الريــم
12-10-2022, 09:50 PM
Hacer 'tabula rasa', recomenzar la relaci?n con Catalu?a dejando atr?s la judicializaci?n. Casi tres a?os después de ese compromiso verbalizado durante una investidura en la que ERC tuvo un papel clave, el presidente Pedro S?nchez afronta con el president Pere Aragonès el tramo final de la negociaci?n para mitigar el impacto judicial de la organizaci?n del 1-O, una reforma del C?digo Penal que, eso s?, quedar? después a expensas de la interpretaci?n de los tribunales para determinar c?mo afecta a los encausados por el procés. Tras los indultos, la supresi?n de la sedici?n y la modificaci?n de la malversaci?n que est? ahora en marcha, y tres presupuestos generales del Estado que han garantizado la estabilidad de la Moncloa, quedan ahora tres semanas para que, seg?n agendaron los dos presidentes en julio, la mesa de di?logo se re?na y selle oficialmente sus resultados. Para los republicanos este no es m?s que un "primer escal?n" para avanzar en la resoluci?n de un conflicto que, avisan, no dan por terminado.
Pero ambas partes coinciden que el 2023 ser? eminentemente electoral y, por ello, inh?bil en términos de acuerdos de gran calibre. En el corto plazo, socialistas y republicanos tienen entre manos poner el broche a una reforma de la malversaci?n que es todo un quebradero de cabeza para el Gobierno. M?s incluso que la salida de la c?rcel de los l?deres del procés o la derogaci?n de la sedici?n, que dan por amortizadas en términos de repercusi?n en las urnas. Sobre todo porque lo que no podr?a justificar es una revisi?n de sentencias de condenados por corrupci?n. Al mismo tiempo, tanto el PSOE como el PSC han defendido desde el principio de la reforma del C?digo Penal que esta no servir?a para despenalizar los hechos del 1-O.
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Por eso, aunque lo que busca ERC con su enmienda es acotar la definici?n de la malversaci?n para que no sea aplicable a la organizaci?n del referéndum, el término medio de las negociaciones para que haya pacto se sit?a en una rebaja de penas para lo que entienden que fue un "uso indebido de fondos p?blicos" sin que esto vaya en detrimento del castigo a la corrupci?n. El partido de Oriol Junqueras recuerda que aunque haya votado los presupuestos del Estado no se puede dar por hecho que han perdido fuerza negociadora porque a?n quedan m?s de 4.000 enmiendas en el Senado, pero admite que la rebaja de penas puede acabar siendo el escenario m?s posibilista.
La prioridad, m?s all? de su propuesta de m?ximos, es llegar al acuerdo que sea menos lesivo para los encausados. De hecho, si S?nchez se ha abierto a abordar esta carpeta es porque, en términos electorales, no le conviene un clima de tensi?n si de nuevo hay dirigentes independentistas que entran en la c?rcel, adem?s de que ERC puede volver a ser determinante en una futura investidura. Y el juicio a los republicanos Josep Maria Jové y Llu?s Salvad? caer? en los pr?ximos meses, entrelazado con la impredecible situaci?n judicial de Carles Puigdemont.
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Atenazado por la derecha -el PP ya ha anunciado que llevar? la reforma del C?digo Penal al Tribunal Constitucional porque entiende que es un "atropello al poder legislativo" y Vox y Ciudadanos atizan el espantajo de la moci?n de censura-, S?nchez est? convencido de que su estrategia de desjudicializaci?n no solo le da réditos para mantener la estabilidad de su Gobierno, sino que es efectiva para, en palabras de Patxi L?pez, "desmantelar el victimismo" del independentismo y dividirlo. Una ruptura que se ha plasmado con la salida de Junts del Govern y una grieta abierta a través de la cual el PSC gana ventaja. Este domingo, S?nchez aterriza en Barcelona en un acto con Salvador Illa para sacar pecho de que, con él al frente de la Moncloa, el conflicto con Catalu?a ya no es de alto voltaje.
Sin embargo, ERC advierte entre bambalinas del error que ser?a para el PSOE dar por acabado el conflicto. Su aspiraci?n, insisten, es la amnist?a y la autodeterminaci?n. Reconocen que, ante la negativa de la Moncloa a un levantamiento de penas general, se han centrado en paquete de medidas que, sumadas, "se acerquen" y que supondr?n que "la penalizaci?n del 1-O acabe muy reducida". O eso esperan, tanto para evitar que m?s dirigentes vayan a la c?rcel como para lucir que su apuesta por el di?logo da frutos. Aun as?, aseguran que nada puede evitar que los jueces interpreten la reforma en "clave vengativa". "Podemos limitar la arbitrariedad, pero no eliminarla", resumen.
M?s all? de la carpeta de la desjudicializaci?n, los republicanos entienden que esta es solo para poner el marcador a cero y poder afrontar el gran nudo gordiano: el encaje catal?n y el referéndum que reclaman. Ante los que lo se?alan como un objetivo imposible porque el Gobierno ha dejado claro que este es un muro infranqueable, recuerdan que S?nchez descart? el indulto y abog? por el cumplimiento "?ntegro" de penas en la campa?a del 2019 y que la demoscopia apunta que el apoyo del independentismo puede volver a ser imprescindible para que el presidente se mantenga en la Moncloa. Esta seguir? siendo su palanca.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/nacional/sanchez-aragones-ultimo-tramo-acuerdos-desjudicializacion-79806081)
Pero ambas partes coinciden que el 2023 ser? eminentemente electoral y, por ello, inh?bil en términos de acuerdos de gran calibre. En el corto plazo, socialistas y republicanos tienen entre manos poner el broche a una reforma de la malversaci?n que es todo un quebradero de cabeza para el Gobierno. M?s incluso que la salida de la c?rcel de los l?deres del procés o la derogaci?n de la sedici?n, que dan por amortizadas en términos de repercusi?n en las urnas. Sobre todo porque lo que no podr?a justificar es una revisi?n de sentencias de condenados por corrupci?n. Al mismo tiempo, tanto el PSOE como el PSC han defendido desde el principio de la reforma del C?digo Penal que esta no servir?a para despenalizar los hechos del 1-O.
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Por eso, aunque lo que busca ERC con su enmienda es acotar la definici?n de la malversaci?n para que no sea aplicable a la organizaci?n del referéndum, el término medio de las negociaciones para que haya pacto se sit?a en una rebaja de penas para lo que entienden que fue un "uso indebido de fondos p?blicos" sin que esto vaya en detrimento del castigo a la corrupci?n. El partido de Oriol Junqueras recuerda que aunque haya votado los presupuestos del Estado no se puede dar por hecho que han perdido fuerza negociadora porque a?n quedan m?s de 4.000 enmiendas en el Senado, pero admite que la rebaja de penas puede acabar siendo el escenario m?s posibilista.
La prioridad, m?s all? de su propuesta de m?ximos, es llegar al acuerdo que sea menos lesivo para los encausados. De hecho, si S?nchez se ha abierto a abordar esta carpeta es porque, en términos electorales, no le conviene un clima de tensi?n si de nuevo hay dirigentes independentistas que entran en la c?rcel, adem?s de que ERC puede volver a ser determinante en una futura investidura. Y el juicio a los republicanos Josep Maria Jové y Llu?s Salvad? caer? en los pr?ximos meses, entrelazado con la impredecible situaci?n judicial de Carles Puigdemont.
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Atenazado por la derecha -el PP ya ha anunciado que llevar? la reforma del C?digo Penal al Tribunal Constitucional porque entiende que es un "atropello al poder legislativo" y Vox y Ciudadanos atizan el espantajo de la moci?n de censura-, S?nchez est? convencido de que su estrategia de desjudicializaci?n no solo le da réditos para mantener la estabilidad de su Gobierno, sino que es efectiva para, en palabras de Patxi L?pez, "desmantelar el victimismo" del independentismo y dividirlo. Una ruptura que se ha plasmado con la salida de Junts del Govern y una grieta abierta a través de la cual el PSC gana ventaja. Este domingo, S?nchez aterriza en Barcelona en un acto con Salvador Illa para sacar pecho de que, con él al frente de la Moncloa, el conflicto con Catalu?a ya no es de alto voltaje.
Sin embargo, ERC advierte entre bambalinas del error que ser?a para el PSOE dar por acabado el conflicto. Su aspiraci?n, insisten, es la amnist?a y la autodeterminaci?n. Reconocen que, ante la negativa de la Moncloa a un levantamiento de penas general, se han centrado en paquete de medidas que, sumadas, "se acerquen" y que supondr?n que "la penalizaci?n del 1-O acabe muy reducida". O eso esperan, tanto para evitar que m?s dirigentes vayan a la c?rcel como para lucir que su apuesta por el di?logo da frutos. Aun as?, aseguran que nada puede evitar que los jueces interpreten la reforma en "clave vengativa". "Podemos limitar la arbitrariedad, pero no eliminarla", resumen.
M?s all? de la carpeta de la desjudicializaci?n, los republicanos entienden que esta es solo para poner el marcador a cero y poder afrontar el gran nudo gordiano: el encaje catal?n y el referéndum que reclaman. Ante los que lo se?alan como un objetivo imposible porque el Gobierno ha dejado claro que este es un muro infranqueable, recuerdan que S?nchez descart? el indulto y abog? por el cumplimiento "?ntegro" de penas en la campa?a del 2019 y que la demoscopia apunta que el apoyo del independentismo puede volver a ser imprescindible para que el presidente se mantenga en la Moncloa. Esta seguir? siendo su palanca.
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