الريــم
12-10-2022, 12:04 PM
Por primera vez, se han hallado en Europa restos f?siles de una tortuga de tama?o colosal, como los que se hab?an encontrado solo en América hasta ahora. La nueva especie, que med?a alrededor de 3,7 metros, es la tercera tortuga m?s grande del mundo. El animal nadaba en las aguas del archipiélago de lo que es el actual Pirineo, hace 80 millones de a?os. O sea, convivi? con los ?ltimos dinosaurios, poco antes de que un meteorito (u otras causas) desencadenara su extinci?n.
El equipo del Institut Català de Paleontologia (ICP) que ha presentado la nueva especie en un art?culo (https://www.nature.com/articles/s41598-022-22619-w) publicado en noviembre, la ha bautizado Leviathanochelys aenigmatica, en alusi?n al leviat?n, enorme bestia marina de la Biblia, y a los enigmas que plantean su talla y su constituci?n corporal.
En 2016, un excursionista alem?n dio con unas rocas que le parec?an uno hueso de unos 40 cent?metros en Cal Torrades, una localidad del municipio de Coll de Narg? (Alt Urgell). “Es una zona donde se encuentran f?siles habitualmente. Deb?a tener la vista acostumbrada a reconocerlos”, afirma ?scar Castillo, ge?logo y paleont?logo que sucesivamente identific? en esos restos una nueva especie de tortuga. El excursionista notific? el hallazgo y el servicio pertinente de la Generalitat extrajo y guard? el hueso f?sil, clasific?ndolo como de reptil marino. No fue hasta 2020 cuando alguien volvi? a mir?rselo, en concreto Castillo en su trabajo de master.
El joven investigador se fue al yacimiento para entender el contexto geol?gico del hueso y dio con m?s restos. En concreto, con una pelvis descomunal, de 90 cent?metros de ancho, y debajo de ella, fragmentos de un caparaz?n: lo que quedaba del quel?nido estaba con las patas hacia arriba. Tras separar el hueso de la roca y completar el puzle de los fragmentos, los restos han quedado expuestos en el Espai Dinosfera de Coll de Narg?, un centro divulgativo vinculado con el Museo de la Conca Dellà (Pallars Jussà).
http://www.uc-4u.com/clip/f7c26b8f-7ab1-4422-8ea5-307b7acf532e_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Trabajos de excavaci?n de restos de la tortuga' Leviathanochelys aenigmatica'. | INSTITUT CATAL? DE PALEONTOLG?A / ?NGEL GALOBART
?C?mo era la tortuga?
La tortuga deb?a medir alrededor de 3,7 metros de largo, seg?n una estimaci?n basada en aplicar una regla de tres, comparando con restos m?s completos de otras tortugas gigantes. “Se hab?an encontrado tortugas gigantes en Europa, pero nunca tan grandes”, afirma Castillo.
De hecho, la mayor conocida es la americana Archelon, otra especie marina que alcanzaba casi cinco metros, m?s o menos contempor?nea del leviat?n pirenaico, y de la cual hay esqueletos pr?cticamente completos. La segunda es la Stupendemys, también americana, que vivi? en aguas dulces, decenas de millones de a?os después.
El "misterioso leviat?n" pirenaico convici? con los dinosaurios, poco antes de su extinci?n
Leviathanochelys aenigmatica est? definida como una especie aparte por sus caracter?sticas ?nicas. En particular, tiene el injerto del fémur no tan de lado como las otras tortugas, sino hacia abajo. Adem?s, tiene unas grandes protuberancias en la pelvis, quiz?s relacionadas con m?sculos implicados en la respiraci?n.
En los huesos de caparaz?n no hay marcas de las escamas caracter?sticas de muchos quel?nidos, as? que probablemente deb?a tenerlo liso, como el de la tortuga la?d. Los an?lisis preliminares de la estructura interna de sus huesos sugieren que era acu?tica: tiene menos tejido esponjoso que las terrestres, para tener una densidad que facilita las inmersiones. La pelvis est? muy fusionada, algo que sugiere que era un ejemplar ya adulto.
La tortuga vivi? en el Campaniense Medio, entre hace 83 y 70 millones de a?os, seg?n se deduce del sedimento que envolv?a sus huesos. Esa edad forma parte del final del Cret?cico, el periodo sucesivo al glorioso Jur?sico de los dinosaurios, que a su vez sigue el Tri?sico. Los tres periodos conforman la era Mesoz?ica, la “era de los reptiles”, que se iba a concluir poco después de los tiempos de la tortuga pirenaica, con la extinci?n de los dinosaurios.
“Entonces, Europa era un archipiélago, con aguas c?lidas como las de la Polinesia”, explica Castillo. Se sabe poca cosa m?s sobre ese mundo. El investigador explica que seguramente deb?a haber mucha fuente de alimento en el mar, para sustentar un animal tan grande. A la vez, deb?a haber depredadores a?n m?s tit?nicos, para que su poblaci?n no se disparara, posiblemente los grandes reptiles Mosasaurus.
?Qué significa este descubrimiento?
La primeras tortugas documentadas tiene 220 millones de a?os, explica Ad?n Pérez Garc?a, bi?logo evolutivo de la Universidad Nacional de Educaci?n a Distancia (UNED), no implicado en el estudio. De ese momento hasta cuando vivi? el quel?nido hallado en Catalunya, la evoluci?n tuvo tiempo de generar una enorme variedad de tortugas. Por eso Pérez Garc?a no est? sorprendido por el hallazgo. “Tiene una talla coherente con lo que se sab?a: que exist?an grupos de gran tama?o en Europa”, explica.
El investigador observa que las tortugas marinas pudieron desplazarse por todo el mundo, al contrario de las terrestres y las de agua dulce. Por eso, no se puede excluir que hubiera un intercambio faun?stico entre las grandes especies americanas y las europeas. Pérez Garc?a aventura incluso que, de hallar restos m?s completos del mismo animal, se podr?a llegar a detectar parentesco con alguna especie americana.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sociedad/tercera-tortuga-grande-mundo-nado-79788824)
El equipo del Institut Català de Paleontologia (ICP) que ha presentado la nueva especie en un art?culo (https://www.nature.com/articles/s41598-022-22619-w) publicado en noviembre, la ha bautizado Leviathanochelys aenigmatica, en alusi?n al leviat?n, enorme bestia marina de la Biblia, y a los enigmas que plantean su talla y su constituci?n corporal.
En 2016, un excursionista alem?n dio con unas rocas que le parec?an uno hueso de unos 40 cent?metros en Cal Torrades, una localidad del municipio de Coll de Narg? (Alt Urgell). “Es una zona donde se encuentran f?siles habitualmente. Deb?a tener la vista acostumbrada a reconocerlos”, afirma ?scar Castillo, ge?logo y paleont?logo que sucesivamente identific? en esos restos una nueva especie de tortuga. El excursionista notific? el hallazgo y el servicio pertinente de la Generalitat extrajo y guard? el hueso f?sil, clasific?ndolo como de reptil marino. No fue hasta 2020 cuando alguien volvi? a mir?rselo, en concreto Castillo en su trabajo de master.
El joven investigador se fue al yacimiento para entender el contexto geol?gico del hueso y dio con m?s restos. En concreto, con una pelvis descomunal, de 90 cent?metros de ancho, y debajo de ella, fragmentos de un caparaz?n: lo que quedaba del quel?nido estaba con las patas hacia arriba. Tras separar el hueso de la roca y completar el puzle de los fragmentos, los restos han quedado expuestos en el Espai Dinosfera de Coll de Narg?, un centro divulgativo vinculado con el Museo de la Conca Dellà (Pallars Jussà).
http://www.uc-4u.com/clip/f7c26b8f-7ab1-4422-8ea5-307b7acf532e_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Trabajos de excavaci?n de restos de la tortuga' Leviathanochelys aenigmatica'. | INSTITUT CATAL? DE PALEONTOLG?A / ?NGEL GALOBART
?C?mo era la tortuga?
La tortuga deb?a medir alrededor de 3,7 metros de largo, seg?n una estimaci?n basada en aplicar una regla de tres, comparando con restos m?s completos de otras tortugas gigantes. “Se hab?an encontrado tortugas gigantes en Europa, pero nunca tan grandes”, afirma Castillo.
De hecho, la mayor conocida es la americana Archelon, otra especie marina que alcanzaba casi cinco metros, m?s o menos contempor?nea del leviat?n pirenaico, y de la cual hay esqueletos pr?cticamente completos. La segunda es la Stupendemys, también americana, que vivi? en aguas dulces, decenas de millones de a?os después.
El "misterioso leviat?n" pirenaico convici? con los dinosaurios, poco antes de su extinci?n
Leviathanochelys aenigmatica est? definida como una especie aparte por sus caracter?sticas ?nicas. En particular, tiene el injerto del fémur no tan de lado como las otras tortugas, sino hacia abajo. Adem?s, tiene unas grandes protuberancias en la pelvis, quiz?s relacionadas con m?sculos implicados en la respiraci?n.
En los huesos de caparaz?n no hay marcas de las escamas caracter?sticas de muchos quel?nidos, as? que probablemente deb?a tenerlo liso, como el de la tortuga la?d. Los an?lisis preliminares de la estructura interna de sus huesos sugieren que era acu?tica: tiene menos tejido esponjoso que las terrestres, para tener una densidad que facilita las inmersiones. La pelvis est? muy fusionada, algo que sugiere que era un ejemplar ya adulto.
La tortuga vivi? en el Campaniense Medio, entre hace 83 y 70 millones de a?os, seg?n se deduce del sedimento que envolv?a sus huesos. Esa edad forma parte del final del Cret?cico, el periodo sucesivo al glorioso Jur?sico de los dinosaurios, que a su vez sigue el Tri?sico. Los tres periodos conforman la era Mesoz?ica, la “era de los reptiles”, que se iba a concluir poco después de los tiempos de la tortuga pirenaica, con la extinci?n de los dinosaurios.
“Entonces, Europa era un archipiélago, con aguas c?lidas como las de la Polinesia”, explica Castillo. Se sabe poca cosa m?s sobre ese mundo. El investigador explica que seguramente deb?a haber mucha fuente de alimento en el mar, para sustentar un animal tan grande. A la vez, deb?a haber depredadores a?n m?s tit?nicos, para que su poblaci?n no se disparara, posiblemente los grandes reptiles Mosasaurus.
?Qué significa este descubrimiento?
La primeras tortugas documentadas tiene 220 millones de a?os, explica Ad?n Pérez Garc?a, bi?logo evolutivo de la Universidad Nacional de Educaci?n a Distancia (UNED), no implicado en el estudio. De ese momento hasta cuando vivi? el quel?nido hallado en Catalunya, la evoluci?n tuvo tiempo de generar una enorme variedad de tortugas. Por eso Pérez Garc?a no est? sorprendido por el hallazgo. “Tiene una talla coherente con lo que se sab?a: que exist?an grupos de gran tama?o en Europa”, explica.
El investigador observa que las tortugas marinas pudieron desplazarse por todo el mundo, al contrario de las terrestres y las de agua dulce. Por eso, no se puede excluir que hubiera un intercambio faun?stico entre las grandes especies americanas y las europeas. Pérez Garc?a aventura incluso que, de hallar restos m?s completos del mismo animal, se podr?a llegar a detectar parentesco con alguna especie americana.
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