hombre a la guitarra The Police habr?a cumplido a rajatabla uno de los esl?ganes de la época: “No future”.
Los acordes con cejilla
Summers, que se hab?a codeado con Eric Clapton y hasta con Jimi Hendrix, con quien intercambi? unos guitarrazos en un encuentro en un estudio, se hizo con el puesto porque era un m?sico con una idea directa que cas? como anillo al dedo con lo que urd?a Sting. “Los acordes t?picos con cejilla que se utilizan en el pop o el rock –sentencia en su libro– me parecen muertos, carentes del menor asomo de ambigüedad: el acorde con cejilla es el sonido de una habitaci?n con todas las puertas y ventanas cerradas”.
?branse debates sobre el uso de la cejilla, pero el hecho es que Sting iba con la robusta carrocer?a de ‘Roxanne’, ‘So Lonely’, ‘Message in a Bottle’ o ‘Walking on the Moon’ y Summers les daba una gracia que las convert?a en bazas ganadoras. Las mejoraba con un estilo luego profusamente imitado. Cre? -y ah? est? la clave de su relevancia en la historia- un sonido. Y eso que aterriz? receloso tanto en la banda como en el cicl?n punk, algo que en un principio ve?a como una erupci?n m?s de gamberros con exceso de anfetaminas de los que musicalmente le separaba un abismo: “Procedo de otra época y todav?a me aferro est?pidamente a valores burgueses como el de querer dominar mi puto instrumento”.
Desde luego, ten?a destreza, forjada desde la guitarra con la que ech? los primeros callos en los dedos, una espa?ola que le regal? su t?o a los 10 a?os, hasta la que lo consagr? con The Police, una vieja Fender Telecaster de 1961 modificada con una pastilla Gibson de doble bobina, asunto este decisivo en el sonido resultante, no se crean. Se la compr? por 200 d?lares en Los ?ngeles a un chaval en apuros econ?micos cuando él mismo apenas iba tirando, en permanente quiebra técnica, dando clases a tanto la hora. “Podr?a decir que hoy vale un mill?n de d?lares, pero ser?a como regalar mi alma. Esa guitarra me cambi? la vida”. No menos capital fue la incorporaci?n de un pedal Echoplex que aport? los ecos y reverberaciones que acabaron de remachar el ‘sello Police’, y m?s adelante se colg? una Stratocaster roja con la que acab? sus d?as en la carretera.
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El triunfo, con cantidades siderales de discos vendidos y cientos de conciertos en lugares hasta los que el rock no se acercaba entonces (Egipto, India, Hong Kong), adem?s de un llenazo en el Shea Stadium de Nueva York inédito desde los Beatles, les cost? “millones de kil?metros y tres matrimonios”. Eran los tiempos en los que casi todo el mundo les re?a las gracias, hasta el extremo de que una cosa llamada ‘Behind my camel’ que Summers inconcebiblemente logr? colar en el ?lbum ‘Zenyatta Mondatta’ fue premiada con el Grammy a mejor pieza instrumental del rock.
El origen de 'Every breath you take'
Pero el magma era propicio para celos y peleas no solo conyugales, sino en el seno del tr?o, con Sting acaudill?ndose cada d?a un poco m?s. Se acabaron separando en 1984 después de cinco ?lbumes soberbios y un sinf?n de hits, singularmente la inefable ‘Every breath you take’, que si bien lleva la firma del cantante la conocemos como la conocemos gracias a la inspiraci?n de Summers. Sting hab?a grabado la maqueta con un ?rgano Hammond que poco ten?a que ver con el marchamo del grupo. Le dieron muchas vueltas en el estudio, no sin acaloradas discusiones porque atravesaban un pico alto de inquinas cruzadas, hasta que Summers cogi? el toro por los cuernos y grab? la pista que convertir?a el tema en el monstruoso éxito que a?n es.
Sepultados por el tiempo los resentimientos, en 2007 The Police regres? con una gira mundial de 150 conciertos que orde?? la nostalgia y les hizo ganar un mill?n de d?lares cada noche. “Pero un mill?n para cada uno”, ha precisado Summers en alguna ocasi?n. El estadio ol?mpico de Barcelona fue la ?nica escala espa?ola de aquel 'tour'.
Al cabo de la aventura de su vida, Summers se entreg? a discos en solitario o con viejos compinches, como Robert Fripp, y también a la fotograf?a, con la que ha publicado varios libros y montado exposiciones. Se volvi? a casar con Kate, la mujer de la que se hab?a divorciado en plena borrachera de éxito, y reside en California, aunque para poco en casa, a la vista de sus activas redes sociales que lo ubican aqu? y all? permanentemente. Hace unas semanas pas? por C?ceres y le pidi? prestada la guitarra a un m?sico callejero para unos compases, y ahora se ha enredado con unos italianos, 40 Fingers, para grabar una versi?n de ‘Bring on the night’. Sigue en marcha a los 80, siempre afinado. Hasta la ?ltima nota.
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