الريــم
12-18-2022, 04:56 PM
Aquel viejo dicho que reza “el ?ltimo que apague la luz” tiene poco encaje en el futuro de nuestro planeta. Es muy posible que al ?ltimo hombre o mujer las circunstancias ya no les permitan apagar esa luz porque nuestra sociedad tecnol?gica, de no tomar medidas, habr? llegado al l?mite de su m?ximo desarrollo global -somos demasiados habitando el planeta- y esa v?a sustentada en un progreso expansivo y lineal sin l?mite explosione sin remedio, llev?ndose por delante el equilibrio del clima y la destrucci?n de la naturaleza. Es, nos lo cuentan las pel?culas, las series de televisi?n y las novelas d?a s? y d?a también. Es el 'Colapso', el 'Apag?n', el primer fragmento del libro del Apocalipsis escrito en el siglo XXI, el gran miedo, el principal objeto de la ciencia con conciencia pero también el gran tema de nuestra narrativa actual.
https://www.uc-4u.com/clip/8e8df18b-0d4e-4ee1-89ce-16c49d119be4_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Fotograma de la serie 'El colapso'. | Filmin
Trabajar en la resistencia colectiva
La colapsolog?a, la ciencia que estudia el proceso, naci? en Francia en el 2011 en el marco del Instituto Momentum y ha sido definida por uno de sus fundadores Yves Cochet como el estudio del proceso que puede conducir a las naciones a no poder proporcionar a sus ciudadanos a un precio razonable las necesidades b?sicas, una situaci?n cr?tica que aumentar?a la brecha entre pobres y ricos. Suena terrible, pero desde la pandemia de covid, que oblig? a detener de sopet?n la econom?a mundial, hoy no se percibe como una posibilidad tan irreal. Los te?ricos franceses Pablo Servigne y Raphaël Stevens elaboraron en el 2015 ‘Colapsolog?a’, un manual concienciador dirigido a las nuevas generaciones que es un punto de partida muy divulgativo para reflexionar sobre el tema. Ahora la pareja de colaps?logos se une al bi?logo Gauthier Chapelle en la continuaci?n de aquel libro ‘Otro fin del mundo es posible’ (Arpa) donde intentan aportar v?as de soluci?n explorando formas psicol?gicas, filos?ficas, art?sticas e incluso espirituales para intentar no colapsar antes del colapso. “No es una renuncia a la acci?n, ni un repliegue sobre uno mismo ni un desarrollo personal, sino todo lo contrario. Se trata de trabajar en nuestra resistencia colectiva a los choques, de experimentar nuevas formas de vivir en el planeta, de crear nuevas narrativas colectivas, de tejer v?nculos con nuestros seres queridos, con otras culturas, con lo no humano”, aseguran v?a internet.
Comprender la realidad
En el campo de las narrativas colectivas, a las que apuntan los colaps?logos como algo importante, c?mo nos contamos historias para comprender la realidad, la literatura es un buen sistema para alertar del peligro y tiene todav?a mucho que decir. “Los artistas suelen tener una facilidad para detectar los vientos de cambio y gracias a sus obras pueden concienciar e inducir a cambios radicales”, detecta Pablo Servigne, para quien la importancia del relato es crucial. Los ensayos en los que ha participado el autor han servido para impulsar la serie televisiva francesa ‘El colapso’ y de rebote la espa?ola ‘Apag?n’ que bebe directamente un podcast de éxito.
Es cierto que hoy son innumerables las novelas que apuntan y recrean cat?strofes medioambientales actuales y futuras, pero la literatura que se construye como una advertencia ha tardado en llegar. Un ejemplo muy claro es el caso de Margaret Atwood, cuando public? el primer volumen de su trilog?a ‘Orix y Crake’ en el 2003. Entonces, la autora de ‘El cuento de la criada’, fue considerada una excéntrica por utilizar m?s abiertamente las herramientas de la ciencia ficci?n considerada por entonces un género menor. Su relato de c?mo cuatro adolescentes sobreviven al colapso y se preocupan por la creaci?n de una nueva sociedad ya no sonaba tan lejano cuando la autora cerr? la trilog?a con ‘MaddAddaM’ diez a?os después. Sencillamente, lo que se contaba en esas novelas pod?a contemplarse ya como una posibilidad real en las noticias. Mientras tanto, en el 2006, Cormac McCarthy facturaba la sombr?a ‘La carretera’, sin dejar mucho lugar a la esperanza de reconstrucci?n del mundo. Es m?s o menos por esas fechas cuando se empieza a gestar una tendencia que borra las viejas fronteras entre la literatura literaria y el género de ciencia ficci?n, que durante a?os fue el que sostuvo la bandera de pensar el futuro mucho m?s seriamente de lo que lo hizo la narrativa m?s generalista. Aqu? habr?a que recordar que J. G. Ballard ya en los 60 cre? una trilog?a como ‘El mundo sumergido’, ‘La sequ?a’ y ‘El mundo de cristal’ en la que trataba el deterioro de la capa de ozono, la poluci?n en el agua y la aniquilaci?n de las especies animales, inquietudes que solo adquirir?an su inquietante sentido en la actualidad.
https://www.uc-4u.com/clip/df2a9485-3ab4-48f0-a883-613574abcb13_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg El escritor francocanadiense Christian Guay-Poliquin. | Elisenda Pons
Lista para las librer?as
La lista a vuelapluma y sin voluntad de exhaustividad de lo que hoy puede encontrarse en librer?as sobre el tema incluir?a ‘El ministerio del futuro’ de Kim Stanley Robinson, en clave de ciencia-ficci?n m?s estricta: a Sarah Hall que en ‘Hijas del norte’ dibuja una Inglaterra esclavizada y precarizada no muy distinta a la de 'El Muro', de John Lanchester; ‘Zona Uno’, en la que el doblemente Pulitzer Colson Whitehead imagina un mundo dividido entre sanos y enfermos antes de que interioriz?ramos, y de qué forma, el término pandemia; el norteamericano Peter Heller que con su impactante ‘La constelaci?n del perro’ renueva el viejo modelo robinsoniano de ‘?ltimo hombre vivo’; algo parecido a lo que hace el galoargentino Santiago H. Amigorena en 'Mis ?ltimas palabras', o la extraordinaria ‘El clamor de los bosques’, de Richard Powers, un maravilloso y arborescente referente literario de la lucha medioambiental. En castellano, y con ese mismo esp?ritu tel?rico no hay que olvidar ‘Distancia de rescate,’ de la celebrada Samanta Schweblin o ‘Humo’, pen?ltimo t?tulo de José Ovejero, con ecos de ‘La carretera’ de McCarthy, mientras que en catal?n pueden citarse ‘L’any de la plaga’, de Marc Pastor; ‘Napalm al cor’, de Pol Guasch, y la reciente ‘Diatomea’, de N?ria Perpignà, que por una vez no dibuja el futuro con tintes catastr?ficos.
Una de las ?ltimas obras publicadas es ‘Las sombras fugaces’, del canadiense de expresi?n francesa Christian Guay-Poliquin (Volcano / Periscopi), con el que cierra una trilog?a post-apocal?ptica que tuvo su punto ?lgido con la celebrada ‘El peso de la nieve’. “Escribir sobre el apag?n te permite iluminar zonas de nuestra sociedad que damos por sobreentendidas y sobre las que hemos cerrado los ojos. También te permite imaginar unas relaciones sociales menos art?ficiales que las que hemos construido hasta el momento. Yo no he querido hacer escribir una advertencia con mis novelas, pero inevitablemente éstas incluyen una reflexi?n sobre el viejo asunto de qué futuro vamos a dejar a nuestros hijos”.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/cultura/colapso-atenaza-literatura-ilumina-miedos-80120768)
https://www.uc-4u.com/clip/8e8df18b-0d4e-4ee1-89ce-16c49d119be4_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Fotograma de la serie 'El colapso'. | Filmin
Trabajar en la resistencia colectiva
La colapsolog?a, la ciencia que estudia el proceso, naci? en Francia en el 2011 en el marco del Instituto Momentum y ha sido definida por uno de sus fundadores Yves Cochet como el estudio del proceso que puede conducir a las naciones a no poder proporcionar a sus ciudadanos a un precio razonable las necesidades b?sicas, una situaci?n cr?tica que aumentar?a la brecha entre pobres y ricos. Suena terrible, pero desde la pandemia de covid, que oblig? a detener de sopet?n la econom?a mundial, hoy no se percibe como una posibilidad tan irreal. Los te?ricos franceses Pablo Servigne y Raphaël Stevens elaboraron en el 2015 ‘Colapsolog?a’, un manual concienciador dirigido a las nuevas generaciones que es un punto de partida muy divulgativo para reflexionar sobre el tema. Ahora la pareja de colaps?logos se une al bi?logo Gauthier Chapelle en la continuaci?n de aquel libro ‘Otro fin del mundo es posible’ (Arpa) donde intentan aportar v?as de soluci?n explorando formas psicol?gicas, filos?ficas, art?sticas e incluso espirituales para intentar no colapsar antes del colapso. “No es una renuncia a la acci?n, ni un repliegue sobre uno mismo ni un desarrollo personal, sino todo lo contrario. Se trata de trabajar en nuestra resistencia colectiva a los choques, de experimentar nuevas formas de vivir en el planeta, de crear nuevas narrativas colectivas, de tejer v?nculos con nuestros seres queridos, con otras culturas, con lo no humano”, aseguran v?a internet.
Comprender la realidad
En el campo de las narrativas colectivas, a las que apuntan los colaps?logos como algo importante, c?mo nos contamos historias para comprender la realidad, la literatura es un buen sistema para alertar del peligro y tiene todav?a mucho que decir. “Los artistas suelen tener una facilidad para detectar los vientos de cambio y gracias a sus obras pueden concienciar e inducir a cambios radicales”, detecta Pablo Servigne, para quien la importancia del relato es crucial. Los ensayos en los que ha participado el autor han servido para impulsar la serie televisiva francesa ‘El colapso’ y de rebote la espa?ola ‘Apag?n’ que bebe directamente un podcast de éxito.
Es cierto que hoy son innumerables las novelas que apuntan y recrean cat?strofes medioambientales actuales y futuras, pero la literatura que se construye como una advertencia ha tardado en llegar. Un ejemplo muy claro es el caso de Margaret Atwood, cuando public? el primer volumen de su trilog?a ‘Orix y Crake’ en el 2003. Entonces, la autora de ‘El cuento de la criada’, fue considerada una excéntrica por utilizar m?s abiertamente las herramientas de la ciencia ficci?n considerada por entonces un género menor. Su relato de c?mo cuatro adolescentes sobreviven al colapso y se preocupan por la creaci?n de una nueva sociedad ya no sonaba tan lejano cuando la autora cerr? la trilog?a con ‘MaddAddaM’ diez a?os después. Sencillamente, lo que se contaba en esas novelas pod?a contemplarse ya como una posibilidad real en las noticias. Mientras tanto, en el 2006, Cormac McCarthy facturaba la sombr?a ‘La carretera’, sin dejar mucho lugar a la esperanza de reconstrucci?n del mundo. Es m?s o menos por esas fechas cuando se empieza a gestar una tendencia que borra las viejas fronteras entre la literatura literaria y el género de ciencia ficci?n, que durante a?os fue el que sostuvo la bandera de pensar el futuro mucho m?s seriamente de lo que lo hizo la narrativa m?s generalista. Aqu? habr?a que recordar que J. G. Ballard ya en los 60 cre? una trilog?a como ‘El mundo sumergido’, ‘La sequ?a’ y ‘El mundo de cristal’ en la que trataba el deterioro de la capa de ozono, la poluci?n en el agua y la aniquilaci?n de las especies animales, inquietudes que solo adquirir?an su inquietante sentido en la actualidad.
https://www.uc-4u.com/clip/df2a9485-3ab4-48f0-a883-613574abcb13_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg El escritor francocanadiense Christian Guay-Poliquin. | Elisenda Pons
Lista para las librer?as
La lista a vuelapluma y sin voluntad de exhaustividad de lo que hoy puede encontrarse en librer?as sobre el tema incluir?a ‘El ministerio del futuro’ de Kim Stanley Robinson, en clave de ciencia-ficci?n m?s estricta: a Sarah Hall que en ‘Hijas del norte’ dibuja una Inglaterra esclavizada y precarizada no muy distinta a la de 'El Muro', de John Lanchester; ‘Zona Uno’, en la que el doblemente Pulitzer Colson Whitehead imagina un mundo dividido entre sanos y enfermos antes de que interioriz?ramos, y de qué forma, el término pandemia; el norteamericano Peter Heller que con su impactante ‘La constelaci?n del perro’ renueva el viejo modelo robinsoniano de ‘?ltimo hombre vivo’; algo parecido a lo que hace el galoargentino Santiago H. Amigorena en 'Mis ?ltimas palabras', o la extraordinaria ‘El clamor de los bosques’, de Richard Powers, un maravilloso y arborescente referente literario de la lucha medioambiental. En castellano, y con ese mismo esp?ritu tel?rico no hay que olvidar ‘Distancia de rescate,’ de la celebrada Samanta Schweblin o ‘Humo’, pen?ltimo t?tulo de José Ovejero, con ecos de ‘La carretera’ de McCarthy, mientras que en catal?n pueden citarse ‘L’any de la plaga’, de Marc Pastor; ‘Napalm al cor’, de Pol Guasch, y la reciente ‘Diatomea’, de N?ria Perpignà, que por una vez no dibuja el futuro con tintes catastr?ficos.
Una de las ?ltimas obras publicadas es ‘Las sombras fugaces’, del canadiense de expresi?n francesa Christian Guay-Poliquin (Volcano / Periscopi), con el que cierra una trilog?a post-apocal?ptica que tuvo su punto ?lgido con la celebrada ‘El peso de la nieve’. “Escribir sobre el apag?n te permite iluminar zonas de nuestra sociedad que damos por sobreentendidas y sobre las que hemos cerrado los ojos. También te permite imaginar unas relaciones sociales menos art?ficiales que las que hemos construido hasta el momento. Yo no he querido hacer escribir una advertencia con mis novelas, pero inevitablemente éstas incluyen una reflexi?n sobre el viejo asunto de qué futuro vamos a dejar a nuestros hijos”.
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