الريــم
11-12-2022, 10:30 AM
Al final de Golder’s Green, en un barrio de Londres sin turistas ni recorridos guiados, hay un modesto restaurante de una cultura amenazada. Etles Ughur sirve platos t?picos de la cocina del noroeste de China, el territorio de los uigur, la etnia perseguida por las autoridades de Pek?n. Su historia y la situaci?n geogr?fica les acerca m?s a los turcos y al Asia Central que al resto de China. La carta de este local sin pretensiones, pero tan especial al mismo tiempo, refleja todas esas influencias geogr?ficas y culturales. Aqu? no hay rollitos primavera, pato laqueado o costillas de cerdo en salsa agridulce. El cerdo est? por supuesto descartado, dado que los uigures son musulmanes.
Un s?bado a mediod?a en el local almuerzan un par de familias numerosas con ni?os y adultos de rasgos orientales, aunque a otras horas la clientela es muy variada y con bastante gente joven atra?da por los bajos precios. A las mesas van llegando bandejas de dumplings, brochetas, samosas y enormes noodles aplastados, que, luego sabremos, est?n hechos all? mismo a mano. Son la base de varios platos de salteados con cebolletas, pimientos, semillas de sésamo y pedazos de buey o de pollo, las dos carnes disponibles juntos al cordero, todas ellas halal. La cerveza o el vino hay que llevarlo. No sirven alcohol, pero descorchan gratis la botella sin reparo alguno.
Influencia kazaja
Etles, el nombre del restaurante, es el de la seda que se utiliza para confeccionar los trajes de las mujeres. El ritmo de las canciones que suenan en el local con una letra indescifrable tienen una cadencia que recuerda a la m?sica de Turqu?a y de pueblos de Asia Central. La influencia es similar en los trajes, textiles y gorros que adornan las paredes. Los due?os son una pareja de cocineros uigures, marido y mujer, originarios de Yili, una prefectura al borde Kazajst?n. La influencia de ese paisaje estepario se refleja en la sopa de lentejas, los panes, o los fideos de trigo, el cereal de la regi?n, que sustituye la tradicional presencia del arroz en la comida china. En la mesa hay cubiertos en lugar de los habituales palillos. Los postres, la baklava y la tarta de miel, son muy turcos también.
La comunidad de uigures en Londres debe ser relativamente peque?a, pero la capital ha sido durante siglos el destino de oleada sucesivas de inmigrantes chinos en busca de una vida mejor. Ese flujo se ha incrementado ?ltimamente con los visados concedidos a los j?venes nacidos en Hong Kong después del traspaso de poderes de la antigua colonia brit?nica, sometida ahora a una férrea represi?n. Unos tres millones de personas re?nen en teor?a los requisitos para entrar en el Reino Unido, aunque de momento los permisos concedidos s?lo superan los 100.000.
'Bok choy' por br?coli
Uno de los primeros lugares donde buscar trabajo y encontrar a otros miembros de la comunidad ha sido en Chinatown. En este micromundo al lado de Soho se instalaron los inmigrantes que perdieron sus casas en Limehouse, al este de Londres, durante los bombardeos la segunda guerra mundial. Buscaban locales comerciales baratos y en los a?os 70 hab?a una treintena de restaurantes que ofrec?an comida barata, sin grandes aspiraciones culinarias. Los cocineros se apa?aban con los ingredientes que pod?an encontrar en los mercados brit?nicos, muy diferentes a los que acostumbraban a manejar. Las importaciones de vituallas desde China, ahora algo habitual, eran entonces escasas y el 'bok choy' se reemplazaba con br?coli, aunque no quedara muy auténtico.
Alg?n veterano ha contado que los establecimientos guardaban los restos de comida y se los daban a los criadores de cerdos para alimentar a los animales. Estos a cambio les reglaban uno de los puercos en Navidad en se?al de agradecimiento. Deshacerse de los desperdicios cuesta ahora varios cientos de libras al mes a cada negocio.
Adem?s de decenas de restaurantes, en Chinatown hoy hay supermercados, pasteler?as, cafés, locales de masajes, peluquer?as y casas de apuestas. Los turistas son por supuesto parte importante de la clientela, como los espectadores de los teatros de la zona, pero también es habitual la colonia cada vez m?s nutrida de estudiantes y residentes chinos.
La subida de los alquileres oblig? a cerrar a una generaci?n de veteranos restauradores, que han sido sustituidos por inversores de China. Ese cambio ha propiciado la aparici?n de cocinas regionales como la de Sichuan, Shangh?i o Pek?n. La de los uigures no est? representada en Chinatown, pero basta con ir al norte de Londres para descubrir un poquito de la cultura que algunos quieren borrar del mapa.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/internacional/cronica-londres-restaurante-querrian-borrar-78464019)
Un s?bado a mediod?a en el local almuerzan un par de familias numerosas con ni?os y adultos de rasgos orientales, aunque a otras horas la clientela es muy variada y con bastante gente joven atra?da por los bajos precios. A las mesas van llegando bandejas de dumplings, brochetas, samosas y enormes noodles aplastados, que, luego sabremos, est?n hechos all? mismo a mano. Son la base de varios platos de salteados con cebolletas, pimientos, semillas de sésamo y pedazos de buey o de pollo, las dos carnes disponibles juntos al cordero, todas ellas halal. La cerveza o el vino hay que llevarlo. No sirven alcohol, pero descorchan gratis la botella sin reparo alguno.
Influencia kazaja
Etles, el nombre del restaurante, es el de la seda que se utiliza para confeccionar los trajes de las mujeres. El ritmo de las canciones que suenan en el local con una letra indescifrable tienen una cadencia que recuerda a la m?sica de Turqu?a y de pueblos de Asia Central. La influencia es similar en los trajes, textiles y gorros que adornan las paredes. Los due?os son una pareja de cocineros uigures, marido y mujer, originarios de Yili, una prefectura al borde Kazajst?n. La influencia de ese paisaje estepario se refleja en la sopa de lentejas, los panes, o los fideos de trigo, el cereal de la regi?n, que sustituye la tradicional presencia del arroz en la comida china. En la mesa hay cubiertos en lugar de los habituales palillos. Los postres, la baklava y la tarta de miel, son muy turcos también.
La comunidad de uigures en Londres debe ser relativamente peque?a, pero la capital ha sido durante siglos el destino de oleada sucesivas de inmigrantes chinos en busca de una vida mejor. Ese flujo se ha incrementado ?ltimamente con los visados concedidos a los j?venes nacidos en Hong Kong después del traspaso de poderes de la antigua colonia brit?nica, sometida ahora a una férrea represi?n. Unos tres millones de personas re?nen en teor?a los requisitos para entrar en el Reino Unido, aunque de momento los permisos concedidos s?lo superan los 100.000.
'Bok choy' por br?coli
Uno de los primeros lugares donde buscar trabajo y encontrar a otros miembros de la comunidad ha sido en Chinatown. En este micromundo al lado de Soho se instalaron los inmigrantes que perdieron sus casas en Limehouse, al este de Londres, durante los bombardeos la segunda guerra mundial. Buscaban locales comerciales baratos y en los a?os 70 hab?a una treintena de restaurantes que ofrec?an comida barata, sin grandes aspiraciones culinarias. Los cocineros se apa?aban con los ingredientes que pod?an encontrar en los mercados brit?nicos, muy diferentes a los que acostumbraban a manejar. Las importaciones de vituallas desde China, ahora algo habitual, eran entonces escasas y el 'bok choy' se reemplazaba con br?coli, aunque no quedara muy auténtico.
Alg?n veterano ha contado que los establecimientos guardaban los restos de comida y se los daban a los criadores de cerdos para alimentar a los animales. Estos a cambio les reglaban uno de los puercos en Navidad en se?al de agradecimiento. Deshacerse de los desperdicios cuesta ahora varios cientos de libras al mes a cada negocio.
Adem?s de decenas de restaurantes, en Chinatown hoy hay supermercados, pasteler?as, cafés, locales de masajes, peluquer?as y casas de apuestas. Los turistas son por supuesto parte importante de la clientela, como los espectadores de los teatros de la zona, pero también es habitual la colonia cada vez m?s nutrida de estudiantes y residentes chinos.
La subida de los alquileres oblig? a cerrar a una generaci?n de veteranos restauradores, que han sido sustituidos por inversores de China. Ese cambio ha propiciado la aparici?n de cocinas regionales como la de Sichuan, Shangh?i o Pek?n. La de los uigures no est? representada en Chinatown, pero basta con ir al norte de Londres para descubrir un poquito de la cultura que algunos quieren borrar del mapa.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/internacional/cronica-londres-restaurante-querrian-borrar-78464019)