الريــم
11-08-2022, 02:19 PM
La crisis favorece la obesidad. La gente come alimentos m?s baratos y con calor?as vac?as. Sin embargo, la obesidad est? en el cerebro, al menos en gran parte, avisa José Mar?a Ordov?s, el ide?logo de la nutrigen?mica, la ciencia que facilitar? una alimentaci?n a la medida de cada individuo a partir del estudio del genoma.
Hay adem?s decenas de genes relacionados con el aumento de peso, pero con educaci?n se pueden domar y evitar esa obesidad. "No hablo de riqueza sino de educaci?n para impedir que esos genes se manifiesten", asegura el cient?fico. El estado de ?nimo, estar a gusto con la vida, es también importante para luchar contra ese sobrepeso.
Y ahora, investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Oncol?gicas (CNIO) y del Instituto IMDEA Alimentaci?n han descubierto que quienes tienen una determinada versi?n de un gen implicado en la nutrici?n celular tienden a acumular menos grasa.
?Cu?nto influyen los genes en nuestro peso corporal? Para la poblaci?n general esta influencia es de alrededor de un 20%, seg?n determinan los estudios que en los ?ltimos a?os han analizado el genoma completo de decenas de miles de personas. Es decir, “el estilo de vida, como los h?bitos alimenticios y el ejercicio, tienen mucho impacto, pero los factores genéticos también influyen”, explica la investigadora Nerea Deleyto Seldas, del Centro Nacional de Investigaciones Oncol?gicas (CNIO).
Algunos de esos factores genéticos ya se conocen. Se han identificado ya cerca de un centenar de variantes genéticas que aumentan moderadamente la probabilidad de tener un ?ndice de Masa Corporal elevado –el IMC, indicador habitual de sobrepeso y obesidad-. Investigadores del CNIO e IMDEA Alimentaci?n acaban de identificar una nueva. Su trabajo se publica en la revista 'Genome Biology', con Nerea Deleyto Seldas (CNIO) y Lara P. Fern?ndez, del Instituto IMDEA Alimentaci?n, como co-autoras.
Versiones ligeramente distintas de ese gen
Las variantes de un gen son versiones ligeramente distintas de ese gen, que muchas veces no suelen traducirse en cambios visibles en el organismo. Pero en esta ocasi?n, s?. Esta variante afecta a la cantidad de grasa que acumula el cuerpo, y los autores del nuevo estudio muestran que es especialmente frecuente en Europa. Se estima que est? presente en casi el 60% de la poblaci?n europea.
Para Alejo Efeyan, jefe del Grupo de Metabolismo y Se?alizaci?n Celular del CNIO, “el hallazgo supone un paso m?s en la comprensi?n de los componentes genéticos de la obesidad”. Ana Ram?rez de Molina, directora del Instituto IMDEA Alimentaci?n, considera que “el conocimiento de la implicaci?n de la ruta de detecci?n celular de nutrientes en la obesidad puede tener implicaciones en el desarrollo y aplicaci?n de estrategias personalizadas en prevenci?n y tratamiento de la obesidad”.
Genética y medidas corporales de 790 voluntarios
El sobrepeso y la obesidad se definen por una acumulaci?n an?mala o excesiva de grasa que afecta a la salud. Para buscar variantes genéticas que influyen en el fen?meno, y las alteraciones metab?licas asociadas, un equipo de IMDEA Alimentaci?n recab? de 790 voluntarios sanos material genético y datos como el peso; el ?ndice de Masa Corporal; las cantidades de grasa total y visceral; la cantidad de masa muscular; y los per?metros de cintura y cadera, entre otros.
Los autores del trabajo analizaron las posibles asociaciones de estos par?metros con 48 variantes genéticas determinadas, seleccionadas por su posible relevancia funcional. Detectaron as? una “correlaci?n significativa entre una de esas variantes en el gen FNIP2, y muchos de estos par?metros relacionados con la obesidad”, explica el estudio, que acaba de ser publicado por la revista cient?fica 'Genome Biology'.
Demostraci?n en modelos animales
Después se estudi? el efecto de esta variante en ratones –que previamente hab?an sido modificados genéticamente para lograr que la expresaran-. “Comprobamos que los ratones con esta variante, asociada en personas a una constituci?n delgada, tienen entre un 10% y un 15% menos de grasa que sus hom?logos no portadores”, explica Efeyan.
En humanos no se puede aislar el efecto de esta variante del de otras muchas variables, genéticas y ambientales, que influyen en la constituci?n f?sica, por lo que es imposible calcular con precisi?n la potencia de su efecto. Pero dado que la influencia de la genética en la obesidad no supera el 20%, la contribuci?n de la variante ahora identificada es necesariamente peque?a.
Por eso los investigadores usan términos como predisposici?n o tendencia: “No se trata, en absoluto, de que quienes tengan esta versi?n puedan comer en exceso sin engordar”, aclara Efeyan.
Los animales modificados genéticamente para este estudio no presentaron otras alteraciones ni diferencias. “Este resultado es muy impactante, porque muchos de estos estudios suelen ce?irse a reportar asociaciones; en este trabajo mostramos que basta el cambio de una sola letra en todo el genoma de rat?n para replicar lo observado en la variante humana”, contin?a Efeyan.
Relacionada con lo que ‘come’ la célula
La importancia de la variante detectada reside en que est? asociada con la ruta de se?ales bioqu?micas que indica a la célula los nutrientes que tiene disponibles. Ahora hay que estudiar por qué un peque?o cambio genético afecta a la tendencia a ser de constituci?n delgada.
El objetivo en el futuro es “entender mejor las bases moleculares de lo que hace esta variante genética, es decir, lo que bioqu?micamente le est? pasando a la célula”, a?ade Nerea Deleyto. “Necesitamos mejorar las herramientas genéticas para diseccionar en qué momento cobran importancia las consecuencias funcionales de esta variante en el organismo, por ejemplo, durante el proceso de formaci?n de la grasa”, resalta.
El hallazgo abre adem?s interrogantes que ata?en a otras ?reas de la ciencia, como qué presiones evolutivas favorecieron la selecci?n de esta variante y en qué momento ocurri?.
Estamos por lo tanto programados genéticamente para ser o no delgados, pero mientras que la programaci?n para ser rubios o morenos o el color de los ojos se expresa y ya est?, en el caso de la obesidad, con la excepci?n de un peque?o n?mero de personas, s?lo nacemos predispuestos pero no predeterminados, asegura el doctor Ordov?s. Lo que hagamos con nuestra vida, lo que la madre hace durante el embarazo e incluso lo que los padres hacen antes de la concepci?n influye sobre esa predisposici?n.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sociedad/influyen-genes-peso-corporal-78285465)
Hay adem?s decenas de genes relacionados con el aumento de peso, pero con educaci?n se pueden domar y evitar esa obesidad. "No hablo de riqueza sino de educaci?n para impedir que esos genes se manifiesten", asegura el cient?fico. El estado de ?nimo, estar a gusto con la vida, es también importante para luchar contra ese sobrepeso.
Y ahora, investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Oncol?gicas (CNIO) y del Instituto IMDEA Alimentaci?n han descubierto que quienes tienen una determinada versi?n de un gen implicado en la nutrici?n celular tienden a acumular menos grasa.
?Cu?nto influyen los genes en nuestro peso corporal? Para la poblaci?n general esta influencia es de alrededor de un 20%, seg?n determinan los estudios que en los ?ltimos a?os han analizado el genoma completo de decenas de miles de personas. Es decir, “el estilo de vida, como los h?bitos alimenticios y el ejercicio, tienen mucho impacto, pero los factores genéticos también influyen”, explica la investigadora Nerea Deleyto Seldas, del Centro Nacional de Investigaciones Oncol?gicas (CNIO).
Algunos de esos factores genéticos ya se conocen. Se han identificado ya cerca de un centenar de variantes genéticas que aumentan moderadamente la probabilidad de tener un ?ndice de Masa Corporal elevado –el IMC, indicador habitual de sobrepeso y obesidad-. Investigadores del CNIO e IMDEA Alimentaci?n acaban de identificar una nueva. Su trabajo se publica en la revista 'Genome Biology', con Nerea Deleyto Seldas (CNIO) y Lara P. Fern?ndez, del Instituto IMDEA Alimentaci?n, como co-autoras.
Versiones ligeramente distintas de ese gen
Las variantes de un gen son versiones ligeramente distintas de ese gen, que muchas veces no suelen traducirse en cambios visibles en el organismo. Pero en esta ocasi?n, s?. Esta variante afecta a la cantidad de grasa que acumula el cuerpo, y los autores del nuevo estudio muestran que es especialmente frecuente en Europa. Se estima que est? presente en casi el 60% de la poblaci?n europea.
Para Alejo Efeyan, jefe del Grupo de Metabolismo y Se?alizaci?n Celular del CNIO, “el hallazgo supone un paso m?s en la comprensi?n de los componentes genéticos de la obesidad”. Ana Ram?rez de Molina, directora del Instituto IMDEA Alimentaci?n, considera que “el conocimiento de la implicaci?n de la ruta de detecci?n celular de nutrientes en la obesidad puede tener implicaciones en el desarrollo y aplicaci?n de estrategias personalizadas en prevenci?n y tratamiento de la obesidad”.
Genética y medidas corporales de 790 voluntarios
El sobrepeso y la obesidad se definen por una acumulaci?n an?mala o excesiva de grasa que afecta a la salud. Para buscar variantes genéticas que influyen en el fen?meno, y las alteraciones metab?licas asociadas, un equipo de IMDEA Alimentaci?n recab? de 790 voluntarios sanos material genético y datos como el peso; el ?ndice de Masa Corporal; las cantidades de grasa total y visceral; la cantidad de masa muscular; y los per?metros de cintura y cadera, entre otros.
Los autores del trabajo analizaron las posibles asociaciones de estos par?metros con 48 variantes genéticas determinadas, seleccionadas por su posible relevancia funcional. Detectaron as? una “correlaci?n significativa entre una de esas variantes en el gen FNIP2, y muchos de estos par?metros relacionados con la obesidad”, explica el estudio, que acaba de ser publicado por la revista cient?fica 'Genome Biology'.
Demostraci?n en modelos animales
Después se estudi? el efecto de esta variante en ratones –que previamente hab?an sido modificados genéticamente para lograr que la expresaran-. “Comprobamos que los ratones con esta variante, asociada en personas a una constituci?n delgada, tienen entre un 10% y un 15% menos de grasa que sus hom?logos no portadores”, explica Efeyan.
En humanos no se puede aislar el efecto de esta variante del de otras muchas variables, genéticas y ambientales, que influyen en la constituci?n f?sica, por lo que es imposible calcular con precisi?n la potencia de su efecto. Pero dado que la influencia de la genética en la obesidad no supera el 20%, la contribuci?n de la variante ahora identificada es necesariamente peque?a.
Por eso los investigadores usan términos como predisposici?n o tendencia: “No se trata, en absoluto, de que quienes tengan esta versi?n puedan comer en exceso sin engordar”, aclara Efeyan.
Los animales modificados genéticamente para este estudio no presentaron otras alteraciones ni diferencias. “Este resultado es muy impactante, porque muchos de estos estudios suelen ce?irse a reportar asociaciones; en este trabajo mostramos que basta el cambio de una sola letra en todo el genoma de rat?n para replicar lo observado en la variante humana”, contin?a Efeyan.
Relacionada con lo que ‘come’ la célula
La importancia de la variante detectada reside en que est? asociada con la ruta de se?ales bioqu?micas que indica a la célula los nutrientes que tiene disponibles. Ahora hay que estudiar por qué un peque?o cambio genético afecta a la tendencia a ser de constituci?n delgada.
El objetivo en el futuro es “entender mejor las bases moleculares de lo que hace esta variante genética, es decir, lo que bioqu?micamente le est? pasando a la célula”, a?ade Nerea Deleyto. “Necesitamos mejorar las herramientas genéticas para diseccionar en qué momento cobran importancia las consecuencias funcionales de esta variante en el organismo, por ejemplo, durante el proceso de formaci?n de la grasa”, resalta.
El hallazgo abre adem?s interrogantes que ata?en a otras ?reas de la ciencia, como qué presiones evolutivas favorecieron la selecci?n de esta variante y en qué momento ocurri?.
Estamos por lo tanto programados genéticamente para ser o no delgados, pero mientras que la programaci?n para ser rubios o morenos o el color de los ojos se expresa y ya est?, en el caso de la obesidad, con la excepci?n de un peque?o n?mero de personas, s?lo nacemos predispuestos pero no predeterminados, asegura el doctor Ordov?s. Lo que hagamos con nuestra vida, lo que la madre hace durante el embarazo e incluso lo que los padres hacen antes de la concepci?n influye sobre esa predisposici?n.
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