الريــم
12-24-2022, 12:10 PM
Una leyenda recorre la bancada socialista. Un diputado, incapaz de aguantar m?s, se las apa?? con una botella para poder orinar en ella sin salir del hemiciclo. Las votaciones son sagradas en el Congreso. Las votaciones eternas exigen sacrificios. Bienvenidos/as al templo de la democracia.
Pasan tantas cosas mientras los diputados votan. Pasan en sus cabezas. Una diputada de la bancada de la derecha, bajo condici?n de anonimato, reconoce en conversaci?n con El Peri?dico de Espa?a, del grupo Prensa Ibérica, que el pasado jueves, m?s de dos horas pulsando los botones de “presencialidad” y los del “s?”, “no” o “abstenci?n” (verde, rojo y amarillo, respectivamente), se puso a pensar en qué vestido deber?a comprarse para ir a una boda pr?xima. Dud? entre varios hasta que irrumpi? la ministra de Trabajo, Yolanda D?az (https://www.epe.es/es/opinion/20220224/tiempos-yolanda-diaz-13281998), flamante con su vestido rojo. La diputada dud?, claro, al fin y al cabo le iba a copiar el vestuario, y encima a una adversaria… Qué osad?a, pero acto seguido reflexion?: ?Es bonito? S?, es bonito.
Jueves, 22 de diciembre de 2022. ?ltima sesi?n plenaria del a?o. El hemiciclo se dispone a votar las enmiendas a seis dict?menes legislativos que los grupos decidieron mantener. En los cuadernos de votaciones se han enumerado las veces que habr? que votar. 352. Repito: 352. Esto, en tiempo, son m?s de dos horas.
La mec?nica es sencilla, pero también tit?nica. La presidenta del Congreso, Meritxell Batet, est? cerca de batir récords de dicciones numéricas. “Enmiendas 362, 363, 364, 365, 366, 367, 368…”. Y de una tacada. Luego, dice: “comienza la votaci?n”. Tras la votaci?n, lee los resultados y sentencia: “Quedan aprobadas” o “quedan rechazadas”. Batet, que lo sepan, suele tener problemas de afon?a, de garganta. Las campa?as electorales, de mitin en mitin, llevan al l?mite sus cuerdas vocales. Pero ah? est? la presidenta, recitando n?meros sin parar. Fue dura la votaci?n de las enmiendas a los presupuestos, tres horas m?s o menos, pero la del 22 de diciembre no se ha quedado muy atr?s.
Cosas que uno ve si tiene la fortuna de verlo. Cuando la Presidencia termina de enumerar las enmiendas que se est?n votando, un diputado o una diputada levanta un brazo y hace una se?al con los dedos. Adem?s, grita “s?”. O “no”. O “abstenci?n”. Ese mismo diputado o diputada u otro/a, por si hubiera dudas, exclama el color del bot?n correspondiente. ?Verde!, ?rojo!, ?amarillo! Estas sesiones, la verdad, tienen su gracia.
Macarena Montesinos, del PP, es quien se encarga de marcar las votaciones a la bancada. En las filas superiores le replica alg?n compa?ero para que los que est?n situados arriba, al fondo, lo vean. Por ah? anda ahora Alberto Casero. No se r?an, que el diputado no es que yerre mucho. Su problema es que su error fue el m?s colosal error de los ?ltimos a?os. Montesinos tiene un vozarr?n tremendo y es dif?cil equivocarse con semejante timbre, pero si la votaci?n ha superado la hora y media y al cuadernillo con el esquema le quedan varios folios, este deber por antonomasia de los diputados se convierte en un reto. Un reflejo de lo costoso que puede ser lo dio una diputada de la bancada socialista, este jueves pasado, hora y media después de haber empezado: “?Y a?n nos quedan 62!”
L?gico que cuando acaben las votaciones haya diputados veteranos que salen corriendo, rumbo al servicio que est? en la M-30. Se conoce as? el pasillo semicircular que bordea al hemiciclo. Cuenta un diputado del PP, entre risas, que m?s de uno “estaba votando con el pie” en la ?ltima de las ocasiones para ser el primero en llegar al servicio. Este diputado, cuando abandon? el hemiciclo, vio una fila de hombres esperando. Como en las discotecas las noches de fin de a?o.
Entre las ganas de orinar y las espaldas… Gabriel Rufi?n, por ejemplo, se levant? en algunas ocasiones para estirar, tal y como puede comprobarse en la foto que encabeza esta cr?nica. La cara de aburrimiento que tiene el portavoz de ERC podr?a inspirar a Homero para escribir otra “Il?ada”.
Precisamente Rufi?n, en conversaci?n con este medio, critica el sistema de votaciones. Lo tilda de “absolutamente anacr?nico”. Reconoce que el “voto es sagrado”, que no hay funci?n m?s notoria (pues es lo que forja el modelo legislativo), pero no le cabe en la cabeza que haya que estar m?s de dos horas d?ndole a los botones del esca?o.
?l sigue el esquema de votaci?n que confecciona la asistencia parlamentaria de Esquerra, as? que entre bot?n y bot?n intenta aprovechar para avanzar en otras cuestiones laborales, por ejemplo redactar discursos o preparar actos. No le ha ido mal porque Rufi?n, adem?s de portavoz, es candidato a la Alcald?a de Santa Coloma y presenta un programa de entrevistas, “La F?brica”, que se emite por “youtube”. Tarea tiene…
A quien no da tiempo a nada, sencillamente porque no puede, es a Txema Guijarro, secretario general de Unidas Podemos en el Congreso. Entre las funciones de su cargo, la coordinaci?n de las votaciones. ?l tiene que estar marcando el voto; él levanta el brazo y grita. “Trato de concentrarme todo lo posible”, dice a este medio. Ni contesta mensajes. “Me sentir?a muy culpable si un despiste m?o lleva a un resultado inesperado”, sentencia.
Con humor admite que dos horas de votaciones dan para mucho. “?Estamos realmente solos en el universo?”, se pregunta entre carcajadas. Gloria Elizo, vicepresidente tercera del Congreso, es m?s mundana. Est? muy pendiente, no vaya a liarla, seg?n sus palabras, pero es duro y agotador el proceso. L?gico que uno/a repase la intendencia doméstica. “?He puesto la lavadora? ?He apagado la luz de la cocina?” Son algunas preguntas que revolotean por su cabeza. Preguntas que invitan a viajar… Aunque sea a casa.
Son, m?s bien, intentos de huida. Elizo rellena los huecos entre bot?n y bot?n para leer papeles de trabajo o para contestar mails. A veces, cuestiones personales, pero no muchas. Esas distraen m?s.
El diputado socialista Toni Hurtado no se atreve con lo personal. Acaso dedica el tiempo a responder mensajes por whatsapp. El representante de la provincia de C?rdoba, que es adem?s vicepresidente de la Comisi?n de Asuntos Econ?micos del Congreso, uno de los lugares en los que con m?s claridad ha reinado el consenso, se?ala las dos causas que han condenado al pleno a votaciones eternas. Bienvenidos al templo de la democracia.
La primera raz?n es la cantidad de avocaciones a pleno que piden los grupos. Esto es instar al Congreso a que las leyes no terminen el tr?mite en la comisi?n, lo que se llama dar a una comisi?n “competencia legislativa plena”, sino en el ?rgano parlamentario m?s importante y crucial, el propio pleno. La segunda raz?n es la querencia de los grupos por mantener vivas las enmiendas que no consiguen incorporar al dictamen. Al hacerlo, ganan tiempo de negociaci?n. Es ésta una legislatura con aritmética ajustada, conviene apurar los plazos. “Nos podr?amos ahorrar o la votaci?n en comisi?n o la votaci?n en pleno”, apostilla Hurtado.
Elizo recalca que en la C?mara, ?ltimamente, es “continuo el comentario sobre que no tienen sentido votaciones presenciales tan largas”. Sin embargo, apunta Guijarro, si los grupos no retiran sus enmiendas cuando acabe el paso de la ley por la comisi?n, cosa a la que tienen derecho, abreviar la duraci?n es “imposible”.
Por lo menos seguiremos disfrutando de la leyenda del diputado que, incapaz de contener m?s tiempo su asendereada pr?stata, me? dentro de una botella.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/nacional/habre-puesto-lavadora-viajes-mentales-80365744)
Pasan tantas cosas mientras los diputados votan. Pasan en sus cabezas. Una diputada de la bancada de la derecha, bajo condici?n de anonimato, reconoce en conversaci?n con El Peri?dico de Espa?a, del grupo Prensa Ibérica, que el pasado jueves, m?s de dos horas pulsando los botones de “presencialidad” y los del “s?”, “no” o “abstenci?n” (verde, rojo y amarillo, respectivamente), se puso a pensar en qué vestido deber?a comprarse para ir a una boda pr?xima. Dud? entre varios hasta que irrumpi? la ministra de Trabajo, Yolanda D?az (https://www.epe.es/es/opinion/20220224/tiempos-yolanda-diaz-13281998), flamante con su vestido rojo. La diputada dud?, claro, al fin y al cabo le iba a copiar el vestuario, y encima a una adversaria… Qué osad?a, pero acto seguido reflexion?: ?Es bonito? S?, es bonito.
Jueves, 22 de diciembre de 2022. ?ltima sesi?n plenaria del a?o. El hemiciclo se dispone a votar las enmiendas a seis dict?menes legislativos que los grupos decidieron mantener. En los cuadernos de votaciones se han enumerado las veces que habr? que votar. 352. Repito: 352. Esto, en tiempo, son m?s de dos horas.
La mec?nica es sencilla, pero también tit?nica. La presidenta del Congreso, Meritxell Batet, est? cerca de batir récords de dicciones numéricas. “Enmiendas 362, 363, 364, 365, 366, 367, 368…”. Y de una tacada. Luego, dice: “comienza la votaci?n”. Tras la votaci?n, lee los resultados y sentencia: “Quedan aprobadas” o “quedan rechazadas”. Batet, que lo sepan, suele tener problemas de afon?a, de garganta. Las campa?as electorales, de mitin en mitin, llevan al l?mite sus cuerdas vocales. Pero ah? est? la presidenta, recitando n?meros sin parar. Fue dura la votaci?n de las enmiendas a los presupuestos, tres horas m?s o menos, pero la del 22 de diciembre no se ha quedado muy atr?s.
Cosas que uno ve si tiene la fortuna de verlo. Cuando la Presidencia termina de enumerar las enmiendas que se est?n votando, un diputado o una diputada levanta un brazo y hace una se?al con los dedos. Adem?s, grita “s?”. O “no”. O “abstenci?n”. Ese mismo diputado o diputada u otro/a, por si hubiera dudas, exclama el color del bot?n correspondiente. ?Verde!, ?rojo!, ?amarillo! Estas sesiones, la verdad, tienen su gracia.
Macarena Montesinos, del PP, es quien se encarga de marcar las votaciones a la bancada. En las filas superiores le replica alg?n compa?ero para que los que est?n situados arriba, al fondo, lo vean. Por ah? anda ahora Alberto Casero. No se r?an, que el diputado no es que yerre mucho. Su problema es que su error fue el m?s colosal error de los ?ltimos a?os. Montesinos tiene un vozarr?n tremendo y es dif?cil equivocarse con semejante timbre, pero si la votaci?n ha superado la hora y media y al cuadernillo con el esquema le quedan varios folios, este deber por antonomasia de los diputados se convierte en un reto. Un reflejo de lo costoso que puede ser lo dio una diputada de la bancada socialista, este jueves pasado, hora y media después de haber empezado: “?Y a?n nos quedan 62!”
L?gico que cuando acaben las votaciones haya diputados veteranos que salen corriendo, rumbo al servicio que est? en la M-30. Se conoce as? el pasillo semicircular que bordea al hemiciclo. Cuenta un diputado del PP, entre risas, que m?s de uno “estaba votando con el pie” en la ?ltima de las ocasiones para ser el primero en llegar al servicio. Este diputado, cuando abandon? el hemiciclo, vio una fila de hombres esperando. Como en las discotecas las noches de fin de a?o.
Entre las ganas de orinar y las espaldas… Gabriel Rufi?n, por ejemplo, se levant? en algunas ocasiones para estirar, tal y como puede comprobarse en la foto que encabeza esta cr?nica. La cara de aburrimiento que tiene el portavoz de ERC podr?a inspirar a Homero para escribir otra “Il?ada”.
Precisamente Rufi?n, en conversaci?n con este medio, critica el sistema de votaciones. Lo tilda de “absolutamente anacr?nico”. Reconoce que el “voto es sagrado”, que no hay funci?n m?s notoria (pues es lo que forja el modelo legislativo), pero no le cabe en la cabeza que haya que estar m?s de dos horas d?ndole a los botones del esca?o.
?l sigue el esquema de votaci?n que confecciona la asistencia parlamentaria de Esquerra, as? que entre bot?n y bot?n intenta aprovechar para avanzar en otras cuestiones laborales, por ejemplo redactar discursos o preparar actos. No le ha ido mal porque Rufi?n, adem?s de portavoz, es candidato a la Alcald?a de Santa Coloma y presenta un programa de entrevistas, “La F?brica”, que se emite por “youtube”. Tarea tiene…
A quien no da tiempo a nada, sencillamente porque no puede, es a Txema Guijarro, secretario general de Unidas Podemos en el Congreso. Entre las funciones de su cargo, la coordinaci?n de las votaciones. ?l tiene que estar marcando el voto; él levanta el brazo y grita. “Trato de concentrarme todo lo posible”, dice a este medio. Ni contesta mensajes. “Me sentir?a muy culpable si un despiste m?o lleva a un resultado inesperado”, sentencia.
Con humor admite que dos horas de votaciones dan para mucho. “?Estamos realmente solos en el universo?”, se pregunta entre carcajadas. Gloria Elizo, vicepresidente tercera del Congreso, es m?s mundana. Est? muy pendiente, no vaya a liarla, seg?n sus palabras, pero es duro y agotador el proceso. L?gico que uno/a repase la intendencia doméstica. “?He puesto la lavadora? ?He apagado la luz de la cocina?” Son algunas preguntas que revolotean por su cabeza. Preguntas que invitan a viajar… Aunque sea a casa.
Son, m?s bien, intentos de huida. Elizo rellena los huecos entre bot?n y bot?n para leer papeles de trabajo o para contestar mails. A veces, cuestiones personales, pero no muchas. Esas distraen m?s.
El diputado socialista Toni Hurtado no se atreve con lo personal. Acaso dedica el tiempo a responder mensajes por whatsapp. El representante de la provincia de C?rdoba, que es adem?s vicepresidente de la Comisi?n de Asuntos Econ?micos del Congreso, uno de los lugares en los que con m?s claridad ha reinado el consenso, se?ala las dos causas que han condenado al pleno a votaciones eternas. Bienvenidos al templo de la democracia.
La primera raz?n es la cantidad de avocaciones a pleno que piden los grupos. Esto es instar al Congreso a que las leyes no terminen el tr?mite en la comisi?n, lo que se llama dar a una comisi?n “competencia legislativa plena”, sino en el ?rgano parlamentario m?s importante y crucial, el propio pleno. La segunda raz?n es la querencia de los grupos por mantener vivas las enmiendas que no consiguen incorporar al dictamen. Al hacerlo, ganan tiempo de negociaci?n. Es ésta una legislatura con aritmética ajustada, conviene apurar los plazos. “Nos podr?amos ahorrar o la votaci?n en comisi?n o la votaci?n en pleno”, apostilla Hurtado.
Elizo recalca que en la C?mara, ?ltimamente, es “continuo el comentario sobre que no tienen sentido votaciones presenciales tan largas”. Sin embargo, apunta Guijarro, si los grupos no retiran sus enmiendas cuando acabe el paso de la ley por la comisi?n, cosa a la que tienen derecho, abreviar la duraci?n es “imposible”.
Por lo menos seguiremos disfrutando de la leyenda del diputado que, incapaz de contener m?s tiempo su asendereada pr?stata, me? dentro de una botella.
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