الريــم
12-21-2022, 01:22 AM
La anulaci?n de la doctrina Parotpor parte del Tribunal Superior de Derechos Humanos (TEDH) de Estrasburgo aceler? la puesta en libertad del ?nico condenado por el asesinato y violaci?n de las ni?as de Alcàsser, Miguel Ricart.
Lejos de los 170 a?os a los que la Audiencia de València conden? a Ricart en 1997, el asesino de Miriam, To?i y Desirée permaneci? un total de 20 a?os, diez meses y dos d?as en prisi?n, los ?ltimos en el centro penitenciario de m?xima seguridad de Herrera de la Mancha, en Ciudad Real. Antes pas? por Picassent, Castell?n, Zuera (Zaragoza) y A Lama (Pontevedra).
Miguel Ricart se convirti?, a golpe de titular, en el preso m?s conocido de la historia criminal del pa?s. Nunca fue un preso com?n aunque lograse integrarse en la normalidad de su prisi?n. Vivi? casi una década de su cautiverio en un aislamiento autoimpuesto por miedo a la justicia de la c?rcel y que rompi? de forma paulatina cuando comenz? a entablar relaciones con otros presos que permanec?an aislados del resto de reclusos.
M?s informaci?n (Auto)
http://placehold.it/175x100 T?tulo noticia (Auto)
"Siempre llevaba los auriculares de los walkman puestos y nunca hablaba con nadie. Le costaba mucho abrirse a los dem?s. Tard? casi diez a?os en sentirse un poco m?s c?modo y empezar a contar cosas y a hablar de sus necesidades", explicaba el sacerdote que fue su sostén espiritual durante sus 21 a?os en prisi?n.
http://uc-4u.com/clip/8b4e245d-90a8-4532-b9b8-5f3cf04e5cb0_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Miguel Ricart durante el juicio por el crimen de Alcàsser. | José Aleixandre
En 2002, la misma persona, la ?nica que manten?a contacto permanente con el condenado por el triple asesinato, explicaba a Levante-EMV, del grupo Prensa Ibérica, que Ricart pensaba de forma constante en la obtenci?n de un permiso penitenciario que le permitiese disfrutar de, al menos, unas horas de libertad. Adem?s del miedo al revuelo social y medi?tico que pod?a suponer que el preso m?s famoso de Espa?a pisase la calle, Ricart no contaba con la tenaz y l?gica oposici?n de la madre de Desirée, Rosa Folch, cuyo ?nico objetivo vital era que "él nunca salga de prisi?n".
En declaraciones a Levante-EMV, Folch explic? que "la justicia es que Ricart pase toda la vida en la c?rcel". Consciente de que una condena perpetua resultaba imposible en el momento, a?ad?a: "No me mat? a mi hija y ya est?, si no que, antes de asesinarla, la hizo padecer de una forma terrible. Merece estar entre rejas todo lo que le queda de vida". En 2000 y 2003, cuando el condenado pudo solicitar por fin un permiso penitenciario, rehus? hacerlo. Hab?a tirado la toalla.
Entre los compa?eros de Ricart durante su periplo carcelario de m?s de dos décadas se encuentran otros reconocidos violadores como Juan Manuel Valent?n Tejero, el asesino de la peque?a Olga Sangrador, de nueve a?os, o Pedro Luis Gallego Fern?ndez, m?s conocido como el ‘violador del ascensor’ de Valladolid.
En todo ese tiempo, adem?s, aprovech? el tiempo muerto en la prisi?n para obtener el graduado escolar y realizar talleres que le reportaban beneficios penitenciarios. Sin embargo, pese a que Ricart no protagoniz? ni un solo altercado grave, nadie de su familia quiso saber nada del criminal.
M?s informaci?n (Auto)
http://placehold.it/175x100 T?tulo noticia (Auto)
Ning?n miembro de su familia lo visit? en la prisi?n. Tampoco su ?nica hija, que ten?a tres a?os cuando Ricart y Anglés cometieron los asesinatos. La joven sigue teniendo hoy una espina clavada: tener al menos un encuentro con su padre para escuchar de sus labios lo que ocurri?.
La salida de prisi?n, un nuevo circo
El viernes 29 de noviembre de 2013, exactamente 7.226 d?as después de su detenci?n el d?a del hallazgo de los cuerpos de las ni?as, el 27 de enero de 1993, decenas de periodistas esperaban en la puerta del centro penitenciario manchego a Ricart. Los focos que iluminaron el espect?culo medi?tico en el que se convirti? el triple crimen de las ni?as de Alcàsser volvieron a encenderse para levantar el tel?n de una nueva funci?n: la puesta en libertad del hombre m?s odiado de los noventa.
Miguel Ricart ocult? su rostro a la prensa con un pasamonta?as negro al salir de prisi?n. Eran las 17.43 horas. Entre el constante ruido de los disparos de los fot?grafos y la luz cegadora de los constantes flashes, huy? de la nube de periodistas que le rodeaba, como si de una estrella pop se tratase, a bordo de un taxi que encontr? a la puerta del penal.
http://uc-4u.com/clip/a6273931-e6cb-4224-a48f-f864763eed08_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Periodistas a las puertas del penal esperando la puesta en libertad de Ricart. | F. Bustamante
La persecuci?n continu? hasta la localidad de Manzanares, a pocos kil?metros de la c?rcel, y se prolong? en una agon?a que solo termin? cuando intervino la Guardia Civil, esta vez para protegerle.
Ricart, enfundado en un pasamonta?as y un plumas y con toda su vida metida en la mochila colgada a la espalda, acab? subiéndose al primer tren que se detuvo en el andén en el que decidi? frenarse tras el cese del acoso medi?tico gracias a la presencia policial. Y, sin pretenderlo, tom? rumbo al sur, a Jaén. Llevaba lo que cualquier preso que abandona la penitenciar?a sin apoyo externo: 200 euros y un vale canjeable por un billete de tren a cualquier destino dentro del territorio nacional.
En la calle y sin rumbo fijo
No fue el ?nico en montarse en el convoy. A los vagones subieron el fot?grafo de Levante-EMV Fernando Bustamante y periodistas de otros medios. Inesperadamente, Ricart se acerc? al fot?grafo de este peri?dico y le espet?: "?Cu?ndo vais a dejar de acosarme? Solo quiero rehacer mi vida".
Fue el inicio de la ?nica entrevista que un periodista ha mantenido, sin condicionar ni manipular sus respuestas, tras los cr?menes de las ni?as. Y la concedi? a cambio de una sola condici?n: que no tratara de robarle una foto de su aspecto en aquel momento. Quer?a intentar volver a una sociedad que segu?a odiando 21 a?os después el rostro del criminal, aquella cara clavada en el imaginario colectivo en una foto fija de aquel septiembre de 1997, cuando escuch? la condena a 170 a?os de c?rcel.
http://uc-4u.com/clip/64c53bb2-674d-423a-b75c-df4c51fa311f_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Ricart, escoltado por guardias civiles ante la persecuci?n medi?tica. | F. Bustamante
Ese fue el inicio de esa exclusiva entrevista, peculiar por los silencios y plagada también de comentarios intrascendentes, a la que accedi? tras pactar que responder?a solo a lo que quisiera. Bustamante incluso le ofreci? una f?rmula sorprendente, que contestase con un 'pasapalabra' a las preguntas inc?modas.
Cuando lleg? el momento de interrogarle sobre el paradero de Antonio Anglés, contest? también con un 'pasapalabra' y una sonrisa a caballo entre la sorna y el cinismo, intuida en la contracci?n de unas marcadas patas de gallo, las propias de quien ha pasado entre rejas casi la mitad de los entonces 44 a?os recién cumplidos. Esas arrugas y sus ojos eran lo ?nico de su rostro que permit?a ver a través de la ranura de su pasamonta?as.
En esa entrevista, mostr? el ?nico signo de arrepentimiento que jam?s se le ha conocido p?blicamente. A la pregunta directa formulada por Fernando Bustamante de si se arrepent?a de haber participado en el triple crimen, su respuesta no dej? lugar a la duda: "?T? qué crees?".
Durante el improvisado encuentro, el triple asesino evidenci? la ignorancia propia de quien ha pasado 20 a?os encerrado, lejos de los vertiginosos avances tecnol?gicos. As?, mostr? una sorpresa rayana en lo infantil con el smartphone del fot?grafo y sus utilidades o con el hecho de que las puertas entre los vagones se accionaran por un simple sensor de movimiento, sin que los viajeros llegasen a tocarla.
http://uc-4u.com/clip/fd95edfa-9bf1-4969-8333-f3e6c39e0b2b_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Miguel Ricart, en el interior del tren, captado por el objetivo de Fernando Bustamante. | F. Bustamante
"Quiero rehacer mi vida", insisti? en varias ocasiones, "pero con este nombre, ?quién me va a dar trabajo?", se lament? Ricart. También mostr? sorpresa por su puesta en libertad: "Estaba convencido de que me quedaban nueve a?os. Y de pronto me han dicho que me ten?a que ir". El tiempo dentro no cuenta igual. La err?tica actitud del reo a su salida, que ni siquiera sab?a c?mo comprar el billete de tren en la estaci?n de Manzanares (s?lo hab?a expedici?n electr?nica en las m?quinas), se resume en esa frase: ni siquiera se hab?a preparado para salir, porque simplemente no sab?a que iba a salir.
Tras una hora larga de conversaciones interrumpidas por silencios y ausencias, Ricart pidi? ayuda a Fernando Bustamante para esquivar a los redactores de Telecinco y Antena 3 que le acechaban desde el vag?n contiguo. "Solo quiero bajar sin que me siga nadie y rehacer mi vida", asegur? entonces. El fot?grafo respet? el pacto: el exrecluso hab?a accedido a dejarse entrevistar; el fot?grafo le ayudar?a a bajar.
Después de 20 a?os sometido a la disciplina del funcionamiento de una prisi?n, Ricart s?lo atend?a a ?rdenes directas, pero se mostraba inseguro en las decisiones propias.
As? las cosas, y viendo que si no descend?a enseguida acabar?a llegando a Jaén, donde aguardaba una nueva nube de periodistas, Bustamante tuvo que forzarle: "?Miguel, prep?rate! En la pr?xima estaci?n te bajas y te largas lo m?s r?pido que puedas. No vamos a seguirte".
Toc? Linares, de nuevo por puro azar, porque pod?a haber sido cualquier otra. Ricart obedeci? militarmente. Pero, tras él se abalanzaron los redactores de los programas estrella de las ma?anas de Telecinco y Antena 3, el de Ana Rosa Quintana y el de su oponente Susanna Griso.
http://uc-4u.com/clip/531bfc35-a9b9-4b18-a22d-10a31fdff40a_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg En las horas posteriores a su libertad, asediado por los medios, Ricart no descubri? su rostro. | F. Bustamante
Viéndose de nuevo acorralado, se refugi? sin saberlo en lo que result? ser un callej?n sin salida. A traici?n, fue grabado por el entonces redactor de Griso. La Polic?a Nacional acab? interviniendo y se llev? al triple asesino a la comisar?a de Linares. De nuevo, las fuerzas del orden proteg?an al asesino. Sirvi? solo un tiempo. El que tardaron en dejarlo ir.
A la puerta de la comisar?a lo esperaban las redactoras de Quintana. Fue llevado a un hotel de cuatro estrellas de la Gran V?a de Madrid y, al d?a siguiente, los tres pusieron rumbo a València. La ‘aventura’ dur? hasta Perales de Taju?a, en la A3, donde pararon a comer. La intervenci?n de la Guardia Civil y las cr?ticas de otros medios frustraron las intenciones del programa, que su directora neg? hasta la saciedad.
El fracaso del nuevo circo medi?tico
Adem?s, para entonces, y viendo peligrar su material, Antena 3 ya hab?a empezado a publicitar la ‘entrevista’ con el triple asesino; en realidad, unas frases robadas con una c?mara oculta en aquel oscuro callej?n, con Ricart acorralado. Pero ya no era 1997.
El resto de medios salt? sobre las dos reinas de las ma?anas televisivas. Las cr?ticas arreciaron hasta tal punto cuando se supo que pretend?an resucitar el circo crecido en torno al caso, que ambas cadenas negaron la mayor y jam?s emitieron esos minutos.
Aunque la televisi?n contin?a jugando hoy en d?a en la l?nea roja, el hundimiento de La Noria tras una entrevista pagada a la madre del Cuco, el menor acusado de matar a Marta del Castillo, sent? c?tedra entre los directivos de la televisi?n que evitaron los probables efectos nefastos de entrevistarse con Ricart.
Dos semanas después de su salida de prisi?n, la pista de Miguel Ricart se perdi? en Francia, hasta donde viaj? al comprobar el rechazo que generaba all? por donde pisaba. Nunca m?s se ha vuelto a saber de su paradero. Logr? su objetivo: vivir en la m?s absoluto de los anonimatos lejos de las c?maras.
La derogada doctrina Parot, la antesala de una cadena perpetua camuflada
La doctrina Parot, tumbada por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) de Estrasburgo el 21 de octubre de 2013, consist?a en la aplicaci?n de beneficios penitenciarios sobre cada una de las penas impuestas a la persona juzgada y no sobre el m?ximo legal permitido por el C?digo Penal espa?ol.
El ?ltimo C?digo Penal anterior a la etapa democr?tica, aprobado en 1973 y vigente hasta 1996, apostaba por la reinserci?n de los reclusos estableciendo un periodo m?ximo de 30 a?os de prisi?n aunque la condena fuese mucho mayor. Adem?s, contemplaba la reducci?n de las penas de c?rcel a cambio de trabajo penitenciario.
El caso del etarra Henri Parot, con una condena de 4.800 a?os de prisi?n por 82 asesinatos, puso en jaque al sistema judicial. Para evitar que el terrorista se beneficiase de la redenci?n de penas como resultado de su trabajo durante su cautiverio, el Tribunal Supremo estableci? que la reducci?n de la condena se restase de los 4.800 a?os de condena total y no de los 30 a?os de l?mite establecido por la legislaci?n espa?ola (Sentencia 197/2006).
La aplicaci?n de la doctrina Parot a los delitos cometidos antes de 2006, es decir, con car?cter retroactivo, supon?a el incumplimiento del art?culo 9 de la Constituci?n Espa?ola y del art?culo 5 del Convenio Europeo de Derechos Humanos, como as? aleg? la defensa de la etarra Inés del R?o, que obtuvo la raz?n del TEDH de Estrasburgo.
Desde 2006 hasta su derogaci?n, la doctrina Parot se aplic? a m?s de 60 reclusos, principalmente miembros del grupo terrorista ETA, pero también a asesinos y violadores. Miguel Ricart fue uno de los ?ltimos reos en quedar libre a los que se les aplic? la Parot.
Nota al lector: Esta informaci?n fue elaborada por Levante-EMV en 2019 con motivo del 27 aniversario de la desaparici?n de Miriam, To?i y Desirée, las ni?as de Alcàsser. Hoy, 13 de noviembre de 2020, recuperamos este especial sobre el triple crimen de las j?venes.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sucesos/miguel-ricart-culpable-caso-alcasser-80245364)
Lejos de los 170 a?os a los que la Audiencia de València conden? a Ricart en 1997, el asesino de Miriam, To?i y Desirée permaneci? un total de 20 a?os, diez meses y dos d?as en prisi?n, los ?ltimos en el centro penitenciario de m?xima seguridad de Herrera de la Mancha, en Ciudad Real. Antes pas? por Picassent, Castell?n, Zuera (Zaragoza) y A Lama (Pontevedra).
Miguel Ricart se convirti?, a golpe de titular, en el preso m?s conocido de la historia criminal del pa?s. Nunca fue un preso com?n aunque lograse integrarse en la normalidad de su prisi?n. Vivi? casi una década de su cautiverio en un aislamiento autoimpuesto por miedo a la justicia de la c?rcel y que rompi? de forma paulatina cuando comenz? a entablar relaciones con otros presos que permanec?an aislados del resto de reclusos.
M?s informaci?n (Auto)
http://placehold.it/175x100 T?tulo noticia (Auto)
"Siempre llevaba los auriculares de los walkman puestos y nunca hablaba con nadie. Le costaba mucho abrirse a los dem?s. Tard? casi diez a?os en sentirse un poco m?s c?modo y empezar a contar cosas y a hablar de sus necesidades", explicaba el sacerdote que fue su sostén espiritual durante sus 21 a?os en prisi?n.
http://uc-4u.com/clip/8b4e245d-90a8-4532-b9b8-5f3cf04e5cb0_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Miguel Ricart durante el juicio por el crimen de Alcàsser. | José Aleixandre
En 2002, la misma persona, la ?nica que manten?a contacto permanente con el condenado por el triple asesinato, explicaba a Levante-EMV, del grupo Prensa Ibérica, que Ricart pensaba de forma constante en la obtenci?n de un permiso penitenciario que le permitiese disfrutar de, al menos, unas horas de libertad. Adem?s del miedo al revuelo social y medi?tico que pod?a suponer que el preso m?s famoso de Espa?a pisase la calle, Ricart no contaba con la tenaz y l?gica oposici?n de la madre de Desirée, Rosa Folch, cuyo ?nico objetivo vital era que "él nunca salga de prisi?n".
En declaraciones a Levante-EMV, Folch explic? que "la justicia es que Ricart pase toda la vida en la c?rcel". Consciente de que una condena perpetua resultaba imposible en el momento, a?ad?a: "No me mat? a mi hija y ya est?, si no que, antes de asesinarla, la hizo padecer de una forma terrible. Merece estar entre rejas todo lo que le queda de vida". En 2000 y 2003, cuando el condenado pudo solicitar por fin un permiso penitenciario, rehus? hacerlo. Hab?a tirado la toalla.
Entre los compa?eros de Ricart durante su periplo carcelario de m?s de dos décadas se encuentran otros reconocidos violadores como Juan Manuel Valent?n Tejero, el asesino de la peque?a Olga Sangrador, de nueve a?os, o Pedro Luis Gallego Fern?ndez, m?s conocido como el ‘violador del ascensor’ de Valladolid.
En todo ese tiempo, adem?s, aprovech? el tiempo muerto en la prisi?n para obtener el graduado escolar y realizar talleres que le reportaban beneficios penitenciarios. Sin embargo, pese a que Ricart no protagoniz? ni un solo altercado grave, nadie de su familia quiso saber nada del criminal.
M?s informaci?n (Auto)
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Ning?n miembro de su familia lo visit? en la prisi?n. Tampoco su ?nica hija, que ten?a tres a?os cuando Ricart y Anglés cometieron los asesinatos. La joven sigue teniendo hoy una espina clavada: tener al menos un encuentro con su padre para escuchar de sus labios lo que ocurri?.
La salida de prisi?n, un nuevo circo
El viernes 29 de noviembre de 2013, exactamente 7.226 d?as después de su detenci?n el d?a del hallazgo de los cuerpos de las ni?as, el 27 de enero de 1993, decenas de periodistas esperaban en la puerta del centro penitenciario manchego a Ricart. Los focos que iluminaron el espect?culo medi?tico en el que se convirti? el triple crimen de las ni?as de Alcàsser volvieron a encenderse para levantar el tel?n de una nueva funci?n: la puesta en libertad del hombre m?s odiado de los noventa.
Miguel Ricart ocult? su rostro a la prensa con un pasamonta?as negro al salir de prisi?n. Eran las 17.43 horas. Entre el constante ruido de los disparos de los fot?grafos y la luz cegadora de los constantes flashes, huy? de la nube de periodistas que le rodeaba, como si de una estrella pop se tratase, a bordo de un taxi que encontr? a la puerta del penal.
http://uc-4u.com/clip/a6273931-e6cb-4224-a48f-f864763eed08_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Periodistas a las puertas del penal esperando la puesta en libertad de Ricart. | F. Bustamante
La persecuci?n continu? hasta la localidad de Manzanares, a pocos kil?metros de la c?rcel, y se prolong? en una agon?a que solo termin? cuando intervino la Guardia Civil, esta vez para protegerle.
Ricart, enfundado en un pasamonta?as y un plumas y con toda su vida metida en la mochila colgada a la espalda, acab? subiéndose al primer tren que se detuvo en el andén en el que decidi? frenarse tras el cese del acoso medi?tico gracias a la presencia policial. Y, sin pretenderlo, tom? rumbo al sur, a Jaén. Llevaba lo que cualquier preso que abandona la penitenciar?a sin apoyo externo: 200 euros y un vale canjeable por un billete de tren a cualquier destino dentro del territorio nacional.
En la calle y sin rumbo fijo
No fue el ?nico en montarse en el convoy. A los vagones subieron el fot?grafo de Levante-EMV Fernando Bustamante y periodistas de otros medios. Inesperadamente, Ricart se acerc? al fot?grafo de este peri?dico y le espet?: "?Cu?ndo vais a dejar de acosarme? Solo quiero rehacer mi vida".
Fue el inicio de la ?nica entrevista que un periodista ha mantenido, sin condicionar ni manipular sus respuestas, tras los cr?menes de las ni?as. Y la concedi? a cambio de una sola condici?n: que no tratara de robarle una foto de su aspecto en aquel momento. Quer?a intentar volver a una sociedad que segu?a odiando 21 a?os después el rostro del criminal, aquella cara clavada en el imaginario colectivo en una foto fija de aquel septiembre de 1997, cuando escuch? la condena a 170 a?os de c?rcel.
http://uc-4u.com/clip/64c53bb2-674d-423a-b75c-df4c51fa311f_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Ricart, escoltado por guardias civiles ante la persecuci?n medi?tica. | F. Bustamante
Ese fue el inicio de esa exclusiva entrevista, peculiar por los silencios y plagada también de comentarios intrascendentes, a la que accedi? tras pactar que responder?a solo a lo que quisiera. Bustamante incluso le ofreci? una f?rmula sorprendente, que contestase con un 'pasapalabra' a las preguntas inc?modas.
Cuando lleg? el momento de interrogarle sobre el paradero de Antonio Anglés, contest? también con un 'pasapalabra' y una sonrisa a caballo entre la sorna y el cinismo, intuida en la contracci?n de unas marcadas patas de gallo, las propias de quien ha pasado entre rejas casi la mitad de los entonces 44 a?os recién cumplidos. Esas arrugas y sus ojos eran lo ?nico de su rostro que permit?a ver a través de la ranura de su pasamonta?as.
En esa entrevista, mostr? el ?nico signo de arrepentimiento que jam?s se le ha conocido p?blicamente. A la pregunta directa formulada por Fernando Bustamante de si se arrepent?a de haber participado en el triple crimen, su respuesta no dej? lugar a la duda: "?T? qué crees?".
Durante el improvisado encuentro, el triple asesino evidenci? la ignorancia propia de quien ha pasado 20 a?os encerrado, lejos de los vertiginosos avances tecnol?gicos. As?, mostr? una sorpresa rayana en lo infantil con el smartphone del fot?grafo y sus utilidades o con el hecho de que las puertas entre los vagones se accionaran por un simple sensor de movimiento, sin que los viajeros llegasen a tocarla.
http://uc-4u.com/clip/fd95edfa-9bf1-4969-8333-f3e6c39e0b2b_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Miguel Ricart, en el interior del tren, captado por el objetivo de Fernando Bustamante. | F. Bustamante
"Quiero rehacer mi vida", insisti? en varias ocasiones, "pero con este nombre, ?quién me va a dar trabajo?", se lament? Ricart. También mostr? sorpresa por su puesta en libertad: "Estaba convencido de que me quedaban nueve a?os. Y de pronto me han dicho que me ten?a que ir". El tiempo dentro no cuenta igual. La err?tica actitud del reo a su salida, que ni siquiera sab?a c?mo comprar el billete de tren en la estaci?n de Manzanares (s?lo hab?a expedici?n electr?nica en las m?quinas), se resume en esa frase: ni siquiera se hab?a preparado para salir, porque simplemente no sab?a que iba a salir.
Tras una hora larga de conversaciones interrumpidas por silencios y ausencias, Ricart pidi? ayuda a Fernando Bustamante para esquivar a los redactores de Telecinco y Antena 3 que le acechaban desde el vag?n contiguo. "Solo quiero bajar sin que me siga nadie y rehacer mi vida", asegur? entonces. El fot?grafo respet? el pacto: el exrecluso hab?a accedido a dejarse entrevistar; el fot?grafo le ayudar?a a bajar.
Después de 20 a?os sometido a la disciplina del funcionamiento de una prisi?n, Ricart s?lo atend?a a ?rdenes directas, pero se mostraba inseguro en las decisiones propias.
As? las cosas, y viendo que si no descend?a enseguida acabar?a llegando a Jaén, donde aguardaba una nueva nube de periodistas, Bustamante tuvo que forzarle: "?Miguel, prep?rate! En la pr?xima estaci?n te bajas y te largas lo m?s r?pido que puedas. No vamos a seguirte".
Toc? Linares, de nuevo por puro azar, porque pod?a haber sido cualquier otra. Ricart obedeci? militarmente. Pero, tras él se abalanzaron los redactores de los programas estrella de las ma?anas de Telecinco y Antena 3, el de Ana Rosa Quintana y el de su oponente Susanna Griso.
http://uc-4u.com/clip/531bfc35-a9b9-4b18-a22d-10a31fdff40a_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg En las horas posteriores a su libertad, asediado por los medios, Ricart no descubri? su rostro. | F. Bustamante
Viéndose de nuevo acorralado, se refugi? sin saberlo en lo que result? ser un callej?n sin salida. A traici?n, fue grabado por el entonces redactor de Griso. La Polic?a Nacional acab? interviniendo y se llev? al triple asesino a la comisar?a de Linares. De nuevo, las fuerzas del orden proteg?an al asesino. Sirvi? solo un tiempo. El que tardaron en dejarlo ir.
A la puerta de la comisar?a lo esperaban las redactoras de Quintana. Fue llevado a un hotel de cuatro estrellas de la Gran V?a de Madrid y, al d?a siguiente, los tres pusieron rumbo a València. La ‘aventura’ dur? hasta Perales de Taju?a, en la A3, donde pararon a comer. La intervenci?n de la Guardia Civil y las cr?ticas de otros medios frustraron las intenciones del programa, que su directora neg? hasta la saciedad.
El fracaso del nuevo circo medi?tico
Adem?s, para entonces, y viendo peligrar su material, Antena 3 ya hab?a empezado a publicitar la ‘entrevista’ con el triple asesino; en realidad, unas frases robadas con una c?mara oculta en aquel oscuro callej?n, con Ricart acorralado. Pero ya no era 1997.
El resto de medios salt? sobre las dos reinas de las ma?anas televisivas. Las cr?ticas arreciaron hasta tal punto cuando se supo que pretend?an resucitar el circo crecido en torno al caso, que ambas cadenas negaron la mayor y jam?s emitieron esos minutos.
Aunque la televisi?n contin?a jugando hoy en d?a en la l?nea roja, el hundimiento de La Noria tras una entrevista pagada a la madre del Cuco, el menor acusado de matar a Marta del Castillo, sent? c?tedra entre los directivos de la televisi?n que evitaron los probables efectos nefastos de entrevistarse con Ricart.
Dos semanas después de su salida de prisi?n, la pista de Miguel Ricart se perdi? en Francia, hasta donde viaj? al comprobar el rechazo que generaba all? por donde pisaba. Nunca m?s se ha vuelto a saber de su paradero. Logr? su objetivo: vivir en la m?s absoluto de los anonimatos lejos de las c?maras.
La derogada doctrina Parot, la antesala de una cadena perpetua camuflada
La doctrina Parot, tumbada por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) de Estrasburgo el 21 de octubre de 2013, consist?a en la aplicaci?n de beneficios penitenciarios sobre cada una de las penas impuestas a la persona juzgada y no sobre el m?ximo legal permitido por el C?digo Penal espa?ol.
El ?ltimo C?digo Penal anterior a la etapa democr?tica, aprobado en 1973 y vigente hasta 1996, apostaba por la reinserci?n de los reclusos estableciendo un periodo m?ximo de 30 a?os de prisi?n aunque la condena fuese mucho mayor. Adem?s, contemplaba la reducci?n de las penas de c?rcel a cambio de trabajo penitenciario.
El caso del etarra Henri Parot, con una condena de 4.800 a?os de prisi?n por 82 asesinatos, puso en jaque al sistema judicial. Para evitar que el terrorista se beneficiase de la redenci?n de penas como resultado de su trabajo durante su cautiverio, el Tribunal Supremo estableci? que la reducci?n de la condena se restase de los 4.800 a?os de condena total y no de los 30 a?os de l?mite establecido por la legislaci?n espa?ola (Sentencia 197/2006).
La aplicaci?n de la doctrina Parot a los delitos cometidos antes de 2006, es decir, con car?cter retroactivo, supon?a el incumplimiento del art?culo 9 de la Constituci?n Espa?ola y del art?culo 5 del Convenio Europeo de Derechos Humanos, como as? aleg? la defensa de la etarra Inés del R?o, que obtuvo la raz?n del TEDH de Estrasburgo.
Desde 2006 hasta su derogaci?n, la doctrina Parot se aplic? a m?s de 60 reclusos, principalmente miembros del grupo terrorista ETA, pero también a asesinos y violadores. Miguel Ricart fue uno de los ?ltimos reos en quedar libre a los que se les aplic? la Parot.
Nota al lector: Esta informaci?n fue elaborada por Levante-EMV en 2019 con motivo del 27 aniversario de la desaparici?n de Miriam, To?i y Desirée, las ni?as de Alcàsser. Hoy, 13 de noviembre de 2020, recuperamos este especial sobre el triple crimen de las j?venes.
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