الريــم
11-26-2022, 10:22 AM
El Mundial de Catar 2022 (https://www.sport.es/es/mundial-futbol/) quedar? marcado para toda la vida como una de las manchas m?s negras de la historia de la FIFA. No es la primera vez, ni puede que sea la ?ltima, que la Copa del Mundo se disputa en un pa?s se?alado por la vulneraci?n flagrante y sistem?tica de los derechos humanos, con el m?ximo organismo del f?tbol internacional colaborando en la represi?n de varios colectivos que intentan alzar la voz pero que son silenciados un d?a tras otro.
M?s informaci?n (Auto)
http://placehold.it/175x100 T?tulo noticia (Auto)
El Mundial de Argentina de 1978 se disput? en plena dictadura de Jorge Rafael Videla y bajo una sangrante aniquilaci?n de la oposici?n pol?tica a pocos metros de la celebraci?n de los partidos. También el Mundial de Espa?a, en 1982, fue designado en plena dictadura franquista –en 1964–, pese a disputarse 18 a?os m?s tarde. La Copa del Mundo también se instal? en Rusia pocos a?os después de la invasi?n y anexi?n de la rep?blica de Crimea, perteneciente a Ucrania. Pero el Mundial de Catar est? en ojo del hurac?n desde su elecci?n, en diciembre de 2010. La globalizaci?n y el libre acceso a la informaci?n han expuesto las carencias de un Estado que, seg?n un informe de la misma FIFA, compr? los votos que la convirtieron en sede mundialista. Desde ese momento, las miradas sobre el emirato han sido permanentes.
Catar nunca se ha defendido de las acusaciones de corrupci?n. Como tampoco lo ha hecho de las cr?ticas por vulnerar algunos de los derechos fundamentales de las personas, ni siquiera las que han se?alado durante a?os las condiciones de vida de unos trabajadores migrantes que han levantado el pa?s con sus manos. Como ya han denunciado varias ONG, en Catar han muerto miles de trabajadores en la construcci?n de los estadios y las infraestructuras del Mundial, ya sea por accidentes consecuencia de la poca seguridad implantada como por golpes de calor al estar sometidos a temperaturas de m?s de 40 grados. Seg?n el emirato, los fallecidos han sido apenas una treintena.
Pero el elemento que ha estado en boca de todos durante los primeros d?as del Mundial ha sido una peque?a pieza de ropa. Un complemento que ha pasado a ser protagonista por la poca cintura de una FIFA que ha vuelto a ponerse de perfil ante una reivindicaci?n social no compartida por el organizador del torneo. El brazalete #OneLove que acordaron lucir diez selecciones para legitimar al colectivo LGTBIQ+ qued? prohibido un d?a después del arranque del torneo. Habiéndose jugado ya el Catar-Ecuador y a pocas horas del debut de Inglaterra y los Pa?ses Bajos –dos de las selecciones que iban a llevar el brazal–, la FIFA amenaz? con sanciones a los capitanes que lucieran el emblema escogido para defender los derechos LGTBIQ+ vulnerados en Catar. “Es un da?o en la mente”, lleg? a decir el embajador del torneo, Khalid Salman, d?as antes del inicio de la competici?n y después de que las autoridades reiteraran que la homosexualidad est? penada en el pa?s. “Amenazar con sanciones a los jugadores que puedan llevar alg?n tipo de mensaje de apoyo a los derechos del colectivo LGTBIQ+ es un ejemplo de que la propia FIFA no est? respetando sus valores y sus obligaciones”, expresa a Sport Dossier Carlos de las Heras, responsable de la secci?n de Deporte y Derechos Humanos de la organizaci?n Amnist?a Internacional. A horas de la celebraci?n del Mundial, el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, tild? de hip?critas a los cr?ticos con la elecci?n de la sede mundialista y dijo sentirse “catar?, ?rabe, africano, gay, discapacitado y trabajador migrante”. Pese a eso, la misma FIFA prohibi? el brazalete que ten?a como objetivo apoyar al colectivo LGTBIQ+ ante la represi?n que vive en Catar. “Ese tipo de acciones son peligrosas porque pueden alentar otro tipo de mensajes m?s represivos con este colectivo”, manifiesta De las Heras.
*
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La FIFA amenaz? con sancionar a los futbolistas que lucieran la prenda reivindicativa*
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*Una oportunidad perdida
Durante a?os, la FIFA ha tenido sobre la mesa la opci?n de cambiar las normas. Ha tenido en sus manos la oportunidad de mejorar las condiciones de este colectivo, de propugnar la libertad sexual y de luchar contra la opresi?n de la mujer. Pero en Catar nada ha cambiado desde que el organismo internacional del f?tbol le adjudicara el Mundial. “Cuando alguien procura hacer algo desde la neutralidad lo que hace es posicionarse en favor del status quo, de la ideolog?a o fuerza imperante”, afirma a Sport Dossier el vicerrector de la Universitat de Vic-Universitat Central de Catalunya y doctor en sociolog?a del deporte Albert Juncà. “El deporte es un espejo, un reflejo y un referente para mucha gente de esta sociedad de manera directa e indirecta. Lo que pasa en el f?tbol tiene trascendencia, impacto y v?nculo con lo que la gente piensa o hace. La FIFA ha perdido una gran oportunidad para defender los derechos del colectivo LGTBIQ+, pero al mismo tiempo ha perdido la oportunidad de defender muchas otras cosas”, se?ala el académico.
Tras la prohibici?n de lucir el brazalete #OneLove –m?s bien tras la amenaza de recibir una amarilla durante el partido–, tres im?genes del Alemania-Jap?n dieron la vuelta al mundo. Y ninguna de ellas tuvo que ver con el sorprendente resultado del encuentro. La primera prendi? todav?a m?s la indignaci?n de los defensores de la libertad de expresi?n y dej? a la FIFA al borde del rid?culo: el ?rbitro asistente revisando el brazalete de capit?n de Manuel Neuer, el portero de la selecci?n alemana. La segunda fue igual de impactante: los once jugadores de la selecci?n teutona tap?ndose la boca en la foto de grupo, al considerar que la FIFA silenci? su reivindicaci?n social. Y la tercera ocurri? en el palco del estadio Khalifa Internacional, con la ministra de Interior alemana, Nancy Faeser, luciendo el brazalete prohibido justo al lado del presidente Infantino. “Esto ha sucedido siempre. En much?simos tipos de eventos deportivos, como Mundiales o Juegos Ol?mpicos, se ha intentado utilizar el deporte y a los deportistas para ocultar la situaci?n de derechos humanos en un pa?s en concreto”, recuerda De las Heras. Pero la respuesta social, deportiva y pol?tica ha cambiado. “Antes no hablaba pr?cticamente ning?n deportista. Era muy extra?o encontrar a alguno que se pronunciara a favor de los derechos humanos. Los futbolistas comprometidos eran una rara avis. En los ?ltimos a?os, y sobre todo con los eventos que se llevan a cabo en los pa?ses ?rabes, hemos visto que los deportistas han empezado a alzar la voz. El mundo del f?tbol se va abriendo a la realidad”, a?ade el portavoz de Amnist?a. Los pilotos de F?rmula 1 Lewis Hamilton o Sebastian Vettel dejaron claro que los deportistas deben “crear conciencia, porque la igualdad de derechos humanos es un problema grave”. Del mismo modo, Louis Van Gaal o Tite, seleccionadores de Pa?ses Bajos y Brasil, respectivamente, se expresaron en favor de crear un fondo de indemnizaci?n para los trabajadores migrantes afectados por las condiciones laborales de Catar. Una propuesta con la que la FIFA, de nuevo, se ha puesto de perfil. “Las peticiones de igualdad, dignidad y diversidad no se pueden tratar como si fueran una especie de guerra cultural, sino que es una cuesti?n de derechos humanos universales y que incluso la propia FIFA, en sus estatutos, afirma defender y respetar”, concluye De las Heras.**
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sport-dossier-by-panenka/son-hechos-palabra-79130895)
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El Mundial de Argentina de 1978 se disput? en plena dictadura de Jorge Rafael Videla y bajo una sangrante aniquilaci?n de la oposici?n pol?tica a pocos metros de la celebraci?n de los partidos. También el Mundial de Espa?a, en 1982, fue designado en plena dictadura franquista –en 1964–, pese a disputarse 18 a?os m?s tarde. La Copa del Mundo también se instal? en Rusia pocos a?os después de la invasi?n y anexi?n de la rep?blica de Crimea, perteneciente a Ucrania. Pero el Mundial de Catar est? en ojo del hurac?n desde su elecci?n, en diciembre de 2010. La globalizaci?n y el libre acceso a la informaci?n han expuesto las carencias de un Estado que, seg?n un informe de la misma FIFA, compr? los votos que la convirtieron en sede mundialista. Desde ese momento, las miradas sobre el emirato han sido permanentes.
Catar nunca se ha defendido de las acusaciones de corrupci?n. Como tampoco lo ha hecho de las cr?ticas por vulnerar algunos de los derechos fundamentales de las personas, ni siquiera las que han se?alado durante a?os las condiciones de vida de unos trabajadores migrantes que han levantado el pa?s con sus manos. Como ya han denunciado varias ONG, en Catar han muerto miles de trabajadores en la construcci?n de los estadios y las infraestructuras del Mundial, ya sea por accidentes consecuencia de la poca seguridad implantada como por golpes de calor al estar sometidos a temperaturas de m?s de 40 grados. Seg?n el emirato, los fallecidos han sido apenas una treintena.
Pero el elemento que ha estado en boca de todos durante los primeros d?as del Mundial ha sido una peque?a pieza de ropa. Un complemento que ha pasado a ser protagonista por la poca cintura de una FIFA que ha vuelto a ponerse de perfil ante una reivindicaci?n social no compartida por el organizador del torneo. El brazalete #OneLove que acordaron lucir diez selecciones para legitimar al colectivo LGTBIQ+ qued? prohibido un d?a después del arranque del torneo. Habiéndose jugado ya el Catar-Ecuador y a pocas horas del debut de Inglaterra y los Pa?ses Bajos –dos de las selecciones que iban a llevar el brazal–, la FIFA amenaz? con sanciones a los capitanes que lucieran el emblema escogido para defender los derechos LGTBIQ+ vulnerados en Catar. “Es un da?o en la mente”, lleg? a decir el embajador del torneo, Khalid Salman, d?as antes del inicio de la competici?n y después de que las autoridades reiteraran que la homosexualidad est? penada en el pa?s. “Amenazar con sanciones a los jugadores que puedan llevar alg?n tipo de mensaje de apoyo a los derechos del colectivo LGTBIQ+ es un ejemplo de que la propia FIFA no est? respetando sus valores y sus obligaciones”, expresa a Sport Dossier Carlos de las Heras, responsable de la secci?n de Deporte y Derechos Humanos de la organizaci?n Amnist?a Internacional. A horas de la celebraci?n del Mundial, el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, tild? de hip?critas a los cr?ticos con la elecci?n de la sede mundialista y dijo sentirse “catar?, ?rabe, africano, gay, discapacitado y trabajador migrante”. Pese a eso, la misma FIFA prohibi? el brazalete que ten?a como objetivo apoyar al colectivo LGTBIQ+ ante la represi?n que vive en Catar. “Ese tipo de acciones son peligrosas porque pueden alentar otro tipo de mensajes m?s represivos con este colectivo”, manifiesta De las Heras.
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La FIFA amenaz? con sancionar a los futbolistas que lucieran la prenda reivindicativa*
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*Una oportunidad perdida
Durante a?os, la FIFA ha tenido sobre la mesa la opci?n de cambiar las normas. Ha tenido en sus manos la oportunidad de mejorar las condiciones de este colectivo, de propugnar la libertad sexual y de luchar contra la opresi?n de la mujer. Pero en Catar nada ha cambiado desde que el organismo internacional del f?tbol le adjudicara el Mundial. “Cuando alguien procura hacer algo desde la neutralidad lo que hace es posicionarse en favor del status quo, de la ideolog?a o fuerza imperante”, afirma a Sport Dossier el vicerrector de la Universitat de Vic-Universitat Central de Catalunya y doctor en sociolog?a del deporte Albert Juncà. “El deporte es un espejo, un reflejo y un referente para mucha gente de esta sociedad de manera directa e indirecta. Lo que pasa en el f?tbol tiene trascendencia, impacto y v?nculo con lo que la gente piensa o hace. La FIFA ha perdido una gran oportunidad para defender los derechos del colectivo LGTBIQ+, pero al mismo tiempo ha perdido la oportunidad de defender muchas otras cosas”, se?ala el académico.
Tras la prohibici?n de lucir el brazalete #OneLove –m?s bien tras la amenaza de recibir una amarilla durante el partido–, tres im?genes del Alemania-Jap?n dieron la vuelta al mundo. Y ninguna de ellas tuvo que ver con el sorprendente resultado del encuentro. La primera prendi? todav?a m?s la indignaci?n de los defensores de la libertad de expresi?n y dej? a la FIFA al borde del rid?culo: el ?rbitro asistente revisando el brazalete de capit?n de Manuel Neuer, el portero de la selecci?n alemana. La segunda fue igual de impactante: los once jugadores de la selecci?n teutona tap?ndose la boca en la foto de grupo, al considerar que la FIFA silenci? su reivindicaci?n social. Y la tercera ocurri? en el palco del estadio Khalifa Internacional, con la ministra de Interior alemana, Nancy Faeser, luciendo el brazalete prohibido justo al lado del presidente Infantino. “Esto ha sucedido siempre. En much?simos tipos de eventos deportivos, como Mundiales o Juegos Ol?mpicos, se ha intentado utilizar el deporte y a los deportistas para ocultar la situaci?n de derechos humanos en un pa?s en concreto”, recuerda De las Heras. Pero la respuesta social, deportiva y pol?tica ha cambiado. “Antes no hablaba pr?cticamente ning?n deportista. Era muy extra?o encontrar a alguno que se pronunciara a favor de los derechos humanos. Los futbolistas comprometidos eran una rara avis. En los ?ltimos a?os, y sobre todo con los eventos que se llevan a cabo en los pa?ses ?rabes, hemos visto que los deportistas han empezado a alzar la voz. El mundo del f?tbol se va abriendo a la realidad”, a?ade el portavoz de Amnist?a. Los pilotos de F?rmula 1 Lewis Hamilton o Sebastian Vettel dejaron claro que los deportistas deben “crear conciencia, porque la igualdad de derechos humanos es un problema grave”. Del mismo modo, Louis Van Gaal o Tite, seleccionadores de Pa?ses Bajos y Brasil, respectivamente, se expresaron en favor de crear un fondo de indemnizaci?n para los trabajadores migrantes afectados por las condiciones laborales de Catar. Una propuesta con la que la FIFA, de nuevo, se ha puesto de perfil. “Las peticiones de igualdad, dignidad y diversidad no se pueden tratar como si fueran una especie de guerra cultural, sino que es una cuesti?n de derechos humanos universales y que incluso la propia FIFA, en sus estatutos, afirma defender y respetar”, concluye De las Heras.**
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