الريــم
12-20-2022, 01:32 PM
La prensa europea est? siendo un clamor desde hace casi dos semana apuntando a Marruecos como uno de los pa?ses implicados en la presunta trama de espionaje y sobornos para comprar voluntades pol?ticas de la UE a través del Parlamento Europeo e influir a su favor en la toma de decisiones de las instituciones comunitarias. Lo que hasta ahora se ha conocido como el ‘Catargate’ que apuntaba a un caso de corrupci?n de varios eurodiputados, entre ellos a la vicepresidenta de la euroc?mara, la socialdem?crata griega Eva Kaili, ya destituida, para defender los intereses catar?es en el seno comunitario, en algunos medios han empezado a denominar ya como el 'marruecosgate’ por considerar que es mayor la implicaci?n marroqu? que la catar?.
También porque la relaciones comunitarias con Rabat tienen mucho mayor peso que las que se tienen con el pa?s que ha organizado el polémico mundial de f?tbol (http://uc-4u.com/tags/futbol/) que concluy? el domingo, y porque esas relaciones apuntan siempre a varios de los temas sensibles de la pol?tica europea como son los acuerdos comerciales, la situaci?n del S?hara Occidental, la cooperaci?n antiterrorista contra el yihadismo isl?mico en el Sahel, el control del fen?meno migratorio desde ?frica, y en general todo la geopol?tica europea e internacional en ese continente. El esc?ndalo est? siendo por el momento muy aireado por la prensa de muchos de los pa?ses miembros de la UE y en los niveles oficiosos tanto en el ?mbito comunitario como de algunas capitales, pero no ha tomado a?n carta de naturaleza oficial en las canciller?as pese al proceso abierto al respecto por parte de la justicia belga, competente al ser Bruselas donde se han cometido las supuestas ilegalidades.
Se produce este episodio en las v?speras de que los gobiernos de Rabat y Madrid cierren la pr?xima Reuni?n de Alto Nivel (RAN) en la capital marroqu?, prevista inicialmente para finales de enero o principios de febrero, tras siete a?os sin celebrarse por la crisis diplom?tica, en la que ambos pa?ses quieren impulsar el nuevo clima de relaciones. Las informaciones sobre la presunta implicaci?n marroqu? en los sobornos a eurodiputados podr?a trastocar el calendario o condicionar el clima de esa cumbre de Estado en la que se abordar?n cuestiones claves para Canarias como las relaciones comerciales, el control de la migraci?n, o la actual negociaci?n sobre la delimitaci?n de espacios mar?timos entre ambos pa?ses, raz?n por la que el Gobierno regional pretende tener presencia directa en la misma.
El fondo de la cuesti?n es que un diplom?tico marroqu? y los servicios secretos de ese pa?s habr?an tratado de influir mediante sobornos a eurodiputados en, entre otros asuntos, el acuerdo de pesca entre la UE y Marruecos, un acuerdo que precisamente el Tribunal General de la UE ‘tumb?’ por considerar que afectaba a las aguas saharauis y que el derecho internacional no reconoce como de soberan?a marroqu?, ni de su jurisdicci?n. Pero la acci?n del lobby marroqu? en Bruselas, del oficial y del que se mueve en la sombra, parece tener muchos m?s tent?culos y, por lo que se est? investigando en el caso que ahora ha trascendido, al margen de todo control diplom?tico y con evidentes implicaciones de tipo penal.
Manga ancha comunitaria
Pero donde muchos analistas y medios especializados ponen ahora el foco es en la ofensiva que Rabat est? lanzado desde hace algunos a?os para tratar de ganar peso e influencia en la espera internacional mediante esas dos herramientas de la acci?n exterior. Gracias a la relevante situaci?n estratégica en el norte de ?frica y por ser considerado desde hace décadas el pa?s claramente m?s pro occidental de toda la regi?n, y casi del continente, Marruecos es tratado con guante de seda y manga ancha por parte de la UE y otros aliados como EEUU, y est? logrando un indiscutible nivel de complicidad en esos ?mbitos. Tanto que cada vez se extiende m?s su posici?n respecto a la cuesti?n del S?hara, por cuya propuesta para un régimen autonomista para la ex colonia espa?ola gana adeptos y es ya apoyada tanto EEUU, como por Francia, Espa?a y Alemania en el ?mbito de la UE.
Desde hace meses, Rabat ha desplegado toda su acci?n diplom?tica para estrechar relaciones con la UE y con las canciller?as de Par?s, Madrid y Berl?n, con un claro hito en el caso espa?ol en el cambio oficial de posici?n del Gobierno de Pedro S?nchez (http://uc-4u.com/tags/politica/) con relaci?n al S?hara al aceptar la v?a autonomista para este territorio “como la base m?s seria, realista y cre?ble para la resoluci?n del conflicto”, aceptando la soberan?a marroqu?. Es la base de los acuerdos firmados entre ambos pa?ses tras la entrevista del pasado mes de abril entre S?nchez y el monarca alauita, Mohamed VI, y de la nueva etapa de relaciones con importantes implicaciones en Canarias por las razones antes mencionadas.
Paralelamente a la acci?n diplom?tica en la UE, Marruecos también esta desplegando una estrategia de influencia geopol?tica en otros ?mbitos internacionales, cuyo caso m?s destacado ser?a el acercamiento a Israel a través de EEUU, incluido un acuerdo de cooperaci?n militar con el Tel Aviv. Pero también a través de acuerdos con los pa?ses africanos tras reincorporarse hace cinco a?os a la Organizaci?n para la Unidad Africana tras décadas de autoexcluci?n por admitir esta entidad multilateral como miembro de pleno derecho a la Rep?blica ?rabe Saharaui Democr?tica (RASD) y al Frente Polisario como su representante leg?timo. Pero m?s all? de la incidencia del conflicto saharaui en determinados pa?ses, que ha provocado crisis diplom?ticas con Argelia o T?nez, Marruecos es un actor de primer nivel en toda el continente, y est? avalado como pe?n esencial de la geopol?tica en la regi?n por parte de los pa?ses occidentales y por la OTAN, un papel que ha crecido en los ?ltimos a?os como contrapunto a las agresivas pol?ticas de Rusia y China en el Sahel y otras regiones subsaharianas.
El ‘sof power’ marroqu?
La diplomacia marroqu? est? siendo muy activa en b?squeda de un nuevo clima de entendimiento con la UE y en especial con Espa?a, siempre con la vista puesta en apuntalar la idea de que la opci?n autonomista para el S?hara no tiene marcha atr?s en la pol?tica exterior espa?ola, y de cada vez m?s pa?ses comunitarios. Con este objetivo impulsa o participa en foros en los que deja huella de su hist?rica habilidad para la diplomacia ‘soft power’, es decir, con mucha capacidad para moldear las preferencias de los dem?s. Como ejemplos caben se?alar el reciente foro celebrado en Fez, en noviembre, de la Alianza de Civilizaciones impulsada por Espa?a hace 17 a?os, convocado por el ex ministro de Exteriores y actual director de ese ?rgano de la ONU, Miguel ?ngel Moratinos, y la participaci?n el actual jefe de la diplomacia espa?ola, José Manuel Albares, y del ex presidente Rodr?guez Zapatero. Todos ellos destacados partidarios de la v?a autonomista para el S?hara.
En el mismo sentido se interpret? la celebraci?n en septiembre pasado en Las Palmas de Gran Canaria de una jornada sobre el S?hara organizadas por el denominado Movimiento Saharaui por la Paz que el propio CNI espa?ol cataloga como grupo bajo el control de los servicios secretos marroqu?s. Esas jornadas fueron boicoteadas por el Frente Polisario, pero contaron con la participaci?n de destacados dirigentes del PSOE como el propio Rodr?guez Zapatero y sus ex ministros José Bono y el actual eurodiputado Juan Fernando L?pez Aguilar.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/nacional/marruecos-enturbia-imagen-europa-visperas-80212059)
También porque la relaciones comunitarias con Rabat tienen mucho mayor peso que las que se tienen con el pa?s que ha organizado el polémico mundial de f?tbol (http://uc-4u.com/tags/futbol/) que concluy? el domingo, y porque esas relaciones apuntan siempre a varios de los temas sensibles de la pol?tica europea como son los acuerdos comerciales, la situaci?n del S?hara Occidental, la cooperaci?n antiterrorista contra el yihadismo isl?mico en el Sahel, el control del fen?meno migratorio desde ?frica, y en general todo la geopol?tica europea e internacional en ese continente. El esc?ndalo est? siendo por el momento muy aireado por la prensa de muchos de los pa?ses miembros de la UE y en los niveles oficiosos tanto en el ?mbito comunitario como de algunas capitales, pero no ha tomado a?n carta de naturaleza oficial en las canciller?as pese al proceso abierto al respecto por parte de la justicia belga, competente al ser Bruselas donde se han cometido las supuestas ilegalidades.
Se produce este episodio en las v?speras de que los gobiernos de Rabat y Madrid cierren la pr?xima Reuni?n de Alto Nivel (RAN) en la capital marroqu?, prevista inicialmente para finales de enero o principios de febrero, tras siete a?os sin celebrarse por la crisis diplom?tica, en la que ambos pa?ses quieren impulsar el nuevo clima de relaciones. Las informaciones sobre la presunta implicaci?n marroqu? en los sobornos a eurodiputados podr?a trastocar el calendario o condicionar el clima de esa cumbre de Estado en la que se abordar?n cuestiones claves para Canarias como las relaciones comerciales, el control de la migraci?n, o la actual negociaci?n sobre la delimitaci?n de espacios mar?timos entre ambos pa?ses, raz?n por la que el Gobierno regional pretende tener presencia directa en la misma.
El fondo de la cuesti?n es que un diplom?tico marroqu? y los servicios secretos de ese pa?s habr?an tratado de influir mediante sobornos a eurodiputados en, entre otros asuntos, el acuerdo de pesca entre la UE y Marruecos, un acuerdo que precisamente el Tribunal General de la UE ‘tumb?’ por considerar que afectaba a las aguas saharauis y que el derecho internacional no reconoce como de soberan?a marroqu?, ni de su jurisdicci?n. Pero la acci?n del lobby marroqu? en Bruselas, del oficial y del que se mueve en la sombra, parece tener muchos m?s tent?culos y, por lo que se est? investigando en el caso que ahora ha trascendido, al margen de todo control diplom?tico y con evidentes implicaciones de tipo penal.
Manga ancha comunitaria
Pero donde muchos analistas y medios especializados ponen ahora el foco es en la ofensiva que Rabat est? lanzado desde hace algunos a?os para tratar de ganar peso e influencia en la espera internacional mediante esas dos herramientas de la acci?n exterior. Gracias a la relevante situaci?n estratégica en el norte de ?frica y por ser considerado desde hace décadas el pa?s claramente m?s pro occidental de toda la regi?n, y casi del continente, Marruecos es tratado con guante de seda y manga ancha por parte de la UE y otros aliados como EEUU, y est? logrando un indiscutible nivel de complicidad en esos ?mbitos. Tanto que cada vez se extiende m?s su posici?n respecto a la cuesti?n del S?hara, por cuya propuesta para un régimen autonomista para la ex colonia espa?ola gana adeptos y es ya apoyada tanto EEUU, como por Francia, Espa?a y Alemania en el ?mbito de la UE.
Desde hace meses, Rabat ha desplegado toda su acci?n diplom?tica para estrechar relaciones con la UE y con las canciller?as de Par?s, Madrid y Berl?n, con un claro hito en el caso espa?ol en el cambio oficial de posici?n del Gobierno de Pedro S?nchez (http://uc-4u.com/tags/politica/) con relaci?n al S?hara al aceptar la v?a autonomista para este territorio “como la base m?s seria, realista y cre?ble para la resoluci?n del conflicto”, aceptando la soberan?a marroqu?. Es la base de los acuerdos firmados entre ambos pa?ses tras la entrevista del pasado mes de abril entre S?nchez y el monarca alauita, Mohamed VI, y de la nueva etapa de relaciones con importantes implicaciones en Canarias por las razones antes mencionadas.
Paralelamente a la acci?n diplom?tica en la UE, Marruecos también esta desplegando una estrategia de influencia geopol?tica en otros ?mbitos internacionales, cuyo caso m?s destacado ser?a el acercamiento a Israel a través de EEUU, incluido un acuerdo de cooperaci?n militar con el Tel Aviv. Pero también a través de acuerdos con los pa?ses africanos tras reincorporarse hace cinco a?os a la Organizaci?n para la Unidad Africana tras décadas de autoexcluci?n por admitir esta entidad multilateral como miembro de pleno derecho a la Rep?blica ?rabe Saharaui Democr?tica (RASD) y al Frente Polisario como su representante leg?timo. Pero m?s all? de la incidencia del conflicto saharaui en determinados pa?ses, que ha provocado crisis diplom?ticas con Argelia o T?nez, Marruecos es un actor de primer nivel en toda el continente, y est? avalado como pe?n esencial de la geopol?tica en la regi?n por parte de los pa?ses occidentales y por la OTAN, un papel que ha crecido en los ?ltimos a?os como contrapunto a las agresivas pol?ticas de Rusia y China en el Sahel y otras regiones subsaharianas.
El ‘sof power’ marroqu?
La diplomacia marroqu? est? siendo muy activa en b?squeda de un nuevo clima de entendimiento con la UE y en especial con Espa?a, siempre con la vista puesta en apuntalar la idea de que la opci?n autonomista para el S?hara no tiene marcha atr?s en la pol?tica exterior espa?ola, y de cada vez m?s pa?ses comunitarios. Con este objetivo impulsa o participa en foros en los que deja huella de su hist?rica habilidad para la diplomacia ‘soft power’, es decir, con mucha capacidad para moldear las preferencias de los dem?s. Como ejemplos caben se?alar el reciente foro celebrado en Fez, en noviembre, de la Alianza de Civilizaciones impulsada por Espa?a hace 17 a?os, convocado por el ex ministro de Exteriores y actual director de ese ?rgano de la ONU, Miguel ?ngel Moratinos, y la participaci?n el actual jefe de la diplomacia espa?ola, José Manuel Albares, y del ex presidente Rodr?guez Zapatero. Todos ellos destacados partidarios de la v?a autonomista para el S?hara.
En el mismo sentido se interpret? la celebraci?n en septiembre pasado en Las Palmas de Gran Canaria de una jornada sobre el S?hara organizadas por el denominado Movimiento Saharaui por la Paz que el propio CNI espa?ol cataloga como grupo bajo el control de los servicios secretos marroqu?s. Esas jornadas fueron boicoteadas por el Frente Polisario, pero contaron con la participaci?n de destacados dirigentes del PSOE como el propio Rodr?guez Zapatero y sus ex ministros José Bono y el actual eurodiputado Juan Fernando L?pez Aguilar.
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