الريــم
12-30-2022, 06:51 PM
Jair Bolsonaro se despide del poder como una sombra grotesca del excapit?n del Ejército que, agitando con su mano una pistola imaginaria, se propuso refundar Brasil. El presidente ultraderechista que abusaba frente a las c?maras y en las redes sociales de una locuacidad tan provocadora como desenfrenada, se llam? a un silencio casi monacal desde que fue derrotado en las urnas por Luiz In?cio 'Lula' da Silva. Bolsonaro ha actuado con despecho. No solo se ha negado a darle a su sucesor los atributos de mando. Tampoco estar? presente en Brasilia en el momento en que comience a hablarse en pasado del Gobierno de ultraderecha. El 'Mito', como lo han llamado sus seguidores durante los d?as que cre?a sentirse bendecido por los astros, apenas ha tomado la palabra en las v?speras de la toma de posesi?n de Lula (https://www.sport.es/es/noticias/internacional/lula-prepara-iniciar-tercera-presidencia-80532322), solo para hablar de f?tbol y decretar el luto nacional por la muerte de Pelé.
Parece no haber mejor destino para Bolsonaro que las regiones m?s trumpistas de Estados Unidos. En principio se quedar?a en Florida, preferentemente en Orlando. El excapit?n buscar? consuelo entre sus semejantes norteamericanos. El bolsonarismo m?s radical, que representa un 15% de su base electoral, hab?a esperado actos de mayor osad?a de parte de su l?der y que llevara la tensi?n institucional hasta las ?ltimas consecuencias, como lo hizo Donald Trump. En un punto, Bolsonaro debi? desconcertar a sus seguidores m?s exaltados cuando deleg? en el ministro de la Casa Civil, Ciro Nogueira, la responsabilidad de la transici?n. El mandatario apenas se pleg?, sin sus acostumbradas estridencias, a la impugnaci?n de los resultados electorales de la ultraderecha. El m?ximo tribunal desestim? la petici?n y el todav?a presidente cerr? la boca para rumiar su frustraci?n en soledad.
D?as de depresi?n y llanto
En silencio, nunca dej? de esperar acontecimientos que frenaran el retorno de la izquierda al Gobierno. Acaso una multitud rabiosa capaz de alterar el curso de la historia y empujar a las Fuerzas Armadas a la acci?n. "Los amigos e interlocutores m?s cercanos est?n preocupados. En sus ?ltimos d?as en el Planalto, el presidente parece haber perdido conexi?n con la realidad, y haberse sumergido de cabeza en un mundo paralelo. Como en trance, ha creado su propia narraci?n de los acontecimientos que le rodean", se?al? Carlos José Marques en una columna publicada por la revista Istoé, sobre las ?ltimas horas como jefe de Estado. "Muestra signos de un estado depresivo cr?nico que le lleva a llorar copiosamente en cualquier momento", a?adi?.
En ese estado de "insania", como lo defini? Marques, Bolsonaro se ha retirado de Brasilia antes de que llegaran los nuevos ocupantes. "El dolor y la humillaci?n de la derrota suelen mitigarse cuando la liturgia del relevo se lleva a cabo con rigor y dignidad. Esto no es, desde luego, lo que estamos presenciando", remarc? Marcos Azambuja, columnista del diario carioca O Globo. "Obedecer a un ceremonial probado consuela a los que se van y ayuda a moderar la exuberancia de los que llegan. Sobre todo, permite cerrar un cap?tulo de forma digna y que la vida contin?e. Bolsonaro -con su silencio y virtual reclusi?n- hace persistir una intensa inquietud sobre sus verdaderos sentimientos e intenciones. As?, siguen vivas las esperanzas ileg?timas de muchos de sus seguidores, que contin?an en la puerta de los cuarteles o en espacios religiosos, con la esperanza de provocar una intervenci?n militar, o incluso divina".
El peso de la herencia
"No entregar? la banda presidencial a Lula. Es una cuesti?n interesante determinar si se trata de un ?ltimo ataque simb?lico a la democracia, un problema de cuna (mala educaci?n), una huida o una combinaci?n de las tres cosas. Una cosa mal resuelta por las democracias es el alcance del blindaje judicial concedido a los jefes de Gobierno o a los jefes de Estado", consider? por su parte uno de los habituales comentaristas de Folha de Sao Paulo, Hélio Schwartsman.
El inventario de la era Bolsonaro comienza a realizarse en medio de este azoramiento y no se descarta que la justicia comience a tomar cartas en el asunto m?s temprano que tarde. Lula habl? de una herencia calamitosa en todos los ?rdenes. D?as antes del cambio de mando, la polic?a federal concluy? que el excapit?n viol? la paz p?blica al difundir de manera "voluntaria" y "consciente" noticias falsas que relacionaban a la vacuna contra el covid con el riesgo de contraer sida, adem?s de alentar a las personas a no usar m?scaras protectoras. La pandemia, que en un principio fue ridiculizada por el presidente, al punto de calificarla de "gripecita", ha dejado casi 700.000 muertos.
Bolsonaro se ha ido del Gobierno, pero permanece en Brasil el bolsonarismo. Los analistas estiman y lamentan que esa franja iracunda de la sociedad ha llegado para quedarse. En estos momentos, es una inc?gnita qué har? en adelante el excapit?n. Su mutismo va por ahora a contramano de cualquier intento de preservar el capital pol?tico acumulado en las urnas.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/internacional/grotesca-despedida-bolsonaro-80532517)
Parece no haber mejor destino para Bolsonaro que las regiones m?s trumpistas de Estados Unidos. En principio se quedar?a en Florida, preferentemente en Orlando. El excapit?n buscar? consuelo entre sus semejantes norteamericanos. El bolsonarismo m?s radical, que representa un 15% de su base electoral, hab?a esperado actos de mayor osad?a de parte de su l?der y que llevara la tensi?n institucional hasta las ?ltimas consecuencias, como lo hizo Donald Trump. En un punto, Bolsonaro debi? desconcertar a sus seguidores m?s exaltados cuando deleg? en el ministro de la Casa Civil, Ciro Nogueira, la responsabilidad de la transici?n. El mandatario apenas se pleg?, sin sus acostumbradas estridencias, a la impugnaci?n de los resultados electorales de la ultraderecha. El m?ximo tribunal desestim? la petici?n y el todav?a presidente cerr? la boca para rumiar su frustraci?n en soledad.
D?as de depresi?n y llanto
En silencio, nunca dej? de esperar acontecimientos que frenaran el retorno de la izquierda al Gobierno. Acaso una multitud rabiosa capaz de alterar el curso de la historia y empujar a las Fuerzas Armadas a la acci?n. "Los amigos e interlocutores m?s cercanos est?n preocupados. En sus ?ltimos d?as en el Planalto, el presidente parece haber perdido conexi?n con la realidad, y haberse sumergido de cabeza en un mundo paralelo. Como en trance, ha creado su propia narraci?n de los acontecimientos que le rodean", se?al? Carlos José Marques en una columna publicada por la revista Istoé, sobre las ?ltimas horas como jefe de Estado. "Muestra signos de un estado depresivo cr?nico que le lleva a llorar copiosamente en cualquier momento", a?adi?.
En ese estado de "insania", como lo defini? Marques, Bolsonaro se ha retirado de Brasilia antes de que llegaran los nuevos ocupantes. "El dolor y la humillaci?n de la derrota suelen mitigarse cuando la liturgia del relevo se lleva a cabo con rigor y dignidad. Esto no es, desde luego, lo que estamos presenciando", remarc? Marcos Azambuja, columnista del diario carioca O Globo. "Obedecer a un ceremonial probado consuela a los que se van y ayuda a moderar la exuberancia de los que llegan. Sobre todo, permite cerrar un cap?tulo de forma digna y que la vida contin?e. Bolsonaro -con su silencio y virtual reclusi?n- hace persistir una intensa inquietud sobre sus verdaderos sentimientos e intenciones. As?, siguen vivas las esperanzas ileg?timas de muchos de sus seguidores, que contin?an en la puerta de los cuarteles o en espacios religiosos, con la esperanza de provocar una intervenci?n militar, o incluso divina".
El peso de la herencia
"No entregar? la banda presidencial a Lula. Es una cuesti?n interesante determinar si se trata de un ?ltimo ataque simb?lico a la democracia, un problema de cuna (mala educaci?n), una huida o una combinaci?n de las tres cosas. Una cosa mal resuelta por las democracias es el alcance del blindaje judicial concedido a los jefes de Gobierno o a los jefes de Estado", consider? por su parte uno de los habituales comentaristas de Folha de Sao Paulo, Hélio Schwartsman.
El inventario de la era Bolsonaro comienza a realizarse en medio de este azoramiento y no se descarta que la justicia comience a tomar cartas en el asunto m?s temprano que tarde. Lula habl? de una herencia calamitosa en todos los ?rdenes. D?as antes del cambio de mando, la polic?a federal concluy? que el excapit?n viol? la paz p?blica al difundir de manera "voluntaria" y "consciente" noticias falsas que relacionaban a la vacuna contra el covid con el riesgo de contraer sida, adem?s de alentar a las personas a no usar m?scaras protectoras. La pandemia, que en un principio fue ridiculizada por el presidente, al punto de calificarla de "gripecita", ha dejado casi 700.000 muertos.
Bolsonaro se ha ido del Gobierno, pero permanece en Brasil el bolsonarismo. Los analistas estiman y lamentan que esa franja iracunda de la sociedad ha llegado para quedarse. En estos momentos, es una inc?gnita qué har? en adelante el excapit?n. Su mutismo va por ahora a contramano de cualquier intento de preservar el capital pol?tico acumulado en las urnas.
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