الريــم
12-06-2022, 12:01 PM
Argentina lleg? al Mundial de México, en 1986, bajo un clima de sospecha por parte de la prensa y de la afici?n del pa?s. La selecci?n dirigida por Bilardo no jugaba especialmente bien –pese a contar con Maradona- y los ?ltimos amistosos antes del gran torneo hab?an sido decepcionantes.*
M?s informaci?n (Auto)
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El clima era tenso. “Bilardo pas? aquellos d?as con la prensa en contra, la gente en contra, el gobierno en contra, incluso el futbol en contra”, explicaba a?os después el periodista V?ctor Hugo Morales (inolvidable narrador del gol de Maradona a Inglaterra) en el documental ‘La historia detr?s de la Copa’.
Cuando reuni? por primera vez a los jugadores convocados para el Mundial, Bilardo les solt? una de sus frases m?s ingeniosas.*“Muchachos, en la valija pongan dos cosas, un traje y una s?bana. El traje es por si ganamos el Mundial, la s?bana es por si perdemos en primera ronda y nos tenemos que ir a vivir a Arabia Saudita”.
No bromeaba Bilardo, que a lo largo del torneo demostr? ser un entrenador absolutamente obsesionado por las supersticiones. Las detalla el periodista argentino Luciano Wernicke en su libro ‘Historias ins?litas de los Mundiales de f?tbol’ (Altamarea, 2022).*
“A lo largo del Mundial, y por disposici?n del entrenador, la selecci?n albiceleste incorpor? una extensa e ins?lita serie de costumbres, surgidas generalmente por casualidad, que deb?an respetarse a rajatabla hasta la finalizaci?n del sorteo”.
Un ritual calcado
As?, Bilardo oblig? a sus jugadores a repetir exactamente lo que hab?an hecho horas antes del primer partido, que hab?an ganado en el Ol?mpico de México ante Corea del Sur (3-1): visitar el centro comercial Perisur de la capital mexicana y tomarse un café. Las consumiciones ten?a que pagarlas el portero, Nery Alberto Pumpido, para no alterar en lo m?s m?nimo lo sucedido el primer d?a.
En la v?spera de cada partido, los argentinos disfrutaron de un asado: los encargados de prepararlo siempre fueron los mismos, el padre y el suegro de Maradona.*
También se repiti? a rajatabla el ‘planning’ después de cada encuentro: cena en el mismo restaurante, un establecimiento argentino llamado ‘Mi Viejo’, propiedad de Eduardo Cremasco, ex futbolista de Estudiantes de La Plata que hab?a coincidido con Bilardo en su época de jugador.
Antes de jugar su primer partido, la delegaci?n argentina recibi? la visita de un peluquero llamado Javier Leiva. Era amigo del portero suplente, Héctor Zelada.*
Leiva cort? el pelo a varios jugadores y también a Bilardo. Como el debut en el torneo, horas después, sali? bien, Bilardo oblig? al peluquero a acudir a la concentraci?n del equipo en la v?spera de cada partido. “Para la final con Alemania, me hab?a atendido ya seis veces en menos de un mes. Ya no ten?a d?nde cortar, pero se las ingeni? para sacar algo de pelusa”, rememorar?a Bilardo a?os después.*
La misma ruta, los mismos asientos, las mismas canciones
En los viajes en autob?s para disputar los partidos, todos los jugadores ocuparon siempre los mismos asientos: la m?sica que son?, un casette con canciones argentinas, fue siempre la misma, canci?n por canci?n, cronometradas por Bilardo para que la canci?n que sonase en el momento exacto de entrar al estadio fuese siempre la misma, ‘Gigante, chiquito’, del cantante Sergio Denis.*
Bilardo incluso habl? con la polic?a mexicana para que los dos polic?as motorizados que hab?an precedido al autob?s de Argentina a modo de escolta en el primer partido repitiesen durante todo el torneo: se llamaban Tob?as y Jes?s. En la final ante Alemania, el autob?s de Argentina fue escoltado hasta el estadio por veinte polic?as. Entre ellos, obviamente, estaban Tob?as y Jes?s, ocupando exactamente el mismo lugar que hab?an ocupado el primer d?a.*
Bilardo, que hab?a recomendado a sus jugadores llevar una s?bana blanca a modo de t?nica, acabar?a trabajando en el f?tbol ?rabe, concretamente como seleccionador de Libia, en el a?o 2000, contratado por el hijo de Gaddafi, cargo en el que tan solo dur? siete meses.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/mundial-futbol/bilardo-tunicas-blancas-sinfin-supersticiones-79619367)
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El clima era tenso. “Bilardo pas? aquellos d?as con la prensa en contra, la gente en contra, el gobierno en contra, incluso el futbol en contra”, explicaba a?os después el periodista V?ctor Hugo Morales (inolvidable narrador del gol de Maradona a Inglaterra) en el documental ‘La historia detr?s de la Copa’.
Cuando reuni? por primera vez a los jugadores convocados para el Mundial, Bilardo les solt? una de sus frases m?s ingeniosas.*“Muchachos, en la valija pongan dos cosas, un traje y una s?bana. El traje es por si ganamos el Mundial, la s?bana es por si perdemos en primera ronda y nos tenemos que ir a vivir a Arabia Saudita”.
No bromeaba Bilardo, que a lo largo del torneo demostr? ser un entrenador absolutamente obsesionado por las supersticiones. Las detalla el periodista argentino Luciano Wernicke en su libro ‘Historias ins?litas de los Mundiales de f?tbol’ (Altamarea, 2022).*
“A lo largo del Mundial, y por disposici?n del entrenador, la selecci?n albiceleste incorpor? una extensa e ins?lita serie de costumbres, surgidas generalmente por casualidad, que deb?an respetarse a rajatabla hasta la finalizaci?n del sorteo”.
Un ritual calcado
As?, Bilardo oblig? a sus jugadores a repetir exactamente lo que hab?an hecho horas antes del primer partido, que hab?an ganado en el Ol?mpico de México ante Corea del Sur (3-1): visitar el centro comercial Perisur de la capital mexicana y tomarse un café. Las consumiciones ten?a que pagarlas el portero, Nery Alberto Pumpido, para no alterar en lo m?s m?nimo lo sucedido el primer d?a.
En la v?spera de cada partido, los argentinos disfrutaron de un asado: los encargados de prepararlo siempre fueron los mismos, el padre y el suegro de Maradona.*
También se repiti? a rajatabla el ‘planning’ después de cada encuentro: cena en el mismo restaurante, un establecimiento argentino llamado ‘Mi Viejo’, propiedad de Eduardo Cremasco, ex futbolista de Estudiantes de La Plata que hab?a coincidido con Bilardo en su época de jugador.
Antes de jugar su primer partido, la delegaci?n argentina recibi? la visita de un peluquero llamado Javier Leiva. Era amigo del portero suplente, Héctor Zelada.*
Leiva cort? el pelo a varios jugadores y también a Bilardo. Como el debut en el torneo, horas después, sali? bien, Bilardo oblig? al peluquero a acudir a la concentraci?n del equipo en la v?spera de cada partido. “Para la final con Alemania, me hab?a atendido ya seis veces en menos de un mes. Ya no ten?a d?nde cortar, pero se las ingeni? para sacar algo de pelusa”, rememorar?a Bilardo a?os después.*
La misma ruta, los mismos asientos, las mismas canciones
En los viajes en autob?s para disputar los partidos, todos los jugadores ocuparon siempre los mismos asientos: la m?sica que son?, un casette con canciones argentinas, fue siempre la misma, canci?n por canci?n, cronometradas por Bilardo para que la canci?n que sonase en el momento exacto de entrar al estadio fuese siempre la misma, ‘Gigante, chiquito’, del cantante Sergio Denis.*
Bilardo incluso habl? con la polic?a mexicana para que los dos polic?as motorizados que hab?an precedido al autob?s de Argentina a modo de escolta en el primer partido repitiesen durante todo el torneo: se llamaban Tob?as y Jes?s. En la final ante Alemania, el autob?s de Argentina fue escoltado hasta el estadio por veinte polic?as. Entre ellos, obviamente, estaban Tob?as y Jes?s, ocupando exactamente el mismo lugar que hab?an ocupado el primer d?a.*
Bilardo, que hab?a recomendado a sus jugadores llevar una s?bana blanca a modo de t?nica, acabar?a trabajando en el f?tbol ?rabe, concretamente como seleccionador de Libia, en el a?o 2000, contratado por el hijo de Gaddafi, cargo en el que tan solo dur? siete meses.
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