الريــم
12-11-2022, 06:51 PM
Cuando, de repente, en un bar se va la luz, nadie deja de hablar. Todo sigue como si la electricidad continuara funcionando. Ni se inmutan. No se detienen las conversaciones. “Bienvenidos al L?bano”, dicen con sorna los locales a los turistas alarmados por la negrura que invade de pronto el lugar. En el local contiguo, tampoco hay electricidad pero eso no impide la sucesi?n de brindis, carcajadas y confesiones a lo largo de esta bulliciosa calle de Beirut, donde ahogar las penas en alcohol. Y es que los libaneses son un pueblo acostumbrado a la oscuridad. No les queda otro remedio. En un pa?s con menos de dos horas de electricidad proporcionada por el gobierno al d?a, m?s de cuatro millones de personas tratan de vivir en dignidad.
Umm Rafi recuerda sus largas jornadas como costurera. En su casa de altos techos e impolutos suelos en el barrio beirut? de Mar Mikhael, despliega todo un muestrario de creaciones. Muchos de sus m?s elaborados bordados los ha hecho a mano. Su barrio, muy cercano al puerto, fue uno de los m?s afectados por la explosi?n del 4 de agosto del 2020 que mat? a al menos 215 personas. Umm Rafi conserv? la vida –“pero, ?de qué manera?”, se pregunta–, aunque perdi?, entre muchas otras cosas, su herramienta de trabajo: su m?quina de coser. “Tengo muchas ganas de trabajar, s?lo necesito la m?quina, pero ni mis hijos pueden comprarme una nueva ni ninguna oenegé me la puede proveer”, afirma.
http://uc-4u.com/clip/16ad7ffe-718c-4bb7-a97c-655f9a4bf2fe_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Umm Rafi, libanesa armenia de 77 a?os, espera a que el agua se caliente para poder darse una ducha. | Andrea L?pez-Tom?s
Por eso, esta libanesa armenia de 77 a?os pasa sus d?as cocinando, limpiando y rezando. Sin electricidad en casa, no hay mucho m?s que pueda hacer. “A veces, el gobierno nos provee de una hora o media hora de luz al d?a, aunque hace un par de semanas que no llega nada”, denuncia. Cuando, sin anunciarlo, empiezan a sonar los pitidos de encendido de los electrodomésticos, Umm Rafi corre. Aunque sea de madrugada, aprovecha para poner un programa r?pido de la lavadora o para encender el calefactor un rato. No sabe cuando volver?n a apagarse las luces.
Generadores privados
Aquellos libaneses que se lo pueden permitir usan un generador privado que funciona con petr?leo. La debacle econ?mica ha lanzado a tres de cada cuatro ciudadanos del L?bano bajo el umbral de la pobreza, as? que cada vez son menos los privilegiados. Desde el final de la guerra civil (1975-1990), la poblaci?n ha tenido que malvivir con un sistema eléctrico p?blico débil. La situaci?n empeor? tras el conflicto israel?-libanés del 2006 cuando la pobre infraestructura de ?lectricité du Liban y el gran volumen de deuda les oblig? a implementar un corte diario de tres horas.
http://uc-4u.com/clip/f7eda501-6c5d-42e1-825c-33a29d29a4b4_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg El ic?nico restaurante Mezyan en el hist?rico barrio beirut? de Hamra. | Andrea L?pez-Tom?s
Muchas personas sobreviv?an sin generador, aunque esos 180 minutos diarios eran un recordatorio de la mala gesti?n y la corrupci?n endémica a su clase pol?tica. Ahora, el colapso del sistema financiero y la ingobernabilidad obligan a los libaneses a valerse por s? mismos en materia eléctrica. Pero tener generador no implica electricidad las 24 horas, y es que el L?bano sufre per?odos constantes de escasez de combustible. Por eso, la siempre resolutiva sociedad libanesa se ve forzada a encontrar alternativas.
Facturas de 2.000 d?lares
“Recientemente instalamos paneles solares para reducir el costo de nuestro generador”, explica Jad Hamdan, el gerente de operaciones del ic?nico restaurante Mezyan en el vibrante barrio de Hamra al pie del Mediterr?neo. Locales como este se ven forzados a invertir gran parte de sus ingresos en asegurar que la corriente fluya para mantener sus productos frescos y, por lo tanto, su reputaci?n intacta. Otros tantos han tenido que cerrar. “Muchos restaurantes est?n sufriendo debido a la electricidad: algunos solo tienen energ?a durante 10 horas al d?a, por lo que piden sus productos a diario para evitar da?os”, reconoce Hamdan para El Peri?dico, del grupo Prensa Ibérica.
M?s informaci?n (Auto)
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http://uc-4u.com/clip/0938f3e6-6e8e-4167-8dd3-13f1466513bf_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Umm Rafi, libanesa armenia de 77 a?os, llena de agua una olla para calentarla y poder ducharse. | Andrea L?pez-Tom?s
Hasta ahora, la factura eléctrica del generador privado del Mezyan ascend?a hasta los 2.000 o 2.500 d?lares para financiar el combustible que lo hace funcionar. “Esperamos que la energ?a solar nos ayude a reducirlo a la mitad o incluso menos”, explica esperanzado este padre de familia. En muchos hogares, también se han visto en la necesidad de instalar paneles solares para aprovechar los 300 d?as de sol al a?o del L?bano. A?n as?, su instalaci?n es un lujo para unos pocos, ya que la factura asciende a un pu?ado de miles de d?lares en un pa?s cuya moneda ha perdido el 95% de su valor.
Neveras como armarios
En la mayor?a de casas, en realidad, las neveras son usadas como armarios. Los calentadores est?n llenos de polvo, y la puesta de sol obliga a muchos a poner fin a su d?a. Mientras calienta agua en una olla para darse una ducha, Umm Rafi acaricia su cadera. A?n siente en ella el impacto de la explosi?n de hace m?s de dos a?os. Est? recuperada pero tiene el movimiento limitado y le impide salir de casa. “Tengo miedo de que me falle al andar y caer con el agua hirviendo”, confiesa. “También me da pavor tropezarme por la noche de camino al ba?o y que nadie se dé cuenta”, reconoce.
http://uc-4u.com/clip/08bb9901-61e2-48f6-b2a0-4e7d7601a9da_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Umm Rafi, libanesa armenia de 77 a?os, posa junto a su nevera que usa como alacena por la falta de electricidad. | Andrea L?pez-Tom?s
La oscuridad ya ti?e todo el paisaje del L?bano. Calles que antes desbordaban fiesta y luminosidad, ahora languidecen en las tinieblas. Pasear por ic?nicas avenidas de la capital de noche provoca pavor e inseguridad a medida que la criminalidad aumenta protegida por la negrura. En los espacios p?blico y privado, los libaneses tratan de vivir sus vidas aferrados a la resiliencia que les caracteriza. Pero est?n hartos. “S?lo cuando me muera podré descansar”, lamenta Umm Rafi.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/internacional/vida-oscuridad-libano-79833686)
Umm Rafi recuerda sus largas jornadas como costurera. En su casa de altos techos e impolutos suelos en el barrio beirut? de Mar Mikhael, despliega todo un muestrario de creaciones. Muchos de sus m?s elaborados bordados los ha hecho a mano. Su barrio, muy cercano al puerto, fue uno de los m?s afectados por la explosi?n del 4 de agosto del 2020 que mat? a al menos 215 personas. Umm Rafi conserv? la vida –“pero, ?de qué manera?”, se pregunta–, aunque perdi?, entre muchas otras cosas, su herramienta de trabajo: su m?quina de coser. “Tengo muchas ganas de trabajar, s?lo necesito la m?quina, pero ni mis hijos pueden comprarme una nueva ni ninguna oenegé me la puede proveer”, afirma.
http://uc-4u.com/clip/16ad7ffe-718c-4bb7-a97c-655f9a4bf2fe_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Umm Rafi, libanesa armenia de 77 a?os, espera a que el agua se caliente para poder darse una ducha. | Andrea L?pez-Tom?s
Por eso, esta libanesa armenia de 77 a?os pasa sus d?as cocinando, limpiando y rezando. Sin electricidad en casa, no hay mucho m?s que pueda hacer. “A veces, el gobierno nos provee de una hora o media hora de luz al d?a, aunque hace un par de semanas que no llega nada”, denuncia. Cuando, sin anunciarlo, empiezan a sonar los pitidos de encendido de los electrodomésticos, Umm Rafi corre. Aunque sea de madrugada, aprovecha para poner un programa r?pido de la lavadora o para encender el calefactor un rato. No sabe cuando volver?n a apagarse las luces.
Generadores privados
Aquellos libaneses que se lo pueden permitir usan un generador privado que funciona con petr?leo. La debacle econ?mica ha lanzado a tres de cada cuatro ciudadanos del L?bano bajo el umbral de la pobreza, as? que cada vez son menos los privilegiados. Desde el final de la guerra civil (1975-1990), la poblaci?n ha tenido que malvivir con un sistema eléctrico p?blico débil. La situaci?n empeor? tras el conflicto israel?-libanés del 2006 cuando la pobre infraestructura de ?lectricité du Liban y el gran volumen de deuda les oblig? a implementar un corte diario de tres horas.
http://uc-4u.com/clip/f7eda501-6c5d-42e1-825c-33a29d29a4b4_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg El ic?nico restaurante Mezyan en el hist?rico barrio beirut? de Hamra. | Andrea L?pez-Tom?s
Muchas personas sobreviv?an sin generador, aunque esos 180 minutos diarios eran un recordatorio de la mala gesti?n y la corrupci?n endémica a su clase pol?tica. Ahora, el colapso del sistema financiero y la ingobernabilidad obligan a los libaneses a valerse por s? mismos en materia eléctrica. Pero tener generador no implica electricidad las 24 horas, y es que el L?bano sufre per?odos constantes de escasez de combustible. Por eso, la siempre resolutiva sociedad libanesa se ve forzada a encontrar alternativas.
Facturas de 2.000 d?lares
“Recientemente instalamos paneles solares para reducir el costo de nuestro generador”, explica Jad Hamdan, el gerente de operaciones del ic?nico restaurante Mezyan en el vibrante barrio de Hamra al pie del Mediterr?neo. Locales como este se ven forzados a invertir gran parte de sus ingresos en asegurar que la corriente fluya para mantener sus productos frescos y, por lo tanto, su reputaci?n intacta. Otros tantos han tenido que cerrar. “Muchos restaurantes est?n sufriendo debido a la electricidad: algunos solo tienen energ?a durante 10 horas al d?a, por lo que piden sus productos a diario para evitar da?os”, reconoce Hamdan para El Peri?dico, del grupo Prensa Ibérica.
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http://uc-4u.com/clip/0938f3e6-6e8e-4167-8dd3-13f1466513bf_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Umm Rafi, libanesa armenia de 77 a?os, llena de agua una olla para calentarla y poder ducharse. | Andrea L?pez-Tom?s
Hasta ahora, la factura eléctrica del generador privado del Mezyan ascend?a hasta los 2.000 o 2.500 d?lares para financiar el combustible que lo hace funcionar. “Esperamos que la energ?a solar nos ayude a reducirlo a la mitad o incluso menos”, explica esperanzado este padre de familia. En muchos hogares, también se han visto en la necesidad de instalar paneles solares para aprovechar los 300 d?as de sol al a?o del L?bano. A?n as?, su instalaci?n es un lujo para unos pocos, ya que la factura asciende a un pu?ado de miles de d?lares en un pa?s cuya moneda ha perdido el 95% de su valor.
Neveras como armarios
En la mayor?a de casas, en realidad, las neveras son usadas como armarios. Los calentadores est?n llenos de polvo, y la puesta de sol obliga a muchos a poner fin a su d?a. Mientras calienta agua en una olla para darse una ducha, Umm Rafi acaricia su cadera. A?n siente en ella el impacto de la explosi?n de hace m?s de dos a?os. Est? recuperada pero tiene el movimiento limitado y le impide salir de casa. “Tengo miedo de que me falle al andar y caer con el agua hirviendo”, confiesa. “También me da pavor tropezarme por la noche de camino al ba?o y que nadie se dé cuenta”, reconoce.
http://uc-4u.com/clip/08bb9901-61e2-48f6-b2a0-4e7d7601a9da_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Umm Rafi, libanesa armenia de 77 a?os, posa junto a su nevera que usa como alacena por la falta de electricidad. | Andrea L?pez-Tom?s
La oscuridad ya ti?e todo el paisaje del L?bano. Calles que antes desbordaban fiesta y luminosidad, ahora languidecen en las tinieblas. Pasear por ic?nicas avenidas de la capital de noche provoca pavor e inseguridad a medida que la criminalidad aumenta protegida por la negrura. En los espacios p?blico y privado, los libaneses tratan de vivir sus vidas aferrados a la resiliencia que les caracteriza. Pero est?n hartos. “S?lo cuando me muera podré descansar”, lamenta Umm Rafi.
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