الريــم
11-25-2022, 10:18 PM
Las urgencias y unidades psiqui?tricas de los hospitales han experimentado un aluvi?n de pacientes debido al empeoramiento de la salud mental que ha provocado la pandemia. Los j?venes son uno de los colectivos m?s afectados. El hospital de d?a de ni?os y adolescentes del Hospital Cl?nic de Barcelona atiende fundamentalmente a menores, de entre 8 y 17 a?os, con trastornos mentales graves (psicosis, depresi?n), trastornos de la conducta alimentaria (TCA) y trastornos del espectro autista.
El aumento descomunal de TCA se produjo sobre todo durante la pandemia; ahora el crecimiento se ha estabilizado. Pero hay una cosa que preocupa especialmente a los especialistas: la falta de continuidad de los cuidados de la salud mental de estos menores una vez les dan el alta. Los hospitales paran el primer golpe, pues contienen los casos m?s agudos. Pero, ?qué ocurre una vez salen a la calle?
"Lo que m?s me preocupa es la disponibilidad y la capacidad de sostén del sistema de apoyo inmediato de los menores. Los ni?os y ni?as que est?n aqu? tienen un tratamiento muy intensivo que les da la estructura que necesitan. Cuando reciben el alta, la red comunitaria -familia, condiciones de vida, escuela y servicios sociales-, que deben ayudar a mantenerlos en su entorno, a menudo no tiene los recursos ni la organizaci?n para hacerlo. Muchas familias sencillamente no pueden, y el sistema de protecci?n social no siempre va al ritmo que necesitamos", apunta Astrid Morer, del Servicio de Psiquiatr?a y Psicolog?a Infantil y Juvenil del Cl?nic, y que trabaja en el hospital de d?a del centro.
Seg?n Morer, esta unidad trata las "crisis agudas" e intenta que el menor se "reincorpore" a su vida comunitaria. "Pero, a pesar de los esfuerzos que se est?n haciendo, a menudo nos falta atenci?n a la diversidad. Echamos de menos una red social que facilite la transici?n para la readaptaci?n en la sociedad", explica esta psiquiatra.
El hospital de d?a del Cl?nic aument? de 20 a 30 las plazas para usuarias (mayoritariamente son ni?as) con TCA una vez estall? el covid-19. Ahora mismo est?n cubiertas unas 25. La Conselleria de Salut "ha invertido" en programas de salud mental comunitarios (por ejemplo, contrat? a m?s psic?logos para los CAP) que empiezan a funcionar "ahora". La tensi?n sigue existiendo, pero est? "m?s repartida" entre los dispositivos asistenciales, dice Morer. Sin embargo, siguen faltando "m?s red comunitaria" y "m?s profesionales formados en salud mental de la infancia y la adolescencia". Las urgencias del hospital son un "buen observatorio" donde ver los puntos débiles del sistema.
Faltan psic?logos
Suscribe esta idea Sara Bujalance, directora de la Associaci? contra l'Anorèxia i la Bul?mia. "Hay ni?as con un TCA grave que tienen la suerte de ir a parar a una unidad como la del Cl?nic, donde hay un equipo especializado. Pero al salir de estas unidades, se van a la atenci?n comunitaria, a los centros de salud mental infantojuvenil, los CSMIJ [que atiende a casos menos graves o leves y que hacen de enlace entre el hospital y el CAP] y all? hay mucha falta de recursos y de acompa?amiento. Esto que le preocupa a la doctora Morer es también una preocupaci?n de las escuelas", apunta Bujalance.
La continuidad de los cuidados es un "problema" y "reto" a conseguir. Al salir de los hospitales, muchos de estos ni?os con un problema de salud mental quedan "semiabandonados", en palabras de Bujalance. "Falta que la comunidad se coordine con la unidad altamente especializada y que tenga recursos y profesionales", insiste. "El problema es que faltan psic?logos. En el CSMIJ normalmente hacen seguimiento una vez al mes y as? dif?cilmente se le puede dar la mano al paciente", valora.
El riesgo del reingreso
Tampoco es una carencia de las escuelas ("ya bastante carga de trabajo tienen los profesores"), sino que se trata de "desinstitucionalizar" la salud mental. "Todo el trabajo que se pueda hacer fuera del entorno hospitalario, mejor", dice Bujalance. Adem?s, uno de los riesgos al salir de la atenci?n especializada y no encontrar apoyo fuera es acabar reingresando de nuevo en un hospital. "En el d?a a d?a vemos pacientes a las que les dan el alta y quedan abandonadas. Aunque es verdad que el reingreso no tiene una ?nica causa concreta, sino que su origen es multifactorial".
Sin embargo, Rosa Calvo, coordinadora del CSMIJ Eixample, que depende del Cl?nic, hace hincapié en que muchos de estos problemas no son solo "cl?nicos", sino también "sociales y escolares". En la escuela, por ejemplo, se ven problemas de "car?cter social". En los centros residenciales de acci?n educativa (los CRAE, que son centros de menores de la Generalitat para ni?os tutelados), hay un "recambio continuo de educadores", con lo que los menores "no tienen un referente". Calvo reclama "m?s recursos sociales", como maestros de apoyo para poder desdoblar aulas y ayudas para poder realizar actividades de ocio.
Casos "perdidos" y "desatendidos"
"Siempre que hay un salto entre los servicios (de los tratamientos intensivos en el hospital a los CSMIJ), la continuidad se pone en juego", valora por su parte Berna Villarreal, coordinadora del Institut de Docència, Recerca i Innovaci? de la Fundaci? Pere Claver. El salto, asegura, es mayor cuando el joven cumple 18 o m?s a?os y tiene que acceder a un centro de salud mental para adultos (CSMA). "La falta de continuidad cuando se da este cambio es uno de los obst?culos de la red", dice. Algunos de estos casos quedan "perdidos" o "desatendidos".
Cuando un adolescente sale de un ingreso hospitalario por un trastorno de salud mental debe ser atendido de forma prioritaria en el CSMIJ, en un m?ximo de 15 d?as. Pero este no es el problema, precisa Villarreal, ya que es un plazo que suele cumplirse. La dificultad radica en la "frecuencia" de las visitas posteriores, derivada de la "infradotaci?n de los recursos" de la atenci?n primaria.
Sin v?nculo terapéutico
Otro aspecto que dificulta la continuidad de cuidados en salud mental son los cambios de profesionales que atienden al menor. "Si un adolescente que ha conseguido sentirse entendido por un profesional pasa a ser atendido por alguien por quien no siente lo mismo, dejar? de ir. Esto no tiene que ver con las listas de espera, sino que es una cuesti?n cualitativa y de lograr un v?nculo terapéutico".
"Hace a?os pod?as atender a los casos de trastorno mental grave con mucha m?s frecuencia que ahora. A partir del 2007 o 2008, coincidiendo, entre otras razones, con la crisis econ?mica, hubo ya un aumento considerable de las demandas a los CSMIJ", dice Roser Casalprim, excoordinadora del CSMIJ de la Fundaci? Nou Barris per a la Salut Mental.
Este CSMIJ tiene como hospital de referencia para los ingresos hospitalarios de ni?os y adolescentes a Sant Joan de Déu (Esplugues de Llobregat). Una o dos décadas atr?s, un profesional del CSMIJ pod?a atender un caso dos o tres veces por semana si era necesario, pero ahora eso ya no es posible debido al aumento de la demanda y también a la falta de psic?logos cl?nicos y psiquiatras. Actualmente se priorizan los casos m?s graves.
Ocho psic?logos por 100.000 habitantes
?Y qué pasa con los casos que se pueden considerar m?s leves? "Hay una lista de espera a la entrada, con las consecuencias que ello comporta respecto a determinados periodos de la infancia, y ha disminuido la frecuencia de las visitas", apunta Casalprim. Muchos CSMIJ visitan una vez al mes o cada cinco semanas.
"No hay psic?logos cl?nicos ni psiquiatras. En Europa, existen aproximadamente 18 psic?logos por cada 100.000 habitantes. En Catalunya, ocho", explica. Adem?s, también se?ala las dificultades que muchas veces tienen los CSMIJ para ingresar a pacientes en los hospitales de referencia debido a la "alta demanda", el alto ?ndice de urgencias que reciben y las pocas camas de las que disponen.
"Eso ya hace tiempo que ocurre y con la pandemia empeor? debido al aumento de intentos autol?ticos o intentos de suicidio, los TCA, los aislamientos, las crisis de angustia, etcétera. Todo ello genera mucho malestar e insatisfacci?n entre los profesionales y las familias", apunta Casalprim, que asegura que "la saturaci?n es de las dos partes".
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sociedad/trincheras-salud-mental-adolescente-hospital-79120085)
El aumento descomunal de TCA se produjo sobre todo durante la pandemia; ahora el crecimiento se ha estabilizado. Pero hay una cosa que preocupa especialmente a los especialistas: la falta de continuidad de los cuidados de la salud mental de estos menores una vez les dan el alta. Los hospitales paran el primer golpe, pues contienen los casos m?s agudos. Pero, ?qué ocurre una vez salen a la calle?
"Lo que m?s me preocupa es la disponibilidad y la capacidad de sostén del sistema de apoyo inmediato de los menores. Los ni?os y ni?as que est?n aqu? tienen un tratamiento muy intensivo que les da la estructura que necesitan. Cuando reciben el alta, la red comunitaria -familia, condiciones de vida, escuela y servicios sociales-, que deben ayudar a mantenerlos en su entorno, a menudo no tiene los recursos ni la organizaci?n para hacerlo. Muchas familias sencillamente no pueden, y el sistema de protecci?n social no siempre va al ritmo que necesitamos", apunta Astrid Morer, del Servicio de Psiquiatr?a y Psicolog?a Infantil y Juvenil del Cl?nic, y que trabaja en el hospital de d?a del centro.
Seg?n Morer, esta unidad trata las "crisis agudas" e intenta que el menor se "reincorpore" a su vida comunitaria. "Pero, a pesar de los esfuerzos que se est?n haciendo, a menudo nos falta atenci?n a la diversidad. Echamos de menos una red social que facilite la transici?n para la readaptaci?n en la sociedad", explica esta psiquiatra.
El hospital de d?a del Cl?nic aument? de 20 a 30 las plazas para usuarias (mayoritariamente son ni?as) con TCA una vez estall? el covid-19. Ahora mismo est?n cubiertas unas 25. La Conselleria de Salut "ha invertido" en programas de salud mental comunitarios (por ejemplo, contrat? a m?s psic?logos para los CAP) que empiezan a funcionar "ahora". La tensi?n sigue existiendo, pero est? "m?s repartida" entre los dispositivos asistenciales, dice Morer. Sin embargo, siguen faltando "m?s red comunitaria" y "m?s profesionales formados en salud mental de la infancia y la adolescencia". Las urgencias del hospital son un "buen observatorio" donde ver los puntos débiles del sistema.
Faltan psic?logos
Suscribe esta idea Sara Bujalance, directora de la Associaci? contra l'Anorèxia i la Bul?mia. "Hay ni?as con un TCA grave que tienen la suerte de ir a parar a una unidad como la del Cl?nic, donde hay un equipo especializado. Pero al salir de estas unidades, se van a la atenci?n comunitaria, a los centros de salud mental infantojuvenil, los CSMIJ [que atiende a casos menos graves o leves y que hacen de enlace entre el hospital y el CAP] y all? hay mucha falta de recursos y de acompa?amiento. Esto que le preocupa a la doctora Morer es también una preocupaci?n de las escuelas", apunta Bujalance.
La continuidad de los cuidados es un "problema" y "reto" a conseguir. Al salir de los hospitales, muchos de estos ni?os con un problema de salud mental quedan "semiabandonados", en palabras de Bujalance. "Falta que la comunidad se coordine con la unidad altamente especializada y que tenga recursos y profesionales", insiste. "El problema es que faltan psic?logos. En el CSMIJ normalmente hacen seguimiento una vez al mes y as? dif?cilmente se le puede dar la mano al paciente", valora.
El riesgo del reingreso
Tampoco es una carencia de las escuelas ("ya bastante carga de trabajo tienen los profesores"), sino que se trata de "desinstitucionalizar" la salud mental. "Todo el trabajo que se pueda hacer fuera del entorno hospitalario, mejor", dice Bujalance. Adem?s, uno de los riesgos al salir de la atenci?n especializada y no encontrar apoyo fuera es acabar reingresando de nuevo en un hospital. "En el d?a a d?a vemos pacientes a las que les dan el alta y quedan abandonadas. Aunque es verdad que el reingreso no tiene una ?nica causa concreta, sino que su origen es multifactorial".
Sin embargo, Rosa Calvo, coordinadora del CSMIJ Eixample, que depende del Cl?nic, hace hincapié en que muchos de estos problemas no son solo "cl?nicos", sino también "sociales y escolares". En la escuela, por ejemplo, se ven problemas de "car?cter social". En los centros residenciales de acci?n educativa (los CRAE, que son centros de menores de la Generalitat para ni?os tutelados), hay un "recambio continuo de educadores", con lo que los menores "no tienen un referente". Calvo reclama "m?s recursos sociales", como maestros de apoyo para poder desdoblar aulas y ayudas para poder realizar actividades de ocio.
Casos "perdidos" y "desatendidos"
"Siempre que hay un salto entre los servicios (de los tratamientos intensivos en el hospital a los CSMIJ), la continuidad se pone en juego", valora por su parte Berna Villarreal, coordinadora del Institut de Docència, Recerca i Innovaci? de la Fundaci? Pere Claver. El salto, asegura, es mayor cuando el joven cumple 18 o m?s a?os y tiene que acceder a un centro de salud mental para adultos (CSMA). "La falta de continuidad cuando se da este cambio es uno de los obst?culos de la red", dice. Algunos de estos casos quedan "perdidos" o "desatendidos".
Cuando un adolescente sale de un ingreso hospitalario por un trastorno de salud mental debe ser atendido de forma prioritaria en el CSMIJ, en un m?ximo de 15 d?as. Pero este no es el problema, precisa Villarreal, ya que es un plazo que suele cumplirse. La dificultad radica en la "frecuencia" de las visitas posteriores, derivada de la "infradotaci?n de los recursos" de la atenci?n primaria.
Sin v?nculo terapéutico
Otro aspecto que dificulta la continuidad de cuidados en salud mental son los cambios de profesionales que atienden al menor. "Si un adolescente que ha conseguido sentirse entendido por un profesional pasa a ser atendido por alguien por quien no siente lo mismo, dejar? de ir. Esto no tiene que ver con las listas de espera, sino que es una cuesti?n cualitativa y de lograr un v?nculo terapéutico".
"Hace a?os pod?as atender a los casos de trastorno mental grave con mucha m?s frecuencia que ahora. A partir del 2007 o 2008, coincidiendo, entre otras razones, con la crisis econ?mica, hubo ya un aumento considerable de las demandas a los CSMIJ", dice Roser Casalprim, excoordinadora del CSMIJ de la Fundaci? Nou Barris per a la Salut Mental.
Este CSMIJ tiene como hospital de referencia para los ingresos hospitalarios de ni?os y adolescentes a Sant Joan de Déu (Esplugues de Llobregat). Una o dos décadas atr?s, un profesional del CSMIJ pod?a atender un caso dos o tres veces por semana si era necesario, pero ahora eso ya no es posible debido al aumento de la demanda y también a la falta de psic?logos cl?nicos y psiquiatras. Actualmente se priorizan los casos m?s graves.
Ocho psic?logos por 100.000 habitantes
?Y qué pasa con los casos que se pueden considerar m?s leves? "Hay una lista de espera a la entrada, con las consecuencias que ello comporta respecto a determinados periodos de la infancia, y ha disminuido la frecuencia de las visitas", apunta Casalprim. Muchos CSMIJ visitan una vez al mes o cada cinco semanas.
"No hay psic?logos cl?nicos ni psiquiatras. En Europa, existen aproximadamente 18 psic?logos por cada 100.000 habitantes. En Catalunya, ocho", explica. Adem?s, también se?ala las dificultades que muchas veces tienen los CSMIJ para ingresar a pacientes en los hospitales de referencia debido a la "alta demanda", el alto ?ndice de urgencias que reciben y las pocas camas de las que disponen.
"Eso ya hace tiempo que ocurre y con la pandemia empeor? debido al aumento de intentos autol?ticos o intentos de suicidio, los TCA, los aislamientos, las crisis de angustia, etcétera. Todo ello genera mucho malestar e insatisfacci?n entre los profesionales y las familias", apunta Casalprim, que asegura que "la saturaci?n es de las dos partes".
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