الريــم
11-26-2022, 01:29 PM
‘La era de la resiliencia’ (Paid?s) es el ?ltimo y m?s asequible de los ensayos publicados por el soci?logo y economista Jeremy Rifkin, el influyente pensador y autor del bestseller ‘El fin del trabajo’ que lleva décadas asesorando a la Uni?n Europea y China en su camino a la Tercera Revoluci?n Industrial. Un cambio que pasa por abandonar los combustibles f?siles y resilvestrar la tierra. Rifkin sostiene que si en los siglos XIX y XX el ser humano se dedic? a explotar los recursos de la tierra, en el XXI la econom?a se centrar? en una gesti?n responsable de planeta, con millones de nuevos puestos en la ecogesti?n.-?Qué es la Tercera Revoluci?n Industrial?
-Sabemos que la civilizaci?n industrial basada en combustibles f?siles nos est? llevando a la muerte, a la sexta extinci?n. Hay que buscar nuevas maneras de movilidad y log?stica y ello conllevar? una nueva econom?a y gobernanza. El principio del fin fue la Gran Recesi?n de 2008. Ya hemos completado la revoluci?n en comunicaci?n: el m?vil que llevamos en el bolsillo tiene una tecnolog?a m?s avanzada que la que fue la luna. Ahora es el turno de la energ?a solar y la e?lica.
Porque el sol y el viento no se pueden controlar y al contrario que el petr?leo, est?n en todas partes. Lo importante es que muchos usuarios ya comparten el excedente de energ?a que les sobra. En 20 a?os la energ?a ser? como internet, viajar? bajo los océanos de un continente a otro y se compartir? en distintas zonas horarias del mundo. No hay ning?n pa?s o empresa que los pueda monopolizar o iniciar guerras para hacerse con ellos. Ucrania ser? la ?ltima guerra por combustibles f?siles.
-En su libro critica el mantra de la eficiencia, ?por qué?
-Todo comenz? con el reloj de los monjes benedictinos, que dio paso a los relojes de bolsillo, as? comenzamos a avanzar hacia el estilo de vida industrial. Ten?amos a la gente y las f?bricas cronometradas. Luego creamos zonas horarias en todo el mundo para poder organizarnos. Toda esta eficiencia se usaba para extraer mayores vol?menes de recursos de la tierra y la biosfera, cada vez en intervalos de tiempo m?s cortos. Es de sentido com?n ver que ese sistema no es sostenible. El alma gemela de la eficiencia es la productividad y la naturaleza tiene nada que ver con ello. Los ecosistemas no tienen que ver con el crecimiento, sino con el florecimiento.
-?De ah? viene la idea de resilvestrar la tierra?
-S?, estamos pasando del capital financiero al capital ecol?gico y de la productividad a la naturaleza regenerativa. Del hiperconsumo a la administraci?n ecol?gica. De empresas gigantes a pymes. El planeta ha pasado por cinco extinciones masivas y los cient?ficos nos han dicho que estamos en plena sexta: podr?amos perder la mitad de las especies este mismo siglo. Es algo serio. Las pandemias van a continuar. Cuando mi padre naci? en 1908, el 85% del planeta era salvaje. Hoy esa porci?n es del 25% y a finales de siglo podr?a ser 0. Los virus est?n migrando y se est?n acercando cada vez m?s a nuestra salud y a la poblaci?n urbana. En realidad, todo comienza en la Biblia.
-?En la Biblia?
-En el Génesis, el jard?n del edén aparece como un regalo para el hombre. En eso, el juda?smo y el cristianismo tienen una visi?n de la naturaleza muy distinta a las religiones orientales. Dios le da a Ad?n el dominio sobre la vida en la tierra. Esa tradici?n nos llev? a la revoluci?n agr?cola y a la industrial, a la era del progreso, basada en extraer los recursos de la tierra. Y de ah? hemos pasado a la extinci?n.
-Al menos ahora se habla de ello, ?no?
-S?, hemos comenzado a darnos cuenta de que el cambio clim?tico nos afecta a cada uno de nosotros. Las nevadas masivas en el invierno, la primavera que inunda continentes enteros; las sequ?as, los incendios y las olas de calor en verano o la combinaci?n de huracanes y tifones en oto?o. De lo que nadie habla es de otro cambio: cada uno de nosotros, en nuestro propio peque?o mundo, estamos empezando a darnos cuenta de que el planeta es mucho m?s poderoso de lo que jam?s pensamos. Y que nuestra especie es, en realidad, algo peque?o y sin importancia.
?Eso explica por qué los j?venes son los que m?s se preocupan por el medio ambiente?
El cambio real en la conciencia se ha producido en la generaci?n Z, los ni?os de secundaria que se preguntan qué les suceder? a ellos y a sus hijos. Est?n protestando en todo el mundo. A los humanos nos encanta protestar, eso no es novedad, pero lo que es radicalmente diferente es que es la primera vez que toda una generaci?n de distintas religiones e ideolog?as se ve a s? misma como una especie en peligro de extinci?n real.
-?A las grandes empresas les interesa ese cambio?
-Las 500 grandes empresas de la lista Forbes representan un tercio del PIB mundial, pero solo emplean a 65 millones de personas de los 3.500 millones de trabajadores del mundo. Las 8 personas m?s ricas del planeta acumulan la misma riqueza que la mitad de los seres humanos. Hasta Karl Marx estaba a favor de la productividad. No es capitalismo versus socialismo, es la infraestructura industrial la que ha posibilitado ese crecimiento. Pero la mayor?a de esas grandes empresas no estar?n aqu? en 30 a?os. Algunas sobrevivir?n, pero nos movemos a un patr?n mucho m?s distribuido. Ya est?n surgiendo pymes de internet cooperativo que acabar?n sustituyendo a gigantes como Google y Facebook.
-?Qué opina de la Cumbre del Clima?
-El secretario general de la ONU, Ant?nio Guterres, ha reconocido que vamos a superar los 1,5 grados y que estamos ante un gran problema. Va a ser un infierno. Pero en su discurso habl? de adaptabilidad. La gente ya no habla de eficiencia, sino de resiliencia. Ha costado, pero el concepto est? empezando a calar. Necesitamos un relato, una nueva narrativa. Lo que nos distingue como la especie m?s adaptable es que tenemos historias que podemos contarnos a nosotros mismos sobre c?mo vivimos en el mundo.
-?Es demasiado lento el cambio?
-Le? una cita hace 40 a?os de Hegel que dec?a que la felicidad son las p?ginas en blanco de la historia, los periodos de armon?a. Son esos momentos de empat?a en los que nos identificamos entre nosotros, cooperamos y avanzamos. La empat?a evoluciona, a veces se derrumba y nace un tipo nuevo. Al principio, el ser humano ten?a empat?a por sus lazos de sangre, su tribu m?s cercana. A medida que construimos pueblos y ciudades conectados por carreteras, la empat?a se fue ampliando.
-?Hacia d?nde?
-Las grandes religiones no se fundaron el mismo tiempo por casualidad: que miles de personas sin lazos familiares se consideraran unidas y se saludaran con un beso, como los cristianos, fue otro tipo de empat?a. Luego lleg? otro tipo de familia: todos se consideraban italianos o franceses. Sigue habiendo guerras tribales, pero hoy estamos evolucionando hacia otra empat?a: una conciencia de biofilia. Los j?venes de hoy sienten m?s que nunca que pertenecen a una especie cuya existencia est? amenazada y eso les une.
-?C?mo se puede avanzar en esa conciencia de biofilia?
-Tengo esperanza en los ni?os peque?os, conf?o en que sean lo suficientemente fuertes. En el futuro mantendr?n sus religiones y su nacionalidad, pero sentir?n que son parte del planeta de un modo distinto a sus padres. No soy ut?pico, odio a los ut?picos. Pero veo un futuro de gobiernos biorregionales: a una inundaci?n o un hurac?n le dan igual las fronteras pol?ticas. Es hora de extender los gobiernos a las biorregiones. En Estados Unidos ya hay dos: la Cascadia y la regi?n de los grandes lagos que engloba también parte de Canad?.
-?Qué le parecen los ataques a cuadros en museos de los activistas?
-Me estrené como activista en 1973, en plena crisis del petr?leo. Irrumpimos en la fiesta del 200 aniversario de la Boston Tea Party tirando barriles vac?os al mar, la prensa lo bautiz? como la Boston Oil Party. Fue mi primera protesta contra los combustibles f?siles. Creo que todas las protestas tienen que ser pac?ficas. Pero no basta con protestar, porque eso es pedirle a los que est?n en el poder que cambien las cosas y todos tenemos que cambiar. Cada uno de esos j?venes tiene que elegir qué camino quiere tomar en la vida y c?mo criar a sus hijos. Muchos ya est?n cambiando, se han hecho veganos, por ejemplo. Algo que es estupendo.
-Asegura que su libro no es para c?nicos.
-S?, y muchos milenials lo son, le echan la culpa a los boomers del mundo que han dejado. Esa no es la manera correcta de abordar el problema. No hay nada que podamos hacer con el pasado. Nos equivocamos, la tierra se est? calentando y estamos en un momento de aprendizaje como especie. Hemos de reaclimatarnos urgentemente a la tierra.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/cultura/jeremy-rifkin-idea-eficiencia-llevado-79139305)
-Sabemos que la civilizaci?n industrial basada en combustibles f?siles nos est? llevando a la muerte, a la sexta extinci?n. Hay que buscar nuevas maneras de movilidad y log?stica y ello conllevar? una nueva econom?a y gobernanza. El principio del fin fue la Gran Recesi?n de 2008. Ya hemos completado la revoluci?n en comunicaci?n: el m?vil que llevamos en el bolsillo tiene una tecnolog?a m?s avanzada que la que fue la luna. Ahora es el turno de la energ?a solar y la e?lica.
Porque el sol y el viento no se pueden controlar y al contrario que el petr?leo, est?n en todas partes. Lo importante es que muchos usuarios ya comparten el excedente de energ?a que les sobra. En 20 a?os la energ?a ser? como internet, viajar? bajo los océanos de un continente a otro y se compartir? en distintas zonas horarias del mundo. No hay ning?n pa?s o empresa que los pueda monopolizar o iniciar guerras para hacerse con ellos. Ucrania ser? la ?ltima guerra por combustibles f?siles.
-En su libro critica el mantra de la eficiencia, ?por qué?
-Todo comenz? con el reloj de los monjes benedictinos, que dio paso a los relojes de bolsillo, as? comenzamos a avanzar hacia el estilo de vida industrial. Ten?amos a la gente y las f?bricas cronometradas. Luego creamos zonas horarias en todo el mundo para poder organizarnos. Toda esta eficiencia se usaba para extraer mayores vol?menes de recursos de la tierra y la biosfera, cada vez en intervalos de tiempo m?s cortos. Es de sentido com?n ver que ese sistema no es sostenible. El alma gemela de la eficiencia es la productividad y la naturaleza tiene nada que ver con ello. Los ecosistemas no tienen que ver con el crecimiento, sino con el florecimiento.
-?De ah? viene la idea de resilvestrar la tierra?
-S?, estamos pasando del capital financiero al capital ecol?gico y de la productividad a la naturaleza regenerativa. Del hiperconsumo a la administraci?n ecol?gica. De empresas gigantes a pymes. El planeta ha pasado por cinco extinciones masivas y los cient?ficos nos han dicho que estamos en plena sexta: podr?amos perder la mitad de las especies este mismo siglo. Es algo serio. Las pandemias van a continuar. Cuando mi padre naci? en 1908, el 85% del planeta era salvaje. Hoy esa porci?n es del 25% y a finales de siglo podr?a ser 0. Los virus est?n migrando y se est?n acercando cada vez m?s a nuestra salud y a la poblaci?n urbana. En realidad, todo comienza en la Biblia.
-?En la Biblia?
-En el Génesis, el jard?n del edén aparece como un regalo para el hombre. En eso, el juda?smo y el cristianismo tienen una visi?n de la naturaleza muy distinta a las religiones orientales. Dios le da a Ad?n el dominio sobre la vida en la tierra. Esa tradici?n nos llev? a la revoluci?n agr?cola y a la industrial, a la era del progreso, basada en extraer los recursos de la tierra. Y de ah? hemos pasado a la extinci?n.
-Al menos ahora se habla de ello, ?no?
-S?, hemos comenzado a darnos cuenta de que el cambio clim?tico nos afecta a cada uno de nosotros. Las nevadas masivas en el invierno, la primavera que inunda continentes enteros; las sequ?as, los incendios y las olas de calor en verano o la combinaci?n de huracanes y tifones en oto?o. De lo que nadie habla es de otro cambio: cada uno de nosotros, en nuestro propio peque?o mundo, estamos empezando a darnos cuenta de que el planeta es mucho m?s poderoso de lo que jam?s pensamos. Y que nuestra especie es, en realidad, algo peque?o y sin importancia.
?Eso explica por qué los j?venes son los que m?s se preocupan por el medio ambiente?
El cambio real en la conciencia se ha producido en la generaci?n Z, los ni?os de secundaria que se preguntan qué les suceder? a ellos y a sus hijos. Est?n protestando en todo el mundo. A los humanos nos encanta protestar, eso no es novedad, pero lo que es radicalmente diferente es que es la primera vez que toda una generaci?n de distintas religiones e ideolog?as se ve a s? misma como una especie en peligro de extinci?n real.
-?A las grandes empresas les interesa ese cambio?
-Las 500 grandes empresas de la lista Forbes representan un tercio del PIB mundial, pero solo emplean a 65 millones de personas de los 3.500 millones de trabajadores del mundo. Las 8 personas m?s ricas del planeta acumulan la misma riqueza que la mitad de los seres humanos. Hasta Karl Marx estaba a favor de la productividad. No es capitalismo versus socialismo, es la infraestructura industrial la que ha posibilitado ese crecimiento. Pero la mayor?a de esas grandes empresas no estar?n aqu? en 30 a?os. Algunas sobrevivir?n, pero nos movemos a un patr?n mucho m?s distribuido. Ya est?n surgiendo pymes de internet cooperativo que acabar?n sustituyendo a gigantes como Google y Facebook.
-?Qué opina de la Cumbre del Clima?
-El secretario general de la ONU, Ant?nio Guterres, ha reconocido que vamos a superar los 1,5 grados y que estamos ante un gran problema. Va a ser un infierno. Pero en su discurso habl? de adaptabilidad. La gente ya no habla de eficiencia, sino de resiliencia. Ha costado, pero el concepto est? empezando a calar. Necesitamos un relato, una nueva narrativa. Lo que nos distingue como la especie m?s adaptable es que tenemos historias que podemos contarnos a nosotros mismos sobre c?mo vivimos en el mundo.
-?Es demasiado lento el cambio?
-Le? una cita hace 40 a?os de Hegel que dec?a que la felicidad son las p?ginas en blanco de la historia, los periodos de armon?a. Son esos momentos de empat?a en los que nos identificamos entre nosotros, cooperamos y avanzamos. La empat?a evoluciona, a veces se derrumba y nace un tipo nuevo. Al principio, el ser humano ten?a empat?a por sus lazos de sangre, su tribu m?s cercana. A medida que construimos pueblos y ciudades conectados por carreteras, la empat?a se fue ampliando.
-?Hacia d?nde?
-Las grandes religiones no se fundaron el mismo tiempo por casualidad: que miles de personas sin lazos familiares se consideraran unidas y se saludaran con un beso, como los cristianos, fue otro tipo de empat?a. Luego lleg? otro tipo de familia: todos se consideraban italianos o franceses. Sigue habiendo guerras tribales, pero hoy estamos evolucionando hacia otra empat?a: una conciencia de biofilia. Los j?venes de hoy sienten m?s que nunca que pertenecen a una especie cuya existencia est? amenazada y eso les une.
-?C?mo se puede avanzar en esa conciencia de biofilia?
-Tengo esperanza en los ni?os peque?os, conf?o en que sean lo suficientemente fuertes. En el futuro mantendr?n sus religiones y su nacionalidad, pero sentir?n que son parte del planeta de un modo distinto a sus padres. No soy ut?pico, odio a los ut?picos. Pero veo un futuro de gobiernos biorregionales: a una inundaci?n o un hurac?n le dan igual las fronteras pol?ticas. Es hora de extender los gobiernos a las biorregiones. En Estados Unidos ya hay dos: la Cascadia y la regi?n de los grandes lagos que engloba también parte de Canad?.
-?Qué le parecen los ataques a cuadros en museos de los activistas?
-Me estrené como activista en 1973, en plena crisis del petr?leo. Irrumpimos en la fiesta del 200 aniversario de la Boston Tea Party tirando barriles vac?os al mar, la prensa lo bautiz? como la Boston Oil Party. Fue mi primera protesta contra los combustibles f?siles. Creo que todas las protestas tienen que ser pac?ficas. Pero no basta con protestar, porque eso es pedirle a los que est?n en el poder que cambien las cosas y todos tenemos que cambiar. Cada uno de esos j?venes tiene que elegir qué camino quiere tomar en la vida y c?mo criar a sus hijos. Muchos ya est?n cambiando, se han hecho veganos, por ejemplo. Algo que es estupendo.
-Asegura que su libro no es para c?nicos.
-S?, y muchos milenials lo son, le echan la culpa a los boomers del mundo que han dejado. Esa no es la manera correcta de abordar el problema. No hay nada que podamos hacer con el pasado. Nos equivocamos, la tierra se est? calentando y estamos en un momento de aprendizaje como especie. Hemos de reaclimatarnos urgentemente a la tierra.
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