الريــم
12-15-2022, 09:30 AM
"La Madre Patria acoger? a todos los que han colaborado en su bien”, les recordaban en marzo las autoridades rusas a sus ciudadanos residentes en este otro extremo de Europa. Al poco de comenzar la invasi?n de Ucrania, y en plena ola de condenas de las sociedades europeas, Mosc? se dirigi? a los rusos expatriados con instrucciones para evitar altercados y, de paso, mantener unida a su opini?n p?blica en el exterior.
Las instrucciones a las que ha tenido acceso EL PERI?DICO DE CATALUNYA, del grupo Prensa Ibérica, instan a los rusos a no participar en discusiones ni frecuentar eventos p?blicos multitudinarios, y han sido enviadas en varias tandas, en mensajes generales en abierto y en mensajes particulares en privado por Telegram. Para la difusi?n se han utilizado no solo los canales consulares, también a los coordinadores de “Centros de Atenci?n a Compatriotas” que manejan “asociaciones de compatriotas en Espa?a y Andorra”, llamadas abreviadamente SORS.
La primera alusi?n a esas entidades -algunas creadas ex profeso- apareci? en un mensaje de Telegram de Casa Rusia en Madrid, al mediod?a del 8 de marzo. “Os informamos de que las asociaciones de compatriotas en Espa?a y Andorra han establecido y operan Centros de Atenci?n a Compatriotas y l?neas de atenci?n”. Su objetivo, dec?a el mensaje, era ayudarles en la obtenci?n de “asistencia legal pronta, calificada y gratuita sobre el terreno, as? como ayudar en la preparaci?n de solicitudes o apelaciones a organismos encargados de hacer cumplir la ley, organizaciones educativas, municipios, servicios sociales…”
Y esto, ante el peligro de que los rusos residentes fueran v?ctimas de delitos de odio en este pa?s. “Os recordamos que os encontr?is en la esfera legislativa y ejecutiva de las autoridades espa?olas y andorranas –dec?a este primer mensaje-. La legislaci?n de esos estados castiga con severidad a quien p?blicamente instigue, promueva el odio, discriminaci?n o violencia contra grupos de personas o personas aisladas por la pertenencia a estos grupos, por razones de racismo, antisemitismo, confesi?n, religi?n, situaci?n familiar o pertenencia a determinada raza, nacionalidad, origen…”
Falsa rusofobia
Se reaccionaba as? a una supuesta rusofobia. Tanto el ofrecimiento de ayuda como las instrucciones dibujaban un clima de amenaza o peligro en Espa?a que, transcurrido casi un a?o de guerra, no se ha visto refrendado por la realidad.
Desde que Vladimir Putin lanz? su “operaci?n militar especial” sobre Ucrania, Mosc? trata de cohesionar a sus colonias de ciudadanos expatriados en la UE, y mantenerlos refractarios o impermeables a las narrativas occidentales de la guerra, incluso bajo la apariencia de un peligro de “represalias” en la calle.
De ese peligro hablan las directrices que difundi? el gobierno ruso en fechas algo anteriores, una semana después de comenzar la invasi?n de Ucrania. Se aconseja en torno a tres aspectos. El primero incide en la necesidad de mantener silencio “respecto a la nacionalidad rusa”. El segundo insta a “no caer en provocaciones”, sobre todo en las redes sociales. El tercero: “Permanecer unidos, sabiendo que la Madre Patria acoger? a todos los que han colaborado en su bien”.
En la semana final de febrero y en las dos primeras semanas de marzo, residentes rusos en la gran zona de implantaci?n de eslava en Alicante empezaron a recibir mensajes privados de Telegram y otras plataformas, supuestamente con remitente oficial ruso. Esos mensajes aconsejan en torno a tres ejes: el primero, “guardar silencio” y no manifestar opiniones sobre la guerra o cuestiones pol?ticas en redes sociales. El segundo, no acudir a “eventos p?blicos con posibles aglomeraciones de ciudadanos”. El tercero, “mantener abiertos los canales de comunicaci?n, principalmente Telegram”.
Los mensajes privados tienen un origen gubernativo. Y los avisos abiertos difundidos en esa plataforma de mensajer?a por Casa Rusia Madrid cuentan con inspiraci?n oficial. La entidad forma parte de la red estatal Rossiskoye Trodnichetsra (en sentido general, Cooperaci?n Rusa).
Fuentes diplom?ticas rusas consultadas por EL PERI?DICO no han querido confirmar “cien por cien” esos mensajes; se limitan a comentar que “es funci?n de la embajada de la Federaci?n Rusa proteger a sus compatriotas”.
Paz en las calles
En esa misma cadena de mensajes privados de febrero y marzo, las autoridades rusas aprovechaban para desmentir que ning?n miembro de la embajada o consulados en Madrid o Barcelona se hubiera manifestado condenando la guerra. Sal?an al paso de un rumor que hab?a corrido en redes sociales en lengua rusa y que Mosc? pudo considerar desestabilizador.
As? mismo, anunciaban que la embajada y las entidades asociadas suspend?an actividades sociales y culturales previstas para la primavera por temor a “represalias” en Espa?a.
No lleg? a suspenderse, pero s? a cambiar de nombre, el festival de cine ruso de la localidad alicantina de Torrevieja. El 22 de enero, un mes y dos d?as antes de penetrar los carros rusos en territorio ucraniano, hab?a sido presentado en la Feria Fitur de Madrid la VIII edici?n del Sol Russian Film Festival. Para junio, cuando arreciaban las cr?ticas por la invasi?n de Ucrania y por las ayudas del Ayuntamiento y la Generalitat Valenciana al festival, este ya se llamaba Sol International Film Festival.
https://www.uc-4u.com/clip/f4c59956-b63e-4ba1-b742-a74fab45b87e_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Presentaci?n del Sol Russian Film Festival en Fitur, en enero de 2022. | Informaci?n
Hab?an variado el nombre -seg?n inform? el diario de Prensa Ibérica Informaci?n de Alicante- dos de sus promotoras, Ana Semenova y Tatina Denisova, que hicieron una expresi?n p?blica de condena de la agresi?n a Ucrania, en oposici?n a la postura abiertamente pro Putin del presidente de la asociaci?n, Alexander Mikhailov.
Torrevieja, como toda la Vega Baja alicantina y la propia ciudad de Alicante, es parte de la principal ?rea de asentamiento de los 79.485 residentes rusos en Espa?a, seg?n datos del padr?n de 2021.
Pero la misma zona es también la principal de residencia de los 112.000 ucranianos que viv?an en Espa?a antes de la guerra, colonia que, con el movimiento de refugiados, se ha duplicado. Son muchas personas originarias de dos pa?ses en guerra como para que no se produzcan fricciones.
Por eso las manifestaciones de los ucranianos contra la agresi?n son objeto de dispositivos de seguridad de la Polic?a Nacional y de la Polic?a Local. Los ucranianos se han estado manifestando por el paseo de Vista Alegre de Torrevieja a lo largo de septiembre y octubre.
El origen no est? solo en una directriz general recibida por las Fuerzas de Seguridad de aumentar la atenci?n a rusos y ucranianos, también en una pelea entre rusos y ucranianos en un bar de Torrevieja el 7 de marzo que se sald? con un herido de mediana consideraci?n evacuado al hospital.
Es el ?nico incidente digno de menci?n en la zona. La violencia entre rusos y ucranianos residentes en Espa?a parece estar m?s sobre el papel del planeamiento preventivo policial que sobre el asfalto de las ciudades. “Aqu? hay todo tipo de gente, fan?ticos seguidores de Putin, pero también contrarios -explica Natalia Zhezhnyauska, portavoz de la Asociaci?n de Ucranianos-. Y muchos matrimonios mixtos de rusos y ucranianos; no hay que olvidar eso”.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/nacional/instruccion-moscu-rusos-espana-caigan-79986732)
Las instrucciones a las que ha tenido acceso EL PERI?DICO DE CATALUNYA, del grupo Prensa Ibérica, instan a los rusos a no participar en discusiones ni frecuentar eventos p?blicos multitudinarios, y han sido enviadas en varias tandas, en mensajes generales en abierto y en mensajes particulares en privado por Telegram. Para la difusi?n se han utilizado no solo los canales consulares, también a los coordinadores de “Centros de Atenci?n a Compatriotas” que manejan “asociaciones de compatriotas en Espa?a y Andorra”, llamadas abreviadamente SORS.
La primera alusi?n a esas entidades -algunas creadas ex profeso- apareci? en un mensaje de Telegram de Casa Rusia en Madrid, al mediod?a del 8 de marzo. “Os informamos de que las asociaciones de compatriotas en Espa?a y Andorra han establecido y operan Centros de Atenci?n a Compatriotas y l?neas de atenci?n”. Su objetivo, dec?a el mensaje, era ayudarles en la obtenci?n de “asistencia legal pronta, calificada y gratuita sobre el terreno, as? como ayudar en la preparaci?n de solicitudes o apelaciones a organismos encargados de hacer cumplir la ley, organizaciones educativas, municipios, servicios sociales…”
Y esto, ante el peligro de que los rusos residentes fueran v?ctimas de delitos de odio en este pa?s. “Os recordamos que os encontr?is en la esfera legislativa y ejecutiva de las autoridades espa?olas y andorranas –dec?a este primer mensaje-. La legislaci?n de esos estados castiga con severidad a quien p?blicamente instigue, promueva el odio, discriminaci?n o violencia contra grupos de personas o personas aisladas por la pertenencia a estos grupos, por razones de racismo, antisemitismo, confesi?n, religi?n, situaci?n familiar o pertenencia a determinada raza, nacionalidad, origen…”
Falsa rusofobia
Se reaccionaba as? a una supuesta rusofobia. Tanto el ofrecimiento de ayuda como las instrucciones dibujaban un clima de amenaza o peligro en Espa?a que, transcurrido casi un a?o de guerra, no se ha visto refrendado por la realidad.
Desde que Vladimir Putin lanz? su “operaci?n militar especial” sobre Ucrania, Mosc? trata de cohesionar a sus colonias de ciudadanos expatriados en la UE, y mantenerlos refractarios o impermeables a las narrativas occidentales de la guerra, incluso bajo la apariencia de un peligro de “represalias” en la calle.
De ese peligro hablan las directrices que difundi? el gobierno ruso en fechas algo anteriores, una semana después de comenzar la invasi?n de Ucrania. Se aconseja en torno a tres aspectos. El primero incide en la necesidad de mantener silencio “respecto a la nacionalidad rusa”. El segundo insta a “no caer en provocaciones”, sobre todo en las redes sociales. El tercero: “Permanecer unidos, sabiendo que la Madre Patria acoger? a todos los que han colaborado en su bien”.
En la semana final de febrero y en las dos primeras semanas de marzo, residentes rusos en la gran zona de implantaci?n de eslava en Alicante empezaron a recibir mensajes privados de Telegram y otras plataformas, supuestamente con remitente oficial ruso. Esos mensajes aconsejan en torno a tres ejes: el primero, “guardar silencio” y no manifestar opiniones sobre la guerra o cuestiones pol?ticas en redes sociales. El segundo, no acudir a “eventos p?blicos con posibles aglomeraciones de ciudadanos”. El tercero, “mantener abiertos los canales de comunicaci?n, principalmente Telegram”.
Los mensajes privados tienen un origen gubernativo. Y los avisos abiertos difundidos en esa plataforma de mensajer?a por Casa Rusia Madrid cuentan con inspiraci?n oficial. La entidad forma parte de la red estatal Rossiskoye Trodnichetsra (en sentido general, Cooperaci?n Rusa).
Fuentes diplom?ticas rusas consultadas por EL PERI?DICO no han querido confirmar “cien por cien” esos mensajes; se limitan a comentar que “es funci?n de la embajada de la Federaci?n Rusa proteger a sus compatriotas”.
Paz en las calles
En esa misma cadena de mensajes privados de febrero y marzo, las autoridades rusas aprovechaban para desmentir que ning?n miembro de la embajada o consulados en Madrid o Barcelona se hubiera manifestado condenando la guerra. Sal?an al paso de un rumor que hab?a corrido en redes sociales en lengua rusa y que Mosc? pudo considerar desestabilizador.
As? mismo, anunciaban que la embajada y las entidades asociadas suspend?an actividades sociales y culturales previstas para la primavera por temor a “represalias” en Espa?a.
No lleg? a suspenderse, pero s? a cambiar de nombre, el festival de cine ruso de la localidad alicantina de Torrevieja. El 22 de enero, un mes y dos d?as antes de penetrar los carros rusos en territorio ucraniano, hab?a sido presentado en la Feria Fitur de Madrid la VIII edici?n del Sol Russian Film Festival. Para junio, cuando arreciaban las cr?ticas por la invasi?n de Ucrania y por las ayudas del Ayuntamiento y la Generalitat Valenciana al festival, este ya se llamaba Sol International Film Festival.
https://www.uc-4u.com/clip/f4c59956-b63e-4ba1-b742-a74fab45b87e_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Presentaci?n del Sol Russian Film Festival en Fitur, en enero de 2022. | Informaci?n
Hab?an variado el nombre -seg?n inform? el diario de Prensa Ibérica Informaci?n de Alicante- dos de sus promotoras, Ana Semenova y Tatina Denisova, que hicieron una expresi?n p?blica de condena de la agresi?n a Ucrania, en oposici?n a la postura abiertamente pro Putin del presidente de la asociaci?n, Alexander Mikhailov.
Torrevieja, como toda la Vega Baja alicantina y la propia ciudad de Alicante, es parte de la principal ?rea de asentamiento de los 79.485 residentes rusos en Espa?a, seg?n datos del padr?n de 2021.
Pero la misma zona es también la principal de residencia de los 112.000 ucranianos que viv?an en Espa?a antes de la guerra, colonia que, con el movimiento de refugiados, se ha duplicado. Son muchas personas originarias de dos pa?ses en guerra como para que no se produzcan fricciones.
Por eso las manifestaciones de los ucranianos contra la agresi?n son objeto de dispositivos de seguridad de la Polic?a Nacional y de la Polic?a Local. Los ucranianos se han estado manifestando por el paseo de Vista Alegre de Torrevieja a lo largo de septiembre y octubre.
El origen no est? solo en una directriz general recibida por las Fuerzas de Seguridad de aumentar la atenci?n a rusos y ucranianos, también en una pelea entre rusos y ucranianos en un bar de Torrevieja el 7 de marzo que se sald? con un herido de mediana consideraci?n evacuado al hospital.
Es el ?nico incidente digno de menci?n en la zona. La violencia entre rusos y ucranianos residentes en Espa?a parece estar m?s sobre el papel del planeamiento preventivo policial que sobre el asfalto de las ciudades. “Aqu? hay todo tipo de gente, fan?ticos seguidores de Putin, pero también contrarios -explica Natalia Zhezhnyauska, portavoz de la Asociaci?n de Ucranianos-. Y muchos matrimonios mixtos de rusos y ucranianos; no hay que olvidar eso”.
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