الريــم
11-10-2022, 10:01 AM
En octubre de 2019, poco antes de que empezase la pandemia covid, Marta Reina conclu?a el proceso m?s importante de su vida: su transici?n de hombre a mujer. Naci? en 1970 y le llamaron Santiago. 40 a?os después, completaba la ?ltima operaci?n de su cambio de sexo.*Se convert?a as? oficialmente en Marta, la primera agente transexual*de la historia del cuerpo de Mossos d’Esquadra.
Han pasado tres a?os desde entonces. Y la vida de Marta no ha discurrido todo lo pl?cida que ella esperaba. Especialmente en el ?mbito laboral. De hecho, est? a punto de abandonar su trabajo, su ciudad y hasta su pa?s. Marta Reina, la primera mosso trans, va a dejar de ser polic?a auton?mica en Catalu?a y se marchar? a vivir a China en breve.
“Durante todo este tiempo he sufrido faltas de respeto importantes. Me han hecho el vac?o algunos de mis propios compa?eros, en mi propio equipo. He tenido que aguantar actitudes machistas y tr?nsfobas. Me han vapuleado y me han anulado por sistema”,*le cuenta Marta a EL PERI?DICO DE ESPA?A, del grupo Prensa Ibérica, enumerando las causas que le han llevado a tomar esta dr?stica decisi?n.
Es una valla m?s en la gran carrera de obst?culos que ha supuesto su vida. Desde el minuto uno le ha tocado ir super?ndolos. No solamente por haber nacido en un cuerpo equivocado, que también. No por haber sido adoptada (o tutelada, porque nunca se cambi? los apellidos). Es que, por ejemplo, naci? zurda y la intentaron volver diestra a palos. “En el cole me zumbaban bastante con la regla cuando me ve?an escribir con la izquierda”, recuerda.
Por si no fuese suficiente, Marta, que en 2002 a?n era Santiago, opt? por la v?a laboral m?s dif?cil: meterse a polic?a. Ingresar en un cuerpo en el que, seg?n ella misma confiesa (porque lo ha sufrido en sus propias carnes),*existen s?lidos reductos de discriminaci?n y transfobia con los que le iba a tocar lidiar,*y que son los que le han acabado obligando a virar radicalmente el rumbo de su vida.
Acab? su ?ltima operaci?n de reasignaci?n de sexo en octubre de 2019. Un proceso que inici? por su cuenta en 2014 y que ha dado tantas vueltas como su propia vida. Marta Reina Izquiano sac? un libro en el que cuenta desde aquellos castigos en la escuela por ser diferente y juntarse con las ni?as, hasta una operaci?n de cambio de sexo en Tailandia que nunca se realiz? y se acab? haciendo en Bellvitge (Barcelona).
Discriminaci?n
Acabar el tr?nsito parec?a poner*punto y final a un doloroso proceso que le ha costado muchas l?grimas.*Pero tras concluirlo, volvieron los mismos problemas. “He sufrido la discriminaci?n en mis propias carnes.*Cuando a?n no hab?a acabado el tr?nsito, no me dejaban cambiarme en el vestuario de chicas. Me exig?an que tuviera el DNI como mujer.*Al final me acabaron destinando a Sala, que es un lugar donde te dedicas a atender llamas telef?nicas y si vas vestida de paisano no pasa nada. Todo eso para evitar que entrase a los vestuarios”, le explica a este peri?dico.
Cuando finalmente obtuvo el DNI con su nueva identidad, las cosas no cambiaron demasiado. “Me he encontrado mucho machirulismo. Es un cuerpo en el que todav?a prevalecen ciertas actitudes. No es todo el mundo, l?gicamente. Pero s? que hay mucha gente que todav?a tiene prejuicios. Principalmente hombres”, recuerda.
As?, tras acabar su tr?nsito, se reincorpor? a su puesto de trabajo, pero no encontr? el respaldo que necesitaba. “Me hac?an el vac?o constantemente, en mi propio equipo. Me han llegado a dejar sola en un servicio en el aeropuerto mientras mis compa?eros se iban a tomar café.*Estaban constantemente vigil?ndome y pon?an en duda mis decisiones. Yo soy experta en falsedad documental y un compa?ero ha llegado a decirme durante una detenci?n que él no iba a ayudarme con eso porque no se fiaba”.
“Es un cuerpo machista, donde todav?a escuchas a algunos compa?eros utilizar ‘maric?n’ y ‘travelo’ como insultos.*A m? me avergüenza que luego se llenen la boca con la tolerancia y elaborando panfletos de apoyo a la comunidad LGTBI, si luego a la hora de la verdad siguen teniendo actitudes machistas. Lo primero que deber?an hacer es predicar con el ejemplo. La instituci?n en s? tiene el poder y son las personas las que ejecutan ese poder para destruir. No se puede generalizar, pero a veces es la propia instituci?n la que deber?a velar para que estas malas actitudes no proliferen.”, esgrime en conversaci?n con este diario.
Anulada
Desde que complet? su ?ltima operaci?n hasta el principio de la pandemia pas? algo m?s de medio a?o, unos meses que fueron cr?ticos para ella: “Me han bloqueado y anulado desde dentro de mi propio equipo. Hay veces que tenemos ratos libres. Ellos, mis compa?eros m?s t?xicos,*se pon?an a chafardear y a poner verdes a otros compa?eros, mientras yo me pon?a a estudiar. Por eso también me han llamado la atenci?n, por llevar el material de estudio, era una persecuci?n”, denuncia.
“Yo he tenido que trabajar el doble: por una parte, hacer mi trabajo. Por la otra,*justificar lo que estaba haciendo, que es algo que no le piden a nadie m?s”,*sentencia. Todo esto le llev?, a principios de la pandemia, a “pegarme una gran hostia en los s?tanos de mi propia vida. Estuve fatal y llegué a la conclusi?n de que ten?a que largarme de este trabajo y de este pa?s. Porque la discriminaci?n no me ha venido solamente por el hecho de ser transexual, sino por mis ideas pol?ticas. Yo iba en las listas de Podemos y eso también me ha pasado factura. El cuerpo deber?a ser apol?tico, pero nada m?s lejos de la realidad”.
La cuesti?n es que, poco después de que empezase la pandemia, su cuerpo dijo basta: “Estoy de baja por varios problemas f?sicos importantes. El m?s grande, una infecci?n de ri??n. Pero también sufr? lumbalgias y una serie de dolencias que, sin duda, me vinieron por una cuesti?n mental.*Yo llevo dos a?os estudiando medicina china y ah? me he dado cuenta de las consecuencias que tiene para el cuerpo aguantar una presi?n mental tan grande.*Se me manifest? as? y ped? la baja a mediados de 2020”.
El sue?o chino
Durante este tiempo ha podido reflexionar sobre su futuro y ha decidido que la transici?n no iba a ser el ?ltimo cambio radical de su vida: “Yo adoro China desde que visité el pa?s por primera vez, en 2013.*Cuando llegué a Shangh?i me dije a m? misma que ten?a que echar ra?ces all?.*Ya estuve casada con una ciudadana china y a?n tengo un piso all?. Me encanta su gente y que en su sociedad hay muchas menos etiquetas”.
Ahora afronta sus ?ltimos d?as en Mossos d’Esquadra y planifica c?mo va a ser su nueva vida en el gigante asi?tico. “Yo voy a volver para acabar all? mis pr?cticas de la universidad. Tengo unos ahorros para sobrevivir un tiempo y me buscaré alg?n trabajo mientras acabo de recuperar las nociones del idioma y concluyo mis pr?cticas universitarias”. Lo cuenta con ilusi?n, a pesar de lo complicado de su objetivo. Pero ella se siente liberada: “Nadie se fiaba de m?. Me anularon como polic?a y ahora voy a emprender una nueva vida en el pa?s de mis sue?os”.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sociedad/marta-primera-mosso-d-esquadra-78370805)
Han pasado tres a?os desde entonces. Y la vida de Marta no ha discurrido todo lo pl?cida que ella esperaba. Especialmente en el ?mbito laboral. De hecho, est? a punto de abandonar su trabajo, su ciudad y hasta su pa?s. Marta Reina, la primera mosso trans, va a dejar de ser polic?a auton?mica en Catalu?a y se marchar? a vivir a China en breve.
“Durante todo este tiempo he sufrido faltas de respeto importantes. Me han hecho el vac?o algunos de mis propios compa?eros, en mi propio equipo. He tenido que aguantar actitudes machistas y tr?nsfobas. Me han vapuleado y me han anulado por sistema”,*le cuenta Marta a EL PERI?DICO DE ESPA?A, del grupo Prensa Ibérica, enumerando las causas que le han llevado a tomar esta dr?stica decisi?n.
Es una valla m?s en la gran carrera de obst?culos que ha supuesto su vida. Desde el minuto uno le ha tocado ir super?ndolos. No solamente por haber nacido en un cuerpo equivocado, que también. No por haber sido adoptada (o tutelada, porque nunca se cambi? los apellidos). Es que, por ejemplo, naci? zurda y la intentaron volver diestra a palos. “En el cole me zumbaban bastante con la regla cuando me ve?an escribir con la izquierda”, recuerda.
Por si no fuese suficiente, Marta, que en 2002 a?n era Santiago, opt? por la v?a laboral m?s dif?cil: meterse a polic?a. Ingresar en un cuerpo en el que, seg?n ella misma confiesa (porque lo ha sufrido en sus propias carnes),*existen s?lidos reductos de discriminaci?n y transfobia con los que le iba a tocar lidiar,*y que son los que le han acabado obligando a virar radicalmente el rumbo de su vida.
Acab? su ?ltima operaci?n de reasignaci?n de sexo en octubre de 2019. Un proceso que inici? por su cuenta en 2014 y que ha dado tantas vueltas como su propia vida. Marta Reina Izquiano sac? un libro en el que cuenta desde aquellos castigos en la escuela por ser diferente y juntarse con las ni?as, hasta una operaci?n de cambio de sexo en Tailandia que nunca se realiz? y se acab? haciendo en Bellvitge (Barcelona).
Discriminaci?n
Acabar el tr?nsito parec?a poner*punto y final a un doloroso proceso que le ha costado muchas l?grimas.*Pero tras concluirlo, volvieron los mismos problemas. “He sufrido la discriminaci?n en mis propias carnes.*Cuando a?n no hab?a acabado el tr?nsito, no me dejaban cambiarme en el vestuario de chicas. Me exig?an que tuviera el DNI como mujer.*Al final me acabaron destinando a Sala, que es un lugar donde te dedicas a atender llamas telef?nicas y si vas vestida de paisano no pasa nada. Todo eso para evitar que entrase a los vestuarios”, le explica a este peri?dico.
Cuando finalmente obtuvo el DNI con su nueva identidad, las cosas no cambiaron demasiado. “Me he encontrado mucho machirulismo. Es un cuerpo en el que todav?a prevalecen ciertas actitudes. No es todo el mundo, l?gicamente. Pero s? que hay mucha gente que todav?a tiene prejuicios. Principalmente hombres”, recuerda.
As?, tras acabar su tr?nsito, se reincorpor? a su puesto de trabajo, pero no encontr? el respaldo que necesitaba. “Me hac?an el vac?o constantemente, en mi propio equipo. Me han llegado a dejar sola en un servicio en el aeropuerto mientras mis compa?eros se iban a tomar café.*Estaban constantemente vigil?ndome y pon?an en duda mis decisiones. Yo soy experta en falsedad documental y un compa?ero ha llegado a decirme durante una detenci?n que él no iba a ayudarme con eso porque no se fiaba”.
“Es un cuerpo machista, donde todav?a escuchas a algunos compa?eros utilizar ‘maric?n’ y ‘travelo’ como insultos.*A m? me avergüenza que luego se llenen la boca con la tolerancia y elaborando panfletos de apoyo a la comunidad LGTBI, si luego a la hora de la verdad siguen teniendo actitudes machistas. Lo primero que deber?an hacer es predicar con el ejemplo. La instituci?n en s? tiene el poder y son las personas las que ejecutan ese poder para destruir. No se puede generalizar, pero a veces es la propia instituci?n la que deber?a velar para que estas malas actitudes no proliferen.”, esgrime en conversaci?n con este diario.
Anulada
Desde que complet? su ?ltima operaci?n hasta el principio de la pandemia pas? algo m?s de medio a?o, unos meses que fueron cr?ticos para ella: “Me han bloqueado y anulado desde dentro de mi propio equipo. Hay veces que tenemos ratos libres. Ellos, mis compa?eros m?s t?xicos,*se pon?an a chafardear y a poner verdes a otros compa?eros, mientras yo me pon?a a estudiar. Por eso también me han llamado la atenci?n, por llevar el material de estudio, era una persecuci?n”, denuncia.
“Yo he tenido que trabajar el doble: por una parte, hacer mi trabajo. Por la otra,*justificar lo que estaba haciendo, que es algo que no le piden a nadie m?s”,*sentencia. Todo esto le llev?, a principios de la pandemia, a “pegarme una gran hostia en los s?tanos de mi propia vida. Estuve fatal y llegué a la conclusi?n de que ten?a que largarme de este trabajo y de este pa?s. Porque la discriminaci?n no me ha venido solamente por el hecho de ser transexual, sino por mis ideas pol?ticas. Yo iba en las listas de Podemos y eso también me ha pasado factura. El cuerpo deber?a ser apol?tico, pero nada m?s lejos de la realidad”.
La cuesti?n es que, poco después de que empezase la pandemia, su cuerpo dijo basta: “Estoy de baja por varios problemas f?sicos importantes. El m?s grande, una infecci?n de ri??n. Pero también sufr? lumbalgias y una serie de dolencias que, sin duda, me vinieron por una cuesti?n mental.*Yo llevo dos a?os estudiando medicina china y ah? me he dado cuenta de las consecuencias que tiene para el cuerpo aguantar una presi?n mental tan grande.*Se me manifest? as? y ped? la baja a mediados de 2020”.
El sue?o chino
Durante este tiempo ha podido reflexionar sobre su futuro y ha decidido que la transici?n no iba a ser el ?ltimo cambio radical de su vida: “Yo adoro China desde que visité el pa?s por primera vez, en 2013.*Cuando llegué a Shangh?i me dije a m? misma que ten?a que echar ra?ces all?.*Ya estuve casada con una ciudadana china y a?n tengo un piso all?. Me encanta su gente y que en su sociedad hay muchas menos etiquetas”.
Ahora afronta sus ?ltimos d?as en Mossos d’Esquadra y planifica c?mo va a ser su nueva vida en el gigante asi?tico. “Yo voy a volver para acabar all? mis pr?cticas de la universidad. Tengo unos ahorros para sobrevivir un tiempo y me buscaré alg?n trabajo mientras acabo de recuperar las nociones del idioma y concluyo mis pr?cticas universitarias”. Lo cuenta con ilusi?n, a pesar de lo complicado de su objetivo. Pero ella se siente liberada: “Nadie se fiaba de m?. Me anularon como polic?a y ahora voy a emprender una nueva vida en el pa?s de mis sue?os”.
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