الريــم
12-18-2022, 10:37 PM
Ya est?. Ya es el m?s grande de todos los tiempos. ?No quedan dudas, no? Ligas, copas, sextetes, pichichis, botas de oro, balones de oro, un Mundial (https://www.sport.es/es/noticias/mundial-futbol/argentina-campeona-del-mundo-80130638), el Mundial… Dio todo lo que estuvo en su mano, consigui? lo que pretend?a, entreg? todo lo que le exig?an… ?Ya acab? la letan?a?
M?s informaci?n (Auto)
http://placehold.it/175x100 T?tulo noticia (Auto)
Ya. Lionel Andrés Messi Cuccitini, puede descansar en paz. Vivo y feliz, campe?n del ?ltimo t?tulo que le faltaba, atrap? al espectro que agitaban ante s? para discutir algo que tiene mucho que ver con la nostalgia, con lo at?vico, incluso con la ficci?n, aunque sucedi?. Messi fue siempre m?s que Maradona en términos absolutos y numéricos hasta obtener lo ?nico, lo ?ltimo, que le faltaba: la copa de oro. Lo definitivo. Le avanz? marcando dos goles en la final. Ni Diego lo hizo en 1986.
La concha de su madre
«Vamos Argentina somos campeones del mundo, la concha de su madre», vocifer? Leo agarrando el micr?fono de la megafonia general (https://www.sport.es/es/noticias/mundial-futbol/lagrimas-messi-ganar-mundial-80136979), mientras el equipo celebraba el t?tulo en la porter?a albiceleste, los franceses estaban en el vestuario y la organizaci?n montaba el escenario con la forma del logotipo del Mundial. Ese s?mbolo del infinito que es Messi. No volver?n, no volveremos. a ver algo semejante. El infinito es él.
Venci? al mito Leo en la mejor final de todos los tiempos, con un 3-3 que neg? la neoteor?a de que el f?tbol aburre y no atrapa a los j?venes. Seis goles en un duelo apote?sico, un formidable toma y daca, que lo tuvo ganado Argentina con el 2-0, que se lo arrebat? Francia empatando dos veces y que desemboc? en los penaltis por tercera vez en la historia. Imposible mayor agon?a ni mayor dramatismo ni tanta concurrencia de héroes: la aparici?n de Di Mar?a, la de Kolo Muani, los dos goles de Messi, los tres de Mbappé, la mano de Dibu Mart?nez...
Maradona fue un proto Messi. Un antecedente m?s humano, con sus imperfecciones, en una época m?s dura por las salvajes entradas que le asaltaban pero menos exigente, con muchos menos partidos. Un anuncio de lo que vendr?a con el nuevo siglo.
Otro referente, con distintas formas, también imperfecto, porque falla penaltis de vez en cuando (uno de cinco en Qatar), tan ambicioso como aquel, l?der indiscutible de un grupo de humanos sedientos de gloria, capaces de cualquier cosa para entronizarse en un pa?s que solo palpita, que solo r?e, que solo es rico con el f?tbol. Orgulloso y vociferante, cantar?n, que solo call? con los dos goles de Kylian Mbappé, con el tercero, con el coraz?n encogido hasta que Montiel, el lateral derecho del Sevilla, coloc? el inempatable 4-2.
La guinda definitiva
Messi se hab?a elevado a la cabeza de todas las estad?sticas y coloc? una guinda casi imposible de superar, solo al alcance, se intuye de Mbappé. Messi se convirti? en el primero de toda la historia en marcar en todos los partidos eliminatorios. Desde octavos a la final. Y dos. Mbappé marc? un triplete (m?s un cuarto, de penalti) que s?lo le sirvi? para postularse como el sucesor.
Tal vez se trate de justicia divina el triunfo de Messi, que no siempre comparece en el f?tbol. Acaso s? sea la justicia poética del trabajo, de la ambici?n de su capit?n por avanzar, por ir constantemente m?s all?. Y en ese m?s all?, le colocaron a Maradona, al que ha acabado rebasando. Primero en los récords, luego en los t?tulos, ahora en el reconocimiento un?nime. El primer argentino que pis? el podio fue Nery Pumpido, el portero de Maradona del 86.
Represent? Maradona la argentinidad m?s pura: la eclosi?n desde la pobreza y la falta de medios a partir de un talento innato y ?nico, hasta erigirse en el l?der del pueblo que replicaba a las élites y mucho m?s amado y mucho m?s puro que estas. Maradona estuvo lejos de Argentina mientras jugaba en Europa (dos temporadas en el Barça, ocho en el N?poles, uno en el Sevilla) pero siempre lo sintieron cercano.
La distancia, en cambio, fue un inconveniente para Messi, que se march? a los 12 a?os sin haber sido descubierto y, por tanto, sin la posibilidad de ser amado. Y cuando empezaron a darse cuenta de que era Maradona modernizado, mejorado, vieron que no era como el recuerdo del mito. Ni ten?a el verbo ni ten?a el carisma que habr?an podido ayudarle a promocionar sus superiores virtudes futbol?sticas.
Messi lo tiene todo. Y tiene, al fin, la copa que coloca el mundo a sus pies.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/mundial-futbol/messi-descansa-paz-80140586)
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Ya. Lionel Andrés Messi Cuccitini, puede descansar en paz. Vivo y feliz, campe?n del ?ltimo t?tulo que le faltaba, atrap? al espectro que agitaban ante s? para discutir algo que tiene mucho que ver con la nostalgia, con lo at?vico, incluso con la ficci?n, aunque sucedi?. Messi fue siempre m?s que Maradona en términos absolutos y numéricos hasta obtener lo ?nico, lo ?ltimo, que le faltaba: la copa de oro. Lo definitivo. Le avanz? marcando dos goles en la final. Ni Diego lo hizo en 1986.
La concha de su madre
«Vamos Argentina somos campeones del mundo, la concha de su madre», vocifer? Leo agarrando el micr?fono de la megafonia general (https://www.sport.es/es/noticias/mundial-futbol/lagrimas-messi-ganar-mundial-80136979), mientras el equipo celebraba el t?tulo en la porter?a albiceleste, los franceses estaban en el vestuario y la organizaci?n montaba el escenario con la forma del logotipo del Mundial. Ese s?mbolo del infinito que es Messi. No volver?n, no volveremos. a ver algo semejante. El infinito es él.
Venci? al mito Leo en la mejor final de todos los tiempos, con un 3-3 que neg? la neoteor?a de que el f?tbol aburre y no atrapa a los j?venes. Seis goles en un duelo apote?sico, un formidable toma y daca, que lo tuvo ganado Argentina con el 2-0, que se lo arrebat? Francia empatando dos veces y que desemboc? en los penaltis por tercera vez en la historia. Imposible mayor agon?a ni mayor dramatismo ni tanta concurrencia de héroes: la aparici?n de Di Mar?a, la de Kolo Muani, los dos goles de Messi, los tres de Mbappé, la mano de Dibu Mart?nez...
Maradona fue un proto Messi. Un antecedente m?s humano, con sus imperfecciones, en una época m?s dura por las salvajes entradas que le asaltaban pero menos exigente, con muchos menos partidos. Un anuncio de lo que vendr?a con el nuevo siglo.
Otro referente, con distintas formas, también imperfecto, porque falla penaltis de vez en cuando (uno de cinco en Qatar), tan ambicioso como aquel, l?der indiscutible de un grupo de humanos sedientos de gloria, capaces de cualquier cosa para entronizarse en un pa?s que solo palpita, que solo r?e, que solo es rico con el f?tbol. Orgulloso y vociferante, cantar?n, que solo call? con los dos goles de Kylian Mbappé, con el tercero, con el coraz?n encogido hasta que Montiel, el lateral derecho del Sevilla, coloc? el inempatable 4-2.
La guinda definitiva
Messi se hab?a elevado a la cabeza de todas las estad?sticas y coloc? una guinda casi imposible de superar, solo al alcance, se intuye de Mbappé. Messi se convirti? en el primero de toda la historia en marcar en todos los partidos eliminatorios. Desde octavos a la final. Y dos. Mbappé marc? un triplete (m?s un cuarto, de penalti) que s?lo le sirvi? para postularse como el sucesor.
Tal vez se trate de justicia divina el triunfo de Messi, que no siempre comparece en el f?tbol. Acaso s? sea la justicia poética del trabajo, de la ambici?n de su capit?n por avanzar, por ir constantemente m?s all?. Y en ese m?s all?, le colocaron a Maradona, al que ha acabado rebasando. Primero en los récords, luego en los t?tulos, ahora en el reconocimiento un?nime. El primer argentino que pis? el podio fue Nery Pumpido, el portero de Maradona del 86.
Represent? Maradona la argentinidad m?s pura: la eclosi?n desde la pobreza y la falta de medios a partir de un talento innato y ?nico, hasta erigirse en el l?der del pueblo que replicaba a las élites y mucho m?s amado y mucho m?s puro que estas. Maradona estuvo lejos de Argentina mientras jugaba en Europa (dos temporadas en el Barça, ocho en el N?poles, uno en el Sevilla) pero siempre lo sintieron cercano.
La distancia, en cambio, fue un inconveniente para Messi, que se march? a los 12 a?os sin haber sido descubierto y, por tanto, sin la posibilidad de ser amado. Y cuando empezaron a darse cuenta de que era Maradona modernizado, mejorado, vieron que no era como el recuerdo del mito. Ni ten?a el verbo ni ten?a el carisma que habr?an podido ayudarle a promocionar sus superiores virtudes futbol?sticas.
Messi lo tiene todo. Y tiene, al fin, la copa que coloca el mundo a sus pies.
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