الريــم
12-23-2022, 02:58 PM
A mucha gente le gusta beber el zumo fermentado del fruto de la vid (Vitis vinifera).
El vino tiene buena prensa. «Saber de vino» est? bien considerado en nuestras reuniones sociales. Incluso la creencia de que beber un vaso de vino al d?a es bueno para nuestra salud lleg? a estar firmemente arraigada entre nosotros.
Pero… ?Realmente es el vino tan bueno como parece?
Buscando la respuesta a esta pregunta, durante los ?ltimos a?os la ciencia ha realizado una serie de sorprendentes descubrimientos.
As? son nuestras creencias sobre el vino
Nunca pudimos imaginar que nuestra interacci?n con el vino fuese a resultar tan compleja, ni tan antigua.
As? que si te gusta el vino s?rvete ahora un buen vaso y prep?rate a disfrutar, porque la ciencia del vino es sin duda tan apasionante como el vino mismo.
Seguramente leer este art?culo cambiar? para siempre lo que piensas sobre el vino.
Conviene empezar revisando algunas de nuestras creencias acerca del vino.
En numerosos art?culos de divulgaci?n se afirma que, tomado con moderaci?n, el vino tiene un efecto cardio-protector.
También se insiste en que el vino tinto contiene polifenoles que en alguna medida podr?an defendernos contra ciertos tipos de c?ncer.
Adem?s se ha puesto de moda hablar de las bondades algunas moléculas “milagro”, que aparentemente parecen ser buenas para casi todo. Y como no pod?a ser menos, una de ellas -el reverastrol- est? presente en el vino tinto.
Dado que las enfermedades cardiovasculares y oncol?gicas est?n entre las principales causas de muerte, no es de extra?ar que durante los ?ltimos a?os se haya incrementado el n?mero de estudios cient?ficos rigurosos acerca de los supuestos beneficios que a largo plazo podr?a tener consumir vino con moderaci?n.
https://uc-4u.com/clip/646d2dcf-66fa-4870-bf8e-9b884d9c37f9_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg |
Los beneficios de un vaso de vino para el comportamiento
Adem?s de estos supuestos beneficios sobre nuestra salud, el vino act?a de una forma mucho m?s inmediata -y comprobada- sobre nuestro comportamiento.
Tras tomar sin mucha prisa un vaso de vino (alrededor de un cuarto de litro) una persona joven y sana de unos 70 kilos alcanzar? al cabo de un rato una concentraci?n de alcohol en sangre de alrededor del 0,05%.
Una serie de estudios realizados por psic?logos indican que estas dosis de alcohol producen;
Una sensaci?n de alegr?a.
También nos vuelve m?s osados.
Incrementa nuestra sociabilidad, facilitando que se hagan nuevas amistades e incluso que se refuercen las ya existentes.
También nos sentimos bastante m?s desinhibidos a la hora de hablar un idioma extranjero.
Pero eso no es todo.
Algunos psic?logos afirman que bajo los efectos un vaso de vino empleamos un mayor abanico de estrategias a la hora de resolver problemas, lo que podr?a derivar en un procesamiento mental m?s eficiente.
Otros sugieren que bajo los efectos de dosis moderadas de alcohol tenemos mejor memoria.
Solo con que la mitad de esto sea cierto se explicar?a por qué el vino ocupa hoy en d?a un lugar destacado en nuestras vidas.
Hist?ricamente, una bebida de dioses
Beber vino no es algo nuevo. Arque?logos e historiadores coinciden en que hace milenios que los seres humanos tomamos vino.
Se consumi? a raudales en el antiguo Egipto, en la Grecia cl?sica y en la antigua Roma, donde cre?an, sin lugar a dudas, que se necesitaba nada menos que la intervenci?n directa de dioses como Hator, Dionisio o Baco para transformar el simple mosto de las uvas en el vino celestial.
Mucho antes, en Oriente Medio, uno de los lugares donde empez? la agricultura, abundan las evidencias arqueol?gicas que demuestran la importancia que tuvo el vino en los albores de la civilizaci?n.
Por ejemplo en Zargos (Ir?n) se encontraron vasijas de hace 7.400 a?os conteniendo restos de vino.
Hace m?s de 60 siglos ya exist?an en lo que hoy es Armenia bodegas que produc?an vino a gran escala. Pisaban las uvas en cubas de gran capacidad vaciadas en piedra, y fermentaban después el mosto resultante en recipientes cer?micos m?s peque?os.
Pero el vino debi? empezar a consumirse incluso antes.
Las vides silvestres abundan en muchas zonas donde habitaban los primeros cazadores y recolectores de nuestra especie.
Y en la piel de las uvas abundan hongos del grupo Saccharomycetes, a menudo transportados hasta ellas por las peque?as moscas de la fruta. Los Saccharomycetes fermentan el az?car de las uvas transform?ndolo en etanol.
Adem?s, el hongo Botrytis cinerea ataca directamente a las uvas consiguiendo fermentarlas en la propia planta (en la actualidad los vinos de Botrytis siguen siendo muy apreciados y a menudo caros).
Sin duda muchos cazadores-recolectores del paleol?tico tuvieron acceso a uvas fermentadas que pod?an considerarse las primeras versiones del vino.
https://uc-4u.com/clip/323a67c8-6af0-406c-a44b-5ad2d1fe29cb_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg |
?Sab?as que bebemos vino gracias a una mutaci?n de hace millones de a?os?
En los ?ltimos a?os la genética est? aportando pruebas de que la historia no siempre fue como nos la contaron.
Y con el vino pasa lo mismo.
Recientes estudios demostraron que hace unos 10 millones de a?os nuestros ancestros evolutivos africanos dispon?an de un enzima, la ADH4, con la capacidad para metabolizar una gran variedad de moléculas presentes en las plantas que nos serv?an de alimentos.
Pero ADH4 no pod?a metabolizar el etanol (el principal alcohol del vino).
Entonces se produjo una mutaci?n, conocida como ADH4n.
Quienes ten?an el enzima mutante ADH4n pod?a metabolizar el etanol. Y esto les permiti? empezar a comer las frutas que tras caer maduras de los ?rboles fermentaban r?pidamente en el c?lido suelo africano.
El acceso a esta nueva fuente de energ?a proporcion? a los portadores ADH4n de una ventaja tan considerable que la mutaci?n se extendi? r?pidamente entre nuestros ancestros Australopithecus.
?Es el consumo de vino lo que hizo humanos?
A través de nuestro linaje la encima mutante ADH4n lleg? hasta nosotros y es la que hoy en d?a nos permite beber vino.
Los m?s fan?ticos “vin?filos” encontrar?n en esto un argumento para asegurar que el consumo de vino nos hizo humanos, pues nuestros “primos” lejanos como los orangutanes, que son arbor?colas y no acceden a las frutas fermentadas del suelo, siguen careciendo de la variante ADH4n y no metalizan el etanol.
Pasaron much?simos milenios en los que nuestros ancestros se limitaron a recolectar el alcohol que la naturaleza produc?a ocasionalmente. Hasta que los seres humanos de nuestra especie empezaron a cultivar las vides en el Neol?tico.
Entonces se inici? un complejo proceso de selecci?n artificial en el que los agricultores de la época cultivaban preferentemente las variedades de uvas que m?s les gustaban.
De este modo, cuando en una parra surg?a una nueva mutaci?n que produc?a un sabor u olor m?s agradable, sus esquejes se plantaban en m?s lugares.
Como resultado de esta selecci?n artificial las vides fueron acumulando docenas de genes que producen sustancias cuyo aroma y sabor nos resultan agradables tras la fermentaci?n alcoh?lica. Y as? hoy en d?a disponemos de miles de vinos donde elegir.
https://uc-4u.com/clip/9ea6df30-6e6f-4a82-8ce1-d13778ad8d52_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg |
La importancia del gen PROP: Algunos vinos nos gustan. Otros no tanto.
Mayoritariamente se cree que el hecho de que a una persona le guste, o no, el vino es una cuesti?n de costumbre. Si uno “educa” lo suficiente su paladar, aprende lo necesario para que el vino le termine gustando.
Pero no es cierto. Ante todo es también nuestra genética quien nos condiciona para que disfrutemos o aborrezcamos el vino.
Veamos un ejemplo.
El gen PROP nos permite distinguir el sabor del 6-n-propylthiouracilo, que es una de las principales sustancias s?pidas contenidas en el vino.
Por supuesto dicho gen se hereda siguiendo las leyes de Mendel.
Y seguramente muchos de los aficionados al vino hubiesen preferido que en vez de utilizar los ejemplos cl?sicos con anodinos guisantes que aparecen en los libros de texto les hubiesen explicado las leyes b?sicas de la herencia mediante el ejemplo de estos genes PROP.
?Puede ser genético el gusto por el vino?
Este gen tiene 2 alelos PROP+ y PROP–.
Las personas con el genotipo PROP–/PROP– son incapaces de distinguir el sabor 6-n-propylthiouracil. En principio el vino no les resulta desagradable, ni tampoco agradable.
Por el contrario, las personas con el genotipo PROP+/PROP+ sienten el sabor del 6-n-propylthiouracilo como extremadamente desagradable. En consecuencia no es f?cil que lleguen a ser buenos bebedores.
Sin embargo los individuos heterocigotos PROP+/PROP– perciben sabor del 6-n-propylthiouracilo como algo delicioso, lo que les predispone a disfrutar de esta bebida.
Tal vez esto explique un hecho que comentan a menudo muchos de los profesionales que se dedican al vino.
A todos los hijos de las parejas en las uno de sus miembros aborrece el vino mientras que al otro le parece algo “ni fu ni fa” siempre les apasiona el vino.
Genéticamente la explicaci?n resulta elemental y muy sencilla de entender: El progenitor que aborrece el vino es de genotipo PROP+/PROP+. El otro, al que el vino le resulta indiferente, es PROP–/PROP–. Pero todos sus hijos ser?n PROP+/PROP– y considerar?n al vino como algo delicioso.
Hay muchos m?s genes adem?s del PROP implicados en que nos guste el vino.
As?, tras miles de a?os de relaci?n entre humanos y vides, las uvas han acumulado numerosas sustancias con efectos similares al 6-n-propylthiouracilo.
Como hay tanta variedad de sustancias en los distintos tipos de vino, a la mayor?a de nosotros algunos tipos de vinos nos gustar?n mucho m?s que otros. Es cuesti?n de genes.
https://uc-4u.com/clip/2f50bad6-dc1f-4d68-885c-c253b3e16181_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg |
Ni siquiera el vino es perfecto
Dado que nuestra relaci?n con el vino es tan antigua, podr?a pensarse que el vino deber?a ser algo bueno para nuestra salud.
?De verdad el tomar un vaso de vino al d?a nos protege en alg?n grado de las enfermedades cardiovasculares o del c?ncer?
?Con un vaso de vino desarrollamos un procesamiento mental m?s eficiente?
En este sentido la ciencia est? realizando una serie de descubrimientos sobre los efectos del vino en la salud que seguramente no gustar?n a muchos.
Pero, como dice el astrof?sico y televisivo divulgador cient?fico Neil deGrasse Tyson “Lo bueno de la ciencia es que es cierta, creas o no en ella”.
El consumo de alcohol en grandes cantidades provoca una serie de efectos da?inos que son de sobra conocidos.
La OMS estima que los da?os directos del consumo de alcohol matan al a?o a m?s de 3 millones de personas como resultado de las enfermedades digestivas y hep?ticas, as? como de los diversos tipos de c?nceres que produce.
Adem?s, las alteraciones que el alcohol induce en el funcionamiento de nuestro cerebro est?n detr?s de un gran n?mero de accidentes automovil?sticos, laborales y domésticos.
La OMS también calcula que alrededor de 285 millones de personas padecen serios trastornos y problemas de salud debido a su consumo excesivo de alcohol.
El peligro de los niveles de consumo
En semejante contexto no es de extra?ar que algunos expertos en salud p?blica estén muy preocupados ante la posibilidad de que muchos de los que empiezan a consumir vino con moderaci?n terminen incrementando su dosis con el tiempo, hasta alcanzar niveles peligrosos.
Sabemos que cuando una persona empieza a consumir vino por primera vez, consigue efectos psicol?gicos agradables (como la sensaci?n de alegr?a, de desinhibici?n o de incremento en la sociabilidad) a dosis muy bajas.
Pero pronto necesitar? dosis m?s altas para obtener los mismos efectos. As? se corre el riesgo de que poco a poco los bebedores vayan pasando de un consumo moderado de vino a uno m?s abundante.
En este sentido el progreso de la biolog?a molecular ha demostrado que existen numerosos genes asociados con la propensi?n a ser consumidores excesivos de alcohol.
Se ha identificado una amplia gama de variantes genéticas que contribuyen a que una persona tenga una alta predisposici?n a consumir grandes cantidades de alcohol, o que sea extremadamente susceptible a su efecto.
Una serie de trabajos han demostrado que la importancia de los genes en el consumo excesivo de alcohol es tan grande como todas las dem?s razones no genéticas (educaci?n, ambiente, etc.) juntas.
De hecho, los componentes genéticos explican alrededor del 50 % de los casos de consumo excesivo de alcohol.
El ejemplo de un genetista esencial en la secuenciaci?n del genoma humano
Con semejante perspectiva la idea de que mucha gente empiece a beber vino moderadamente para mejorar su salud resulta cuanto menos arriesgada. Hoy en d?a es f?cil, r?pido y barato secuenciar partes de nuestro genoma para saber si tenemos o no propensi?n al consumo excesivo del alcohol. Mucha gente lo ha hecho, entre ellos Craig Venter, el genetista que jug? el papel esencial en la secuenciaci?n del genoma humano.
Venter coment? en m?s de una ocasi?n que como en su genoma (uno de los primeros que se secuenciaron totalmente) hab?a variantes genéticas ligadas a la propensi?n al consumo del alcohol, ten?a que ser extremadamente cuidadoso en su relaci?n con el alcohol.
Pero si como le ocurre a much?sima gente tienes el genotipo adecuado para que te guste el vino y a la vez no seas propenso a un consumo excesivo de alcohol…
https://uc-4u.com/clip/c8cef4b8-8d1b-4db9-9a9a-7db70e0e985c_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg vino 13 | Posawee Suwannaphati
?Es bueno para tu salud beber vino?
Podemos resumir los resultados de una larga serie de estudios de salud p?blica sobre los efectos del consumo moderado de vino diciendo que, estad?sticamente hablando, entre quienes consumen vino con moderaci?n (como mucho un vaso de 250 mililitros al d?a) la proporci?n de personas que est?n sanas es algo mayor que entre quienes nunca o casi nunca lo consumen.
Pero hay que entender este tipo de estudios en términos estad?sticos.
Por supuesto, podemos encontrar much?simos abstemios que est?n m?s sanos que muchos consumidores moderados de vino, y también lo contrario.
Es m?s, en general la diferencia de salud entre bebedores moderados y no bebedores es peque?a.
Sin embargo, el hecho de que entre quienes consumen vino con moderaci?n exista una menor proporci?n de enfermedades cardiovasculares o c?ncer, se ha asociado a que beber vino con moderaci?n es bueno para la salud.
En esto se basan los cientos de art?culos de divulgaci?n que ensalzan los beneficios para la salud que tiene el consumo moderado de vino.
Sin embargo trabajos m?s recientes con un dise?o estad?stico m?s sofisticado arrojan un resultado diferente.
En realidad lo que ocurre es que las personas que est?n sanas pueden tomar vino con moderaci?n sin que eso perjudique a su salud.
Sin embargo a las personas que no gozan de tan buena salud incluso el consumo moderado de vino les resulta da?ino. Muchas de ellas se dan cuenta y tienden a no tomarlo nunca.
Adem?s, estudios en personas mayores de 60 a?os demuestran que un consumo moderado de vino no reduce en nada su mortalidad si se les compara con los que nunca prueban el vino.
El error de asociar alcohol y creatividad o ingenio
El etanol es una toxina poderosa. A lo largo de nuestra historia evolutiva hemos desarrollado mecanismos que nos protegen de su efecto nocivo, como la mutaci?n que codifica la variante enzim?tica ADH4n.
Claro que en las personas sanas que beben vino con moderaci?n no va a aumentar mucho la tasa de mortalidad.
Pero como la ingesta de alcohol siempre muestra una dosis-respuesta positiva, eso provoca excesos y no pocas veces un incremento de la mortalidad entre los bebedores.
Es de todos conocido que una serie de artistas, escritores e intelectuales han abusado del alcohol y parec?a que incluso era un aliado de su creatividad.
Pero también en este sentido los resultados cient?ficos m?s recientes son tajantes.
Es cierto que bajo los efectos de dosis moderadas de alcohol empleamos un mayor abanico de estrategias para resolver problemas.
Pero todas ellas hacen que resolvamos peor los problemas complejos.
Con un vaso de vino nuestro procesamiento mental no m?s eficiente, sino todo lo contrario.
En todo caso si est?s sano y te gusta el vino, disfruta de su consumo moderado.
Pero si no est?s sano, no bebas.
?Ah! y si no te gusta el vino, que sepas que es una solemne tonter?a que te esfuerces por tomar de vez en cuando un vaso, esperando que eso sea bueno para tu salud.
Por m?s que el vino esté tan de moda.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/salud/pregunta-vino-bueno-tiene-moleculas-milagro-80339787)
El vino tiene buena prensa. «Saber de vino» est? bien considerado en nuestras reuniones sociales. Incluso la creencia de que beber un vaso de vino al d?a es bueno para nuestra salud lleg? a estar firmemente arraigada entre nosotros.
Pero… ?Realmente es el vino tan bueno como parece?
Buscando la respuesta a esta pregunta, durante los ?ltimos a?os la ciencia ha realizado una serie de sorprendentes descubrimientos.
As? son nuestras creencias sobre el vino
Nunca pudimos imaginar que nuestra interacci?n con el vino fuese a resultar tan compleja, ni tan antigua.
As? que si te gusta el vino s?rvete ahora un buen vaso y prep?rate a disfrutar, porque la ciencia del vino es sin duda tan apasionante como el vino mismo.
Seguramente leer este art?culo cambiar? para siempre lo que piensas sobre el vino.
Conviene empezar revisando algunas de nuestras creencias acerca del vino.
En numerosos art?culos de divulgaci?n se afirma que, tomado con moderaci?n, el vino tiene un efecto cardio-protector.
También se insiste en que el vino tinto contiene polifenoles que en alguna medida podr?an defendernos contra ciertos tipos de c?ncer.
Adem?s se ha puesto de moda hablar de las bondades algunas moléculas “milagro”, que aparentemente parecen ser buenas para casi todo. Y como no pod?a ser menos, una de ellas -el reverastrol- est? presente en el vino tinto.
Dado que las enfermedades cardiovasculares y oncol?gicas est?n entre las principales causas de muerte, no es de extra?ar que durante los ?ltimos a?os se haya incrementado el n?mero de estudios cient?ficos rigurosos acerca de los supuestos beneficios que a largo plazo podr?a tener consumir vino con moderaci?n.
https://uc-4u.com/clip/646d2dcf-66fa-4870-bf8e-9b884d9c37f9_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg |
Los beneficios de un vaso de vino para el comportamiento
Adem?s de estos supuestos beneficios sobre nuestra salud, el vino act?a de una forma mucho m?s inmediata -y comprobada- sobre nuestro comportamiento.
Tras tomar sin mucha prisa un vaso de vino (alrededor de un cuarto de litro) una persona joven y sana de unos 70 kilos alcanzar? al cabo de un rato una concentraci?n de alcohol en sangre de alrededor del 0,05%.
Una serie de estudios realizados por psic?logos indican que estas dosis de alcohol producen;
Una sensaci?n de alegr?a.
También nos vuelve m?s osados.
Incrementa nuestra sociabilidad, facilitando que se hagan nuevas amistades e incluso que se refuercen las ya existentes.
También nos sentimos bastante m?s desinhibidos a la hora de hablar un idioma extranjero.
Pero eso no es todo.
Algunos psic?logos afirman que bajo los efectos un vaso de vino empleamos un mayor abanico de estrategias a la hora de resolver problemas, lo que podr?a derivar en un procesamiento mental m?s eficiente.
Otros sugieren que bajo los efectos de dosis moderadas de alcohol tenemos mejor memoria.
Solo con que la mitad de esto sea cierto se explicar?a por qué el vino ocupa hoy en d?a un lugar destacado en nuestras vidas.
Hist?ricamente, una bebida de dioses
Beber vino no es algo nuevo. Arque?logos e historiadores coinciden en que hace milenios que los seres humanos tomamos vino.
Se consumi? a raudales en el antiguo Egipto, en la Grecia cl?sica y en la antigua Roma, donde cre?an, sin lugar a dudas, que se necesitaba nada menos que la intervenci?n directa de dioses como Hator, Dionisio o Baco para transformar el simple mosto de las uvas en el vino celestial.
Mucho antes, en Oriente Medio, uno de los lugares donde empez? la agricultura, abundan las evidencias arqueol?gicas que demuestran la importancia que tuvo el vino en los albores de la civilizaci?n.
Por ejemplo en Zargos (Ir?n) se encontraron vasijas de hace 7.400 a?os conteniendo restos de vino.
Hace m?s de 60 siglos ya exist?an en lo que hoy es Armenia bodegas que produc?an vino a gran escala. Pisaban las uvas en cubas de gran capacidad vaciadas en piedra, y fermentaban después el mosto resultante en recipientes cer?micos m?s peque?os.
Pero el vino debi? empezar a consumirse incluso antes.
Las vides silvestres abundan en muchas zonas donde habitaban los primeros cazadores y recolectores de nuestra especie.
Y en la piel de las uvas abundan hongos del grupo Saccharomycetes, a menudo transportados hasta ellas por las peque?as moscas de la fruta. Los Saccharomycetes fermentan el az?car de las uvas transform?ndolo en etanol.
Adem?s, el hongo Botrytis cinerea ataca directamente a las uvas consiguiendo fermentarlas en la propia planta (en la actualidad los vinos de Botrytis siguen siendo muy apreciados y a menudo caros).
Sin duda muchos cazadores-recolectores del paleol?tico tuvieron acceso a uvas fermentadas que pod?an considerarse las primeras versiones del vino.
https://uc-4u.com/clip/323a67c8-6af0-406c-a44b-5ad2d1fe29cb_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg |
?Sab?as que bebemos vino gracias a una mutaci?n de hace millones de a?os?
En los ?ltimos a?os la genética est? aportando pruebas de que la historia no siempre fue como nos la contaron.
Y con el vino pasa lo mismo.
Recientes estudios demostraron que hace unos 10 millones de a?os nuestros ancestros evolutivos africanos dispon?an de un enzima, la ADH4, con la capacidad para metabolizar una gran variedad de moléculas presentes en las plantas que nos serv?an de alimentos.
Pero ADH4 no pod?a metabolizar el etanol (el principal alcohol del vino).
Entonces se produjo una mutaci?n, conocida como ADH4n.
Quienes ten?an el enzima mutante ADH4n pod?a metabolizar el etanol. Y esto les permiti? empezar a comer las frutas que tras caer maduras de los ?rboles fermentaban r?pidamente en el c?lido suelo africano.
El acceso a esta nueva fuente de energ?a proporcion? a los portadores ADH4n de una ventaja tan considerable que la mutaci?n se extendi? r?pidamente entre nuestros ancestros Australopithecus.
?Es el consumo de vino lo que hizo humanos?
A través de nuestro linaje la encima mutante ADH4n lleg? hasta nosotros y es la que hoy en d?a nos permite beber vino.
Los m?s fan?ticos “vin?filos” encontrar?n en esto un argumento para asegurar que el consumo de vino nos hizo humanos, pues nuestros “primos” lejanos como los orangutanes, que son arbor?colas y no acceden a las frutas fermentadas del suelo, siguen careciendo de la variante ADH4n y no metalizan el etanol.
Pasaron much?simos milenios en los que nuestros ancestros se limitaron a recolectar el alcohol que la naturaleza produc?a ocasionalmente. Hasta que los seres humanos de nuestra especie empezaron a cultivar las vides en el Neol?tico.
Entonces se inici? un complejo proceso de selecci?n artificial en el que los agricultores de la época cultivaban preferentemente las variedades de uvas que m?s les gustaban.
De este modo, cuando en una parra surg?a una nueva mutaci?n que produc?a un sabor u olor m?s agradable, sus esquejes se plantaban en m?s lugares.
Como resultado de esta selecci?n artificial las vides fueron acumulando docenas de genes que producen sustancias cuyo aroma y sabor nos resultan agradables tras la fermentaci?n alcoh?lica. Y as? hoy en d?a disponemos de miles de vinos donde elegir.
https://uc-4u.com/clip/9ea6df30-6e6f-4a82-8ce1-d13778ad8d52_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg |
La importancia del gen PROP: Algunos vinos nos gustan. Otros no tanto.
Mayoritariamente se cree que el hecho de que a una persona le guste, o no, el vino es una cuesti?n de costumbre. Si uno “educa” lo suficiente su paladar, aprende lo necesario para que el vino le termine gustando.
Pero no es cierto. Ante todo es también nuestra genética quien nos condiciona para que disfrutemos o aborrezcamos el vino.
Veamos un ejemplo.
El gen PROP nos permite distinguir el sabor del 6-n-propylthiouracilo, que es una de las principales sustancias s?pidas contenidas en el vino.
Por supuesto dicho gen se hereda siguiendo las leyes de Mendel.
Y seguramente muchos de los aficionados al vino hubiesen preferido que en vez de utilizar los ejemplos cl?sicos con anodinos guisantes que aparecen en los libros de texto les hubiesen explicado las leyes b?sicas de la herencia mediante el ejemplo de estos genes PROP.
?Puede ser genético el gusto por el vino?
Este gen tiene 2 alelos PROP+ y PROP–.
Las personas con el genotipo PROP–/PROP– son incapaces de distinguir el sabor 6-n-propylthiouracil. En principio el vino no les resulta desagradable, ni tampoco agradable.
Por el contrario, las personas con el genotipo PROP+/PROP+ sienten el sabor del 6-n-propylthiouracilo como extremadamente desagradable. En consecuencia no es f?cil que lleguen a ser buenos bebedores.
Sin embargo los individuos heterocigotos PROP+/PROP– perciben sabor del 6-n-propylthiouracilo como algo delicioso, lo que les predispone a disfrutar de esta bebida.
Tal vez esto explique un hecho que comentan a menudo muchos de los profesionales que se dedican al vino.
A todos los hijos de las parejas en las uno de sus miembros aborrece el vino mientras que al otro le parece algo “ni fu ni fa” siempre les apasiona el vino.
Genéticamente la explicaci?n resulta elemental y muy sencilla de entender: El progenitor que aborrece el vino es de genotipo PROP+/PROP+. El otro, al que el vino le resulta indiferente, es PROP–/PROP–. Pero todos sus hijos ser?n PROP+/PROP– y considerar?n al vino como algo delicioso.
Hay muchos m?s genes adem?s del PROP implicados en que nos guste el vino.
As?, tras miles de a?os de relaci?n entre humanos y vides, las uvas han acumulado numerosas sustancias con efectos similares al 6-n-propylthiouracilo.
Como hay tanta variedad de sustancias en los distintos tipos de vino, a la mayor?a de nosotros algunos tipos de vinos nos gustar?n mucho m?s que otros. Es cuesti?n de genes.
https://uc-4u.com/clip/2f50bad6-dc1f-4d68-885c-c253b3e16181_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg |
Ni siquiera el vino es perfecto
Dado que nuestra relaci?n con el vino es tan antigua, podr?a pensarse que el vino deber?a ser algo bueno para nuestra salud.
?De verdad el tomar un vaso de vino al d?a nos protege en alg?n grado de las enfermedades cardiovasculares o del c?ncer?
?Con un vaso de vino desarrollamos un procesamiento mental m?s eficiente?
En este sentido la ciencia est? realizando una serie de descubrimientos sobre los efectos del vino en la salud que seguramente no gustar?n a muchos.
Pero, como dice el astrof?sico y televisivo divulgador cient?fico Neil deGrasse Tyson “Lo bueno de la ciencia es que es cierta, creas o no en ella”.
El consumo de alcohol en grandes cantidades provoca una serie de efectos da?inos que son de sobra conocidos.
La OMS estima que los da?os directos del consumo de alcohol matan al a?o a m?s de 3 millones de personas como resultado de las enfermedades digestivas y hep?ticas, as? como de los diversos tipos de c?nceres que produce.
Adem?s, las alteraciones que el alcohol induce en el funcionamiento de nuestro cerebro est?n detr?s de un gran n?mero de accidentes automovil?sticos, laborales y domésticos.
La OMS también calcula que alrededor de 285 millones de personas padecen serios trastornos y problemas de salud debido a su consumo excesivo de alcohol.
El peligro de los niveles de consumo
En semejante contexto no es de extra?ar que algunos expertos en salud p?blica estén muy preocupados ante la posibilidad de que muchos de los que empiezan a consumir vino con moderaci?n terminen incrementando su dosis con el tiempo, hasta alcanzar niveles peligrosos.
Sabemos que cuando una persona empieza a consumir vino por primera vez, consigue efectos psicol?gicos agradables (como la sensaci?n de alegr?a, de desinhibici?n o de incremento en la sociabilidad) a dosis muy bajas.
Pero pronto necesitar? dosis m?s altas para obtener los mismos efectos. As? se corre el riesgo de que poco a poco los bebedores vayan pasando de un consumo moderado de vino a uno m?s abundante.
En este sentido el progreso de la biolog?a molecular ha demostrado que existen numerosos genes asociados con la propensi?n a ser consumidores excesivos de alcohol.
Se ha identificado una amplia gama de variantes genéticas que contribuyen a que una persona tenga una alta predisposici?n a consumir grandes cantidades de alcohol, o que sea extremadamente susceptible a su efecto.
Una serie de trabajos han demostrado que la importancia de los genes en el consumo excesivo de alcohol es tan grande como todas las dem?s razones no genéticas (educaci?n, ambiente, etc.) juntas.
De hecho, los componentes genéticos explican alrededor del 50 % de los casos de consumo excesivo de alcohol.
El ejemplo de un genetista esencial en la secuenciaci?n del genoma humano
Con semejante perspectiva la idea de que mucha gente empiece a beber vino moderadamente para mejorar su salud resulta cuanto menos arriesgada. Hoy en d?a es f?cil, r?pido y barato secuenciar partes de nuestro genoma para saber si tenemos o no propensi?n al consumo excesivo del alcohol. Mucha gente lo ha hecho, entre ellos Craig Venter, el genetista que jug? el papel esencial en la secuenciaci?n del genoma humano.
Venter coment? en m?s de una ocasi?n que como en su genoma (uno de los primeros que se secuenciaron totalmente) hab?a variantes genéticas ligadas a la propensi?n al consumo del alcohol, ten?a que ser extremadamente cuidadoso en su relaci?n con el alcohol.
Pero si como le ocurre a much?sima gente tienes el genotipo adecuado para que te guste el vino y a la vez no seas propenso a un consumo excesivo de alcohol…
https://uc-4u.com/clip/c8cef4b8-8d1b-4db9-9a9a-7db70e0e985c_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg vino 13 | Posawee Suwannaphati
?Es bueno para tu salud beber vino?
Podemos resumir los resultados de una larga serie de estudios de salud p?blica sobre los efectos del consumo moderado de vino diciendo que, estad?sticamente hablando, entre quienes consumen vino con moderaci?n (como mucho un vaso de 250 mililitros al d?a) la proporci?n de personas que est?n sanas es algo mayor que entre quienes nunca o casi nunca lo consumen.
Pero hay que entender este tipo de estudios en términos estad?sticos.
Por supuesto, podemos encontrar much?simos abstemios que est?n m?s sanos que muchos consumidores moderados de vino, y también lo contrario.
Es m?s, en general la diferencia de salud entre bebedores moderados y no bebedores es peque?a.
Sin embargo, el hecho de que entre quienes consumen vino con moderaci?n exista una menor proporci?n de enfermedades cardiovasculares o c?ncer, se ha asociado a que beber vino con moderaci?n es bueno para la salud.
En esto se basan los cientos de art?culos de divulgaci?n que ensalzan los beneficios para la salud que tiene el consumo moderado de vino.
Sin embargo trabajos m?s recientes con un dise?o estad?stico m?s sofisticado arrojan un resultado diferente.
En realidad lo que ocurre es que las personas que est?n sanas pueden tomar vino con moderaci?n sin que eso perjudique a su salud.
Sin embargo a las personas que no gozan de tan buena salud incluso el consumo moderado de vino les resulta da?ino. Muchas de ellas se dan cuenta y tienden a no tomarlo nunca.
Adem?s, estudios en personas mayores de 60 a?os demuestran que un consumo moderado de vino no reduce en nada su mortalidad si se les compara con los que nunca prueban el vino.
El error de asociar alcohol y creatividad o ingenio
El etanol es una toxina poderosa. A lo largo de nuestra historia evolutiva hemos desarrollado mecanismos que nos protegen de su efecto nocivo, como la mutaci?n que codifica la variante enzim?tica ADH4n.
Claro que en las personas sanas que beben vino con moderaci?n no va a aumentar mucho la tasa de mortalidad.
Pero como la ingesta de alcohol siempre muestra una dosis-respuesta positiva, eso provoca excesos y no pocas veces un incremento de la mortalidad entre los bebedores.
Es de todos conocido que una serie de artistas, escritores e intelectuales han abusado del alcohol y parec?a que incluso era un aliado de su creatividad.
Pero también en este sentido los resultados cient?ficos m?s recientes son tajantes.
Es cierto que bajo los efectos de dosis moderadas de alcohol empleamos un mayor abanico de estrategias para resolver problemas.
Pero todas ellas hacen que resolvamos peor los problemas complejos.
Con un vaso de vino nuestro procesamiento mental no m?s eficiente, sino todo lo contrario.
En todo caso si est?s sano y te gusta el vino, disfruta de su consumo moderado.
Pero si no est?s sano, no bebas.
?Ah! y si no te gusta el vino, que sepas que es una solemne tonter?a que te esfuerces por tomar de vez en cuando un vaso, esperando que eso sea bueno para tu salud.
Por m?s que el vino esté tan de moda.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/salud/pregunta-vino-bueno-tiene-moleculas-milagro-80339787)