الريــم
11-16-2022, 05:51 AM
Puede estar aparentemente debilitado tras las elecciones de medio mandato en las que han sido derrotados algunos de los candidatos m?s extremistas que hab?a apoyado. Muchos, incluyendo dentro de su formaci?n y en medios de comunicaci?n que durante a?os han sido su respaldo y altavoz, le han tildado como “el gran perdedor” e incluso lo han definido como “un lastre”. Donald Trump, no obstante, sigue siendo a d?a de hoy el l?der indiscutible del Partido Republicano de Estados Unidos, el “rey” seg?n la descripci?n del antiguo congresista Joe Walsh. Y se dispone a lanzar su tercer asalto a la Casa Blanca, tras el triunfal de 2016 y la derrota en 2020 frente a Joe Biden que sigue sin reconocer.
En esa candidatura en busca de la nominaci?n presidencial republicana, que Trump se dispon?a a lanzar este martes por la noche desde un sal?n de su club privado de Mar-a-Lago, en Florida, hay elementos que juegan a favor y en contra del antiguo mandatario.
Las bases
Es imposible determinar exactamente qué n?mero de republicanos son incondicionales de Trump pero estimaciones de estrategas y analistas del propio partido calculan que incluye a entre el 30 y el 40% de sus votantes. Esas bases inamovibles en su lealtad defienden los logros que tuvo Trump en el Despacho Oval, especialmente la consolidaci?n de la mayor?a conservadora en el Tribunal Supremo.
Muchos (66% seg?n encuestas a pie de urna de AP tras las ‘midterms’) siguen abrazando y apoyando el movimiento MAGA, las siglas en inglés de Hacer América Grande de Nuevo, que se ha mantenido vigoroso alrededor de la idea de no aceptar los resultados de 2020. E incluso gente que expresa dudas sobre la conveniencia de que Trump vuelva a presentarse también avanza que, si lo hace, le votar?n.
En una encuesta reciente de NBC el 30% de republicanos dec?an que le apoyan m?s que al partido, un porcentaje que ha ca?do respecto al 50% que ten?a en los dos ?ltimos a?os de su presidencia pero que sigue siendo considerable. Y esa es una de las principales armas para Trump, que bien podr?a volver a las bases contra el Partido Republicano si este se vuelve contra él, algo que la formaci?n no puede permitirse si pretende ganar unas presidenciales.
Las 'midterms'
Desde que las urnas cerraron el pasado martes y se empez? a comprobar que los resultados de las ‘midterms’ hab?an sido mucho mejor para los dem?cratas y para el presidente Biden de lo que se hab?a anticipado empezaron a escucharse voces dentro del Partido Republicano y en influyentes medios conservadores como FoxNews, ‘The New York Post’ y ‘The Wall Street Journal’ que se atrev?an a se?alar a Trump como responsable, parcial o total.
Se le ha responsabilizado especialmente por apoyar candidatos extremistas y negacionistas electorales que una mayor?a de estadounidenses ha rechazado con sus votos, con independientes y moderados lanzando también un mensaje contundente de hartazgo con t?cticas y estrategias que asoman al abismo la integridad del sistema electoral y democr?tico. Trump, eso s?, no acepta responsabilidad alguna y culpa desde a los propios candidatos hasta a la distribuci?n de fondos organizada por figuras como el l?der republicano del Senado Mitch McConnell.
Un partido cobarde
Hay quien ve o quiere ver en las cr?ticas de los ?ltimos d?as, muy p?blicas, un giro, pero los precedentes llaman a la cautela. Trump también fue cuestionado cuando antes de las elecciones de 2016 sali? a la luz la grabaci?n de sus comentarios sexistas hablando de “coger a las mujeres por el co?o”, pero nada cambi?. Y las cr?ticas tras el asalto al Capitolio tardaron solo unas horas en perderse bajo el voto de 139 representantes y ocho senadores republicanos a favor de revertir los resultados leg?timos de las presidenciales. Hubo dimisiones en su administraci?n y denuncias pero el ‘segundo impeachment’ también fracas? por la falta de suficientes votos republicanos y la gran mayor?a de congresistas cr?ticos, como Liz Cheney, han sido expurgados.
Trump sigue teniendo fuertes aliados en el partido tanto a nivel local y estatal como en el aparato, incluyendo en el Comité Nacional Republicano. Y mantiene también la influencia en Capitol Hill, como muestra el creciente peso de los congresistas radicales del Freedom Caucus y otros conspiranoicos en la C?mara Baja.
Ya antes de lanzar su “gran anuncio” el expresidente hab?a conseguido el respaldo a la candidatura de congresistas como Elise Stefanik. Otros, como John Cornyn, han sido menos directos pero el senador de Texas ha dicho que aunque no espera que Trump salga nominado, si lo logra le dar? su apoyo.
Las investigaciones
Trump ha llegado a este tercer asalto en el punto de mira de varias investigaciones y procesos judiciales. Enfrenta un caso civil en Nueva York por sus pr?cticas empresariales; en el estado de Georgia se investigan sus intentos de interferencia en las presidenciales del 2020, un Comité especial del Congreso estudia su papel en el asalto al Capitolio y lo ha citado y el Departamento de Justicia investiga tanto lo que rode? a esa insurrecci?n como el manejo irregular de documentos oficiales y clasificados que Trump hizo al dejar la Casa Blanca.
Ese cerco legal podr?a parecer un lastre pero Trump est? convencido de que la candidatura puede ayudarle, precisamente, a evitar que se estreche. Para la Administraci?n Biden ser?a pol?ticamente muy complicada la imagen de imputar a un candidato de la oposici?n. Trump podr?a, adem?s, aprovechar cualquier paso de Justicia para profundizar en sus denuncias de que se trata de una persecuci?n pol?tica. Su desventaja con la candidatura es que como aspirante tendr? restricciones en el uso de fondos recaudados. Y aunque sigue siendo una m?quina en ese terreno, sumando 130 millones de d?lares desde que dej? la Casa Blanca, tendr? mucho m?s dif?cil seguir usando parte de ese dinero para sufragar costes legales. Tampoco podr? usar lo recaudado hasta ahora a través de comités de acci?n pol?tica para la campa?a presidencial.
El propio Trump
El principal arma de Trump puede ser el propio Trump. Es vol?til e impredecible y, en palabras de Mo Brooks, un senador que fue su firme aliado y ahora se le ha vuelto en contra, “deshonesto, desleal, incompetente mal educado y otras muchas cosas que alienan a muchos independientes y republicanos”. Pero es también carism?tico. Sigue comandando una atenci?n medi?tica sin parang?n. Y aunque después de las ‘midterms’ se ha reforzado la figura y el estatus del que podr?a ser su potencial y principal rival, el reelegido gobernador de Florida Ron DeSantis, muchos advierten en contra de la narrativa que coloca a DeSantis como el futuro seguro.
Tara Setmeyer, una asesora del grupo anti Trump Lincoln Project, recordaba estos d?as que “DeSantis no se ha probado a nivel nacional” y lo defin?a como “un tigre de papel” que “no tiene talento pol?tico, carisma o la dureza para aguantar lo que le viene del universo Trump”.
El excongresista Walsh advert?a en la misma l?nea. “(Trump) Se lo va a comer vivo. De Santis es raro, tiene cero carisma y la piel muy fina”. “Todos los donantes, mentes pensantes y actores de poder republicanos durante siete a?os han dicho que quer?an librarse de Trump pero nunca lo hacen”, advert?a también Walsh. “Ahora esperan que las miserables ‘midterms’ y la gran noche de DeSantis por fin acaben consiguiéndolo. Son castillos en el aire, es una gilipollez”.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/internacional/pros-contras-donald-trump-tercer-78617333)
En esa candidatura en busca de la nominaci?n presidencial republicana, que Trump se dispon?a a lanzar este martes por la noche desde un sal?n de su club privado de Mar-a-Lago, en Florida, hay elementos que juegan a favor y en contra del antiguo mandatario.
Las bases
Es imposible determinar exactamente qué n?mero de republicanos son incondicionales de Trump pero estimaciones de estrategas y analistas del propio partido calculan que incluye a entre el 30 y el 40% de sus votantes. Esas bases inamovibles en su lealtad defienden los logros que tuvo Trump en el Despacho Oval, especialmente la consolidaci?n de la mayor?a conservadora en el Tribunal Supremo.
Muchos (66% seg?n encuestas a pie de urna de AP tras las ‘midterms’) siguen abrazando y apoyando el movimiento MAGA, las siglas en inglés de Hacer América Grande de Nuevo, que se ha mantenido vigoroso alrededor de la idea de no aceptar los resultados de 2020. E incluso gente que expresa dudas sobre la conveniencia de que Trump vuelva a presentarse también avanza que, si lo hace, le votar?n.
En una encuesta reciente de NBC el 30% de republicanos dec?an que le apoyan m?s que al partido, un porcentaje que ha ca?do respecto al 50% que ten?a en los dos ?ltimos a?os de su presidencia pero que sigue siendo considerable. Y esa es una de las principales armas para Trump, que bien podr?a volver a las bases contra el Partido Republicano si este se vuelve contra él, algo que la formaci?n no puede permitirse si pretende ganar unas presidenciales.
Las 'midterms'
Desde que las urnas cerraron el pasado martes y se empez? a comprobar que los resultados de las ‘midterms’ hab?an sido mucho mejor para los dem?cratas y para el presidente Biden de lo que se hab?a anticipado empezaron a escucharse voces dentro del Partido Republicano y en influyentes medios conservadores como FoxNews, ‘The New York Post’ y ‘The Wall Street Journal’ que se atrev?an a se?alar a Trump como responsable, parcial o total.
Se le ha responsabilizado especialmente por apoyar candidatos extremistas y negacionistas electorales que una mayor?a de estadounidenses ha rechazado con sus votos, con independientes y moderados lanzando también un mensaje contundente de hartazgo con t?cticas y estrategias que asoman al abismo la integridad del sistema electoral y democr?tico. Trump, eso s?, no acepta responsabilidad alguna y culpa desde a los propios candidatos hasta a la distribuci?n de fondos organizada por figuras como el l?der republicano del Senado Mitch McConnell.
Un partido cobarde
Hay quien ve o quiere ver en las cr?ticas de los ?ltimos d?as, muy p?blicas, un giro, pero los precedentes llaman a la cautela. Trump también fue cuestionado cuando antes de las elecciones de 2016 sali? a la luz la grabaci?n de sus comentarios sexistas hablando de “coger a las mujeres por el co?o”, pero nada cambi?. Y las cr?ticas tras el asalto al Capitolio tardaron solo unas horas en perderse bajo el voto de 139 representantes y ocho senadores republicanos a favor de revertir los resultados leg?timos de las presidenciales. Hubo dimisiones en su administraci?n y denuncias pero el ‘segundo impeachment’ también fracas? por la falta de suficientes votos republicanos y la gran mayor?a de congresistas cr?ticos, como Liz Cheney, han sido expurgados.
Trump sigue teniendo fuertes aliados en el partido tanto a nivel local y estatal como en el aparato, incluyendo en el Comité Nacional Republicano. Y mantiene también la influencia en Capitol Hill, como muestra el creciente peso de los congresistas radicales del Freedom Caucus y otros conspiranoicos en la C?mara Baja.
Ya antes de lanzar su “gran anuncio” el expresidente hab?a conseguido el respaldo a la candidatura de congresistas como Elise Stefanik. Otros, como John Cornyn, han sido menos directos pero el senador de Texas ha dicho que aunque no espera que Trump salga nominado, si lo logra le dar? su apoyo.
Las investigaciones
Trump ha llegado a este tercer asalto en el punto de mira de varias investigaciones y procesos judiciales. Enfrenta un caso civil en Nueva York por sus pr?cticas empresariales; en el estado de Georgia se investigan sus intentos de interferencia en las presidenciales del 2020, un Comité especial del Congreso estudia su papel en el asalto al Capitolio y lo ha citado y el Departamento de Justicia investiga tanto lo que rode? a esa insurrecci?n como el manejo irregular de documentos oficiales y clasificados que Trump hizo al dejar la Casa Blanca.
Ese cerco legal podr?a parecer un lastre pero Trump est? convencido de que la candidatura puede ayudarle, precisamente, a evitar que se estreche. Para la Administraci?n Biden ser?a pol?ticamente muy complicada la imagen de imputar a un candidato de la oposici?n. Trump podr?a, adem?s, aprovechar cualquier paso de Justicia para profundizar en sus denuncias de que se trata de una persecuci?n pol?tica. Su desventaja con la candidatura es que como aspirante tendr? restricciones en el uso de fondos recaudados. Y aunque sigue siendo una m?quina en ese terreno, sumando 130 millones de d?lares desde que dej? la Casa Blanca, tendr? mucho m?s dif?cil seguir usando parte de ese dinero para sufragar costes legales. Tampoco podr? usar lo recaudado hasta ahora a través de comités de acci?n pol?tica para la campa?a presidencial.
El propio Trump
El principal arma de Trump puede ser el propio Trump. Es vol?til e impredecible y, en palabras de Mo Brooks, un senador que fue su firme aliado y ahora se le ha vuelto en contra, “deshonesto, desleal, incompetente mal educado y otras muchas cosas que alienan a muchos independientes y republicanos”. Pero es también carism?tico. Sigue comandando una atenci?n medi?tica sin parang?n. Y aunque después de las ‘midterms’ se ha reforzado la figura y el estatus del que podr?a ser su potencial y principal rival, el reelegido gobernador de Florida Ron DeSantis, muchos advierten en contra de la narrativa que coloca a DeSantis como el futuro seguro.
Tara Setmeyer, una asesora del grupo anti Trump Lincoln Project, recordaba estos d?as que “DeSantis no se ha probado a nivel nacional” y lo defin?a como “un tigre de papel” que “no tiene talento pol?tico, carisma o la dureza para aguantar lo que le viene del universo Trump”.
El excongresista Walsh advert?a en la misma l?nea. “(Trump) Se lo va a comer vivo. De Santis es raro, tiene cero carisma y la piel muy fina”. “Todos los donantes, mentes pensantes y actores de poder republicanos durante siete a?os han dicho que quer?an librarse de Trump pero nunca lo hacen”, advert?a también Walsh. “Ahora esperan que las miserables ‘midterms’ y la gran noche de DeSantis por fin acaben consiguiéndolo. Son castillos en el aire, es una gilipollez”.
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