الريــم
12-23-2022, 10:09 PM
Los mensajes que lamanada de Castelldefels intercambiaba en el grupo de Whatsapp 'K-Team' se han convertido en un elemento clave para la jueza Laia Bosch, que instruye la causa contra los cinco hombres acusados de violar en grupo a tres mujeres en la primavera de 2021. Desde enero de 2022 y hasta hace pocas semanas, los Mossos d’Esquadra vaciaron a conciencia los teléfonos m?viles de los sospechosos.
Fue una tarea laboriosa. "Cada vez cuesta m?s vulnerar los sistemas de seguridad de algunos teléfonos y disponen de m?s gigas de memoria. Requiere mucho tiempo", aclara una fuente de la Divisi? d’Investigaci? Criminal (DIC) de la polic?a catalana. El informe, en el que se han recogido miles y miles de comentarios y grabaciones de audio, ha resultado fundamental para la jueza, que en el auto que redact? para enviar a los cinco sospechosos a la c?rcel preventivamente destaca algunos de los mensajes y subraya que, globalmente, confirman la versi?n de las tres mujeres agredidas por el grupo.
M?s informaci?n (Auto)
http://placehold.it/175x100 T?tulo noticia (Auto)
Los encarcelados, cuyas iniciales son A.R.P.C., R.P.P., O.N.M., J.M.M.M. y D.A.C. y residen en Castelldefels (Baix Llobregat), tienen entre 30 y 40 a?os. Los hechos investigados sucedieron en el piso de uno de ellos. En sus declaraciones, admiten lo que califican de encuentros sexuales consentidos. Pero las denuncias de las mujeres describen violaciones. Y los propios mensajes que intercambiaron en el grupo, seg?n la jueza, les dan la raz?n a ellas.
"Desde cu?ndo una t?a es para uno"
Algunos de los mensajes reproducidos por la jueza Boix son: "Desde cu?ndo una t?a es para uno" o "La chica va muy borracha, se aproxima un tr?o". O "recuerdo que al d?a siguiente dijo el D. (risas) a la chavala esa la hemos destrozado, le hemos dado en el DNI". Pero el que m?s ha llamado la atenci?n al doctor Antonio Andrés Pueyo, catedr?tico de Psicolog?a de la Universitat de Barcelona (UB) y experto en la prevenci?n de violencia, es este: "Una violaci?n ser?a ir por la calle, pillar una t?a, atarla y eso. Igual ella dijo que no quer?a hacer de todo y lo hicimos. Es diferente".
Esta ?ltima frase encaja sin fisuras en lo que los expertos califican de "distorsi?n cognitiva", que a menudo padecen los "agresores sexuales", remarca Pueyo acerca de c?mo describen err?neamente lo que han hecho realmente con la v?ctima. "El machismo, o la cultura de la violaci?n, permite a los hombres afirmar que ellos han hecho lo que han hecho pero que ellas vinieron [al domicilio de los hechos] porque quisieron".
Violencia desenterrada
"Aunque ninguna de las tres mujeres haya requerido de hospitalizaciones, son violaciones graves", subraya Pueyo, que repara en que la sociedad ha cambiado "mucho" en la forma de percibir estos casos. "No hace tanto estas mujeres podr?an haber regresado a casa creyendo que ten?an que aceptar lo sufrido como una 'mala noche'. Ahora, en cambio, se considera un delito", recuerda.
Esta forma de actuar "coordinada" del grupo, que ha repetido lo ocurrido por lo menos con tres mujeres distintas –y existen v?deos que podr?an indicar que hay m?s v?ctimas–, ha pasado "hist?ricamente", aclara Pueyo. También antes de las aplicaciones de citas se daban situaciones como la de la mujer que, al salir de la discoteca, se iba con un hombre al domicilio de este pero, al llegar, se encontraba con el resto de sus amigos, ejemplifica. Estos casos formaban parte de la violencia enterrada porque ni la sociedad la persegu?a adecuadamente ni las mujeres denunciaban al sentirse "culpables" por el hecho de haber accedido a ir "voluntariamente" al domicilio de los agresores. Pero ahora aflora.
Tras las pistas del whatsapp
En el caso de la 'manada' de Castelldefels, la primera denunciante, en lugar de quedarse callada, acudi? a los Mossos teniendo claro que, aunque ella se hab?a citado con uno de los implicados y hab?a acudido al piso de Castelldefels sabiendo que habr?a alguien m?s, lo que pas? aquella noche fue una violaci?n. Y, también a diferencia de lo que suced?a en el pasado, la labor de la Unitat de Investigaci? de la comisar?a de Gavà y de la jueza Laia Boix ha sido la de buscar proactivamente si hab?a m?s v?ctimas del mismo grupo.
La instrucci?n no se limit? a la primera denuncia, sino que sigui? las pistas que daba el grupo de whastapp y el vaciado de los teléfonos m?viles, y as? se logr? llegar hasta otras dos mujeres que hab?an sufrido lo mismo pero hab?an decidido callarse. Las dos, tras ser localizadas, terminaron denunciando. En su auto, la jueza dice que no denunciaron tras los hechos porque su reacci?n fue la de "intentar bloquear los mismos y no pensar en ellos".
La investigaci?n no est? cerrada porque puede haber m?s mujeres adem?s de las tres denunciantes.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sucesos/manada-castelldefels-distorsionaba-agresiones-queria-80354673)
Fue una tarea laboriosa. "Cada vez cuesta m?s vulnerar los sistemas de seguridad de algunos teléfonos y disponen de m?s gigas de memoria. Requiere mucho tiempo", aclara una fuente de la Divisi? d’Investigaci? Criminal (DIC) de la polic?a catalana. El informe, en el que se han recogido miles y miles de comentarios y grabaciones de audio, ha resultado fundamental para la jueza, que en el auto que redact? para enviar a los cinco sospechosos a la c?rcel preventivamente destaca algunos de los mensajes y subraya que, globalmente, confirman la versi?n de las tres mujeres agredidas por el grupo.
M?s informaci?n (Auto)
http://placehold.it/175x100 T?tulo noticia (Auto)
Los encarcelados, cuyas iniciales son A.R.P.C., R.P.P., O.N.M., J.M.M.M. y D.A.C. y residen en Castelldefels (Baix Llobregat), tienen entre 30 y 40 a?os. Los hechos investigados sucedieron en el piso de uno de ellos. En sus declaraciones, admiten lo que califican de encuentros sexuales consentidos. Pero las denuncias de las mujeres describen violaciones. Y los propios mensajes que intercambiaron en el grupo, seg?n la jueza, les dan la raz?n a ellas.
"Desde cu?ndo una t?a es para uno"
Algunos de los mensajes reproducidos por la jueza Boix son: "Desde cu?ndo una t?a es para uno" o "La chica va muy borracha, se aproxima un tr?o". O "recuerdo que al d?a siguiente dijo el D. (risas) a la chavala esa la hemos destrozado, le hemos dado en el DNI". Pero el que m?s ha llamado la atenci?n al doctor Antonio Andrés Pueyo, catedr?tico de Psicolog?a de la Universitat de Barcelona (UB) y experto en la prevenci?n de violencia, es este: "Una violaci?n ser?a ir por la calle, pillar una t?a, atarla y eso. Igual ella dijo que no quer?a hacer de todo y lo hicimos. Es diferente".
Esta ?ltima frase encaja sin fisuras en lo que los expertos califican de "distorsi?n cognitiva", que a menudo padecen los "agresores sexuales", remarca Pueyo acerca de c?mo describen err?neamente lo que han hecho realmente con la v?ctima. "El machismo, o la cultura de la violaci?n, permite a los hombres afirmar que ellos han hecho lo que han hecho pero que ellas vinieron [al domicilio de los hechos] porque quisieron".
Violencia desenterrada
"Aunque ninguna de las tres mujeres haya requerido de hospitalizaciones, son violaciones graves", subraya Pueyo, que repara en que la sociedad ha cambiado "mucho" en la forma de percibir estos casos. "No hace tanto estas mujeres podr?an haber regresado a casa creyendo que ten?an que aceptar lo sufrido como una 'mala noche'. Ahora, en cambio, se considera un delito", recuerda.
Esta forma de actuar "coordinada" del grupo, que ha repetido lo ocurrido por lo menos con tres mujeres distintas –y existen v?deos que podr?an indicar que hay m?s v?ctimas–, ha pasado "hist?ricamente", aclara Pueyo. También antes de las aplicaciones de citas se daban situaciones como la de la mujer que, al salir de la discoteca, se iba con un hombre al domicilio de este pero, al llegar, se encontraba con el resto de sus amigos, ejemplifica. Estos casos formaban parte de la violencia enterrada porque ni la sociedad la persegu?a adecuadamente ni las mujeres denunciaban al sentirse "culpables" por el hecho de haber accedido a ir "voluntariamente" al domicilio de los agresores. Pero ahora aflora.
Tras las pistas del whatsapp
En el caso de la 'manada' de Castelldefels, la primera denunciante, en lugar de quedarse callada, acudi? a los Mossos teniendo claro que, aunque ella se hab?a citado con uno de los implicados y hab?a acudido al piso de Castelldefels sabiendo que habr?a alguien m?s, lo que pas? aquella noche fue una violaci?n. Y, también a diferencia de lo que suced?a en el pasado, la labor de la Unitat de Investigaci? de la comisar?a de Gavà y de la jueza Laia Boix ha sido la de buscar proactivamente si hab?a m?s v?ctimas del mismo grupo.
La instrucci?n no se limit? a la primera denuncia, sino que sigui? las pistas que daba el grupo de whastapp y el vaciado de los teléfonos m?viles, y as? se logr? llegar hasta otras dos mujeres que hab?an sufrido lo mismo pero hab?an decidido callarse. Las dos, tras ser localizadas, terminaron denunciando. En su auto, la jueza dice que no denunciaron tras los hechos porque su reacci?n fue la de "intentar bloquear los mismos y no pensar en ellos".
La investigaci?n no est? cerrada porque puede haber m?s mujeres adem?s de las tres denunciantes.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sucesos/manada-castelldefels-distorsionaba-agresiones-queria-80354673)