الريــم
12-04-2022, 05:50 PM
La convulsa historia reciente de Montenegro, un peque?o pa?s balc?nico de menos de un mill?n de habitantes, pudo haber cambiado dr?sticamente a finales de 2016. La v?spera de sus elecciones parlamentarias, las autoridades montenegrinas desarticularon un plan para derrocar al Gobierno, asesinar a su primer ministro proccidental e impedir la entrada de Montenegro en la OTAN. La fiscal?a atribuy? el golpe frustrado a la inteligencia militar rusa y algunos de sus aliados en el pa?s, que no tardaron en ver como el que fuera hasta 2006 un Estado confederado con Serbia se les escapaba de las manos. Solo unos meses después de la operaci?n policial, Montenegro se integr? en la Alianza Atl?ntica como miembro de pleno derecho.
El Kremlin siempre ha negado aquellas alegaciones, como hizo el que fuera entonces su c?nsul honorario en Montenegro. “De haber ocurrido algo semejante, lo hubiese sabido con seguridad”, dijo Boro Djukic en una entrevista, en la que también defendi? a los responsables de la conspiraci?n. “No hubo un golpe de Estado. Lo m?ximo que pudo ocurrir es que alguien dijera durante una conversaci?n ebria ‘vamos, matemos a alguien’”.
Ni Djukic ni Mosc?, sin embargo, dieron la batalla por perdida. A finales de 2017, siendo todav?a c?nsul honorario, Djukic se apart? de las funciones propias de su cargo para interferir agresivamente en la pol?tica montenegrina. En lugar de ce?irse a promover las relaciones culturales, econ?micas o cient?ficas entre los dos pa?ses y ayudar a los ciudadanos rusos con sus gestiones consulares, particip? en la fundaci?n de El verdadero Montenegro, un partido pol?tico de corte populista y conservador respaldado por el Kremlin que aboga por la salida de Montenegro de la OTAN. Un partido cuya sede lleg? a albergar en su propia residencia particular.
“No solo fue m?s all? de lo que har?a un c?nsul honorario al uso, sino también de lo que hubiera hecho un diplom?tico oficial”, asegura Ljubomir Filipovic, pol?t?logo y exteniente de alcalde de Budva, la ciudad montenegrina donde Djukic estableci? su consulado honorario. “Su intenci?n era da?ar el tejido social de Montenegro, y eso es lo que hizo”.
https://uc-4u.com/clip/7e95f13c-c83b-4d98-92ee-e4802464d157_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Cartel electoral del partido El verdadero Montenegro, en cuya fundaci?n particip? el entonces c?nsul honorario de Rusia en el pa?s, Boro Djukic. | Matthew Orr.
La injerencia de Djukic en los asuntos internos montenegrinos est? lejos de ser un caso aislado. Desde que llegara al poder hace m?s de dos décadas, Vlad?mir Putin ha abrazado de forma entusiasta la figura del c?nsul honorario, ciudadanos particulares que representan voluntariamente en el extranjero los intereses del pa?s que los nombra. Y algunos de esos honorarios han desafiado las normas que regulan el cargo para apoyar activamente las campa?as pol?ticas y militares m?s controvertidas de Putin, incluida la sangrienta invasi?n de Ucrania, seg?n una investigaci?n del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigaci?n (ICIJ) y ProPublica, en la que ha participado EL PERI?DICO, del grupo Prensa Ibérica, El Pa?s y La Sexta, junto a m?s de un centenar de medios de 46 pa?ses.
En otro de los casos m?s sonados, Macedonia del Norte expuls? a dos honorarios rusos después de que un informe de sus servicios de espionaje les acusara en 2017 de haber convertido sus consulados en “centros de la inteligencia” activos en operaciones de propaganda para promover el conflicto en los Balcanes y alejar a Skopie de Occidente.
M?s informaci?n (Auto)
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Putin cuadriplica los c?nsules honorarios
La apuesta del Kremlin por los c?nsules honorarios es relativamente nueva. La Uni?n Soviética no los quiso ver ni en pintura. Ni recurri? a ellos ni acept? que sirvieran dentro de sus fronteras. Para los l?deres soviéticos no eran m?s que “esp?as burgueses”, seg?n escribe el académico Geoff Berridge en uno de sus libros sobre la pr?ctica y la legislaci?n diplom?tica. Pero todo cambi? desde la llegada de Putin al poder. Solo durante la primera década de su mandato cuadriplic? el n?mero de c?nsules honorarios al servicio de Rusia, seg?n los datos recogidos por esta investigaci?n period?stica, complicada por el hecho de que Mosc? no hace p?blicos los listados de sus c?nsules honorarios, al igual que decenas de pa?ses.
El cargo es muy codiciado. Tanto por el prestigio que supone como por el acceso que otorga a las élites del pa?s de destino o los privilegios que comporta. Idénticos, en algunos casos, a los que conceden los tratados internacionales a los diplom?ticos de carrera, como la inviolabilidad de sus comunicaciones o la posibilidad de viajar sin que la maleta consular pueda ser registrada. Y Putin lo ha utilizado para premiar con el cargo a algunos de los oligarcas m?s cercanos a su régimen. Magnates de la miner?a (Andrei Kozitsyn), del acero (Alexei Mordashov), del petr?leo (Gennady Timchenko) o de la banca (Yuri Kovalchuk), este ?ltimo descrito por las autoridades de EEUU como “el banquero personal de Putin”.
https://uc-4u.com/clip/bbbdc1a1-2a7b-4406-abe9-1335152e8a88_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg El primer consulado honorario de Rusia en Montenegro se estableci? en el pueblo costero de Budva. | Matthew Orr.
De los miles de c?nsules honorarios nombrados por los pa?ses alrededor del mundo, la mayor?a ejercen sus funciones de forma honorable, pero como public? esta investigaci?n en una entrega anterior, m?s de 500 honorarios han abusado del cargo para cometer delitos o interferir en los asuntos internos de los pa?ses donde estaban destinados. Una pr?ctica prohibida expl?citamente por la Convenci?n de Viena de 1963 que regula las relaciones consulares.
Injerencia y desestabilizaci?n
En el caso de Rusia, los expertos se?alan que el Kremlin los utiliza para influir en la opiniones p?blicas locales y tratar de desestabilizar a las democracias prooccidentales, particularmente en los Balcanes y otras fronteras del que un d?a fue su imperio, m?s vulnerables a su injerencia. Tras su anexi?n ilegal de Crimea en 2014, varios de sus honorarios criticaron p?blicamente las sanciones occidentales y cargaron contra la OTAN.
Un patr?n repetido tras la invasi?n de Ucrania en febrero. “Lamento que no lo hubiera hecho antes”, dijo Constantine van Vloten, una de sus representantes en Holanda en apoyo al presidente ruso. De forma similar, su c?nsul honorario en Vigo, Pedro Mouri?o Uzal, denunci? al “Estado terrorista ucraniano” tras episodios como la voladura del puente de Kerch que une Rusia con la pen?nsula de Crimea. El apoyo de algunos honorarios rusos a la guerra de Ucrania ha hecho que nueve de ellos hayan sido sancionados por EEUU y sus aliados.
No todos sus representantes, sin embargo, han seguido apoyando al régimen a ra?z de los ?ltimos acontecimientos. Al menos media docena de honorarios rusos han dimitido en los ?ltimos meses en protesta por la agresi?n militar que est? destruyendo Ucrania. Pero nada parece indicar que Mosc? vaya a dejar de utilizarlos, como dej? claro su ministro de Exteriores, Sergei Lavrov, en 2019. “Estamos activamente utilizando la instituci?n de los c?nsules honorarios... creo que deber?amos expandir esta pr?ctica”, dijo durante una reuni?n en la sede de Naciones Unidas en Nueva York.
Boro Djukic es uno de los que ya no est?n. Montenegro le retir? el cargo en 2018, aparentemente por la purga diplom?tica que desencaden? en varios pa?ses el envenenamiento en Inglaterra del agente doble Sergei Skripal, perpetrado presuntamente por agentes rusos. Pero no ha dejado de jalear las acciones de Putin. Un d?a después de la invasi?n de Ucrania agradeci? al l?der del Kremlin en las redes sociales que hubiera frenado “la dominaci?n americana del mundo entero”.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/internacional/consules-honorarios-putin-injerencia-influencia-79546215)
El Kremlin siempre ha negado aquellas alegaciones, como hizo el que fuera entonces su c?nsul honorario en Montenegro. “De haber ocurrido algo semejante, lo hubiese sabido con seguridad”, dijo Boro Djukic en una entrevista, en la que también defendi? a los responsables de la conspiraci?n. “No hubo un golpe de Estado. Lo m?ximo que pudo ocurrir es que alguien dijera durante una conversaci?n ebria ‘vamos, matemos a alguien’”.
Ni Djukic ni Mosc?, sin embargo, dieron la batalla por perdida. A finales de 2017, siendo todav?a c?nsul honorario, Djukic se apart? de las funciones propias de su cargo para interferir agresivamente en la pol?tica montenegrina. En lugar de ce?irse a promover las relaciones culturales, econ?micas o cient?ficas entre los dos pa?ses y ayudar a los ciudadanos rusos con sus gestiones consulares, particip? en la fundaci?n de El verdadero Montenegro, un partido pol?tico de corte populista y conservador respaldado por el Kremlin que aboga por la salida de Montenegro de la OTAN. Un partido cuya sede lleg? a albergar en su propia residencia particular.
“No solo fue m?s all? de lo que har?a un c?nsul honorario al uso, sino también de lo que hubiera hecho un diplom?tico oficial”, asegura Ljubomir Filipovic, pol?t?logo y exteniente de alcalde de Budva, la ciudad montenegrina donde Djukic estableci? su consulado honorario. “Su intenci?n era da?ar el tejido social de Montenegro, y eso es lo que hizo”.
https://uc-4u.com/clip/7e95f13c-c83b-4d98-92ee-e4802464d157_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Cartel electoral del partido El verdadero Montenegro, en cuya fundaci?n particip? el entonces c?nsul honorario de Rusia en el pa?s, Boro Djukic. | Matthew Orr.
La injerencia de Djukic en los asuntos internos montenegrinos est? lejos de ser un caso aislado. Desde que llegara al poder hace m?s de dos décadas, Vlad?mir Putin ha abrazado de forma entusiasta la figura del c?nsul honorario, ciudadanos particulares que representan voluntariamente en el extranjero los intereses del pa?s que los nombra. Y algunos de esos honorarios han desafiado las normas que regulan el cargo para apoyar activamente las campa?as pol?ticas y militares m?s controvertidas de Putin, incluida la sangrienta invasi?n de Ucrania, seg?n una investigaci?n del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigaci?n (ICIJ) y ProPublica, en la que ha participado EL PERI?DICO, del grupo Prensa Ibérica, El Pa?s y La Sexta, junto a m?s de un centenar de medios de 46 pa?ses.
En otro de los casos m?s sonados, Macedonia del Norte expuls? a dos honorarios rusos después de que un informe de sus servicios de espionaje les acusara en 2017 de haber convertido sus consulados en “centros de la inteligencia” activos en operaciones de propaganda para promover el conflicto en los Balcanes y alejar a Skopie de Occidente.
M?s informaci?n (Auto)
http://placehold.it/175x100 T?tulo noticia (Auto)
Putin cuadriplica los c?nsules honorarios
La apuesta del Kremlin por los c?nsules honorarios es relativamente nueva. La Uni?n Soviética no los quiso ver ni en pintura. Ni recurri? a ellos ni acept? que sirvieran dentro de sus fronteras. Para los l?deres soviéticos no eran m?s que “esp?as burgueses”, seg?n escribe el académico Geoff Berridge en uno de sus libros sobre la pr?ctica y la legislaci?n diplom?tica. Pero todo cambi? desde la llegada de Putin al poder. Solo durante la primera década de su mandato cuadriplic? el n?mero de c?nsules honorarios al servicio de Rusia, seg?n los datos recogidos por esta investigaci?n period?stica, complicada por el hecho de que Mosc? no hace p?blicos los listados de sus c?nsules honorarios, al igual que decenas de pa?ses.
El cargo es muy codiciado. Tanto por el prestigio que supone como por el acceso que otorga a las élites del pa?s de destino o los privilegios que comporta. Idénticos, en algunos casos, a los que conceden los tratados internacionales a los diplom?ticos de carrera, como la inviolabilidad de sus comunicaciones o la posibilidad de viajar sin que la maleta consular pueda ser registrada. Y Putin lo ha utilizado para premiar con el cargo a algunos de los oligarcas m?s cercanos a su régimen. Magnates de la miner?a (Andrei Kozitsyn), del acero (Alexei Mordashov), del petr?leo (Gennady Timchenko) o de la banca (Yuri Kovalchuk), este ?ltimo descrito por las autoridades de EEUU como “el banquero personal de Putin”.
https://uc-4u.com/clip/bbbdc1a1-2a7b-4406-abe9-1335152e8a88_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg El primer consulado honorario de Rusia en Montenegro se estableci? en el pueblo costero de Budva. | Matthew Orr.
De los miles de c?nsules honorarios nombrados por los pa?ses alrededor del mundo, la mayor?a ejercen sus funciones de forma honorable, pero como public? esta investigaci?n en una entrega anterior, m?s de 500 honorarios han abusado del cargo para cometer delitos o interferir en los asuntos internos de los pa?ses donde estaban destinados. Una pr?ctica prohibida expl?citamente por la Convenci?n de Viena de 1963 que regula las relaciones consulares.
Injerencia y desestabilizaci?n
En el caso de Rusia, los expertos se?alan que el Kremlin los utiliza para influir en la opiniones p?blicas locales y tratar de desestabilizar a las democracias prooccidentales, particularmente en los Balcanes y otras fronteras del que un d?a fue su imperio, m?s vulnerables a su injerencia. Tras su anexi?n ilegal de Crimea en 2014, varios de sus honorarios criticaron p?blicamente las sanciones occidentales y cargaron contra la OTAN.
Un patr?n repetido tras la invasi?n de Ucrania en febrero. “Lamento que no lo hubiera hecho antes”, dijo Constantine van Vloten, una de sus representantes en Holanda en apoyo al presidente ruso. De forma similar, su c?nsul honorario en Vigo, Pedro Mouri?o Uzal, denunci? al “Estado terrorista ucraniano” tras episodios como la voladura del puente de Kerch que une Rusia con la pen?nsula de Crimea. El apoyo de algunos honorarios rusos a la guerra de Ucrania ha hecho que nueve de ellos hayan sido sancionados por EEUU y sus aliados.
No todos sus representantes, sin embargo, han seguido apoyando al régimen a ra?z de los ?ltimos acontecimientos. Al menos media docena de honorarios rusos han dimitido en los ?ltimos meses en protesta por la agresi?n militar que est? destruyendo Ucrania. Pero nada parece indicar que Mosc? vaya a dejar de utilizarlos, como dej? claro su ministro de Exteriores, Sergei Lavrov, en 2019. “Estamos activamente utilizando la instituci?n de los c?nsules honorarios... creo que deber?amos expandir esta pr?ctica”, dijo durante una reuni?n en la sede de Naciones Unidas en Nueva York.
Boro Djukic es uno de los que ya no est?n. Montenegro le retir? el cargo en 2018, aparentemente por la purga diplom?tica que desencaden? en varios pa?ses el envenenamiento en Inglaterra del agente doble Sergei Skripal, perpetrado presuntamente por agentes rusos. Pero no ha dejado de jalear las acciones de Putin. Un d?a después de la invasi?n de Ucrania agradeci? al l?der del Kremlin en las redes sociales que hubiera frenado “la dominaci?n americana del mundo entero”.
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