الريــم
12-02-2022, 07:10 PM
Stavros se enter? de casualidad, un d?a cualquiera de noviembre pasado, al abrir un peri?dico. Su nombre, Stavros Malichudis, no estaba en el texto ni en los documentos filtrados, pero los detalles eran claros: seg?n el peri?dico griego 'Efsyn', un periodista que investigaba la historia de un menor refugiado encarcelado en una isla griega estaba siendo espiado por los servicios secretos griegos, el EYP.
La historia era suya. "Contacté al peri?dico y ellos me confirmaron que era yo, que mi nombre hab?a sido tachado, pero que el espiado era yo, y que investigaban con quién hab?a hablado, qué me hab?an comentado", explica Malichudis, y que en ese momento se preocup?, se paraliz?, todo se le complic?.
"Fueron unos meses muy dif?ciles, porque me daba miedo llamar a alguien, contactar a una fuente. No pod?a trabajar, porque pensaba que estaba poniendo en peligro a la persona con quien hablaba. No sab?a exactamente qué estaba pasando, qué sab?an ellos de m?, qué quer?an. Pero ahora, sabiendo todo lo que sabemos ahora, estar?a m?s tranquilo", dice el periodista.
Lo que se sabe ahora es mucho. Durante los ?ltimos meses —sobre todo desde agosto—, reporteros independientes griegos han revelado que el Gobierno heleno ha estado espiando a discreci?n en los ?ltimos da?os. Pocos se salvan: a parte de periodistas, entre los espiados hay l?deres de la oposici?n, empresarios, abogados de derechos humanos, activistas antivacunas y hasta ministros y miembros del Ejecutivo del primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis.
Seg?n publicaciones de la prensa griega, el anterior primer ministro, Alexis Tsipras, fue espiado durante su mandato; como también lo fue el a?o pasado el l?der del tercer partido del pa?s, el PASOK, Nikos Andrulakis, y los ministros actuales de Exteriores y Finanzas, Nikos Dendias y Jristos Staikuras, entre un largu?simo etcétera. Grecia celebrar? elecciones parlamentarias en primavera del a?o que viene.
El epicentro de la tormenta
Desde la revelaci?n del espionaje a Andrulakis —realizado primero con medios tradicionales y después con el software israel? Predator—, los dedos han apuntado en todas direcciones, pero sobre todo hacia una: hacia el propio Mitsotakis y su sobrino, Grigoris Dimitriadis. Hasta agosto, Dimitriadis era el jefe de la oficina de su t?o y era él —y su despacho— quien fue puesto al mando de los servicios secretos griegos.
"Después de las revelaciones que nosotros empezamos a hacer, Mitsotakis asegur? que no sab?a nada. Sigue diciéndolo: 'no tenemos nada que ver ni con Predator, y yo no sab?a nada de la vigilancia de Andrulakis'", explica el reportero de investigaci?n Thodoris Chondrogiannos, miembro de la red de Reporters United, quien ha estado al frente de las revelaciones.
"Es imposible que no supiese lo que ocurr?a. Que su sobrino y secretario pudiese realizar algo a tan gran escala y que el primer ministro no lo supiese. Mitsotakis dice literalmente que no sab?a lo que ocurr?a al otro lado de la pared de su despacho. Me parece imposible. Parece, m?s que nada, que juegan la carta de 'somos est?pidos' en vez de decir 'somos malos', porque entonces se ver?an obligados a dimitir", contin?a Chondrogiannos.
Este oto?o, el Parlamento griego ha lanzado una comisi?n de investigaci?n de lo sucedido —que ha sido bloqueada sistem?ticamente por la mayor?a del partido de Gobierno, Nueva Democracia—.
Hay, adem?s, una investigaci?n judicial abierta, y dos casos judiciales activos: uno, para esclarecer c?mo se han producido las revelaciones a la prensa; el segundo es una demanda por difamaci?n de Dimitriadis —el sobrino de Mitsotakis— contra Chondrogiannos y varios reporteros m?s.
La seguridad como excusa
En todos los casos de los espiados que han sido aceptados —son una minor?a—, los servicios secretos han asegurado que las escuchas fueron hechas por motivos de "seguridad nacional". Es el caso, por ejemplo, de Stavros Malichudis, cuyo trabajo de reporterismo se ha centrado en los malos tratos que las autoridades griegas realizan contra migrantes y refugiados.
"La seguridad nacional es sin duda un bien legal muy importante para cualquier sociedad —explica Spydrion Vlachopulos, profesor de Derecho de la Universidad de Atenas—. Pero es un bien que se tiene que interpretar estrechamente y que debe incluir ?nicamente aquellos incidentes que constituyen un peligro real contra la democracia y integridad territorial de un pa?s. En otras palabras: la seguridad nacional no puede ser usada como pretexto para ning?n otro prop?sito".
"Viendo los incidentes recientes, con supuestas decenas de miles de escuchas telef?nicas aprobadas cada a?o, en un pa?s peque?o como Grecia, desgraciadamente es imposible descartar que esta ‘seguridad nacional’ haya sido usada como una simple excusa para espiar oponentes pol?ticos y periodistas", contin?a Vlachopulos.
Para Chondrogiannos, el nulo resultado de todas las escuchas demuestra su naturaleza. "De los espionajes no ha salido ning?n procedimiento judicial en contra de nadie. Y esto muestra que la seguridad nacional fue usada como excusa. Si hubiesen habido motivos reales, habr?a salido algo. Pero no", dice el periodista.
"Lo ?nico que sabemos es que después de las revelaciones de los esc?ndalos, los servicios secretos destruyeron sus documentos sobre Andrulakis y Thanasis Kukakis [otro periodista espiado]. Por esto no esperamos ning?n castigo real. Soy pesimista; no creo que se har? justicia. El Gobierno ha tenido todo el tiempo del mundo, después de la dimisi?n de Dimitriadis, [el sobrino del primer ministro], de destruir todas las pruebas necesarias", contin?a Chondrogiannos.
Y mientras tanto, Stavros Malichudis sigue esperando. Su caso fue como los dem?s. No sabe el por qué de todo. La raz?n que recibe es una y la misma siempre: seguridad nacional. "Ya ha pasado un a?o —dice el reportero— y a?n no sé por qué me espiaron".
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/internacional/espionaje-vigilancia-escuchas-sobrinos-escandalo-79468093)
La historia era suya. "Contacté al peri?dico y ellos me confirmaron que era yo, que mi nombre hab?a sido tachado, pero que el espiado era yo, y que investigaban con quién hab?a hablado, qué me hab?an comentado", explica Malichudis, y que en ese momento se preocup?, se paraliz?, todo se le complic?.
"Fueron unos meses muy dif?ciles, porque me daba miedo llamar a alguien, contactar a una fuente. No pod?a trabajar, porque pensaba que estaba poniendo en peligro a la persona con quien hablaba. No sab?a exactamente qué estaba pasando, qué sab?an ellos de m?, qué quer?an. Pero ahora, sabiendo todo lo que sabemos ahora, estar?a m?s tranquilo", dice el periodista.
Lo que se sabe ahora es mucho. Durante los ?ltimos meses —sobre todo desde agosto—, reporteros independientes griegos han revelado que el Gobierno heleno ha estado espiando a discreci?n en los ?ltimos da?os. Pocos se salvan: a parte de periodistas, entre los espiados hay l?deres de la oposici?n, empresarios, abogados de derechos humanos, activistas antivacunas y hasta ministros y miembros del Ejecutivo del primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis.
Seg?n publicaciones de la prensa griega, el anterior primer ministro, Alexis Tsipras, fue espiado durante su mandato; como también lo fue el a?o pasado el l?der del tercer partido del pa?s, el PASOK, Nikos Andrulakis, y los ministros actuales de Exteriores y Finanzas, Nikos Dendias y Jristos Staikuras, entre un largu?simo etcétera. Grecia celebrar? elecciones parlamentarias en primavera del a?o que viene.
El epicentro de la tormenta
Desde la revelaci?n del espionaje a Andrulakis —realizado primero con medios tradicionales y después con el software israel? Predator—, los dedos han apuntado en todas direcciones, pero sobre todo hacia una: hacia el propio Mitsotakis y su sobrino, Grigoris Dimitriadis. Hasta agosto, Dimitriadis era el jefe de la oficina de su t?o y era él —y su despacho— quien fue puesto al mando de los servicios secretos griegos.
"Después de las revelaciones que nosotros empezamos a hacer, Mitsotakis asegur? que no sab?a nada. Sigue diciéndolo: 'no tenemos nada que ver ni con Predator, y yo no sab?a nada de la vigilancia de Andrulakis'", explica el reportero de investigaci?n Thodoris Chondrogiannos, miembro de la red de Reporters United, quien ha estado al frente de las revelaciones.
"Es imposible que no supiese lo que ocurr?a. Que su sobrino y secretario pudiese realizar algo a tan gran escala y que el primer ministro no lo supiese. Mitsotakis dice literalmente que no sab?a lo que ocurr?a al otro lado de la pared de su despacho. Me parece imposible. Parece, m?s que nada, que juegan la carta de 'somos est?pidos' en vez de decir 'somos malos', porque entonces se ver?an obligados a dimitir", contin?a Chondrogiannos.
Este oto?o, el Parlamento griego ha lanzado una comisi?n de investigaci?n de lo sucedido —que ha sido bloqueada sistem?ticamente por la mayor?a del partido de Gobierno, Nueva Democracia—.
Hay, adem?s, una investigaci?n judicial abierta, y dos casos judiciales activos: uno, para esclarecer c?mo se han producido las revelaciones a la prensa; el segundo es una demanda por difamaci?n de Dimitriadis —el sobrino de Mitsotakis— contra Chondrogiannos y varios reporteros m?s.
La seguridad como excusa
En todos los casos de los espiados que han sido aceptados —son una minor?a—, los servicios secretos han asegurado que las escuchas fueron hechas por motivos de "seguridad nacional". Es el caso, por ejemplo, de Stavros Malichudis, cuyo trabajo de reporterismo se ha centrado en los malos tratos que las autoridades griegas realizan contra migrantes y refugiados.
"La seguridad nacional es sin duda un bien legal muy importante para cualquier sociedad —explica Spydrion Vlachopulos, profesor de Derecho de la Universidad de Atenas—. Pero es un bien que se tiene que interpretar estrechamente y que debe incluir ?nicamente aquellos incidentes que constituyen un peligro real contra la democracia y integridad territorial de un pa?s. En otras palabras: la seguridad nacional no puede ser usada como pretexto para ning?n otro prop?sito".
"Viendo los incidentes recientes, con supuestas decenas de miles de escuchas telef?nicas aprobadas cada a?o, en un pa?s peque?o como Grecia, desgraciadamente es imposible descartar que esta ‘seguridad nacional’ haya sido usada como una simple excusa para espiar oponentes pol?ticos y periodistas", contin?a Vlachopulos.
Para Chondrogiannos, el nulo resultado de todas las escuchas demuestra su naturaleza. "De los espionajes no ha salido ning?n procedimiento judicial en contra de nadie. Y esto muestra que la seguridad nacional fue usada como excusa. Si hubiesen habido motivos reales, habr?a salido algo. Pero no", dice el periodista.
"Lo ?nico que sabemos es que después de las revelaciones de los esc?ndalos, los servicios secretos destruyeron sus documentos sobre Andrulakis y Thanasis Kukakis [otro periodista espiado]. Por esto no esperamos ning?n castigo real. Soy pesimista; no creo que se har? justicia. El Gobierno ha tenido todo el tiempo del mundo, después de la dimisi?n de Dimitriadis, [el sobrino del primer ministro], de destruir todas las pruebas necesarias", contin?a Chondrogiannos.
Y mientras tanto, Stavros Malichudis sigue esperando. Su caso fue como los dem?s. No sabe el por qué de todo. La raz?n que recibe es una y la misma siempre: seguridad nacional. "Ya ha pasado un a?o —dice el reportero— y a?n no sé por qué me espiaron".
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