Rafael Garc?a Maldonado: "Busco emocionar, para contar historias hay muchos y est? Ne

[الريــم]

Dice en la dedicatoria de El desaliento que en ?frica conoci? «el coraz?n de las tinieblas». ?C?mo es?El coraz?n de las tinieblas es también el nuestro, el que todos tenemos en la sima insondable del alma. Fuera de nosotros no hay nada, dec?a Onetti, y yo en ?frica miré desde muy alto ese precipicio de oscuridad y temor. Como lector s?, pero como escritor no me interesan mucho las novelas realistas, las que narran algo igual que una pel?cula. Yo no soy un escritor realista, a m? me interesa el conflicto humano, la angustia del hombre en el tiempo, y procuro darle a eso una prosa l?rica y profunda con la a?agaza de una historia.?Por qué hasta tanto tiempo después no ha imbricado sus experiencias como cooperante en ?frica en un texto?No pude. Yo hab?a viajado por Espa?a y por Europa, pero aquello fue otra cosa muy diferente, muy impactante. En las noches senegalesas escrib? un diario de aquello, yo s?lo era un farmacéutico que asesoraba y miraba con los ojos muy abiertos, pero esta historia ha venido conmigo muchos a?os, no lograba terminarla, y se me cruzaron varios proyectos por en medio. Las novelas se escriben en pocos a?os pero llevaban dentro de uno toda la vida.?El sur es algo que le obsesiona, es, perm?temelo, su norte literario. El sur que se retrata aqu?, el africano, tiene algo que ver con el sur, el espa?ol, en el que vivimos?Ciertamente, me obsesiona, porque me di cuenta pronto, sobre todo leyendo y admirando a los escritores del sur americano, a Faulkner, a McCullers, a Tennesse Williams, de que el sur, sea all? o aqu?, tiene una fuerte idiosincrasia también literaria: el clima, los cultivos, los ritmos asociados a las cosechas, los matriarcados, la desolaci?n, la pobreza, el desaliento y a su vez la alegr?a de vivir, las pasiones, qué se yo. Por eso creé Majer, porque ah? puedo hacer lo que quiera con esos tipos humanos del sur, tan ricos en experiencias al l?mite. La novela va de ?frica a Sanl?car y Sevilla. Uno esos dos territorios con una engranaje muy complejo.Conrad y Lobo Antunes no son, en principio, los novelistas m?s maridables entre s?, pero son los referentes de El desaliento. ?Tienen aspectos en com?n de alguna manera?Lobo Antunes me ense?? que para llegar al fondo del alma humana las novelas hay que contarlas por detr?s: por las emociones, los sentimientos y las pulsiones irracionales de quienes intervienen en ellas. Esta novela est? contada as?, por el envés, a través de ocho personas cara a cara con la muerte aqu? y all?, gente que vive en el abismo, ya sea por una enfermedad, remordimientos, pasiones desenfrenadas o por una memoria lacerante. De Conrad est? el lado africano y m?s aventurero, pero también el de la exigencia estil?stica. Parte de la novela, sobre todo el final, tiene un tono parecido a El coraz?n de las tinieblas.?Y John LeCarré? Porque El desaliento parece, al menos desde su sinopsis, una historia no muy alejada de sus presupuestos literarios.S?, claro, si me pones una pistola en la cabeza para que defina o diga de qué va esta novela te dir?a que es una novela de espionaje contada por la espalda: treinta a?os después de un conflicto diplom?tico las voces echan a hablar buscando un sentido, y me sirvo de varios narradores, hombres y mujeres, para diseccionar el alma humana en busca de la verdad. S?lo busco emocionar, para contar historias ya hay muchos y est? Netflix.También, en principio, la sinopsis de la novela la distinguen un tanto de su trayectoria literaria hasta la fecha. ?Le apetec?a un volantazo o, en realidad, el libro no difiere tanto de sus anteriores narraciones?No creo que sea muy diferente a lo que he hecho hasta ahora: yo tengo muy claro lo que quiero hacer, y me sorprende que, con lo que he escrito hasta la fecha, que no es precisamente popular, esta novela haya tenido tan buen arranque, porque me hab?a dedicado a hacer diarios l?ricos, un ensayo sobre Benet y un libro de cuentos muy complejo. No es una novela f?cil, pero creo que puede interesar a un p?blico mayor del m?o habitual.También El desaliento es un peque?o experimento en la manera en que se despliega polif?nicamente. ?Cu?l ha sido la apuesta desde lo estrictamente literario, qué reto se ha puesto aqu??Para m? lo importante es que las palabras digan m?s en mis frases que en los diccionarios. Eso es el estilo, hacer que el lector se transporte a un mundo nuevo, inédito para él, que cruce a otro lugar desde el que vea, si puede, el coraz?n de sus propias tinieblas. En esta novela lo m?s complejo fue hacer que cada voz hable de una forma diferente: un sembiano esquizofrénico no es f?cil de hacer (me sirvi? de ayuda un paciente esquizofrénico al que atiendo), ni una se?orona de la alta burgues?a terrateniente de Sevilla (a las que conozco también). El mejor piropo literario que me han hecho nunca fue este: «No me he enterado de nada de tu libro, ?pero qué prosa tan magn?fica!». Con eso me conformar?a esta vez.



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