الريــم
12-02-2022, 10:10 AM
Hija de una pareja de activistas contra el 'apartheid' surafricano, pensadora nada complaciente del tiempo que le ha tocado vivir y experta buceadora de la subjetividad femenina en sus escritos, Deborah Levy (63 a?os) es hoy una de las voces literarias m?s respetadas de Reino Unido. Pas? los a?os 80 escribiendo arriesgadas obras teatrales –Derek Jarman, el carism?tico director del cine 'queer', fue quien le insufl? el gusanillo de la escena- y a finales de la década, Levy se pas? a la narrativa. En el 2011, con 'Nadando a casa', obtuvo su primera candidatura al Booker, un premio que se ha fijado en ella en dos ocasiones m?s. La ?ltima es ‘El hombre que lo vio todo’ (Random House / Angle), un historia enigm?tica de adictiva lectura que escribi? al mismo tiempo que su celebrada 'Autobiograf?a en construcci?n', una obra fundamental para explorar a las mujeres de entre 40 y 60 a?os, una franja de edad que apenas ha generado literatura.
También es una gran disfrutona de la vida, tal como demuestra su querencia por Grecia, donde pasa largas temporadas, perfecto contrapunto a sus lluviosos d?as londinenses. “Grecia es un lugar muy humano, donde se vive a un ritmo m?s pausado y la vida es m?s sencilla. Te sientas bajo ese cielo azul con un buen pedazo de pan, un tomate jugoso, un poco de feta, unas aceitunas y una copa de vino local y todo merece la pena. No conozco otro sitio mejor para leer o para escribir”, dice con ojos encendidos. También asegura que le encanta nadar en aquellas aguas. Esta semana lo habr?a hecho en Barcelona de no ser por el importante oleaje de estos d?as. De las posibles aguas heladas no comenta nada.
"La literatura debe servir para que apartamos la mirada del m?vil y podamos ralentizar el ritmo humano"
'El hombre que lo vio todo', escrita en el 2016, y que ahora se publica, se vincula con la necesidad que la autora siente respecto a detener esa ansiedad de baja intensidad que parece haber hecho mella en nuestra sociedad. “Los escritores debemos escribir de una forma distinta a como lo hacen los peri?dicos. Claro que tenemos que tener la vista puesta en el exterior, en lo que ocurre a nuestro alrededor, pero lo importante es c?mo interiorizamos esa mirada que debe servir para ayudarnos a tomar distancia respecto a ese carrusel de noticias que nos arrastra y no nos deja apartar la mirada del m?vil. La literatura debe servir para ralentizar el ritmo humano”.
Como David Lynch
El ‘hombre’ del t?tulo de la novela es Saul, un joven historiador brit?nico bisexual de espectacular belleza que, tras una ruptura con su novia fot?grafa, marcha a la RDA en 1988, es decir, solo un a?o antes de la ca?da del muro. El ‘todo’ es la Historia de la segunda mitad del siglo XX, punto de llegada de los distintos autoritarismos. La estructura, endiablada, har?a las delicias del David Lynch de ‘Carretera perdida’, tal es la forma en la que se cuenta: el lector no est? nunca seguro si uno de los momentos claves de la novela, el atropellamiento del protagonista en el m?tico paso de cebra de Abbey Road ocurre en 1988 o en el 2016. Y es que la obra mezcla y utiliza todos los tiempos a la vez. “Me gustaba la idea de jugar con el cruce de Abbey Road porque hoy es un lugar en el que los turistas se dedican a hacer su propia reinterpretaci?n de la Historia, algo muy parecido a lo que hago yo en el libro”.
"Me parece importante decir que lo personal no es solo pol?tico, también es hist?rico"
Otro de los lugares emblem?ticos del libro es el muro berlinés, que se muestra tanto a punto de caer como ya demolido. “En la novela Saul tiene la sensaci?n de que su padre ha construido un muro entre ambos y ese muro es la masculinidad tal y como se conceb?a tradicionalmente. Para m? es una forma de conectar la peque?a anécdota personal con la gran Historia. Me parece importante decir que lo personal no es solo pol?tico, también es hist?rico”. El concepto de muro ha estado muy presente en el ideario de los pol?ticos m?s populistas que han tenido en Trump su mejor ejemplo: “Lo estamos viendo con el Brexit que propugna el cierre de fronteras y acabar con la libre circulaci?n de la gente. Eso me hizo pensar en la RDA, que encerr? a sus ciudadanos en muros construidos a base de temor. A la larga, es imposible mantener un muro sustentado en el miedo”.
"Con todas nuestras contradicciones e incoherencias, no nos concebimos como 'él' o como 'ella' todos somos 'ello'"
Como no pod?a ser de otra manera trat?ndose de Deborah Levy, la obra carga contra los estereotipos de género tradicionales. “Yo quer?a darle la vuelta a la idea de que el hombre es el que piensa y la mujer la que siente. No me interesa un mundo marcado por la reglas del binarismo, cuanto menos binario sea el mundo, mucho mejor. Es verdad que los j?venes cada vez le dan menos importancia a la dualidad masculino / femenino, y eso es fant?stico, pero yo voy un poco m?s all?: en nuestro fuero interno, con todas nuestras contradicciones e incoherencias, no nos concebimos como 'él' o como 'ella' todos somos 'ello'. Me interesa esa capacidad de imaginar que somos m?s libres de lo que somos”.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/cultura/deborah-levy-binario-sea-mundo-79440609)
También es una gran disfrutona de la vida, tal como demuestra su querencia por Grecia, donde pasa largas temporadas, perfecto contrapunto a sus lluviosos d?as londinenses. “Grecia es un lugar muy humano, donde se vive a un ritmo m?s pausado y la vida es m?s sencilla. Te sientas bajo ese cielo azul con un buen pedazo de pan, un tomate jugoso, un poco de feta, unas aceitunas y una copa de vino local y todo merece la pena. No conozco otro sitio mejor para leer o para escribir”, dice con ojos encendidos. También asegura que le encanta nadar en aquellas aguas. Esta semana lo habr?a hecho en Barcelona de no ser por el importante oleaje de estos d?as. De las posibles aguas heladas no comenta nada.
"La literatura debe servir para que apartamos la mirada del m?vil y podamos ralentizar el ritmo humano"
'El hombre que lo vio todo', escrita en el 2016, y que ahora se publica, se vincula con la necesidad que la autora siente respecto a detener esa ansiedad de baja intensidad que parece haber hecho mella en nuestra sociedad. “Los escritores debemos escribir de una forma distinta a como lo hacen los peri?dicos. Claro que tenemos que tener la vista puesta en el exterior, en lo que ocurre a nuestro alrededor, pero lo importante es c?mo interiorizamos esa mirada que debe servir para ayudarnos a tomar distancia respecto a ese carrusel de noticias que nos arrastra y no nos deja apartar la mirada del m?vil. La literatura debe servir para ralentizar el ritmo humano”.
Como David Lynch
El ‘hombre’ del t?tulo de la novela es Saul, un joven historiador brit?nico bisexual de espectacular belleza que, tras una ruptura con su novia fot?grafa, marcha a la RDA en 1988, es decir, solo un a?o antes de la ca?da del muro. El ‘todo’ es la Historia de la segunda mitad del siglo XX, punto de llegada de los distintos autoritarismos. La estructura, endiablada, har?a las delicias del David Lynch de ‘Carretera perdida’, tal es la forma en la que se cuenta: el lector no est? nunca seguro si uno de los momentos claves de la novela, el atropellamiento del protagonista en el m?tico paso de cebra de Abbey Road ocurre en 1988 o en el 2016. Y es que la obra mezcla y utiliza todos los tiempos a la vez. “Me gustaba la idea de jugar con el cruce de Abbey Road porque hoy es un lugar en el que los turistas se dedican a hacer su propia reinterpretaci?n de la Historia, algo muy parecido a lo que hago yo en el libro”.
"Me parece importante decir que lo personal no es solo pol?tico, también es hist?rico"
Otro de los lugares emblem?ticos del libro es el muro berlinés, que se muestra tanto a punto de caer como ya demolido. “En la novela Saul tiene la sensaci?n de que su padre ha construido un muro entre ambos y ese muro es la masculinidad tal y como se conceb?a tradicionalmente. Para m? es una forma de conectar la peque?a anécdota personal con la gran Historia. Me parece importante decir que lo personal no es solo pol?tico, también es hist?rico”. El concepto de muro ha estado muy presente en el ideario de los pol?ticos m?s populistas que han tenido en Trump su mejor ejemplo: “Lo estamos viendo con el Brexit que propugna el cierre de fronteras y acabar con la libre circulaci?n de la gente. Eso me hizo pensar en la RDA, que encerr? a sus ciudadanos en muros construidos a base de temor. A la larga, es imposible mantener un muro sustentado en el miedo”.
"Con todas nuestras contradicciones e incoherencias, no nos concebimos como 'él' o como 'ella' todos somos 'ello'"
Como no pod?a ser de otra manera trat?ndose de Deborah Levy, la obra carga contra los estereotipos de género tradicionales. “Yo quer?a darle la vuelta a la idea de que el hombre es el que piensa y la mujer la que siente. No me interesa un mundo marcado por la reglas del binarismo, cuanto menos binario sea el mundo, mucho mejor. Es verdad que los j?venes cada vez le dan menos importancia a la dualidad masculino / femenino, y eso es fant?stico, pero yo voy un poco m?s all?: en nuestro fuero interno, con todas nuestras contradicciones e incoherencias, no nos concebimos como 'él' o como 'ella' todos somos 'ello'. Me interesa esa capacidad de imaginar que somos m?s libres de lo que somos”.
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