الريــم
12-25-2022, 04:13 PM
Fueron muy pocos los ciudadanos del espacio postsoviético que se fueron a la cama en*la cr?tica noche*del 23 al 24 de febrero pasado, en especial, en Rusia y Ucrania, las dos rep?blicas que hasta hac?a solo tres décadas integraban, unidas, el coraz?n y el alma de la URSS, el segundo estado m?s poderoso del mundo. En cuesti?n de horas, el tono de voz de*Yevhén Fedchenko, periodista ucraniano al frente de*StopFake, una web especializada en desmontar los bulos lanzados desde Mosc?, hab?a cambiado radicalmente, torn?ndose*sombr?o*e*inquieto. "Es muy probable que el ataque se produzca esta misma noche, estoy pensando a d?nde ir con mi familia", admit?a resignado, después de haber pronosticado durante semanas que el Kremlin se limitaba a jugar una*partida de p?ker,*y que todo lo m?s que esperaba eran*escaramuzas armadas*contra territorio ucraniano.
En Mosc?, al otro lado de la frontera, se estaban produciendo escenas similares, pese a que, en teor?a, Rusia era el Goliat del conflicto en ciernes, la potencia invasora, y no el Estado a punto de ser atacado. All? también se hab?a desencadenado una*epidemia de insomnio*entre la ciudadan?a, con frenéticos intercambios*de mensajes*a través de whatsapp y otras redes sociales acerca de lo que suceder?a en las siguientes horas. "?Sal inmediatamente de Rusia!; todo va a cambiar r?pidamente, ma?ana puede ser ya tarde", fue el texto que recibi?*Vitali Ilin, un fot?grafo de publicidad, enviado desde Argentina por una pareja de amigos gays que hac?a poco hab?an emigrado a Latinoamérica ante la*rampante homofobia*impulsada desde el Estado ruso.
Matices de pa?s agresor y pa?s agredido aparte, la situaci?n de Yevhén y Vitali guardaba muchos paralelismos. El primero miraba al cielo para ver de d?nde pod?an proceder las bombas, o por donde pod?an comenzar a atacar los*Mig de combate rusos, para emprender la huida en direcci?n contraria. El segundo observaba a su alrededor para identificar posibles signos que confirmasen lo que le hab?an advertido sus amigos desde la lejan?a: que el pa?s estaba efectivamente a punto de mutar en ese*asfixiante y represivo Estado estalinista*de anta?o, lo que le obligaba a seguir su ejemplo, tomar las de Villadiego y salir de Rusia casi con lo puesto. Eso s?. Tanto uno como otro percib?an, en estas*horas inmediatamente anteriores a la invasi?n,*que la existencia que hab?an conocido hasta ahora estaba a punto de volverse del revés*como un calcet?n, y que a partir de aquel momento, nada, absolutamente nada, volver?a a ser igual.
La hora fat?dica
A eso de las 5.00 de la madrugada,*todas las incertidumbres*se despejaron. Las agencias de noticias comenzaron a rejitar*boletines de guerra, informando de ataques coordinados con misiles y aviaci?n lanzados desde Rusia contra varios objetivos civiles y militares*en Ucrania, mientras columnas de blindados cruzaban la frontera y avanzaban en territorio ucraniano a gran velocidad desde tres direcciones: el norte, concretamente desde la frontera bielorrusa,*Crimea, desde el sur y la*provincia de Belg?rod, desde el noreste, a medio centenar de kil?metros de*J?rkov, la segunda ciudad ucraniana.
Con las primeras bombas, llegaron las primeras explicaciones.*Vlad?mir Putin, un presidente llegado al poder en el ?ltimo d?a del siglo pasado y aupado por otro conflicto armado, -las segunda guerra de Chechenia, con decenas de miles de muertos-*sali? de inmediato a la palestra*para justificar esta nueva aventura bélica en la que hab?a embarcado a su pa?s. Desde su despacho en el*Kremlin,*con el rostro tenso y la mirada llena de rencor hacia ese Occidente que prevaleci? ante su disuelto Estado en las*postrimer?as del siglo pasado, el antiguo agente del KGB estacionado en la difunta Alemania Oriental pronunci? un discurso repleto de referencias hist?ricas y en el que daba a entender que lo que buscaba con esta nueva guerra era precisamente eso, revertir la derrota soviética durante la*Guerra Fr?a*del siglo XX: "El colapso de la Uni?n Soviética llev? a una redivisi?n del mundo, y de las normas de derecho internacional que se hab?an desarrollado hasta ese momento; las normas que fueron adoptadas después de la*Segunda Guerra Mundial*y que formalizaron sus resultados se interpusieron en el camino de aquéllos que se autoproclamaron a s? mismos como vencedores en la Guerra Fr?a".
Convencido de que todo iba a resolverse en favor de Mosc? en cuesti?n de d?as, no dudo en calificar de "Junta" al Gobierno ucraniano, en tildar de "nazi" a su presidente*Volod?mir Zelenski, de confesi?n jud?a y elegido tres a?os antes en unas elecciones con*m?s del 70% de los votos, y en instar a las tropas ucranianas a "no dar cumplimiento a las ?rdenes" emanadas desde Kiev, es decir, a amotinarse.
Poco tardar?a en demostrarse que la Ucrania que ten?a en mente el l?der del Kremlin cuando pronunci? su*belicoso discurso de inicio de hostilidades*se daba literalmente de coces con la*Ucrania real*que desde hac?a a?os exist?a*sobre el terreno. Transcurridas*tan solo 24 horas*desde la madrugadora proclamaci?n bélica, Svetlana, una joven ucraniana de habla rusa originaria de J?rkov y que no mencion? su nombre real, deambulaba, visiblemente azorada, por el restaurante del*hotel Lviv, en la céntrica avenida*Viacheslav Chornovol*de la ciudad hom?nima, intentando renovar fuerzas y recuperarse de los sobresaltos de las primeras horas de guerra con un plato de viandas ofrecidas en el bufet de desayuno. Adem?s de las recurrentes alertas aéreas y los comercios cerrados a cal y canto, la guerra ya se hac?a sentir en*la capital del oeste de Ucrania,*m?s concretamente en aquel frugal aparador de manjares, dominado por huevos cocidos, quesos procesados de sabor artificial y textura pr?xima a la plastilina, adem?s de salchichas locales y*'kasha',*cereales cocidos en leche muy populares en toda la exURSS.
Saltaba a la vista que la agitada Svetlana, recién evacuada desde la bombardeada*J?rkov,*era una tantas ucranianas a las que el*acercamiento a Europa*durante los a?os precedentes hab?a sentado bien, independientemente de su origen nacional. Vest?a a la moda, luc?a una cuidada melena pelirroja y en su apariencia externa, nada la distingu?a de cualquier joven*checa, eslovaca*o*polaca*con recursos, un buen trabajo y acostumbrada a viajar por la UE. Y aunque el presidente de la potencia vecina se hab?a expresado en la que era su*lengua materna, no ocultaba el inmenso desprecio que sent?a hacia aquel personaje, ni el profundo abismo emocional que le separaba de aquella intervenci?n hablada en la que describ?a a su pa?s, Ucrania, con unas palabras y en unos términos que no reconoc?a bajo ning?n concepto. "?Est? loco!", se limit? a exclamar cuando un periodista se le inquiri? acerca del*discurso de Putin.
En*las primeras horas de la guerra,*quienes se llevaron la peor parte de los desaciertos presidenciales, quienes sufrieron en sus propias carnes las consecuencias de los errores de c?lculo de Putin fueron sin duda las*columnas de blindados que avanzaban sobre Kiev*desde el norte y que pensaban hacerse con el control de toda*una megal?polis*de tres millones de habitantes casi sin disparar un tiro. El 27 de febrero, es decir, apenas tres d?as después de iniciada la ofensiva, las grandes cadenas de televisi?n internacionales*difundieron unas turbadoras im?genes*tomadas tras una batalla en una localidad de la periferia capitalina, a menos de dos decenas de kil?metros del centro. Entre columnas de humo y casas unifamiliares destruidas, yac?an un buen n?mero de*veh?culos blindados carbonizados, con las puertas abiertas, junto a lo que probablemente eran cuerpos de soldados rusos muertos durante el combate yaciendo sobre el asfalto.
Semana y media
El 9 de marzo, apenas transcurrida*una semana y media*desde el arranque de la ofensiva, era*la prensa brit?nica la que difund?a* (https://www.youtube.com/watch?v=UKlo1FHLuM8)unas instant?neas de una*columna rusa aniquilada, con*carcasas de tanques*y*blindados*ennegrecidos por las llamas en medio de un buc?lico*paisaje nevado*pr?ximo a la localidad de*Sumy,*en el norte del pa?s, a apenas una cincuentena de kil?metros de la frontera. Entre el traj?n de soldados ucranianos cargando cajas de municiones arrebatadas a su enemigo, un sonriente militar local entrado en carnes se vanagloriaba ante la c?mara que su unidad hab?a destruido la columna gracias a "los regalos" proporcionados por Su Majestad la reina Isabel II, y ped?a m?s "juguetes" como ésos para seguir golpeando a las fuerzas rusas. "Hab?a una columna; les est?bamos esperando y acabamos con ellos; he aqu? el resultado; ?gloria a Ucrania!", recitaba otro militar, quien probablemente ejerc?a las funciones de comandante.
Los*analistas militares,*tanto en Ucrania como en Occidente, no daban crédito ante tanta torpeza. Putin hab?a lanzado una*invasi?n blindada de caracter?sticas completamente previsibles,*al viejo estilo de la*guerra rel?mpago, cuando los n?meros ni siquiera estaban a su favor. Parec?a que el Kremlin se hab?a olvidado hasta de sumar, de que*en matem?ticas,*dos y dos son cuatro, y*no tres. "Ucrania dispone de*8.000 misiles Javelin antitanque, mientras Rusia cuenta con 3.000 tanques, y decenas de miles de blindados; me parece una proporci?n adecuada" para el Ejército defensor, revel? para El Peri?dico de Catalunya, del grupo Prensa Ibérica, a escasos d?as del inicio de la invasi?n, el analista*Mijailo Samus, al frente de*Nueva Geopol?tica-Red de Investigaci?n, una plataforma informativa ucraniana especializada en temas militares y de geopol?tica. Y haciendo bueno aquel dicho de "cr?a fama...", pa?ses reticentes hasta aquellos momentos a enviar armas a Ucrania, como Alemania o incluso Espa?a, cambiaron de parecer y empezaron a*despachar partidas*de ayuda militar hacia el pa?s eslavo, una vez comprobaron que ni el conflicto se convert?a en un segundo Afganist?n, ni el Gobierno de Kiev se derret?a como un azucarillo en un vaso de agua ante la embestida de Rusia, como as? sucedi? durante la ca?da de Kabul en el verano de 2021.
Con los reveses militares y el aluvi?n de bajas militares -se hablaba, transcurrido un mes del inicio de las hostilidades, de tantos muertos rusos en el campo de batalla como fallecidos soviéticos en un decenio en la guerra de Afganist?n- llegaron los*bandazos del Kremlin. Contradiciendo sus propias aseveraciones en su primer discurso de febrero, Putin proclam?, al comenzar abril, que en realidad su Ejército no aspiraba a provocar la ca?da del Gobierno de Zelenski, sino a extender*la autoridad de Mosc? por toda la regi?n de Donb?s, raz?n por la cual ordenaba la retirada de los contingentes militares que desde hac?a semanas intentaban, sin éxito, cerrar una tenaza en torno a la capital ucraniana. Era el primero de los repliegues rusos desde el inicio de las hostilidades. Luego vendr?an la retirada, al galope y en desorden, de la zona norte colindante con J?rkov y, finalmente, la evacuaci?n de Jers?n, la ?nica capital de provincias que hab?a ca?do en manos rusas.
Nadie se atreve a vaticinar c?mo acabar? esta guerra. Existe una corriente de opini?n,*participada incluso por individuos y fuerzas ultraderechistas rusas como Igor Girkin, alias*'Strelkov'*(tirador en ruso), que sostiene que Rusia ya ha sido derrotada, y que tan solo resta por averiguar c?mo se materializa este*fracaso militar;*es decir, mediante un*armisticio*que fije unas fronteras provisionales no reconocidas internacionalmente, como viene rigiendo desde hace décadas en la*pen?nsula de Corea, una circunstancia que le permitir?a a Putin y a su élite salvar la cara al conservar*'de facto'*algunos territorios conquistados; o a través de un colapso del régimen de Putin similar al hundimiento de la*Alemania hitleriana.
Suceda lo que suceda en este 2023 a punto de comenzar, de momento las espadas siguen en alto y la palabra negociaci?n ha sido proscrita no solo del vocabulario de ambos contendientes, sino también de sus aliados. "No existen por el momento las condiciones" para una negociaci?n, constat?*hace unos d?as*el secretario general de la OTAN,*Jens Stoltenberg. Y frente a aquéllos que cantan la victoria del Gobierno de Kiev, el mandatario noruego record? que Mosc? ya ha dado a entender que planea una contraofensiva para la primavera,*y que la estrategia m?s razonable segu?a siendo*proporcionar armas al Ejército de Zelenski*para que prevalezca en una guerra que, seg?n la opini?n de muchos, es tan nuestra como suya.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/internacional/ano-guerra-ucrania-80381976)
En Mosc?, al otro lado de la frontera, se estaban produciendo escenas similares, pese a que, en teor?a, Rusia era el Goliat del conflicto en ciernes, la potencia invasora, y no el Estado a punto de ser atacado. All? también se hab?a desencadenado una*epidemia de insomnio*entre la ciudadan?a, con frenéticos intercambios*de mensajes*a través de whatsapp y otras redes sociales acerca de lo que suceder?a en las siguientes horas. "?Sal inmediatamente de Rusia!; todo va a cambiar r?pidamente, ma?ana puede ser ya tarde", fue el texto que recibi?*Vitali Ilin, un fot?grafo de publicidad, enviado desde Argentina por una pareja de amigos gays que hac?a poco hab?an emigrado a Latinoamérica ante la*rampante homofobia*impulsada desde el Estado ruso.
Matices de pa?s agresor y pa?s agredido aparte, la situaci?n de Yevhén y Vitali guardaba muchos paralelismos. El primero miraba al cielo para ver de d?nde pod?an proceder las bombas, o por donde pod?an comenzar a atacar los*Mig de combate rusos, para emprender la huida en direcci?n contraria. El segundo observaba a su alrededor para identificar posibles signos que confirmasen lo que le hab?an advertido sus amigos desde la lejan?a: que el pa?s estaba efectivamente a punto de mutar en ese*asfixiante y represivo Estado estalinista*de anta?o, lo que le obligaba a seguir su ejemplo, tomar las de Villadiego y salir de Rusia casi con lo puesto. Eso s?. Tanto uno como otro percib?an, en estas*horas inmediatamente anteriores a la invasi?n,*que la existencia que hab?an conocido hasta ahora estaba a punto de volverse del revés*como un calcet?n, y que a partir de aquel momento, nada, absolutamente nada, volver?a a ser igual.
La hora fat?dica
A eso de las 5.00 de la madrugada,*todas las incertidumbres*se despejaron. Las agencias de noticias comenzaron a rejitar*boletines de guerra, informando de ataques coordinados con misiles y aviaci?n lanzados desde Rusia contra varios objetivos civiles y militares*en Ucrania, mientras columnas de blindados cruzaban la frontera y avanzaban en territorio ucraniano a gran velocidad desde tres direcciones: el norte, concretamente desde la frontera bielorrusa,*Crimea, desde el sur y la*provincia de Belg?rod, desde el noreste, a medio centenar de kil?metros de*J?rkov, la segunda ciudad ucraniana.
Con las primeras bombas, llegaron las primeras explicaciones.*Vlad?mir Putin, un presidente llegado al poder en el ?ltimo d?a del siglo pasado y aupado por otro conflicto armado, -las segunda guerra de Chechenia, con decenas de miles de muertos-*sali? de inmediato a la palestra*para justificar esta nueva aventura bélica en la que hab?a embarcado a su pa?s. Desde su despacho en el*Kremlin,*con el rostro tenso y la mirada llena de rencor hacia ese Occidente que prevaleci? ante su disuelto Estado en las*postrimer?as del siglo pasado, el antiguo agente del KGB estacionado en la difunta Alemania Oriental pronunci? un discurso repleto de referencias hist?ricas y en el que daba a entender que lo que buscaba con esta nueva guerra era precisamente eso, revertir la derrota soviética durante la*Guerra Fr?a*del siglo XX: "El colapso de la Uni?n Soviética llev? a una redivisi?n del mundo, y de las normas de derecho internacional que se hab?an desarrollado hasta ese momento; las normas que fueron adoptadas después de la*Segunda Guerra Mundial*y que formalizaron sus resultados se interpusieron en el camino de aquéllos que se autoproclamaron a s? mismos como vencedores en la Guerra Fr?a".
Convencido de que todo iba a resolverse en favor de Mosc? en cuesti?n de d?as, no dudo en calificar de "Junta" al Gobierno ucraniano, en tildar de "nazi" a su presidente*Volod?mir Zelenski, de confesi?n jud?a y elegido tres a?os antes en unas elecciones con*m?s del 70% de los votos, y en instar a las tropas ucranianas a "no dar cumplimiento a las ?rdenes" emanadas desde Kiev, es decir, a amotinarse.
Poco tardar?a en demostrarse que la Ucrania que ten?a en mente el l?der del Kremlin cuando pronunci? su*belicoso discurso de inicio de hostilidades*se daba literalmente de coces con la*Ucrania real*que desde hac?a a?os exist?a*sobre el terreno. Transcurridas*tan solo 24 horas*desde la madrugadora proclamaci?n bélica, Svetlana, una joven ucraniana de habla rusa originaria de J?rkov y que no mencion? su nombre real, deambulaba, visiblemente azorada, por el restaurante del*hotel Lviv, en la céntrica avenida*Viacheslav Chornovol*de la ciudad hom?nima, intentando renovar fuerzas y recuperarse de los sobresaltos de las primeras horas de guerra con un plato de viandas ofrecidas en el bufet de desayuno. Adem?s de las recurrentes alertas aéreas y los comercios cerrados a cal y canto, la guerra ya se hac?a sentir en*la capital del oeste de Ucrania,*m?s concretamente en aquel frugal aparador de manjares, dominado por huevos cocidos, quesos procesados de sabor artificial y textura pr?xima a la plastilina, adem?s de salchichas locales y*'kasha',*cereales cocidos en leche muy populares en toda la exURSS.
Saltaba a la vista que la agitada Svetlana, recién evacuada desde la bombardeada*J?rkov,*era una tantas ucranianas a las que el*acercamiento a Europa*durante los a?os precedentes hab?a sentado bien, independientemente de su origen nacional. Vest?a a la moda, luc?a una cuidada melena pelirroja y en su apariencia externa, nada la distingu?a de cualquier joven*checa, eslovaca*o*polaca*con recursos, un buen trabajo y acostumbrada a viajar por la UE. Y aunque el presidente de la potencia vecina se hab?a expresado en la que era su*lengua materna, no ocultaba el inmenso desprecio que sent?a hacia aquel personaje, ni el profundo abismo emocional que le separaba de aquella intervenci?n hablada en la que describ?a a su pa?s, Ucrania, con unas palabras y en unos términos que no reconoc?a bajo ning?n concepto. "?Est? loco!", se limit? a exclamar cuando un periodista se le inquiri? acerca del*discurso de Putin.
En*las primeras horas de la guerra,*quienes se llevaron la peor parte de los desaciertos presidenciales, quienes sufrieron en sus propias carnes las consecuencias de los errores de c?lculo de Putin fueron sin duda las*columnas de blindados que avanzaban sobre Kiev*desde el norte y que pensaban hacerse con el control de toda*una megal?polis*de tres millones de habitantes casi sin disparar un tiro. El 27 de febrero, es decir, apenas tres d?as después de iniciada la ofensiva, las grandes cadenas de televisi?n internacionales*difundieron unas turbadoras im?genes*tomadas tras una batalla en una localidad de la periferia capitalina, a menos de dos decenas de kil?metros del centro. Entre columnas de humo y casas unifamiliares destruidas, yac?an un buen n?mero de*veh?culos blindados carbonizados, con las puertas abiertas, junto a lo que probablemente eran cuerpos de soldados rusos muertos durante el combate yaciendo sobre el asfalto.
Semana y media
El 9 de marzo, apenas transcurrida*una semana y media*desde el arranque de la ofensiva, era*la prensa brit?nica la que difund?a* (https://www.youtube.com/watch?v=UKlo1FHLuM8)unas instant?neas de una*columna rusa aniquilada, con*carcasas de tanques*y*blindados*ennegrecidos por las llamas en medio de un buc?lico*paisaje nevado*pr?ximo a la localidad de*Sumy,*en el norte del pa?s, a apenas una cincuentena de kil?metros de la frontera. Entre el traj?n de soldados ucranianos cargando cajas de municiones arrebatadas a su enemigo, un sonriente militar local entrado en carnes se vanagloriaba ante la c?mara que su unidad hab?a destruido la columna gracias a "los regalos" proporcionados por Su Majestad la reina Isabel II, y ped?a m?s "juguetes" como ésos para seguir golpeando a las fuerzas rusas. "Hab?a una columna; les est?bamos esperando y acabamos con ellos; he aqu? el resultado; ?gloria a Ucrania!", recitaba otro militar, quien probablemente ejerc?a las funciones de comandante.
Los*analistas militares,*tanto en Ucrania como en Occidente, no daban crédito ante tanta torpeza. Putin hab?a lanzado una*invasi?n blindada de caracter?sticas completamente previsibles,*al viejo estilo de la*guerra rel?mpago, cuando los n?meros ni siquiera estaban a su favor. Parec?a que el Kremlin se hab?a olvidado hasta de sumar, de que*en matem?ticas,*dos y dos son cuatro, y*no tres. "Ucrania dispone de*8.000 misiles Javelin antitanque, mientras Rusia cuenta con 3.000 tanques, y decenas de miles de blindados; me parece una proporci?n adecuada" para el Ejército defensor, revel? para El Peri?dico de Catalunya, del grupo Prensa Ibérica, a escasos d?as del inicio de la invasi?n, el analista*Mijailo Samus, al frente de*Nueva Geopol?tica-Red de Investigaci?n, una plataforma informativa ucraniana especializada en temas militares y de geopol?tica. Y haciendo bueno aquel dicho de "cr?a fama...", pa?ses reticentes hasta aquellos momentos a enviar armas a Ucrania, como Alemania o incluso Espa?a, cambiaron de parecer y empezaron a*despachar partidas*de ayuda militar hacia el pa?s eslavo, una vez comprobaron que ni el conflicto se convert?a en un segundo Afganist?n, ni el Gobierno de Kiev se derret?a como un azucarillo en un vaso de agua ante la embestida de Rusia, como as? sucedi? durante la ca?da de Kabul en el verano de 2021.
Con los reveses militares y el aluvi?n de bajas militares -se hablaba, transcurrido un mes del inicio de las hostilidades, de tantos muertos rusos en el campo de batalla como fallecidos soviéticos en un decenio en la guerra de Afganist?n- llegaron los*bandazos del Kremlin. Contradiciendo sus propias aseveraciones en su primer discurso de febrero, Putin proclam?, al comenzar abril, que en realidad su Ejército no aspiraba a provocar la ca?da del Gobierno de Zelenski, sino a extender*la autoridad de Mosc? por toda la regi?n de Donb?s, raz?n por la cual ordenaba la retirada de los contingentes militares que desde hac?a semanas intentaban, sin éxito, cerrar una tenaza en torno a la capital ucraniana. Era el primero de los repliegues rusos desde el inicio de las hostilidades. Luego vendr?an la retirada, al galope y en desorden, de la zona norte colindante con J?rkov y, finalmente, la evacuaci?n de Jers?n, la ?nica capital de provincias que hab?a ca?do en manos rusas.
Nadie se atreve a vaticinar c?mo acabar? esta guerra. Existe una corriente de opini?n,*participada incluso por individuos y fuerzas ultraderechistas rusas como Igor Girkin, alias*'Strelkov'*(tirador en ruso), que sostiene que Rusia ya ha sido derrotada, y que tan solo resta por averiguar c?mo se materializa este*fracaso militar;*es decir, mediante un*armisticio*que fije unas fronteras provisionales no reconocidas internacionalmente, como viene rigiendo desde hace décadas en la*pen?nsula de Corea, una circunstancia que le permitir?a a Putin y a su élite salvar la cara al conservar*'de facto'*algunos territorios conquistados; o a través de un colapso del régimen de Putin similar al hundimiento de la*Alemania hitleriana.
Suceda lo que suceda en este 2023 a punto de comenzar, de momento las espadas siguen en alto y la palabra negociaci?n ha sido proscrita no solo del vocabulario de ambos contendientes, sino también de sus aliados. "No existen por el momento las condiciones" para una negociaci?n, constat?*hace unos d?as*el secretario general de la OTAN,*Jens Stoltenberg. Y frente a aquéllos que cantan la victoria del Gobierno de Kiev, el mandatario noruego record? que Mosc? ya ha dado a entender que planea una contraofensiva para la primavera,*y que la estrategia m?s razonable segu?a siendo*proporcionar armas al Ejército de Zelenski*para que prevalezca en una guerra que, seg?n la opini?n de muchos, es tan nuestra como suya.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/internacional/ano-guerra-ucrania-80381976)