الريــم
12-16-2022, 04:40 PM
Hay luchas que no cesan. Por a?os que pasen. Por escollos que aparezcan en el camino. Como la que desde hace a?os mantienen las afectadas por el medicamento Agreal -recetado entre 1983 y 2005 a miles de mujeres espa?olas para los sofocos de la menopausia, y después, retirado del mercado tras advertirse efectos psiqui?tricos adversos-, sin duda uno de los episodios m?s funestos de la historia reciente de la sanidad espa?ola. El f?rmaco dej? incontables v?ctimas por el camino que llevan a?os batallando en los tribunales para que las autoridades sanitarias reconozcan los da?os que les provoc?. Las mujeres afectadas lo comparan con la colza. Desde Las Palmas, Paqui Gil y, desde M?stoles (Madrid), Manuela Victoria D?az Mart?n, relatan su martirio de a?os de depresi?n y temblores. "Nos rob? la vida", coinciden al un?sono.
Las dos mujeres ponen rostro a otras cientos afectadas por el consumo de un medicamento antipsic?tico, el Agreal (Veralipride), que fue recetado entre 1983 y 2005 para hacer frente a los sofocos de la menopausia, y después, retirado del mercado tras advertirse efectos psiqui?tricos adversos. Ahora, el Tribunal Constitucional ha admitido a tr?mite un recurso de la Asociaci?n Agreal Mujeres Luchadoras que puede dar un vuelco a su situaci?n frente a la Administraci?n sanitaria. El recurso, al que ha tenido acceso EL PERI?DICO DE ESPA?A (https://www.epe.es/es/), del grupo Prensa Ibérica, lo ha presentado el Bufete Almod?var & Jara, que defiende los intereses de la asociaci?n frente a unas resoluciones concretas de la Audiencia Nacional y del Tribunal Supremo que han rechazado sus reclamaciones ante el Estado.
A Manuela Victoria D?az Mart?n, ochenta y tres a?os y medio -que el medio también cuenta, apostilla-, Agreal le retir? la alegr?a con la que naci?. Natural de Ayamonte (Huelva), de donde sali? hace ya décadas, -pero donde siguen sus ra?ces, dice orgullosa-, Manuela naci? con un don -el de las ganas de vivir- que ni enviudar a los 40 (su marido muri? en un accidente de coche); ni criar sola a tres hijos, ni la lucha por sacarlos adelante, le robaron. "Nac? as?", asegura. Tuvo que ser un medicamento que le recet? su médico a los 48 a?os, el que vino a "apagarla", resume. El que la mantiene postrada en la cama por las ma?anas y el que, afirma con mucha contundencia, a ella, siempre tan animosa, "le ha destrozado la vida".
No tiene cura
Paqui Gil, el alma de la Asociaci?n Agreal Mujeres Luchadoras atiende a EL PERI?DICO DE ESPA?A desde su casa de Las Palmas a media tarde de un jueves. "Acostada como siempre", describe en alusi?n a que podr?a ser otro d?a y otra hora cualquiera: "Yo salgo para ver a los especialistas y, del ba?o a la cama. Esto no sé por qué va a peor. Mis especialistas tienen mucha confianza conmigo y me hablan claro: el sistema central nervioso est? da?ado por una sustancia qu?mica y esto no tiene cura".
Paqui tiene 73 a?os. Lectora empedernida, admite, sabe c?mo nadie el periplo que han vivido las afectadas. Cuenta, por ejemplo, que la primera comunidad aut?noma en notificar efectos adversos del f?rmaco fue Catalu?a. "Lo pusieron en un caj?n, y nada. Castilla y Le?n, otro tanto de lo mismo. Espa?a no hizo nada pese a que Europa pidi? su retirada inmediata porque hicieron un estudio con 600 mujeres y, desde la primera caja, ya cayeron en picado", recuerda. Empez? a tomar el f?rmaco en 1998, hasta septiembre de 2005. Con 47 a?os. La depresi?n fue el primer s?ntoma y, a los meses, ya estaba temblando. Hasta la fecha. ?Toma ahora mucha medicaci?n?. "?Ay, madre!", responde Paqui. Y relata: "ocho pastillas por la noche, cuatro por la ma?ana, otras cuatro a mediod?a y dos de reemplazo cuando tengo mucha ansiedad".
La mujer nunca ha dejado de pleitear. Siente que le escucharon m?s cuando acudi? a las autoridades sanitarias europeas que las espa?olas que, asegura, siempre contestaban lo mismo: "Una vez eliminado del organismo la sustancia del Agreal, desaparecer?n las secuelas. 17 a?os después sigo a peor", cuenta. Se lamenta de los "da?os colaterales" que su padecimiento ha ocasionado "no s?lo a mi marido, Pedro, sino a mis tres hijos, que han sufrido lo suyo. Eso no se paga con nada. Ahora son hombres, pero siempre est?n pendientes". ?Tiene esperanza de que los ?ltimos movimientos en los tribunales supongan un nuevo impulso a su lucha?. "Yo, personalmente, quiero que reconozcan mi derecho fundamental, que me devuelvan mi salud, algo que no me van a dar", dice Paqui.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sociedad/martirio-victimas-medicamento-agreal-han-80047507)
Las dos mujeres ponen rostro a otras cientos afectadas por el consumo de un medicamento antipsic?tico, el Agreal (Veralipride), que fue recetado entre 1983 y 2005 para hacer frente a los sofocos de la menopausia, y después, retirado del mercado tras advertirse efectos psiqui?tricos adversos. Ahora, el Tribunal Constitucional ha admitido a tr?mite un recurso de la Asociaci?n Agreal Mujeres Luchadoras que puede dar un vuelco a su situaci?n frente a la Administraci?n sanitaria. El recurso, al que ha tenido acceso EL PERI?DICO DE ESPA?A (https://www.epe.es/es/), del grupo Prensa Ibérica, lo ha presentado el Bufete Almod?var & Jara, que defiende los intereses de la asociaci?n frente a unas resoluciones concretas de la Audiencia Nacional y del Tribunal Supremo que han rechazado sus reclamaciones ante el Estado.
A Manuela Victoria D?az Mart?n, ochenta y tres a?os y medio -que el medio también cuenta, apostilla-, Agreal le retir? la alegr?a con la que naci?. Natural de Ayamonte (Huelva), de donde sali? hace ya décadas, -pero donde siguen sus ra?ces, dice orgullosa-, Manuela naci? con un don -el de las ganas de vivir- que ni enviudar a los 40 (su marido muri? en un accidente de coche); ni criar sola a tres hijos, ni la lucha por sacarlos adelante, le robaron. "Nac? as?", asegura. Tuvo que ser un medicamento que le recet? su médico a los 48 a?os, el que vino a "apagarla", resume. El que la mantiene postrada en la cama por las ma?anas y el que, afirma con mucha contundencia, a ella, siempre tan animosa, "le ha destrozado la vida".
No tiene cura
Paqui Gil, el alma de la Asociaci?n Agreal Mujeres Luchadoras atiende a EL PERI?DICO DE ESPA?A desde su casa de Las Palmas a media tarde de un jueves. "Acostada como siempre", describe en alusi?n a que podr?a ser otro d?a y otra hora cualquiera: "Yo salgo para ver a los especialistas y, del ba?o a la cama. Esto no sé por qué va a peor. Mis especialistas tienen mucha confianza conmigo y me hablan claro: el sistema central nervioso est? da?ado por una sustancia qu?mica y esto no tiene cura".
Paqui tiene 73 a?os. Lectora empedernida, admite, sabe c?mo nadie el periplo que han vivido las afectadas. Cuenta, por ejemplo, que la primera comunidad aut?noma en notificar efectos adversos del f?rmaco fue Catalu?a. "Lo pusieron en un caj?n, y nada. Castilla y Le?n, otro tanto de lo mismo. Espa?a no hizo nada pese a que Europa pidi? su retirada inmediata porque hicieron un estudio con 600 mujeres y, desde la primera caja, ya cayeron en picado", recuerda. Empez? a tomar el f?rmaco en 1998, hasta septiembre de 2005. Con 47 a?os. La depresi?n fue el primer s?ntoma y, a los meses, ya estaba temblando. Hasta la fecha. ?Toma ahora mucha medicaci?n?. "?Ay, madre!", responde Paqui. Y relata: "ocho pastillas por la noche, cuatro por la ma?ana, otras cuatro a mediod?a y dos de reemplazo cuando tengo mucha ansiedad".
La mujer nunca ha dejado de pleitear. Siente que le escucharon m?s cuando acudi? a las autoridades sanitarias europeas que las espa?olas que, asegura, siempre contestaban lo mismo: "Una vez eliminado del organismo la sustancia del Agreal, desaparecer?n las secuelas. 17 a?os después sigo a peor", cuenta. Se lamenta de los "da?os colaterales" que su padecimiento ha ocasionado "no s?lo a mi marido, Pedro, sino a mis tres hijos, que han sufrido lo suyo. Eso no se paga con nada. Ahora son hombres, pero siempre est?n pendientes". ?Tiene esperanza de que los ?ltimos movimientos en los tribunales supongan un nuevo impulso a su lucha?. "Yo, personalmente, quiero que reconozcan mi derecho fundamental, que me devuelvan mi salud, algo que no me van a dar", dice Paqui.
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