الريــم
12-22-2022, 03:44 PM
Si Carmen Posadas (Montevideo, 1953) mira a su propia vida con la perspectiva que da el tiempo transcurrido, tan sabio, hay una canci?n en la que siempre piensa porque, de alg?n modo, la define: Como un gorri?n, de Joan Manuel Serrat. La letra, que, sentada en una amplia y muy decorada sala de su casa madrile?a, cercana al Congreso de los Diputados, tararea con soltura y sin desafinar, dice as?: "Le gusta andar por las ramas, ir de balc?n en balc?n sin que nadie le eche mano, como un gorri?n".
Bien sabe la escritora, autora de quince libros infantiles, doce novelas, dos biograf?as, varios guiones de cine y televisi?n y ganadora del premio Planeta en 1998, que "volando bajito también se puede llegar lejos". M?s lejos, incluso, que cuando frecuentas las alturas, "porque all? arriba disparan".
Obviamente, ya no es la misma persona que empez? a escribir hace cuarenta o cincuenta a?os; el cambio, también el literario, no s?lo el vital, es bueno e inevitable. Pero s? procura seguir cultivando la curiosidad, que nunca ha perdido, y mantener ese "cierto candor", que cree que es necesario, vital en este oficio.
Luego, adem?s, todo lo mucho vivido, las circunstancias que han rodeado su biograf?a, abordada a veces desde el periodismo m?s burdo, ese que bordea la ficci?n, han hecho que haya ganado en experiencia. Aunque es consciente de que con cada nuevo libro pasa rev?lida, como si fuera el primero. También con el ?ltimo, Licencia para espiar (Espasa).
P. Asegura que con su ?ltimo libro no pretend?a contribuir a "alargar la agotadora lista de novelas de mujeres para mujeres y sobre mujeres".
R. S?, es muy cansado eso.
P. ?A qué se debe esa aclaraci?n?
R. El mundo est? hecho de hombres y mujeres y no me voy a dedicar a eso que hacen las feministas ahora, decir que nosotros somos mucho m?s inteligentes, m?s sensibles, m?s no sé qué. Primero, porque no lo creo y, segundo, porque ya hay demasiados libros en esa l?nea.
P. ?Antes de ponerse a escribir se plantea si el tema va a molestar?
R. No. Yo, adem?s, como soy mujer, puedo meterme con las mujeres, cosa que los hombres no pueden (r?e), y lo hago sin parar, porque esta elevaci?n a los altares me parece absurda. Adem?s, al final, si te suben a un pedestal, lo m?s probable es que te caigas y te des un golpe. No me interesa contribuir a esa farsa.
"Yo no soy partidaria de la verdad como un bien absoluto. Creo que la verdad no se debe contar siempre"
P. Gan? el Planeta después de, y la cito, hacerle "un My Fair Lady a un gran manit? de las letras" que la ninguneaba. Se puso a escribir y, un a?o después, ten?a una novela con la que logr? el galard?n. ?Sigue teniendo que aplicar ese método?
R. Si alguien te ningunea, hay dos opciones: o te vienes abajo y dices pobrecita yo, no llegaré a nada porque el mundo es cruel y los hombres son muy malos, o utilizas esa fuerza y haces que te ayude a alcanzar un objetivo. Eso es lo que yo he hecho en la vida. Imagino que a usted también le habr? pasado, pero en mi época notaba mucho una cosa que yo llamaba el piropo terrorista.
P. ?Y qué es el piropo terrorista?
R. Es algo que yo he sufrido mucho, pero es universal. Le pongo un ejemplo: Montserrat Roig va a ver a Josep Pla y y le dice: "Ay, maestro, yo quiero ser escritora y traigo estos cuentos, si fuera tan amable de echarles un vistazo…". ?l fumaba y no dec?a nada, hasta que en un momento dado se vuelve y le dice: "Se?orita, con esas piernas tan bonitas que tiene, ?por qué quiere ser escritora?". Ese es el piropo terrorista, en el que est?n alabando una parte de tu f?sico para restarte credibilidad.
P. ?Los reciben también hombres?
R. Supongo que no... Hombre, no sé, ahora que los hombres se est?n cosificando también, pues es posible…
P. ?Cree que se est?n cosificando?
R. Yo creo que bastante. No hay m?s que ver esos programas horripilantes como La isla de los famosos.
P. Usted usa con frecuencia la expresi?n inversi?n cultural.
R. Tradicionalmente, la cultura siempre iba de arriba abajo: alguien con entidad ten?a una opini?n que iba permeando para abajo y las personas menos preparadas acababan asumiendo lo que hab?a dicho este se?or. Ahora es exactamente al revés: la cultura va de abajo arriba y es m?s importante lo que dice un influencer que lo que dice un premio Nobel. Vivimos en ese mundo.
P. ?Y qué podemos hacer para revertir esa tendencia?
R. Soy bastante pesimista. Pienso que acabar? produciéndose un hartazgo. Pero, hasta que eso ocurra, se produce otro fen?meno inquietante. Umberto Eco dec?a que ahora el tonto del pueblo tiene un altavoz potent?simo con internet y lo que prevalece es su opini?n. Eso también es bastante grave. Tarde o temprano tendr? un factor de correcci?n, pero a corto plazo no lo veo.
"Los que somos hijos de mediados del siglo XX hemos vivido un espejismo de paz y progreso que no es la norma, sino la excepci?n"
P. Teniendo en cuenta su interés por la historia, ?qué le sugiere el momento que estamos viviendo?
R. Los que somos hijos de mediados del siglo XX hemos vivido una especie de espejismo de paz y de progreso que no es la norma, sino la excepci?n. La historia del mundo ha sido convulsa desde sus or?genes y el periodo de paz m?s largo en el mundo occidental ha sido después de la Segunda Guerra Mundial y hasta m?s o menos la ca?da de las Torres. Los que nacimos en esos a?os pensamos que el mundo era as?, que no era un disparate, que no era kafkiano, como es ahora. Hab?a una sensaci?n de que, si trabajabas, pod?as salir adelante, hab?a culto al esfuerzo, hab?a montones de cosas que ni siquiera quiero mencionar porque sueno tan vieja diciéndolas… Palabras que hoy ya no tienen ning?n significado, como esfuerzo, honor… Todos esos par?metros han desaparecido. Pero el mundo siempre ha sido el otro, hemos vivido un espejismo. Lo normal es lo que estamos viviendo ahora, que es una época de perplejidad en la que se producen guerras, pandemias, injusticias. Es lo que siempre ha sido el mundo.
P. Con una novedad, y es que ahora hay un cuestionamiento de la verdad. Antes confi?bamos m?s en las palabras, en el vocabulario.
R. He estado releyendo hace poco 1984, de Orwell, y es absolutamente deslumbrante, porque hay cantidad de cosas que se est?n cumpliendo m?s all? del Gran Hermano, que es el t?pico. Orwell est? retratando la sociedad estalinista, es una s?tira clara de c?mo es el mundo en la Uni?n Soviética en ese momento, y eso est? pasando ahora curiosamente en un mundo libre. La manipulaci?n del lenguaje en el mundo soviético es comprensible, porque hab?a alguien interesado en eso, pero es que ahora se est? produciendo el mismo fen?meno sin que exista el estalinista de turno, somos nosotros mismos los que estamos imponiendo esa manipulaci?n del lenguaje.
P. ?Y cree que los escritores tenemos una responsabilidad ah??
R. S?, pero me pregunto si somos la voz que clama en el desierto, porque otro fen?meno que se est? produciendo ahora es el sesgo de confirmaci?n. La gente s?lo lee a quienes son de su cuerda para que les ratifiquen en lo que ya piensan de antemano. Nadie quiere mirar a su alrededor y tener la mente abierta e intentar aprender algo de alguien que no piense igual. Yo seguiré siendo la voz que clama en el desierto, pero me pregunto a cu?ntos o?dos llego (r?e).
P. Siempre ha sostenido que la condena social, de la opini?n p?blica, es un mecanismo fundamental, un gran logro de la civilizaci?n. ?Puede la literatura también servir para denunciar? ?Qué piensa del rol social de la escritura?
R. S?, yo creo que la literatura es muy poderosa, y lo ha demostrado a lo largo de la historia en muchas ocasiones. Pero no sé si ahora es tan notable eso. Cuando Alejandro Dumas se inventa el personaje de Richelieu, consigue que todos tengamos la idea de c?mo era seg?n su retrato, que no ten?a nada que ver con la realidad. La literatura es tan poderosa que es capaz de reinventar la realidad. Yo no veo que ahora ninguna novela tenga esa capacidad.
"La manipulaci?n del lenguaje en el mundo soviético es comprensible, pero ahora se est? produciendo el mismo fen?meno sin que exista el estalinista de turno"
P. ?Es partidaria de separar ficci?n y realidad?
R. Como escritora, es completamente aceptable que puedas hacer lo que te dé la gana, s?lo faltaba (r?e). Como lectora, me irrita bastante que se difumine tanto la separaci?n entre ficci?n y realidad. Le pongo un ejemplo: The Crown. Est?s ficcionalizando c?mo son personas vivas y te est?s inventando lo que te da la gana. Eso me parece peligroso y muy injusto con quienquiera que le toque esa china. Y, como la literatura es tan poderosa, eso es lo que va a quedar, no la realidad, nadie se va a tomar la molestia de saber c?mo era Camilla Parker Bowles.
P. Creo que abandon? la escritura de una novela porque tuvo miedo de que la gente pensara que era una autobiograf?a encubierta. ?La retomar? alg?n d?a?
R. No creo que la retome nunca, porque, normalmente, cuando uno hace una autobiograf?a, todo lo que se puede contar no tiene importancia y lo importante no se puede contar. Incluso los que hacen una autobiograf?a para vengarse mienten. Yo eso no lo voy a hacer nunca, porque hay cosas que no se deben contar. Yo no soy partidaria de la verdad como un bien absoluto. Creo que la verdad no se debe contar siempre.
P. ?Qué piensa de la autoficci?n?
R. Hay escritores que se dedican a la autoficci?n a los que admiro much?simo, como Emmanuel Carrère, pero ya me tiene agotada, al principio me interesaba mucho, ahora me parece un ombliguismo llevado a la enésima potencia y me carga.
P. ?Y usted elegir?a a alguien para escribir su biograf?a?
R. No, porque una vez escribieron una biograf?a m?a y me daba tanta vergüenza que no la pude leer.
P. Pero para ser escritora hay que vencer un poco ese pudor, ?no? Est?s expuesta.
R. S?, yo, cuando empecé a escribir, dec?a: ?qué pensar? pap??
"Como nunca fui a la universidad, siempre me sent? muy insegura. Nunca me atrev? a pensar que yo pod?a llegar a ser una escritora"
P. ?Se planteaba eso?
R. Todo el tiempo, todo el tiempo, porque, adem?s, yo adoraba a mi padre y soy escritora gracias a él. Entonces, fui a un taller literario y el profesor me dijo: "Como no pongas en tus textos una historia morbosa nunca vas a ser escritora". Fui a mi casa y escrib? un libro en el que hab?a todos los pecados y todas las cosas m?s truculentas y m?s horrendas, y eso fue bastante liberador. Y, después, encontré otro truco buen?simo para quitarme esa sensaci?n de qué pensar? pap?. En el fondo, escribir es como hacer un estriptis, te est?s desnudando y lo est?s haciendo con un sombrero muy rid?culo en la cabeza, entre rid?culo y bochornoso. Descubr? que si pon?a mis peores sentimientos y fallos m?s horrendos en un personaje muy diferente a m?, pod?a desnudarme con toda impunidad. Y a partir de ese momento me volv? muy imp?dica.
P. Con 16 o 17 a?os ley? La metamorfosis de Kafka y le cambi? la vida. ?Por eso quiso ser escritora?
R. No, ya quer?a serlo. Como nunca fui a la universidad, siempre me sent? muy insegura. Nunca me atrev? a pensar que yo pod?a llegar a ser una escritora, me parec?a algo que estaba fuera de mis capacidades. Empecé escribiendo para ni?os creyendo que era m?s f?cil, y es mentira, escribir para ni?os es muy dif?cil.
P. Por cierto, ?ha vivido muchos momentos kafkianos en su vida?
R. Cuando yo me casé con Mariano, estas revistas que exist?an, Tiempo, Tribuna, empezaron a sacar mi vida por cap?tulos y dijeron que hab?a abandonado a mis hijas en un asilo de ancianos. Cuando lo le?, dije: voy a poner una denuncia, porque es tan kafkiano, tan rid?culo… Bueno, pues puse la querella y la perd?.
P. ?Y por qué la perdi??
R. Porque no entraron a juzgar si era verdad o era mentira, s?lo si yo ten?a derecho a la intimidad. Como era un personaje p?blico, no ten?a y de m? se pod?a decir cualquier cosa.
"Escribir es como hacer un estriptis, te est?s desnudando y lo est?s haciendo con un sombrero muy rid?culo en la cabeza"
P. Ahora vivimos circunstancias parecidas, pero en las redes, con linchamientos y se?alamientos.
R. Lo m?s grave de eso es que ya no nos escandaliza. Antes hab?a cosas que la gente no hac?a por no ser censurada socialmente. Pero ahora no s?lo no eres censurado, sino que eres aplaudido.
P. ?Cree que nos autocensuramos?
R. No le quepa la menor duda. Y es la peor forma de censura que existe.
P. Hace poco escrib?a sobre c?mo las pasiones tristes sirven a los pol?ticos extremistas para fines electorales. ?También en Espa?a?
R. Uno de los efectos de la globalizaci?n es que estos efectos son generales. En nuestra generaci?n, las pasiones que mov?an el mundo eran el entusiasmo, el optimismo... Ahora, en cambio, han descubierto la eficacia de las pasiones tristes, que la tiene, eh, hay quien saca un rédito al victimismo fant?stico.
P. Una ?ltima curiosidad. Adem?s de en Mosc?, usted vivi? en Buenos Aires. ?Ha visto Argentina 1985?
R. S?, es buen?sima, me encant?. Toda esa época, adem?s, la viv? bastante de cerca. Mi padre estaba de embajador ah?. Para que vea c?mo se viv?an las primeras desapariciones en Argentina, me acuerdo haber ido a Punta del Este y que empezaran a llegar cad?veres a la costa que parec?an chinos. "Qué cosa m?s extra?a, la cantidad de cad?veres de chinos que est?n llegando al Uruguay, ?pero de d?nde vienen?". Nos enteramos al cabo de mucho tiempo de que eran los de los vuelos de la muerte, que los cad?veres se hinchaban. Cuando est?s viviendo un fen?meno tan monstruoso como ese no te das cuenta, tardas mucho tiempo en saber la verdad.
P. De ah? la utilidad de la ficci?n.
R. Claro, s?, s?, s?.
P. Lo digo por acabar con algo de optimismo.
R. Tiene raz?n, tiene raz?n (r?e).
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/cultura/carmen-posadas-elevacion-altares-mujer-80303675)
Bien sabe la escritora, autora de quince libros infantiles, doce novelas, dos biograf?as, varios guiones de cine y televisi?n y ganadora del premio Planeta en 1998, que "volando bajito también se puede llegar lejos". M?s lejos, incluso, que cuando frecuentas las alturas, "porque all? arriba disparan".
Obviamente, ya no es la misma persona que empez? a escribir hace cuarenta o cincuenta a?os; el cambio, también el literario, no s?lo el vital, es bueno e inevitable. Pero s? procura seguir cultivando la curiosidad, que nunca ha perdido, y mantener ese "cierto candor", que cree que es necesario, vital en este oficio.
Luego, adem?s, todo lo mucho vivido, las circunstancias que han rodeado su biograf?a, abordada a veces desde el periodismo m?s burdo, ese que bordea la ficci?n, han hecho que haya ganado en experiencia. Aunque es consciente de que con cada nuevo libro pasa rev?lida, como si fuera el primero. También con el ?ltimo, Licencia para espiar (Espasa).
P. Asegura que con su ?ltimo libro no pretend?a contribuir a "alargar la agotadora lista de novelas de mujeres para mujeres y sobre mujeres".
R. S?, es muy cansado eso.
P. ?A qué se debe esa aclaraci?n?
R. El mundo est? hecho de hombres y mujeres y no me voy a dedicar a eso que hacen las feministas ahora, decir que nosotros somos mucho m?s inteligentes, m?s sensibles, m?s no sé qué. Primero, porque no lo creo y, segundo, porque ya hay demasiados libros en esa l?nea.
P. ?Antes de ponerse a escribir se plantea si el tema va a molestar?
R. No. Yo, adem?s, como soy mujer, puedo meterme con las mujeres, cosa que los hombres no pueden (r?e), y lo hago sin parar, porque esta elevaci?n a los altares me parece absurda. Adem?s, al final, si te suben a un pedestal, lo m?s probable es que te caigas y te des un golpe. No me interesa contribuir a esa farsa.
"Yo no soy partidaria de la verdad como un bien absoluto. Creo que la verdad no se debe contar siempre"
P. Gan? el Planeta después de, y la cito, hacerle "un My Fair Lady a un gran manit? de las letras" que la ninguneaba. Se puso a escribir y, un a?o después, ten?a una novela con la que logr? el galard?n. ?Sigue teniendo que aplicar ese método?
R. Si alguien te ningunea, hay dos opciones: o te vienes abajo y dices pobrecita yo, no llegaré a nada porque el mundo es cruel y los hombres son muy malos, o utilizas esa fuerza y haces que te ayude a alcanzar un objetivo. Eso es lo que yo he hecho en la vida. Imagino que a usted también le habr? pasado, pero en mi época notaba mucho una cosa que yo llamaba el piropo terrorista.
P. ?Y qué es el piropo terrorista?
R. Es algo que yo he sufrido mucho, pero es universal. Le pongo un ejemplo: Montserrat Roig va a ver a Josep Pla y y le dice: "Ay, maestro, yo quiero ser escritora y traigo estos cuentos, si fuera tan amable de echarles un vistazo…". ?l fumaba y no dec?a nada, hasta que en un momento dado se vuelve y le dice: "Se?orita, con esas piernas tan bonitas que tiene, ?por qué quiere ser escritora?". Ese es el piropo terrorista, en el que est?n alabando una parte de tu f?sico para restarte credibilidad.
P. ?Los reciben también hombres?
R. Supongo que no... Hombre, no sé, ahora que los hombres se est?n cosificando también, pues es posible…
P. ?Cree que se est?n cosificando?
R. Yo creo que bastante. No hay m?s que ver esos programas horripilantes como La isla de los famosos.
P. Usted usa con frecuencia la expresi?n inversi?n cultural.
R. Tradicionalmente, la cultura siempre iba de arriba abajo: alguien con entidad ten?a una opini?n que iba permeando para abajo y las personas menos preparadas acababan asumiendo lo que hab?a dicho este se?or. Ahora es exactamente al revés: la cultura va de abajo arriba y es m?s importante lo que dice un influencer que lo que dice un premio Nobel. Vivimos en ese mundo.
P. ?Y qué podemos hacer para revertir esa tendencia?
R. Soy bastante pesimista. Pienso que acabar? produciéndose un hartazgo. Pero, hasta que eso ocurra, se produce otro fen?meno inquietante. Umberto Eco dec?a que ahora el tonto del pueblo tiene un altavoz potent?simo con internet y lo que prevalece es su opini?n. Eso también es bastante grave. Tarde o temprano tendr? un factor de correcci?n, pero a corto plazo no lo veo.
"Los que somos hijos de mediados del siglo XX hemos vivido un espejismo de paz y progreso que no es la norma, sino la excepci?n"
P. Teniendo en cuenta su interés por la historia, ?qué le sugiere el momento que estamos viviendo?
R. Los que somos hijos de mediados del siglo XX hemos vivido una especie de espejismo de paz y de progreso que no es la norma, sino la excepci?n. La historia del mundo ha sido convulsa desde sus or?genes y el periodo de paz m?s largo en el mundo occidental ha sido después de la Segunda Guerra Mundial y hasta m?s o menos la ca?da de las Torres. Los que nacimos en esos a?os pensamos que el mundo era as?, que no era un disparate, que no era kafkiano, como es ahora. Hab?a una sensaci?n de que, si trabajabas, pod?as salir adelante, hab?a culto al esfuerzo, hab?a montones de cosas que ni siquiera quiero mencionar porque sueno tan vieja diciéndolas… Palabras que hoy ya no tienen ning?n significado, como esfuerzo, honor… Todos esos par?metros han desaparecido. Pero el mundo siempre ha sido el otro, hemos vivido un espejismo. Lo normal es lo que estamos viviendo ahora, que es una época de perplejidad en la que se producen guerras, pandemias, injusticias. Es lo que siempre ha sido el mundo.
P. Con una novedad, y es que ahora hay un cuestionamiento de la verdad. Antes confi?bamos m?s en las palabras, en el vocabulario.
R. He estado releyendo hace poco 1984, de Orwell, y es absolutamente deslumbrante, porque hay cantidad de cosas que se est?n cumpliendo m?s all? del Gran Hermano, que es el t?pico. Orwell est? retratando la sociedad estalinista, es una s?tira clara de c?mo es el mundo en la Uni?n Soviética en ese momento, y eso est? pasando ahora curiosamente en un mundo libre. La manipulaci?n del lenguaje en el mundo soviético es comprensible, porque hab?a alguien interesado en eso, pero es que ahora se est? produciendo el mismo fen?meno sin que exista el estalinista de turno, somos nosotros mismos los que estamos imponiendo esa manipulaci?n del lenguaje.
P. ?Y cree que los escritores tenemos una responsabilidad ah??
R. S?, pero me pregunto si somos la voz que clama en el desierto, porque otro fen?meno que se est? produciendo ahora es el sesgo de confirmaci?n. La gente s?lo lee a quienes son de su cuerda para que les ratifiquen en lo que ya piensan de antemano. Nadie quiere mirar a su alrededor y tener la mente abierta e intentar aprender algo de alguien que no piense igual. Yo seguiré siendo la voz que clama en el desierto, pero me pregunto a cu?ntos o?dos llego (r?e).
P. Siempre ha sostenido que la condena social, de la opini?n p?blica, es un mecanismo fundamental, un gran logro de la civilizaci?n. ?Puede la literatura también servir para denunciar? ?Qué piensa del rol social de la escritura?
R. S?, yo creo que la literatura es muy poderosa, y lo ha demostrado a lo largo de la historia en muchas ocasiones. Pero no sé si ahora es tan notable eso. Cuando Alejandro Dumas se inventa el personaje de Richelieu, consigue que todos tengamos la idea de c?mo era seg?n su retrato, que no ten?a nada que ver con la realidad. La literatura es tan poderosa que es capaz de reinventar la realidad. Yo no veo que ahora ninguna novela tenga esa capacidad.
"La manipulaci?n del lenguaje en el mundo soviético es comprensible, pero ahora se est? produciendo el mismo fen?meno sin que exista el estalinista de turno"
P. ?Es partidaria de separar ficci?n y realidad?
R. Como escritora, es completamente aceptable que puedas hacer lo que te dé la gana, s?lo faltaba (r?e). Como lectora, me irrita bastante que se difumine tanto la separaci?n entre ficci?n y realidad. Le pongo un ejemplo: The Crown. Est?s ficcionalizando c?mo son personas vivas y te est?s inventando lo que te da la gana. Eso me parece peligroso y muy injusto con quienquiera que le toque esa china. Y, como la literatura es tan poderosa, eso es lo que va a quedar, no la realidad, nadie se va a tomar la molestia de saber c?mo era Camilla Parker Bowles.
P. Creo que abandon? la escritura de una novela porque tuvo miedo de que la gente pensara que era una autobiograf?a encubierta. ?La retomar? alg?n d?a?
R. No creo que la retome nunca, porque, normalmente, cuando uno hace una autobiograf?a, todo lo que se puede contar no tiene importancia y lo importante no se puede contar. Incluso los que hacen una autobiograf?a para vengarse mienten. Yo eso no lo voy a hacer nunca, porque hay cosas que no se deben contar. Yo no soy partidaria de la verdad como un bien absoluto. Creo que la verdad no se debe contar siempre.
P. ?Qué piensa de la autoficci?n?
R. Hay escritores que se dedican a la autoficci?n a los que admiro much?simo, como Emmanuel Carrère, pero ya me tiene agotada, al principio me interesaba mucho, ahora me parece un ombliguismo llevado a la enésima potencia y me carga.
P. ?Y usted elegir?a a alguien para escribir su biograf?a?
R. No, porque una vez escribieron una biograf?a m?a y me daba tanta vergüenza que no la pude leer.
P. Pero para ser escritora hay que vencer un poco ese pudor, ?no? Est?s expuesta.
R. S?, yo, cuando empecé a escribir, dec?a: ?qué pensar? pap??
"Como nunca fui a la universidad, siempre me sent? muy insegura. Nunca me atrev? a pensar que yo pod?a llegar a ser una escritora"
P. ?Se planteaba eso?
R. Todo el tiempo, todo el tiempo, porque, adem?s, yo adoraba a mi padre y soy escritora gracias a él. Entonces, fui a un taller literario y el profesor me dijo: "Como no pongas en tus textos una historia morbosa nunca vas a ser escritora". Fui a mi casa y escrib? un libro en el que hab?a todos los pecados y todas las cosas m?s truculentas y m?s horrendas, y eso fue bastante liberador. Y, después, encontré otro truco buen?simo para quitarme esa sensaci?n de qué pensar? pap?. En el fondo, escribir es como hacer un estriptis, te est?s desnudando y lo est?s haciendo con un sombrero muy rid?culo en la cabeza, entre rid?culo y bochornoso. Descubr? que si pon?a mis peores sentimientos y fallos m?s horrendos en un personaje muy diferente a m?, pod?a desnudarme con toda impunidad. Y a partir de ese momento me volv? muy imp?dica.
P. Con 16 o 17 a?os ley? La metamorfosis de Kafka y le cambi? la vida. ?Por eso quiso ser escritora?
R. No, ya quer?a serlo. Como nunca fui a la universidad, siempre me sent? muy insegura. Nunca me atrev? a pensar que yo pod?a llegar a ser una escritora, me parec?a algo que estaba fuera de mis capacidades. Empecé escribiendo para ni?os creyendo que era m?s f?cil, y es mentira, escribir para ni?os es muy dif?cil.
P. Por cierto, ?ha vivido muchos momentos kafkianos en su vida?
R. Cuando yo me casé con Mariano, estas revistas que exist?an, Tiempo, Tribuna, empezaron a sacar mi vida por cap?tulos y dijeron que hab?a abandonado a mis hijas en un asilo de ancianos. Cuando lo le?, dije: voy a poner una denuncia, porque es tan kafkiano, tan rid?culo… Bueno, pues puse la querella y la perd?.
P. ?Y por qué la perdi??
R. Porque no entraron a juzgar si era verdad o era mentira, s?lo si yo ten?a derecho a la intimidad. Como era un personaje p?blico, no ten?a y de m? se pod?a decir cualquier cosa.
"Escribir es como hacer un estriptis, te est?s desnudando y lo est?s haciendo con un sombrero muy rid?culo en la cabeza"
P. Ahora vivimos circunstancias parecidas, pero en las redes, con linchamientos y se?alamientos.
R. Lo m?s grave de eso es que ya no nos escandaliza. Antes hab?a cosas que la gente no hac?a por no ser censurada socialmente. Pero ahora no s?lo no eres censurado, sino que eres aplaudido.
P. ?Cree que nos autocensuramos?
R. No le quepa la menor duda. Y es la peor forma de censura que existe.
P. Hace poco escrib?a sobre c?mo las pasiones tristes sirven a los pol?ticos extremistas para fines electorales. ?También en Espa?a?
R. Uno de los efectos de la globalizaci?n es que estos efectos son generales. En nuestra generaci?n, las pasiones que mov?an el mundo eran el entusiasmo, el optimismo... Ahora, en cambio, han descubierto la eficacia de las pasiones tristes, que la tiene, eh, hay quien saca un rédito al victimismo fant?stico.
P. Una ?ltima curiosidad. Adem?s de en Mosc?, usted vivi? en Buenos Aires. ?Ha visto Argentina 1985?
R. S?, es buen?sima, me encant?. Toda esa época, adem?s, la viv? bastante de cerca. Mi padre estaba de embajador ah?. Para que vea c?mo se viv?an las primeras desapariciones en Argentina, me acuerdo haber ido a Punta del Este y que empezaran a llegar cad?veres a la costa que parec?an chinos. "Qué cosa m?s extra?a, la cantidad de cad?veres de chinos que est?n llegando al Uruguay, ?pero de d?nde vienen?". Nos enteramos al cabo de mucho tiempo de que eran los de los vuelos de la muerte, que los cad?veres se hinchaban. Cuando est?s viviendo un fen?meno tan monstruoso como ese no te das cuenta, tardas mucho tiempo en saber la verdad.
P. De ah? la utilidad de la ficci?n.
R. Claro, s?, s?, s?.
P. Lo digo por acabar con algo de optimismo.
R. Tiene raz?n, tiene raz?n (r?e).
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